Tras el éxito
comercial de “A Fistful of Dollars” (1964) en Italia, el director Sergio Leone
se asoció con el productor Alberto Grimaldi (tras el fiasco ocurrido con la
productora Jolly Film, cuyos ejecutivos se negaron a pagarle al director el
porcentaje que le correspondía por las ganancias de la cinta) con la intención
de llevar a cabo una secuela. Sin embargo, para concretar dicho proyecto
primero tuvieron que superar una serie de dificultades. Para comenzar, Grimaldi
se vio en la obligación de asociarse con el productor español Arturo Gonzáles y
la productora alemana Constantin Film, para así poder recaudar los 600.000
dólares que necesitaba Leone para plasmar su visión. Una vez asegurado el financiamiento,
lo único que necesitaba el director era convencer a Clint Eastwood de
participar en la producción. El problema es que el actor no estaba dispuesto a
protagonizar el proyecto, básicamente porque no había tenido la oportunidad de
ver la primera cinta terminada, lo que le generaba muchas dudas con respecto a
cómo esto iba a repercutir en su carrera. Con el tiempo en contra, Leone
rápidamente le envió a Eastwood una copia de “A Fistful of Dollars” hablada en
italiano (la versión doblada en inglés aún no se había llevado a cabo), con la
esperanza que esto lo motivara a colaborar nuevamente con él. Fue entonces que el
actor reunió a un grupo de amigos para una exhibición del film en el Centro de
Producción de la cadena CBS. Sin saber que esperar, hizo todo lo posible por
aplacar las expectativas de los asistentes para así evitar una eventual
humillación. Sin embargo, una vez que la película comenzó a proyectarse, los
temores de Eastwood rápidamente se diluyeron. Aun cuando nadie de la audiencia
hablaba italiano, según el propio actor “todos la disfrutaron como si hubiese
estado hablada en inglés.” Una vez que Eastwood se sumó a la producción, Leone
nuevamente intentó contratar a Charles Bronson para que interpretara uno de los
roles protagónicos, pero el actor rechazó el ofrecimiento porque consideraba
que el guion era demasiado parecido al del primer film.
Debido a que el
director Akira Kurosawa había demandado a Leone por lo mucho que se parecía “A
Fistfull of Dollars” a su cinta “Yojimbo” (1961), el cineasta italiano descartó
de plano basar su secuela en la continuación del relato de su colega japonés
titulada “Sanjuro” (1962). Fue así como Leone junto al director Fulvio Morsella
escribió una historia titulada “Two Magnificent Strangers”, la cual
posteriormente se le entregaría al guionista Luciano Vincenzoni, quien la
transformaría en un guion titulado “Per qualche dollaro in più/For a Few
Dollars More”. Cabe mencionar que Leone se mostraría tan insatisfecho con
algunos de los diálogos escritos por Vincenzoni, que terminaría contratando a
Sergio Donati para darle algunos retoques al guion, aunque su trabajo finalmente
no sería acreditado. “For a Few Dollars More” (1965) se desarrolla a principios
de 1890, en una época donde la vida no tenía valor, pero que en ocasiones si
tenía un precio, lo que motivó la proliferación de los cazarrecompensas. Uno de
estos cazarrecompensas es un hombre conocido bajo el apodo de Manco (Clint
Eastwood), un verdadero artista en su particular oficio en cuyo camino se cruza
un ex oficial del ejército confederado, el Coronel Douglas Mortimer (Lee Van Cleef).
Además de compartir la profesión, ambos están tras la pista de un peligroso, sanguinario,
y desequilibrado ladrón de bancos conocido como “Indio” (Gian Maria Volonté),
quien recientemente escapó de prisión con la ayuda de los miembros de su banda
de forajidos. Pese a la mutua desconfianza inicial, eventualmente los
cazarrecompensas deciden unir fuerzas para capturar vivo o muerto al infame
delincuente. Para lograrlo, Manco deberá infiltrarse en la banda del criminal, todo
esto mientras Mortimer sigue sus pasos de cerca, con la esperanza de que esto
los ayude a superar la desventaja numérica en la que se encuentran, y así poder
sobrevivir para cobrar la generosa recompensa que ofrecen por Indio y sus
secuaces.
Una buena parte de
los guiones que Vincenzoni desarrolló en los westerns que participó durante su
carrera, solían incluir una relación triangular entre dos personajes que podían
ser clasificados bajo el rótulo de héroes, y un villano con el que tarde o
temprano se veían obligados a definir su altercado en un tenso duelo a muerte.
Ese es precisamente el caso de “For a Few Dollars More”, cuyos primeros minutos
son utilizados por Leone para definir ciertos rasgos de la personalidad del
trío protagónico, para que así el espectador pueda separar a los “héroes” del
villano de turno, al mismo tiempo que identifica las motivaciones de cada uno
de ellos. Tan pronto como aparece el Coronel Mortimer en escena, fumando una
enorme pipa amarilla y haciendo gala de su particular arsenal personal, que
parece incluir un arma para cada ocasión, se hace evidente que es un hombre
calmo e inteligente, el cual está acostumbrado a lucrar con la muerte, lo que
le ha permitido sobrevivir durante mucho tiempo en un mundo donde la
expectativa de vida es bajísima, y donde la violencia es la moneda de cambio
más recurrente. Manco por otro lado, en ciertos aspectos parece representar el
polo opuesto de su veterano colega. Es un hombre joven, temerario, ingenioso y
provocador, cuya impresionante habilidad con el revolver le ha permitido tener
éxito en su trabajo, más allá de las situaciones peligrosas a las que
habitualmente se expone. A diferencia de estos dos hombres, cuya labor claramente
está lejos de ser loable, Indio es un villano capaz de robar, violar y asesinar
con tal de lograr sus objetivos y saciar su sed de violencia, razón por la cual
es temido tanto por sus víctimas como por sus propios subordinados. Para
completar el cuadro de quien sería definido por el director británico Alex Cox
como “el villano más diabólico en la historia del western”, Indio exhibe una
adicción a las drogas, las cuales aparentemente utiliza para aplacar el
recuerdo de un crimen de su pasado que lo atormenta. Lo más interesante del
conflicto entre estos personajes, es que si bien inicialmente ambos
cazarrecompensas parecen estar motivados únicamente por el dinero que
representa la figura del Indio, eventualmente se revela que el Coronel Mortimer
desea atrapar al criminal por algo mucho más personal, lo que le otorga una
profundidad mayor no solo a su personaje, sino que también al relato en
general.
Algo que sin lugar a
dudas es innegable, es que “For a Few Dollars More” es una obra superior en
todo sentido a “A Fistfull of Dollars”. Y es que en esta oportunidad Leone no
solo se preocupa de estilizar mucho más la violencia, dando lugar a escenas
realmente memorables como por ejemplo el “duelo de reconocimiento” que
protagonizan Manco y el Coronel Mortimer al interior de una cantina, o el climático
y recordado duelo final, sino que además profundiza en algunos de los temas que
le interesaban y que marcarían gran parte de su filmografía. Junto con examinar
la influencia del progreso en el lejano oeste norteamericano tras la Guerra Civil
mediante la inclusión de pequeños guiños, como por ejemplo los conocimientos de
química que posee Mortimer, o los artefactos que este mismo personaje utiliza
para mejorar la efectividad de sus disparos, el director plasma en varios
momentos del film la influencia de su educación católica. Entre otras cosas, Mortimer
es presentado inicialmente como una suerte de predicador aficionado a leer la
Biblia; la caja fuerte del banco que asalta la banda del Indio está escondida
dentro de un gabinete sobre el cual reposan cuatro candelabros, como si se
tratara de un peculiar altar; los criminales utilizan una iglesia como
escondite; y en una escena como si se tratara de un profeta, el Indio les
relata desde un púlpito la parábola del carpintero (Mateo 13: 34-35) a sus
secuaces previo al robo que están por cometer. El crecimiento de Leone en
términos estilísticos, narrativos y temáticos, también se extendería al
apartado musical de la producción, el cual al igual que la cinta previa del
director estuvo a cargo del compositor Ennio Morricone, quien no solo lleva el
dinamismo de sus composiciones a un nuevo nivel, sino que además en esta
oportunidad incluye una melancólica y escalofriante pieza musical que junto con
reflejar el estado mental del villano de turno, resalta el hecho que el film por
momentos se sumerge en los terrenos del horror, en especial cuando se centra en
los crímenes más atroces de Indio.
Clint Eastwood también
exhibiría un cambio llamativo a nivel interpretativo en comparación al primer
film, básicamente porque en esta oportunidad se le otorga la libertad
suficiente como para participar en más momentos cómicos. Más allá de esto, el
actor nuevamente hace gala de su carisma y su presencia mediante una
interpretación que bien podría definirse como económica, ya que se caracteriza
por un minimalismo expresivo, que se extiende a sus movimientos y a sus
diálogos (en una oportunidad Leone en tono de broma, mencionó que Eastwood
tenía dos expresiones, con sombrero, y sin sombrero). Gian Maria Volonté por su
parte, interpreta de gran manera a un villano que le permitió hacer gala de sus
dotes actorales, a diferencia del personaje que interpretó en “A Fistfull of
Dollars” el cual era más bien un estereotipo. Sin embargo, su experiencia
rodando esta producción se tornaría tan desagradable, que el actor no volvió a
participar en un western aludiendo que se trataba de “un género gastado”. Por
último, Lee Van Cleef, a quien Leone contrató por su parecido con el pintor
Vincent Van Gogh (“ambos irradiaban la misma sensación de desesperanza, tenían
una mirada intensa, una nariz aguileña y una frente marcada,” diría en una
oportunidad el director), hasta aquel entonces solo había interpretado roles
secundarios en varios westerns. Mucho se ha argumentado, y con justa razón, que
su presencia es el elemento diferenciador más importante entre las dos primeras
incursiones en el western de Leone. Y es que no solo resulta fascinante la
forma en cómo se revelan sus verdaderas motivaciones, sino que también la
suerte de relación padre/hijo que su personaje desarrolla con Manco. “For a Few
Dollars More”, cinta que para muchos sería responsable de elevar la vapuleada
figura del cazarrecompensas a un sitial casi heroico, terminaría siendo todo un
éxito de taquilla aun cuando la crítica de la época no le dedicó palabras
demasiado entusiastas. Lejos de ser un mero ensayo para lo que luego sería “The
Good, The Bad, and the Ugly” (1966), la que es sin lugar a dudas una verdadera
obra maestra del western, “For a Few Dollars More” es una producción memorable
por diversos factores, que grafica la evolución como cineasta de Sergio Leone
mientras desarrollaba y plasmaba su visión del innoble lejano oeste.
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