El fenómeno generado por la actriz polaca Ingrid Pitt es algo digno de estudio. Pese a haber participado en un número reducido de largometrajes durante el transcurso de su carrera, entre los que se incluyen cuatro producciones clave del cine de horror británico de los setenta – “The Vampire Lovers” (1970), “Countess Dracula” (1971), “The House That Dripped Blood” (1971) y “The Wicker Man” (1973) – terminó siendo considerada por muchos fanáticos y un buen número de especialistas, como una de las estrellas más memorables de la historia del cine de horror británico y como un verdadero ícono del género. Gran parte de este fenómeno estaría asociado a la presencia mediática de Pitt en un sinnúmero de convenciones y festivales de cine, en los cuales participó activamente a partir de la década del setenta hasta un poco antes de su fallecimiento, donde definitivamente consolidaría su estatus de “actriz de culto”.  Y es que no contenta con asistir a estos eventos, Pitt se encargaría personalmente de manejar su propio club de admiradores (Pitt of Horror), el cual durante años celebraría una reunión anual en Londres cada mes de Noviembre, y a partir de la década del ochenta ella se reinventaría como escritora de historias de vampiros y asesinos seriales, así como también de su propia autobiografía y de una serie de columnas para publicaciones dedicadas al cine de horror, como por ejemplo la revista Shivers. Ingrid Pitt, cuyo verdadero nombre era Ingoushka Petrov, nació el 21 de Noviembre de 1937, en Varsovia, Polonia. Debido a su nacimiento, sus padres (un alemán descendiente de rusos y una polaca descendiente de judíos) se vieron obligados a retrasar sus planes para huir de Polonia tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, lo que eventualmente se tradujo en que ella y su familia fuesen encarcelados en el campo de concentración Stutthof, ubicado en el pequeño poblado de Sztutowo, donde estuvo durante tres años. Eventualmente Pitt se reuniría con su familia en Berlín, donde viviría de manera bastante apacible, lo que curiosamente después de su brutal experiencia le resultaría extraño. Según la misma actriz, una vez que llegó a la ciudad “comenzó la vida rutinaria; teníamos que ir al colegio donde no experimentábamos ninguna clase de aventura excitante que implicara la búsqueda de comida o correr por los bosques de Polonia. Una vez que llegué a la ciudad, de golpe me encontré con un mundo calmo y extraño; nunca había experimentado nada como eso. Supongo que probablemente estaba demasiado apegada a la vida que tenía antes de viajar a Alemania, por lo que a veces deseaba escapar a la realidad gris en la que me desenvolvía antes de reunirme con mis padres.”

Fueron precisamente sus deseos por escapar de la aburrida cotidianidad lo que llevó a Pitt a interesarse en la actuación. “Siempre quise ser una actriz, aunque la verdad es que en un principio no sabía muy bien de que se trataba ya que cuando niña nunca pude asistir a ver una película en una sala de cine. Pero quería entretener a otras personas, y eso me empujaría al mundo de la actuación,” afirmaría la actriz en una oportunidad. Pese a que ella estaba feliz con su decisión, su madre no se mostró demasiado satisfecha con la carrera que su hija se había propuesto seguir. “Todos en mi familia eran científicos,” explicaría Pitt en una entrevista, “y ellos esperaban que siguiera sus pasos; ir al colegio, conseguir un título, y luego un trabajo.” Pese a la oposición de sus padres, Pitt se mantuvo firme en su decisión y a principios de los años sesenta logró convertirse en parte de la prestigiosa compañía teatral Berlin Ensemble, la cual estaba bajo la dirección de la viuda del dramaturgo y poeta Bertolt Brecht, Helene Weigel. Aunque logró insertarse con éxito en el mundo de la actuación que tanto le había fascinado durante su adolescencia, Pitt tuvo que enfrentar una serie de problemas que desafiaron su intención de vivir bajo su propio sistema de creencias. Debido a las presiones políticas existentes en Alemania en aquel entonces, Pitt se vería obligada a atravesar la Cortina de Hierro para llegar a Berlín Occidental debido a sus múltiples escaramuzas con la policía local. Con respecto a esto, la actriz declararía en una ocasión: “El 21 de Noviembre de 1962 tuve que dejar Berlín Oriental. Si tú estabas en cualquier país relacionado con la Cortina de Hierro debías integrar la política a tus estudios, y la verdad es que yo no era capaz de amalgamar la parte artística del teatro con el ambiente político del país en el que vivía. Tarde o temprano terminaría metiéndome en problemas, o involucrando a algunos de mis conocidos. Finalmente todo se redujo a dejar mi hogar o involucrarme en el campo de la política.” Fue así como Pitt terminó cruzando ilegalmente la frontera a nado por el río Spree. “Como llegué ahí es una larga historia, pero terminé en un prostíbulo de Berlín Occidental, tomando un baño caliente y bebiendo grandes cantidades de brandy,” afirmaría la actriz. 

Ingrid Pitt y Richard Burton en "Where Eagles Dare" (1968)
The Vampire Lovers (1970)
The Countess Dracula (1971)

Una de las personas involucradas en su rescate fue un teniente norteamericano llamado Laud Roland Pitt Jr., con quien tras contraer matrimonio se mudaría a los Estados Unidos, donde además de dar a luz a su hija Steffanie, se tomaría el tiempo para irse de gira junto a una compañía teatral. Una vez que su matrimonio llegó a su fin, Pitt se mudó a España donde una fotografía suya llorando en una corrida de toros que fue publicada por un periódico, la ayudaría a iniciar su carrera en el cine mediante la interpretación de una serie de pequeños roles en varias producciones españolas. Según la actriz, “Un director vio mi foto en un periódico, y me contactó a través del fotógrafo que coincidentemente vivía en el mismo bloque de departamentos que yo. Así fue como obtuve mi primer papel y comenzó mi carrera cinematográfica. Tuve que aprender a hablar en español fonéticamente, lo cual fue extremadamente difícil.” Dicho director fue José Antonio Nieves Conde, y la producción donde debutaría la actriz sería la cinta de terror “El Sonido de la Muerte” (1966). Cabe mencionar que previo a su primer papel acreditado en el cine, Pitt había trabajado en el Teatro Nacional de España y había participado como extra en las películas “Chimes at Midnight/Campanadas a Medianoche” (1965) del director Orson Welles, y “Doctor Zhivago” (1965) de David Lean. Tras participar en dos comedias musicales tituladas “Un Beso en el Puerto” (1966) y “Los Duendes de Andalucía” (1966), Pitt regresaría a los Estados Unidos donde trabajaría como mesera mientras probaba suerte en un par de series de televisión. Poco después de co-protagonizar la cinta de ciencia ficción de bajo presupuesto “The Omegans” (1968), Pitt participaría en una reunión que la ayudaría a obtener su primer rol importante. Según la actriz, “Estaba en Hollywood participando de la serie de televisión Ironside con Raymond Burr, cuando me invitaron a participar de una partida de póker en la casa del doble de riesgo Yakima Canutt, quien al final de la velada me dijo, ´Hay un papel disponible en el film en el que estoy a punto de participar. ¿Por qué no intentas conseguirlo? Anda a ver a Brian Hutton y menciónale mi nombre`. Bueno, los nombres de algunas personas parecen ser mágicos – fui a ver a Hutton a los Estudios MGM y después de tres segundos, me envió a Inglaterra a realizar una prueba de cámara para su film ´Where Eagles Dare´ (1968), el cual sería protagonizado por Richard Burton y Clint Eastwood.”

El papel de Pitt como la ingeniosa agente encubierta Fraulein Heidi sería pequeño pero tendría un gran impacto, al igual que la cinta que se convirtió en todo un éxito de taquilla. Si bien inicialmente Hutton quería que Pitt participara en su próxima película, “Kelly´s Heroes” (1970), finalmente tomó la decisión que la producción fuese protagonizada exclusivamente por hombres. “Casi lo mato”, declararía la actriz quien estaba francamente desilusionada por el cambio de opinión del director. “La época más decepcionante de mi vida creo que corresponde al periodo que vino inmediatamente después del rodaje de ´Where Eagles Dare´. Pensé que había llegado mi momento pero en realidad no fue así. Viví un completo estancamiento. Regresé a Madrid para finalizar mi contrato con el Teatro y luego viajé a Londres. Habían ocurrido algunos asesinatos políticos en Madrid en aquella época, y no quería que mi hija viviera en ese ambiente. Pese a que Brian Hutton y Elliott Kastner me aconsejaron que me quedara en Norteamérica para aprovechar el éxito de la película, de todas formas terminé viajando a Londres donde me costó conseguir trabajo.” Tras dos años de una compleja cesantía, la actriz tuvo la oportunidad de conocer a James Carreras, uno de los mandamases del estudio Hammer Films. Tras la insistencia de Pitt, Carreras aceptó darle una oportunidad en un par de producciones de la llamada Casa del Martillo. De acuerdo a la actriz, Carreras la ayudaría enormemente cuando le ofreció trabajo ya que en aquel entonces no sabía qué hacer para conseguir dinero para alimentar a su hija. Fue así como Pitt consiguió el rol protagónico de la cinta “The Vampire Lovers”, la cual estaba basada en la clásica historia de horror de la escritora Sheridan Le Fanu titulada “Carmilla”, que giraba en torno a una vampiresa lesbiana que busca vengarse de la familia del hombre responsable de la muerte de su clan. 

Ingrid Pitt y Jon Pertwee en "The House That Dripped Blood" (1971)
Ingrid Pitt y Roger Delgado en "The Time Monster", último arco de la novena temporada de "Dr. Who"
The Wicker Man (1973)

La cinta dirigida por Roy Ward Baker resultaría ser todo un éxito comercial y marcaría una nueva tendencia dentro de las producciones de la Hammer, al elevar la cantidad de escenas de sexo y desnudos a niveles nunca antes vistos en una película del estudio. Según la actriz, “Tanto en ´The Vampire Lovers´ como en ´Countess Dracula´ era importante que los personajes se sacaran la ropa en algunas escenas. Me gustó que los directores fuesen considerados y rodaran dichas escenas en set cerrados.” Para explicar el éxito de “The Vampire Lovers” Pitt también agregaría, “Tudor Gates escribió un muy buen guion, Baker era preocupado y comprensivo, y no conozco a ningún hombre o mujer que no ame a Peter Cushing.” La segunda película de la actriz para la Hammer sería “Countess Dracula” (1971) del director Peter Sasdy, la cual giraría en torno al caso de Elisabeth Bathory (1560-1614), una condesa tristemente célebre por su costumbre de bañarse con la sangre de jóvenes vírgenes para así mantenerse joven. Si bien Pitt sentía cierta fascinación por la historia de Bathory y se mostró sumamente entusiasmada durante el rodaje del film, no quedó demasiado conforme con el trabajo de Sasdy, quien a su gusto filmó de mala gana la película para la Hammer. La actriz tampoco se mostraría satisfecha con el manejo del clímax de la historia, opinión que eventualmente exteriorizaría en varias entrevistas. Lo más lamentable de todo el asunto, es que al parecer uno de los descendientes de Bathory se ofreció para trabajar como consultor en la producción, pero su ofrecimiento llegó demasiado tarde. De acuerdo a la actriz, “Si hubiese acudido a nosotros con anterioridad podría haber sido de mucha ayuda. Él tenía un montón de archivos familiares en su poder. Yo hablé varias por teléfono con él, y tenía una gran cantidad de historias que contarnos acerca de ella. Algún tiempo después, cuando viajé junto a Christopher Lee a Rumania, vimos el lugar donde la condesa fue amurallada. Según los campesinos locales, aún puedes escuchar a la condesa decir: ´Déjenme salir´.” Más allá de la opinión de Pitt, “Countess Dracula” sería bien recibida por el público y la crítica, quienes rescatarían su cuidada atmósfera y lo sórdido de su historia.

En el periodo comprendido entre los rodajes de ambas producciones para la Hammer, Pitt participó en uno de los segmentos de la cinta de antologías “The House That Dripped Blood” (1971), la cual fue producida por el mayor competidor de la Casa del Martillo, la productora Amicus Productions. En el segmento titulado “The Cloak”, mientras un actor interpretado por Jon Pertwee intenta otorgarle un cierto grado de autenticidad a su retrato de un vampiro en su próxima película, por accidente se involucra en un verdadero caso de vampirismo junto a su co-estrella Carla Lynde (Ingrid Pitt). Poco tiempo después, Pitt volvería a trabajar con Pertwee, esta vez en la serie de televisión “Doctor Who” (1963-actualidad), específicamente en dos episodios de un arco titulado “The Time Monster” (1972), donde interpretaría a la Reina Galleia, una suerte de interés amoroso de uno de los enemigos del Doctor conocido como El Amo. Varios años más tarde, la actriz volvería a participar en “Doctor Who”, esta vez interpretando a Solow en los tres episodios que conformaron el arco titulado “Warriors of the Deep” (1984). Tras trabajar en un par de series de televisión y en el drama “Nobody Order Love” (1972), donde según la misma Pitt es posible ver la mejor actuación de su carrera (aunque en la actualidad lamentablemente no existen copias disponibles de los negativos de dicha producción), ella conseguiría un pequeño rol en la cinta “The Wicker Man” (1973) de Robin Hardy, la cual eventualmente se convertiría en una película de culto. Curiosamente, Pitt jamás recordó con mucho cariño su participación en dicho film, e incluso se mostró abiertamente contraría a la eventual restauración del corte del director. “Dios Santo, que aburrido. Es demasiado larga. Lo que habían editado originalmente estaba bien. Es más de lo mismo. Solo son más escenas de Christopher Lee hablando y experimentando una oleada retórica sinfín en su cerebro. Y así continúa y continúa…” 

Who Dares Wins (1982)
Wild Geese 2 (1985)
Ingrid Pitt: Beyond the Forest (2011)

Cuando a mediados de la década del setenta la industria cinematográfica británica comenzó a experimentar una serie de dificultades, muchos profesionales, entre los que se encontraba la propia Pitt, se vieron obligados a buscar otras alternativas para generar recursos. Según la actriz, “Nadie me daba un maldito trabajo, era tan simple como eso.” Parte de sus dificultades para encontrar papeles en el cine, también estaban ligadas a su reciente divorcio de uno de los ejecutivos más importantes del conglomerado cinematográfico Rank Organisation, George Pinches. De acuerdo a Pitt, “No podía encontrar trabajo en Inglaterra debido a que mi marido les advirtió a los productores que si me contrataban para aparecer en un film, este no sería exhibido. No los culpo por tomarse esa amenaza tan a pecho. Eventualmente me fui del país por algunos años y regresé luego de su fallecimiento. Pero para aquel entonces el bote ya había zarpado hace mucho tiempo.” Fue así como a la actriz  no le quedó más remedio que refugiarse en la televisión, en proyectos tan diversos como los shows “The Zoo Gang” (1974-1975) y “Thriller” (1973-1976), en la miniserie “Smiley´s People” (1982), y en los telefilmes “Artemis 81” (1981), “The Comedy of Errors” (1983) y “The House” (1984). Al mismo tiempo, durante aquel periodo Pitt también aprovecharía de dedicarse al teatro, ayudando en muchas oportunidades a su tercer esposo, el guionista Tony Rudlin, a producir algunas obras teatrales. Finalmente, ella utilizaría este periodo para probar suerte como novelista, debutando con “Cuckoo Run”, un thriller de espionaje que gira en torno a una trama de confusión de identidades. Con respecto a su primera novela, Pitt declararía: “Se la llevé a Cubby Broccoli. Contaba la historia de una mujer llamada Nina Dalton, la cual es perseguida por toda Sudamérica debido a que la confunden con una espía. Cubby me dijo que era la versión femenina de James Bond. Fue muy amable.” Algunos años más tarde, la actriz pasaría un buen tiempo en Sudamérica con el objetivo de investigar acerca de la vida del presidente argentino Juan Perón. En 1984, dicha investigación se convertiría en la novela “The Perons”, la cual relataba el ascenso al poder y el eventual exilio de un hombre que según Pitt, “sería reconocido como el primer líder democrático de Argentina. Él fue reelegido tres veces de manera democrática. Nadie más puede decir eso. Los argentinos piensan que él nació para convertirse en presidente.”

Ese mismo año, la actriz y su esposo serían contratados para escribir el guion de uno de los episodios de “Doctor Who” cuyo título tentativo era “The Macro Men”. Pese a que la pareja participó en numerosas reuniones con el editor de guiones Eric Saward, el guion quedó estancado en las etapas iniciales de su desarrollo bajo el título de “The Macros”. Eventualmente la historia sería lanzada en Junio del 2010 bajo el marco de la serie “Doctor Who: The Lost Stories”, la cual reuniría varios relatos que jamás fueron utilizados en el show de televisión en formato de audio. Durante el resto de la década de los ochenta, Pitt también trabajaría en un par de largometrajes, usualmente interpretando a villanas, entre los que se encuentran “Who Dares Wins” (1982), “Wild Geese 2” (1985), y “Hanna´s War” (1988). Tras permanecer por más de una década alejada del cine, la actriz participaría junto a su hija Steffanie en el film de horror de bajo presupuesto “The Asylum” (2000). Finalmente, tras recuperarse de una grave enfermedad, Pitt obtendría un rol en la cinta “Sea of Dust” (2008), la cual pretendía funcionar como una suerte de tributo a las producciones de la Hammer Films y a las películas del director italiano Mario Bava. Este sería el último largometraje que la actriz protagonizaría previo a su fallecimiento, ocurrido el 23 de Noviembre del 2010, a causa de una falla cardíaca congestiva. Poco tiempo después de su muerte, se estrenaría el corto animado “Ingrid Pitt: Beyond the Forest” (2011), el cual además de explorar la experiencia de Pitt durante el Holocausto, contó con la narración de la propia actriz y con la colaboración de Bill Plympton, quien estuvo a cargo del diseño de los personajes. Voluptuosa, hermosa e hipnótica, Ingrid Pitt, quien sería denominada como la “Primera Dama del Cine de Horror Británico”, se convertiría casi sin darse cuenta en un ícono dentro un género que conocía bastante bien debido a las horrendas experiencias que tuvo que vivir durante su infancia. De hecho, sería tal su humildad a la hora de referirse a su carrera, que en una entrevista su hija Steffanie aseguró que su madre quería ser recordada “como la Condesa Drácula que tenía unos dientes maravillosos y un magnífico busto.”  

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