Durante la primera mitad de la dĆ©cada del setenta, Sean Connery se caracterizĆ³ por participar en una serie de producciones bastante diversas, entre las cuales se encuentran las recordadas y alabadas “The Offence” (1972) y “The Man Who Would Be King” (1975), y la curiosa y sumamente cuestionable “Zardoz” (1974). Justo en medio de estas producciones de calidad dispar, Connery realizarĆ­a el thriller polĆ­tico “Ransom” (1974) junto al director finlandĆ©s Caspar Wrede, quien hasta ese entonces habĆ­a desarrollado gran parte de su carrera en la televisiĆ³n. Muchos aƱos antes de que la palabra terrorismo adquiera una relevancia especial, y que el concepto se transformara en una amenaza latente a nivel global, en algunos lugares del mundo el terrorismo ya se presentaba como una espina que erosionaba la tranquilidad civil, al mismo tiempo que buscaba destruir ciertos consensos o instituciones establecidos por la sociedad. Resulta importante recordar que el terrorismo no estĆ” limitado a un solo grupo de personas. Sujetos de todas las ideologĆ­as, razas, religiones, y agendas han utilizado el terror como una herramienta para conseguir sus objetivos, para realizar un llamado de atenciĆ³n, o para enarbolar un discurso radical en contra de una determinada polĆ­tica o religiĆ³n, solo por nombrar algunos motivos recurrentes. Por ejemplo, a principios de la dĆ©cada del setenta, Reino Unido era testigo de cĆ³mo los miembros del EjĆ©rcito Republicano IrlandĆ©s (IRA) se alzaban como un grupo terrorista con la intenciĆ³n de combatir el colonialismo britĆ”nico reinante en Irlanda. BasĆ”ndose en la oleada de violencia generada precisamente por grupos como el IRA, el guionista Paul Wheeler desarrollĆ³ un guion que buscaba reflejar los peligros y las ramificaciones polĆ­ticas de este nuevo tipo de amenaza, el cual eventualmente titularĆ­a “Ransom”.


El film de Wrede se centra en un grupo de terroristas liderados por el temido Martin Shepherd (John Quentin), el cual ha secuestrado al embajador britĆ”nico Palmer (Robert Harris), quien reside en un paĆ­s ficticio de Escandinavia. Sus demandas son sencillas: el embajador serĆ” liberado una vez que varios de sus compaƱeros encarcelados sean dejados en libertad por las autoridades britĆ”nicas. Ante la posibilidad de que sus planes se vean frustrados, otro pequeƱo grupo de terroristas liderados por un hombre llamado Ray Petrie (Ian McShane), secuestra un vuelo comercial repleto de pasajeros inocentes, a los cuales planea utilizar como moneda de cambio en caso de que la situaciĆ³n con Shepherd se complique. Lamentablemente para los planes de los secuestradores, durante el aterrizaje del vuelo, en una arriesgada maniobra el piloto de dicho aviĆ³n (Norman Bristow) inutiliza el tren de aterrizaje, para que de esta forma la aeronave no pueda moverse de una de las pistas de aterrizaje y las autoridades dispongan del tiempo suficiente como para evaluar las acciones a seguir. Ante la compleja situaciĆ³n, el Gobierno BritĆ”nico no tiene mĆ”s remedio que aceptar cada una de las peticiones de los terroristas. Sin embargo, el experto en seguridad nacional local designado para manejar la situaciĆ³n, Nils Tahlvik (Sean Connery), tiene unas Ć³rdenes muy diferentes; sus superiores lo han autorizado a intentar frustrar el plan de los terroristas con la finalidad de capturarlos, antes de que las autoridades britĆ”nicas les permitan salirse con la suya.


Con la intenciĆ³n de establecer los alcances de la amenaza terrorista existente en aquel entonces, “Ransom” comienza con una sucesiĆ³n de imĆ”genes de archivo de diversos ataques terroristas, tras lo cual la acciĆ³n se traslada rĆ”pidamente a la residencia del Embajador BritĆ”nico ubicada en el paĆ­s escandinavo en el cual se desarrolla el film. En dicho lugar y ataviados con unas medias sobre sus rostros, Martin Shepherd y sus compaƱeros se encargan de establecer sus demandas para posteriormente en el film, describir de manera bastante superficial los motivos que los han llevado a involucrarse en una violenta lucha contra un sistema que consideran corrupto. En la vereda contraria se encuentra Nils Tahlvik, un policĆ­a determinado e implacable con muy poca experiencia en situaciones ligadas al terrorismo, el cual no solo deberĆ” lidiar con dos secuestros de manera simultĆ”nea, sino que ademĆ”s tendrĆ” que buscar la forma de superar las presiones polĆ­ticas que trae consigo la participaciĆ³n de diplomĆ”ticos tales como el gravemente enfermo Embajador Palmer, y el CapitĆ”n Frank Barnes (Jeffry Wickham), quien ha sido enviado por el gobierno BritĆ”nico para supervisar toda la operaciĆ³n. Esto provoca que la situaciĆ³n se vuelva una verdadera batalla de ingenios entre los involucrados, especialmente entre Tahlvik y Petrie quienes desde sus respectivas trincheras buscan la manera de doblegar a su rival.


Uno de los principales problemas de “Ransom” es el exceso de giros de tuerca que presenta un guion a ratos algo confuso, lo que provoca que el film pierda buena parte de su intensidad a medida que se va desarrollando el conflicto. A raĆ­z de esto existen algunas subtramas que de un momento a otro pierden toda su importancia, y lo que es aĆŗn peor, es que esto afecta incluso al hecho que desencadena la serie de situaciones en las que se ven involucrados Talhvik, el CapitĆ”n Barnes, y el resto de los personajes que interactĆŗan en la cinta, ya que a ratos se diluye al punto de convertirse casi en una anĆ©cdota. Sin embargo, el mayor problema que presenta el film de Wrede es que su exploraciĆ³n del terrorismo y sus ramificaciones es estrictamente superficial, por lo que el director no se toma la molestia de desarrollar la mentalidad y la ideologĆ­a de los terroristas, ni tampoco de retratar el drama de quienes se convierten sĆŗbitamente en sus vĆ­ctimas, ni mucho menos de mostrar las consecuencias polĆ­ticas del accionar final del protagonista, el cual inevitablemente resulta algo errĆ”tico y antojadizo, aun cuando se entiende que es su forma de demostrar su disconformidad con la peculiar manera en la que el Gobierno BritĆ”nico parece estar combatiendo el terrorismo. Por Ćŗltimo, resulta a lo menos sorprendente la pasividad con la que los pasajeros del vuelo secuestrado se toman la situaciĆ³n en la que se ven envueltos, lo que provoca que se establezca una relaciĆ³n prĆ”cticamente cooperativa entre los rehenes y los terroristas, la cual termina mermando por completo el interĆ©s que el espectador pueda tener por el destino de todos los involucrados.


MĆ”s allĆ” de estos problemas narrativos y dramĆ”ticos, “Ransom” cuenta con el correcto trabajo interpretativo de la totalidad de un elenco que hace lo posible por intentar escapar de la unidimensionalidad de sus personajes. En el caso puntual de Sean Connery, el actor una vez mĆ”s hace gala de su magnetismo y su carisma distintivo, lo que en cierta medida permite que el espectador perdone el hecho que el escandinavo Coronel Talhvik sea poseedor de un inconfundible acento escoses. La otra razĆ³n por la cual el protagonista logra ser medianamente interesante, es porque se trata de un hombre que no se limita solo a seguir Ć³rdenes, ya que en su afĆ”n por llevar a cabo su labor de la mejor manera posible, se lanza a la tarea investigar quĆ© es lo que se oculta tras el riesgoso y explosivo plan de los terroristas, a sabiendas que aquello puede traducirse en una serie de graves consecuencias polĆ­ticas y personales. Ian McShane por su parte, no solo se destaca porque realiza un buen trabajo interpretando a un terrorista frĆ­o y calculador, sino porque ademĆ”s termina siendo protagonista de una de las vueltas de tuerca mĆ”s interesantes de la pelĆ­cula. Por otro lado, en lo que se refiere al aspecto tĆ©cnico de la producciĆ³n, no solo resulta destacable la estupenda direcciĆ³n de fotografĆ­a de Nils Nykvist, en especial durante una secuencia de persecuciĆ³n aĆ©rea que se desarrolla en medio de unas montaƱas nevadas, sino que tambiĆ©n la efectiva banda sonora de Jerry Goldsmith, aun cuando estĆ” lejos de ser una de las creaciones mĆ”s memorables del elogiado compositor.


Otro de los elementos interesantes de “Ransom”, es una serie de escenas en las cuales los protagonistas discuten acerca de las ventajas y las desventajas de las diferentes tĆ”cticas de negociaciĆ³n con los terroristas. Es ahĆ­ donde se contrastan los beneficios de ceder ante sus demandas y salvar de esta forma las vidas de decenas de inocentes sin la necesidad de derramar de sangre, con las desventajas de intentar frustrar sus planes de manera violenta, para asĆ­ no sentar un precedente de debilidad que serĆ­a nefasto para un paĆ­s pequeƱo como el que sirve de escenario para esta pelĆ­cula. Y es que ni Tahlvik ni sus superiores desean convertirse en el blanco de futuros ataques terroristas, por lo que harĆ”n todo lo que estĆ© a su alcance para demostrar que tienen cero tolerancia con el terrorismo. MĆ”s allĆ” de eso y de la sorpresiva vuelta de tuerca final de la cinta, “Ransom” no es mĆ”s que un thriller polĆ­tico promedio que estĆ” lejos de ser trascendente. Tampoco ayuda demasiado el hecho de que el guion confine al personaje interpretado por Connery a una oficina, la cual se convierte en el centro de operaciones desde el cual Ć©l intenta superar en ingenio a los terroristas. Y es que lamentablemente para cuando Tahlvik se mete de lleno en la acciĆ³n, ya es demasiado tarde. Aunque evidentemente existen thrillers de temĆ”ticas similares mucho mejor desarrollados que el film de Caspar Wrede, este tiene la virtud de funcionar como una suerte de cĆ”psula temporal del terrorismo reinante en la dĆ©cada del setenta, el cual segĆŗn la particular visiĆ³n del director parecĆ­a ser bastante mĆ”s inofensivo que el existente en la actualidad.

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