Tras el éxito de la cinta de Roger Corman, “The Raven” (1963), la cual formaba parte del ciclo de adaptaciones de la obra de Edgar Allan Poe que llevó a cabo el director bajo el alero de la productora American International Pictures, de inmediato el equipo creativo involucrado en dicho ciclo comenzó a desarrollar un proyecto que pudiese reunir nuevamente a Vincent Price, Boris Karloff y Peter Lorre, quienes habían exhibido una gran química en “The Raven”. Debido a que en ese momento Corman estaba afinando los últimos detalles de la cinta “The Masque of the Red Death” (1964), la dirección del proyecto le fue asignada a Jacques Tourneur, quien recientemente había sido contratado por la AIP. El guion de la cinta que eventualmente sería bautizada como “The Comedy of Terrors” (1964), estaría a cargo del escritor Richard Matheson, quien había trabajado junto a Corman en varias de las adaptaciones previas del ciclo de Poe. Para sorpresa de todos los involucrados, se produciría una gran controversia en torno al guion. Una vez finalizado el rodaje, Tourneur expresó públicamente su descontento con la producción, cosa que sorprendió a Matheson. Según el escritor, el guion al cual Tourneur solo le había dedicado alabanzas fue filmado respetando cada palabra, tras lo cual agregaría, “Solo puedo asumir que Tourneur no quedó satisfecho con algunas de las actuaciones del elenco participante.” Si bien las declaraciones del director pueden haber estado ligadas al hecho que poco después de comenzado el rodaje, Boris Karloff, quien hace varios años que padecía de artritis, le pidió a Tourneur intercambiar roles con Basil Rathbone ya que su dolor articular no le permitía moverse demasiado, la verdad es que el origen de sus controversiales dichos parece ir más en la línea de los cuestionamientos que recibió por parte de la prensa, la cual no podía entender como uno de los arquitectos del film noir había aceptado dirigir una sátira de horror.

La historia de “The Comedy of Terrors” se desarrolla en pleno siglo XIX, en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra. En dicho lugar vive Waldo Trumbull (Vincent Price), el irresponsable e inescrupuloso administrador de una funeraria, la cual es propiedad de Amos Hinchley (Boris Karloff), su senil y sordo suegro. Lamentablemente para Trumbull, cuya mayor entretención es beber hasta perder el conocimiento para así no tener que soportar a su molesta esposa Amaryllis (Joyce Jameson), el negocio está en su peor momento debido a la falta de clientes. Con el fin de revertir la situación, en compañía de su ayudante, un inepto ladrón llamado Felix Gillie (Peter Lorre), Trumbull no solo ha debido profanar un buen número de tumbas para recuperar el único ataúd con el que cuenta la funeraria, sino que además ha decidido poner en práctica una nueva y agresiva estrategia empresarial, la cual consiste en la captación de clientes en contra de su voluntad. Es así como cuando llega la noche, Trumbull y su torpe ayudante visitan domicilios habitados por hombres viudos y entrados en edad, para asesinarlos a sabiendas que sus muertes difícilmente van a levantar alguna sospecha. Aunque por un tiempo todo parece funcionar a la perfección, cuando Trumbull decide asesinar a John Black (Basil Rathbone), el excéntrico dueño de la casa en la cual reside junto a su familia, las cosas se complicarán más allá de lo esperado debido a que Black tiene la mala costumbre de levantarse de la tumba para atormentarlo, poniendo de esta forma en riesgo su peculiar operación. 



Aun cuando “The Comedy of Terrors” no pertenece al ya mencionado ciclo de adaptaciones de la obra de Edgar Allan Poe, perfectamente podría formar parte de él por múltiples razones, siendo la más obvia de ellas el equipo de profesionales involucrados en la producción. Más allá del elenco participante, tanto Richard Matheson como el compositor Les Baxter y el director de arte Daniel Haller, fueron parte fundamental de la estética y el tono que caracterizó a las películas del ciclo. Con esto en consideración, no resulta extraño que entre otras cosas, el personaje de Vincent Price en un determinado momento del film recite una de las líneas del poema “The Raven”, o que tanto Waldo Trumbull como Felix Gillie sean una suerte de extensión de los personajes que Price y Lorre interpretaron en uno de los segmentos de la cinta “Tales of Terror” (1962), el cual llevaba por título “The Black Cat”. Por último y quizás lo más interesante de todo, es que  “The Comedy of Terrors” es básicamente una sátira del ciclo, en especial de “The Premature Burial” (1962), cuyo protagonista, el cual fue interpretado por Ray Milland, vivía atormentado por la idea de ser enterrado vivo tal y como le había sucedido a su padre, quien sufría de catalepsia. En esta oportunidad es el personaje de Rathbone quien sufre de catalepsia, lo que dificulta de sobremanera que Trumbull y su asociado puedan convertirlo en uno de los clientes de la funeraria. En esencia, la cinta de Tourneur es una comedia de errores donde pese a que las motivaciones de los protagonistas están lejos de ser loables, el espectador de todas formas desarrolla una simpatía por su peculiar emprendimiento, el cual es presentado de manera caricaturesca para suavizar el hecho que Trumbull y Gillie son básicamente dos asesinos dementes.

Gran parte del encanto de “The Comedy of Terrors” reside en sus personajes y la dinámica que se entabla entre ellos. A diferencia de una buena parte de los alcohólicos cinematográficos, Trumbull es un borracho elocuente que maquina sus ideas más brillantes cuando está empapado en alcohol. El personaje de Price es básicamente un patán carismático, un verdadero antihéroe que aplica constantemente la ley del mínimo esfuerzo, al mismo tiempo que insulta sin ningún tipo de contemplación a su esposa a quien desprecia, abusa de su torpe y frágil colaborador quien está secretamente enamorado de Amaryllis, e intenta asesinar a su suegro haciéndole creer que le está dando un frasco de medicina cuando en verdad le está entregando un frasco de veneno. El personaje de Basil Rathbone por su parte, también posee el mismo tono caricaturesco que caracteriza a Trumbull, solo que en su caso explota durante el tramo final de la película cuando tras numerosos intentos por parte del protagonista de ayudarlo a alcanzar su descanso eterno, las cosas finalmente se salen de control mientras él aprovecha de citar algunas líneas de “Macbeth”. Curiosamente, es Peter Lorre quien entrega la interpretación más sobria de toda la película, la cual si bien puede haber sido el resultado de su delicado estado de salud al momento de participar en la producción (el actor fallecería poco después de completar la cinta, y su doble es fácilmente identificable en determinadas escenas), funciona de maravilla como contrapeso a la extravagancia que caracteriza al personaje de Price. Por último, aun cuando es subutilizado y su personaje carece de una gran movilidad, Boris Karloff tiene un par de momentos realmente cómicos que justifican su participación en la película. 



Como es de suponer, el estilo de comedia presente en “The Comedy of Terrors” está lejos de ser sutil. De hecho, el humor slapstick, lo colorido de los diálogos, y el tono caricaturesco de los personajes y de algunas situaciones, son realzados por la juguetona banda sonora del compositor Les Baxter. Aun cuando esto funciona de maravilla y ha soportado de buena manera el paso del tiempo, en su momento la crítica no le dedicó comentarios demasiado halagadores a la producción. Por ejemplo, el crítico Philip K. Scheuer describió a la película como “una serie de gags predecibles que son repetidos hasta el infinito, hasta el punto de la náusea… Me sentí avergonzado de ver a quienes alguna vez fueron actores reputados sobreactuando por todo el lugar, burlándose de lo poco que quedaba de sus pobres imágenes.” Lamentablemente, el público tampoco se mostraría demasiado entusiasmado por la película. De acuerdo a Richard Matheson, la cinta “no perdió dinero. Ellos (AIP) me dijeron que el título les produjo pérdidas considerables. Creo que fue porque era una contradicción en sí mismo. El terror vendía y las comedias provocaban que el público huyera despavorido, y en este caso se abarcaban ambos géneros al mismo tiempo. Pero creo que era un guiño bastante inteligente a ´La Comedia de las Equivocaciones” de Shakespeare… Creo que ellos probablemente lamentaron no haber utilizado un título ligado a Poe, porque Poe era más comercial. Supongo que no supieron publicitarla. De todas formas sería la última película que haría ya que me estaba cansando de escribir acerca de personas que eran enterradas vivas, por lo que decidí hacer una broma al respecto.” Independiente de los dichos de Matheson y del resultado comercial del film, si hubo planes para realizar una suerte de secuela de “The Comedy of Terrors”, la cual pretendía reunir a todo el elenco junto a Tallulah Bankhead y cuyo título tentativo era “Sweethearts and Horror”. Sin embargo, esta jamás se llevó a cabo debido al triste fallecimiento de Peter Lorre ocurrido el 23 de Marzo de 1964.

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