Mientras
que Mario Bava suele ser reconocido como el precursor del giallo gracias a su trabajo
en la cinta “The Girl Who Knew Too Much” (1963), y Dario Argento suele ser
acreditado como el responsable de sentar las bases del subgénero a través de “The
Bird With the Crystal Plumage” (1970), Sergio Martino en un lapso de tan solo
cuatro años se ganó el derecho a ser señalado por algunos aficionados como el
mejor director del giallo. Si bien esta es una aseveración sumamente
discutible, especialmente si se considera que tanto Bava como Argento tuvieron
otras incursiones exitosas y memorables dentro del subgénero, Martino se las
arregló para producir cinco giallos de manera consecutiva (“The Strange Vice of
Mrs. Wardh”, “The Case of the Scorpion´s Tail”, “All the Colors of the Dark”, “Your
Vice is a Locked Room and Only I Have the Key” y “Torso”) que habitualmente son
mencionados entre las obras indispensables del llamado “thriller a la italiana”.
Una vez que Martino terminó la producción de “The Strange Vice of Mrs. Wardh”
(1971), cinta en la cual exploró los límites de la represión sexual y la
infidelidad, temas comunes dentro de las entradas del popular subgénero, confiado
en el eventual éxito de su debut en el giallo (el que a su vez era el quinto
largometraje de la que se convertiría en una filmografía increíblemente
diversa), rápidamente se lanzó a la tarea de desarrollar un proyecto de
características similares en compañía de su hermano, el productor Luciano
Martino, y los guionistas Ernesto Gastaldi, Eduardo Manzanos Brochero y Sauro
Scavolini. De esta forma nació “The Case of the Scorpion´s Tail” (1971), donde el
director nuevamente tendría la oportunidad de colaborar con el actor George
Hilton, quien protagonizaría tres de sus cinco giallos.
“The
Case of the Scorpion´s Tail” inicia con el súbito fallecimiento de un
empresario llamado Kurt Baumer en un extraño accidente de avión. Su infiel esposa,
Lisa Baumer (Ida Galli), resulta ser la única beneficiaria de un seguro de vida
contratado por él avaluado en un millón de dólares. Con el objetivo de cobrar
el dinero lo antes posible, Lisa viaja a Grecia, país al cual es seguida por
Peter Lynch (George Hilton), el investigador de la compañía de seguros ligada a
Baumer. Aun cuando nadie cree que Lisa pueda ser la responsable del confuso desastre
aéreo, hay algo sumamente sospechoso en todo el asunto por lo que la
investigación de Lynch no es del todo injustificada. Irónicamente, cuando Lisa
es brutalmente asesinada y el dinero desaparece de la faz de la Tierra, Lynch
se convierte en el principal sospechoso de la policía ya que durante el curso
de su investigación entabló una relación amorosa con la viuda. Agobiado por la
posibilidad de ser encarcelado por un crimen que no cometió y ante la aparición
de otros cadáveres relacionados con Lisa, Lynch une fuerzas con una atractiva periodista
llamada Cléo Dupont (Anita Strindberg) que desea realizar un reportaje acerca
del caso, y con el Inspector de policía Stavros (Luigi Pistilli), todo esto para
descubrir quién está detrás de los crímenes y que ha sucedido con el dinero.
Lo
primero que sin lugar a dudas llama la atención con respecto a “The Case of the
Scorpion´s Tail”, es el homenaje que Sergio Martino le rinde al trabajo de
Alfred Hitchcock, específicamente a lo hecho por el británico en el film “Psycho”
(1960). De hecho, resulta interesante realizar una comparación en lo que
respecta a la manera como ambas películas durante aproximadamente su primera
media hora de metraje, juegan con la audiencia al entregarle una gran cantidad
de datos que supuestamente son importantes, pero que a fin de cuentas no solo terminan
siendo parte de las pistas falsas que habitualmente están insertas en la
estructura de los relatos de misterio, sino que además incluso pueden ser percibidas
como información absolutamente irrelevante considerando como terminan ambas
historias. Y es que tal y como sucede en la cinta de Hitchcock, en “The Case of
the Scorpion´s Tail” quien supuestamente es la protagonista de la producción
fallece de manera prematura, pese a que el primer tramo del film se centra
específicamente en la relación extra-marital que esta mantiene, en la misteriosa
muerte de su esposo, y en la sorpresiva noticia que es la única beneficiara de
un seguro de vida que no le traerá más que problemas. Además de Lynch, hay
otros personajes que se acercarán a Lisa entre los que se encuentran quien
parece ser un antiguo amante drogadicto el cual intenta chantajearla con
revelar parte de su pasado, una mujer que asegura ser la amante de su marido
(Janine Reynaud) quien también desea parte del dinero del seguro de vida, y
otro investigador designado por la aseguradora cuya identidad no está del todo
clara. Como suele suceder en la gran mayoría de los giallos, una buena parte de
los supuestos sospechosos gradualmente se van convirtiendo en víctimas hasta
que es revelado el verdadero culpable de los crímenes y sus motivaciones, las
cuales en este caso no son tan difíciles de deducir.
Todo
esto finalmente sirve más o menos como preludio a la “verdadera trama” del
film, periodo durante el cual Lynch comienza a relacionarse con Cléo Dupont,
quien no tarda demasiado en ejercer el papel de la damisela en peligro. En
medio de todo esto, la película incluye un buen número de escenas de violencia que
son visualmente atractivas más allá de sus limitaciones presupuestarias,
algunas de las cuales son bastante gráficas a la hora de mostrar como el
asesino mutila a sus víctimas con la ayuda de una navaja (de hecho, hay una
escena de “violencia ocular” que es particularmente realista). Sin embargo, el
verdadero motor de la historia es el misterio que intentan desentrañar los
protagonistas, el cual para fortuna del espectador cuenta con un puñado de vueltas
de tuerca realmente interesantes, aun cuando algunas de ellas adolecen de
ciertos fallos a la lógica que Martino intenta ocultar mediante una serie de
explicaciones algo forzadas que son insertadas durante el clímax de la cinta. Por
otro lado, la totalidad del elenco realiza una gran labor interpretativa,
especialmente George Hilton y Anita Strindberg quienes exhiben una gran química
entre sí que colabora a que su subtrama romántica adquiera una mayor verosimilitud
pese a que se genera de manera algo apresurada. Alberto de Mendoza también
realiza un estupendo trabajo interpretando a un misterioso agente de la
Interpol llamado John Stanley, cuyos métodos investigativos son a lo menos
cuestionables. En lo que respecta al aspecto técnico de la producción, llama la
atención la dirección de fotografía de Emilio Foriscot, quien en conjunto con
Sergio Martino hace uso de curiosos ángulos de cámara e incómodos close-ups con
el fin de desorientar al espectador y dejarlo a merced de la atmósfera inquietante
que domina a gran parte de la película. Por último, la banda sonora de Bruno Nicolai
también puede ser identificada como uno de los puntos altos del film, la cual
dicho sea de paso parece haberse inspirado en la música que Nino Rota creó para
la cinta “Romeo and Juliet” (1968) del director Franco Zeffirelli.
“The
Case of the Scorpion´s Tail” tiene un par de problemas ligados a su presupuesto
que quedan expuestos en algunos efectos especiales puntuales, y por momentos adolece
de un ritmo narrativo irregular debido a la inclusión de la subtrama romántica
entre Lynch y Dupont, pero de todas formas contiene todos los elementos
necesarios para alzarse como un buen giallo. Esto se explica porque durante el
transcurso de su carrera, más allá de sus altibajos, Sergio Martino demostraría
ser un director sumamente capaz cuyas producciones frecuentemente ostentarían
un aspecto técnico encomiable, el cual es atribuible al respeto que el cineasta
les profesaba a los grandes maestros del cine. Es por esto que no resulta
extraño que además de incluir una serie de interesantes referencias a la
filmografía de Hitchcock, algunas de las cuales son más evidentes que otras, el
propio Martino haya mencionado en una entrevista que una de sus fuentes de
inspiración al momento de embarcarse en esta producción fue la cinta “Z” (1969)
del director Costa-Gavras, la cual obtuvo el Oscar a la mejor película
extranjera. Esta afirmación llama particularmente la atención porque a
diferencia de la obra de Costa-Gavras, la cual se caracteriza por su
contundente contenido político, el film de Martino ni siquiera hace mención a
la llamada Dictadura de los Coroneles que estaba en el poder en Grecia en el
periodo en el que se desarrolla la historia. Bajo ese prisma, al espectador
tampoco le debería sorprender que un par de secuencias y ciertos elementos
narrativos de “The Case of the Scorpion´s Tail” se asemejen a lo realizado por
Michelangelo Antonioni en “Blow-Up” (1966), en especial el hecho que una
fotografía se convierta en una pieza importante del rompecabezas, la cual al
ampliarla revela una pista muy importante para el caso que Lynch y compañía se
traen entre manos.
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