Pese a su gran importancia dentro del desarrollo del cine de ciencia ficción moderno, al reconocimiento que obtuvo de parte de algunas organizaciones dedicadas a celebrar y conservar el género, a su relevancia dentro de la industria hollywoodense durante al menos dos décadas, a su rol como pionero en el campo de la animación, a sus siete nominaciones a los premios Óscar, y a su galardón honorario por las técnicas que utilizó en el desarrollo de sus “Puppetoons”, George Pal suele ser opacado por figuras como Ray Harryhausen, Roger Corman y Jack Arnold por motivos que cuesta comprender. George Pal, cuyo verdadero nombre era György Pál Marczincsak, nació el primero de Febrero de 1908 en Cegléd, Hungría. Hijo de una pareja de actores de teatro, profesión que jamás le llamó demasiado la atención, desde pequeño demostró tener habilidades para el dibujo lo que lo motivó a estudiar arquitectura en la Academia de Artes de Budapest, de donde se graduaría en 1928. Lamentablemente para sus pretensiones profesionales y pese a su talento para dibujar planos y diseñar edificios, herramientas que posteriormente influenciarían y marcarían su trabajo como productor en la industria cinematográfica, en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial había una sobrepoblación de arquitectos en Hungría, por lo que Pal fue incapaz de conseguir trabajo. Eventualmente es contratado por una agencia publicitaria llamada Hunia Films, gracias a lo cual se inicia en el mundo del cine a través de la confección de anuncios para las salas de exhibición y del diseño de las cartas de títulos utilizadas para presentar los diálogos de las producciones de la época.

En 1931, poco tiempo después de haber contraído matrimonio con Elisabeth “Zsoka” Grandjean, Pal se muda a Berlín donde junto al empresario Paul Wittke funda el estudio Trickfilm-Studio GmbH Pal und Wittke, teniendo a los UFA Studios como su principal cliente hasta 1933. Sería durante este periodo que Pal desarrollaría las bases del concepto que eventualmente se transformaría en sus famosos Puppetoons. Supuestamente, la inexistencia de una cámara pensada especialmente para filmar dibujos motivó a Pal a utilizar marionetas para facilitar su trabajo. La eventual combinación de marionetas con animación en stop-motion demostraría ser todo un éxito en el mundo de la publicidad, razón por la cual Pal sería contactado por unas empresas francesas productoras de tabaco que deseaban un concepto innovador para sus nuevas campañas publicitarias. Aburrido de lo monótona de su labor y de emplear las mismas técnicas tradicionales, Pal les pide permiso a sus jefes para introducir en sus anuncios publicitarios objetos tridimensionales, animados fotograma a fotograma, dotados de características humanas e individuales. Gracias al éxito de un anuncio de cigarrillos que realizó, donde estos bailaban, se retorcían y se convertían en verdaderos personajes, Pal toma la decisión de dedicarse a la animación, realizando cortometrajes con muñecos cada vez más complejos. Poco tiempo después, un promotor llamado Sies Numann le extiende a Pal una oferta imposible de rechazar: trasladarse a Eindhoven, en Holanda, donde podría disponer de un estudio exclusivo para él. Esto coincidió con la ascensión de los nazis al poder, quienes preocupados por la calidad de inmigrantes de Pal y su esposa, los pusieron bajo el radar de la Gestapo. Atemorizado por la situación en Alemania, a mediados de los años treinta Pal y su esposa su mudan a Holanda, donde fundan el Palstudio en una vieja carnicería convertida en un taller de animación, lugar en el cual trabajarían cerca de doscientos colaboradores y técnicos. Es así como Pal comienza su ascendente carrera como animador, convirtiéndose en el realizador de anuncios publicitarios más solicitado de Europa.

Patente del proceso Dynamation Pal
Jasper, el Puppetoon favorito de George Pal
Cartel Promocional de los Puppetoons de los Estudios Paramount

Durante este periodo Pal no solo tendría como uno de sus clientes más importantes al conglomerado multinacional Philips, sino que además llevaría a cabo sofisticados cortometrajes como por ejemplo “Ship of the Ether” (1934), realizado a base de miniaturas de vidrio y cristal; “Philips Cavalcade” (1934), “The Magic Atlas” (1935), “The Sleeping Beauty” (1935) y “Aladdin and the Magic Lamp” (1936), entre otros. A fines de 1939, dos meses antes que Holanda fuese invadida por las tropas alemanas, el matrimonio Pal se muda a los Estados Unidos, donde Pal es fichado por los Estudios Paramount Pictures para producir una serie de cortometrajes protagonizados por muñecos tridimensionales, muy en el estilo de los trabajos que había estado realizando en Europa pero con una gran diferencia, esta vez debían están enmarcados bajo un nombre en común. Tras pensar en varios nombres para su nueva serie de cortometrajes – algunos bastante desafortunados como por ejemplo los Tarambaras – Pal bautiza a sus obras como “Puppetoons” (1941-1948), las cuales estarían destinadas a fascinar a toda una generación de niños y adultos. En aquel entonces, la industria del cine de animación estaba completamente dominada por la técnica del dibujo animado, cuyo mayor y más exitoso exponente era Walt Disney y su respectivo estudio. Si bien existían otros animadores que utilizaban técnicas diferentes de animación, George Pal se iba a convertir en prácticamente el único animador tridimensional de Norteamérica.

Con un equipo de aproximadamente treinta personas, Pal producía en promedio seis cortometrajes al año utilizando su peculiar sistema técnico el cual había patentado bajo el nombre de Dynamation Pal. El proceso, el cual se asemejaba bastante a la técnica del stop-motion empleada por Willis O´Brien y, posteriormente, por su alumno Ray Harryhausen, consistía en animar los muñecos fotograma a fotograma, haciendo una toma de cada movimiento, parando, moviendo el muñeco de nuevo, y volviendo a filmar. Y así, sucesivamente. Lo que hizo Pal fue añadir una pequeña innovación: después de dibujar cada movimiento de un determinado personaje, se fabricaban las partes móviles del mismo en todas y cada una de sus posiciones, para luego ir sustituyendo las piezas fotograma a fotograma en el orden correspondiente. Varios años más tarde en el caso de sus películas de acción real, Pal añadiría efectos especiales a base de miniaturas y maquetas filmadas con cámaras especiales, a velocidades superiores a la normal, convirtiéndose en un verdadero maestro de la fotografía ultra rápida, superando las 78 imágenes por segundo, infundiéndole a sus escenas de desastres un realismo nunca antes visto en el cine de ciencia ficción. Gracias al uso del Dynamation, los “Puppetoons” se convertirían en todo un éxito, con cortometrajes como “Jasper and the Choo-Choo” (1943) y “Jasper in a Jam” (1946), los cuales estarían protagonizados por su personaje favorito, Jasper, quien de acuerdo a Pal era una suerte de versión afroamericana de Huckleberry Finn. Lamentablemente para el realizador húngaro, algunos de sus cortos protagonizados exclusivamente por personajes afroamericanos comenzaron a ser blanco de críticas por parte de algunos sectores que consideraban que contenían un mensaje racista. Con el fin de alivianar la tensión creada por dichos comentarios, Pal se las arregló para que el músico de jazz Duke Ellington participara en uno de sus cortometrajes – “Date With Duke” (1947) - tocando algunas de sus composiciones y dirigiendo una orquesta de figuras de cristal. 

Date With Duke (1947)
Aladdin and the Magic Lamp (1936)
Destination Moon (1950) / Director: Irving Pichel

Dentro de los cortometrajes más destacados de los “Puppetoons” se encuentran “Tulips Shall Grow” (1942), el cual sería un film de propaganda dedicado a su patria adoptiva, Holanda; “John Henry and the Inky Poo” (1946), el cual estaría protagonizado por un hombre afroamericano que desafió a una máquina a vapor; y “Tubyy the Tuba” (1947), uno de sus cortos más populares el cual además fue nominado a un Premio de la Academia. A fines de la década del cuarenta, apoyándose en el éxito conseguido con sus “Puppetoons” y en el Óscar que le otorgó la Academia en 1943, “por el desarrollo de nuevos métodos y técnicas cinematográficas”, George Pal decidió que estaba preparado para probar suerte como productor de largometrajes. “The Great Rupert” (1950) sería una comedia de acción real protagonizada por la marioneta de una simpática ardilla que intentaba ayudar a dos familias a superar sus dificultades. La cinta, cuya dirección recaería en Irving Pichel – quien además interpretaba un pequeño papel – sería recibida de manera entusiasta por el público y la crítica. Poco tiempo más tarde, el propio Pichel asumiría la dirección de la primera incursión de George Pal en la ciencia ficción. El estreno de “Destination Moon” (1950) no solo marcaría una nueva etapa en la carrera de Pal, sino que además cambiaría para siempre el panorama del cine de ciencia ficción, género que hasta ese entonces prácticamente no se había atrevido a imprimirle un cierto grado de realismo a sus conceptos y pretensiones. Con el objetivo de crear una historia que resultara atractiva para el público y que respetara las convenciones del género, Pal contrató al escritor Robert A. Heinlein, quien utilizaría una serie de elementos de su novela “Rocket Ship Galileo” en el guion. Sería el propio Heinlein quien le presentaría a Pal al pintor e ilustrador Chesley Bonestell, quien tras diseñar los impresionantes e ingeniosos decorados de la superficie lunar que aparecen en la película, se convertiría en un colaborador habitual del productor.

Para Pal, Pichel y Heinlein, “Destination Moon” no era cine fantástico, sino un género nuevo que estaba a medio camino entre la ciencia ficción y el documental, algo que sería percibido no solo por el público de la época, sino que también por publicaciones de carácter científico como Popular Mechanics o Popular Science. La cinta sería merecedora de un Óscar a los mejores efectos especiales – responsabilidad de Lee Zavitz – y lanzó a Pal por los caminos de la ciencia ficción durante los diez años siguientes. En 1951 el productor se consagraría dentro del género con el estreno de “When Worlds Collide” (1951) del director Rudolph Maté, cuyo guion era una adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Philip Wylie y el astrónomo Edwin Balmer. La historia de la destrucción del mundo por el choque con la estrella Bellus, y la lucha de unos cuantos cientos de sobrevivientes elegidos para viajar hasta el satélite Zyra a bordo de un “Arca espacial”, presentaría algunas de las constantes del cine de Pal, el cual además de mezclar espectacularidad con “realismo”, se caracterizaría por su visión humanista y cristiana del género, mediante la cual intentaría congraciar ramas tan dispares como la Ciencia con la Religión, y la Tecnología con la Naturaleza. Tal y como había sucedido con “Destination Moon”, “When Worlds Collide” obtuvo el Premio de la Academia a los mejores efectos especiales, los cuales en esta oportunidad estuvieron a cargo de Gordon Jennings y Harry Barndollar, quienes junto a los diseñadores Hal Pereira y Albert Nozaki se convertirían en colaboradores habituales de Pal durante todo el periodo que trabajó al interior de los Estudios Paramount. En su próxima producción, “The War of the Worlds” (1953), Pal nuevamente haría gala de su filosofía religiosa, al mismo tiempo que demostraría su preferencia por el autor H. G. Welles por sobre Julio Verne, los dos autores clásicos del género que más veces fueron llevados a la pantalla grande durante los años 50 y 60. 

When Worlds Collide (1951) / Director: Rudolph Maté
The War of the Worlds (1953) / Director: Byron Haskin
Houdini (1953) / Director: George Marshall

Siguiendo el ejemplo de Orson Welles y su famosa emisión radiofónica que en 1938 replicó la obra de H. G. Welles sin previo aviso, provocando el pánico entre sus radioescuchas, Pal en conjunto con el director Byron Haskin optaron por trasladar la acción de la novela desde la Inglaterra Victoriana a la soleada California de la era moderna, todo esto con la ayuda de un presupuesto de dos millones de dólares, la cifra más alta invertida hasta la fecha en una película de ciencia ficción. El enfrentamiento entre la humanidad y los invasores de Marte, sería la tercera cinta de Pal en obtener un Óscar a los mejores efectos especiales – fue la única producción nominada en esa categoría aquel año – el cual sería acompañado por otras dos nominaciones en las categorías mejor edición y mejor sonido. El mismo año que se estrenó “The War of the Worlds”, Pal quiso demostrar que podía desenvolverse sin problemas en terrenos alejados de la ciencia ficción. Fue así como lanzó el biopic “Houdini” (1953), la cual fue dirigida por George Marshall y protagonizada por el matrimonio de moda en Hollywood: Tony Curtis y Janet Leigh. En gran medida, con “Houdini” Pal pretendía expresar su amor por el ilusionismo, lo que entre otras cosas lo llevó a exigir que los números de magia fuesen rodados en una sola toma, sin la necesidad de utilizar ninguna clase de efectos especiales. La siguiente colaboración entre Pal y Byron Haskin también tendría lugar fuera del cine fantástico, aunque incluiría una serie de escenas en las que miles de hormigas arrasan y devoran todo a paso, hombres incluidos. “The Naked Jungle” (1954) sería una cinta de aventuras protagonizada por Charlton Heston y Eleanor Parker, la cual estaría basada en la historia corta “Leiningen Versus the Ants” del escritor Carl Stephenson. 

Tras este pequeño descanso de la ciencia ficción, Pal se mostró interesado en llevar a la pantalla grande su novela favorita de Julio Verne, “20.000 Leguas de Viaje Submarino”. Sin embargo, a Walt Disney también le interesaba adaptar dicha novela. Tras reunirse con Disney varias veces a puertas cerradas, quien aparentemente mantenía una buena relación con Pal desde su llegada a Hollywood, ambos llegaron a un acuerdo entre caballeros donde Disney, quien ya había comenzado con el rodaje de su versión, terminaría su adaptación del clásico de Verne, mientras que Pal se volcaría en el desarrollo de otros proyectos, sin albergar celos o rencor alguno. Fue así como el productor retomaría su enfoque cuasi documental en la cinta “Conquest of Space” (1955) del director Byron Haskin, cuyo título sería extraído de un libro de Willy Ley y Chesley Bonestell, y su fundamento del ensayo “The Mars Project” de Werner von Braun. En dicho film, Pal y sus colaboradores intentarían realizar un retrato realista de la vida al interior de una estación espacial y de la llegada del hombre a Marte. Lamentablemente “Conquest of Space” no tendría el mismo impacto que las anteriores incursiones de Pal en el género, básicamente porque la calidad de los efectos especiales se vio afectada por el escaso presupuesto con el que contaba la producción, y porque la veta religiosa del argumento pecó de ser demasiado ingenua. También influirían en su pobre desempeño comercial ciertas imposiciones ejercidas por los ejecutivos de los estudios Paramount, las cuales molestarían tanto a Pal que jamás volvió a trabajar con ellos. Lo que es aún peor, es que este traspié echó por la borda la idea de Pal de rodar una secuela de “When Worlds Collide” titulada “After Worlds Collide”, la cual se basaría en la novela homónima de Philip Wylie y Edwin Balmer. 

The Naked Jungle (1954) / Director: Byron Haskin
Conquest of Space (1955) / Director: Byron Haskin
Tom Thumb (1958) / Director: George Pal

Luego de un hiato que se prolongaría por tres años, Pal decide probar suerte como director de la comedia musical “Tom Thumb” (1958), la cual estaría basada en el cuento “Thumbling” de los Hermanos Grimm. El rodaje de esta cinta no sería un proyecto sencillo de llevar a cabo, especialmente porque a Pal le costó conseguir el respaldo económico necesario para una producción que en un principio solo sería protagonizada por marionetas. A raíz de esto, a Pal no le queda más remedio que trasladarse a Inglaterra, auspiciado por los Estudios MGM, y combinar animación con acción real. Al ritmo de las piezas musicales escritas por Peggy Lee y Sonny Burke, Pal le sacó el máximo provecho posible a su colaboración con Russ Tamblyn, Peter Sellers y Terry-Thomas, y a las animaciones y los muñecos creados por Gene Warren y Wah Chang, lo que en su conjunto permitió que “Tom Thumb” se convirtiera en todo un éxito artístico y comercial, el cual obtuvo un Óscar a los mejores efectos especiales. Esto le dio a Pal la confianza necesaria para embarcarse nuevamente en un proyecto situado en los terrenos de la ciencia ficción. “The Time Machine” (1960) no solo sería su segunda película como director y su segunda adaptación de la obra de H. G. Wells, sino que además para muchos entendidos es probablemente la mejor obra de su carrera. A diferencia de “The War of the Worlds” que en más de un sentido colindaba con el género del horror, esta producción estaría más ligada al cine de aventuras y carecería en gran medida del cinismo de propio de la obra de Welles. Por otro lado, en esta oportunidad Pal optaría por conservar el escenario victoriano en el que se desarrollaba la novela, lo cual se refleja incluso en el diseño Art Nouveau de la máquina que utiliza el protagonista para viajar en el tiempo. Rodeado de una nueva camada de colaboradores, entre los que se encontraban Gene Warren, Wah Chang y Tim Barr (cuyos efectos especiales conquistarían otro Óscar para la factoría de Pal), el director se preocupó hasta del más mínimo detalle de la producción, desde la confección de un storyboard completo hasta el diseño de vestuario, todo esto mientras hacía uso de algunas viejas técnicas de fotografía ultra rápida y discutía algunos puntos de la historia con el actor Rod Taylor, quien haría todo lo posible por lograr que su personaje combinara el carácter intelectual de un científico con la valentía y el romanticismo de un aventurero.

Basada en la novela del mismo nombre del escritor Gerald Hargreaves, “Atlantis, The Lost Continent” (1961) sería identificada como una obra menor dentro de la carrera de Pal, pese a que el director contó con casi el mismo equipo técnico que trabajó en “The Time Machine”. La crítica sería particularmente dura con esta producción donde nuevamente Pal examinaría el tema de la Ciencia versus la Naturaleza, en especial por la inclusión de imágenes de archivo pertenecientes a las películas “The Naked Jungle” y “Quo Vadis” (1951). Apoyado por los estudios MGM, Pal le daría poca importancia a este traspié y llevaría a cabo un proyecto en el cual llevaba pensando durante al menos una década: el rodaje de la vida y obra de los Hermanos Grimm. Para “The Wonderful World of the Brothers Grimm” (1962) Pal contrataría al director Henry Levin, quien previamente había trabajado con otros genios del cine fantástico como Ray Harryhausen e Irwin Allen, para que se hiciera cargo de la parte biográfica del film, mientras que él asumió la dirección de los tres cuentos de hadas introducidos a lo largo de la historia. En la que sería la primera película en ser rodada en Cinerama (proceso cinematográfico que consiste en rodar con tres cámaras sincronizadas y proyectadas por tres proyectores de 35mm que trabajan en igual sincronía, dando como resultado una imagen panorámica) Pal nuevamente trabajaría con Gene Warren y Wah Chang, e incluso tendría la oportunidad de colaborar con su hijo David. Con un elenco repleto de estrellas internacionales como Laurence Harvey, Karl Boëhm, Claire Bloom, Terry-Thomas, Russ Tamblyn e Yvette Mimieux, “The Wonderful World of the Brothers Grimm” sería la última cinta exitosa de Pal, todo esto a raíz del incomprensible resultado de su siguiente proyecto. 

The Time Machine (1960) / Director: George Pal
Atlantis, The Lost Continent (1961) / Director: George Pal
The Wonderful World of the Brothers Grimm (1962) / Directores: Henry Levin y George Pal

“The Seven Faces of Dr. Lao” (1964), que quizás es la película más personal de Pal - quien nuevamente ofició como director – y una de las que mejor recibió la crítica, fue un completo fracaso de taquilla al punto que los ejecutivos de la MGM dejaron de respaldar a Pal, quien con amargura tuvo que ver como su cinta ni siquiera fue estrenada en algunos países. Basada en la satírica novela “The Circus of Dr. Lao” del escritor Charles G. Finney, la película detallaba la visita de un circo mágico a una localidad del sureste de los Estados Unidos, y los efectos que dicha visita tenía en los habitantes del lugar. Pese a contar con varias de las constantes narrativas de las obras de Pal, a la participación de sus colaboradores habituales, a la gran actuación de Tony Randall quien interpretaba a siete personajes diferentes, y a los millones que la MGM invirtió en publicidad, “The Seven Faces of Dr. Lao” decepcionó a una audiencia acostumbrada a los relatos de ciencia ficción y a las fantásticas aventuras de corte infantil que Pal solía rodar. Cuatro largos años pasarían antes que Pal volviera a contar con el apoyo de los estudios MGM para un nuevo proyecto titulado “The Power” (1968), el cual se desarrollaría por completo en los terrenos de la ciencia ficción, con un presupuesto bastante reducido y totalmente carente de la ingenuidad que caracterizó a las obras de su época dorada como productor. Resulta importante señalar que dos años antes que esto sucediera, Pal había adquirido los derechos de la novela de ciencia ficción “Odd John: A Story Between Jest and Earnest” del escritor Olaf Stapledon. Si bien en algunas entrevistas Pal incluso llegó a asegurar que el actor David McCallum protagonizaría la adaptación, finalmente terminó desechando el proyecto por falta de financiamiento.

“The Power” estaría basada en la novela homónima de Frank M. Robinson, y sería dirigida por un maduro Byron Haskin. Sus protagonistas eran dos telépatas capaces de controlar y asesinar a otras personas, los cuales se ven enfrentados en una batalla a muerte con insospechadas consecuencias. En clave de thriller y con algunos elementos propios del cine de terror, la última colaboración de la dupla Pal/Haskin parecía reflejar la amargura y el pesimismo que se había adueñado del otrora exitoso productor. Lamentablemente para Pal, esta película se convertiría en un nuevo fracaso en su carrera, en gran medida debido a la pobre distribución de la que fue víctima por parte de una desconfiada MGM. Los años posteriores a este duro traspié fueron muy amargos para Pal, ya que al ser considerado como un hombre anticuado que solo era capaz de producir fracasos, ninguno de los gigantes hollywoodenses estaba dispuesto a tomarlo en serio. Fue así como algunos de sus proyectos solo se quedaron en la intención de llevarlos a cabo, como sucedió con su potencial adaptación de las novelas “Logan´s Run” de William F. Nolan, y “The Sleeper Awakes” de H. G. Welles. Pal también quiso realizar una serie de televisión de “The War of the Worlds”, pero fue incapaz de terminar la producción del episodio piloto. Recién en 1975 Pal logró que los ejecutivos de los estudios Warner Brothers confiaran en él y en su intención de llevar al cine las aventuras de Doc Savage, el héroe pulp creado por Henry W. Ralston, John L. Nanovic, y Lester Dent bajo el seudónimo de Kenneth Robeson.

The Seven Faces of Dr. Lao (1964) / Director: George Pal
The Power (1968) / Director: Byron Haskin
Doc Savage: The Man of Bronze (1975) / Director: Michael Anderson

“Doc Savage: The Man of Bronze” (1975) del director Michael Anderson, adaptaba con cierta fidelidad la primera novela protagonizada por el personaje, respetando la época y el ambiente en la cual se desarrollaba. Mientras que “The Seven Faces of Dr. Lao” y “The Power” habían sorprendido negativamente al público por la seriedad y la profundidad de sus argumentos, “Doc Savage: The Man of Bronze” resultó ser una cinta decepcionante por su humor ingenuo y camp, el cual estaba muy en la línea del humor exhibido en la serie de televisión “Batman” (1966-1968). Este nuevo fracaso no solo anularía cualquier posibilidad de rodar una secuela cuyo título tentativo era “Doc Savage: The Arch Enemy of Evil”, sino que además sería el golpe de gracia a la carrera de Pal. Aun cuando intentó llevar a cabo un par de proyectos durante sus últimos años de vida, como por ejemplo una secuela de “The Time Machine”, la adaptación de la novela “The Wonderful Wizard of Oz” de L. Frank Baum, y la producción de un guion titulado “The Voyage of Berg” el cual había sido escrito por Robert Bloch, le fue imposible conseguirlo. George Pal fallecería el 2 de Mayo de 1980 debido a un infarto cardíaco, a los 72 años de edad. Quien fuera un visionario y un verdadero pionero durante su carrera, muchas veces sufrió la incomprensión del público y la crítica de la época, injusticia que solo el paso del tiempo se encargaría de rectificar, al menos parcialmente. Muchas de sus obras, incluso las más vapuleadas por la crítica, servirían de influencia para directores como David Cronenberg, Joe Dante y Steven Spielberg, solo por nombrar a algunos, quienes identificarían en el productor y director a un verdadero arquitecto de sueños y mundos increíbles, por lo que sería justo afirmar que George Pal se ganó con creces el derecho a ser llamado el padre del cine de ciencia ficción moderno.

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