Once aƱos despuĆ©s de rodar el cortometraje ā€œLa Cravateā€ (1957), el escritor, psicomago, tarotista y director chileno Alejandro Jodorowsky volverĆ­a a incursionar en el mundo del cine. Durante el periodo que pasó alejado de las cĆ”maras, Jodorowsky se dedicarĆ­a a la pantomima, el teatro, y a las diversas actividades del llamado Movimiento PĆ”nico, entre las que se destacaba el montaje teatral ā€œFando y Lisā€, escrito por Fernando Arrabal. En 1964, Jodorowsky producirĆ­a, dirigirĆ­a y protagonizarĆ­a esta obra la cual segĆŗn Ć©l ā€œcontenĆ­a una suerte de pureza infantil en medio de un mundo sadomasoquista.ā€ Pese a que la obra estuvo en cartelera durante todo un aƱo, esta obtuvo magros resultados comerciales por lo que los integrantes de la compaƱƭa teatral que estaban trabajando en ella decidieron abandonar el proyecto. Los malos resultados de la obra estarĆ­an estrictamente relacionados con los principios que regĆ­an el llamado Movimiento PĆ”nico. Cuando Fernando Arrabal creó la fórmula del teatro pĆ”nico, se preocupó de definir en detalle la ejecución de aquello que Ć©l denominaba como ā€œCeremoniaā€. Para Arrabal, el teatro ya no podĆ­a conformarse con un texto ni con su animación, sino que debĆ­a abarcar y expresar todo a travĆ©s de los medios en bruto del grito y el exhibicionismo, del sadismo y de la poesĆ­a, incluso de la necrofilia y el sacrilegio. Al mismo tiempo, el erotismo en todas sus deformaciones patológicas era el primer dios que veneraba este culto dionisĆ­aco. Este nuevo y controversial modelo teatral fue llevado a MĆ©xico por Jodorowsky, lo que le valió ser reconocido como un destructor de hĆ”bitos teatrales dentro de un ambiente dominado por el realismo costumbrista. A travĆ©s del teatro pĆ”nico, las viejas estructuras escĆ©nicas fueron sacudidas gracias a lo escandalosa que resultaba su ejecución, lo que a su vez acercó el surrealismo a las masas. En las diferentes obras enmarcadas dentro de este modelo, era comĆŗn ver a Jodorowsky asesinar pollos a pisotones en la mitad del escenario, o que actores masoquistas pusieran su integridad fĆ­sica y su dignidad en riesgo por mera obediencia al director. El objetivo del teatro pĆ”nico claramente era provocar, cosa que cumplĆ­a con creces.

Tras la cancelación de ā€œFando y Lisā€, Jodorowsky se propuso trasladar la fórmula del teatro pĆ”nico al cine. Sin embargo, lo que el director jamĆ”s imaginó es que la manera en como conseguirĆ­a el financiamiento para su proyecto serĆ­a tan peculiar como la historia que lo conformaba. Moishe Rosemberg era un acaudalado joyero mexicano que tenĆ­a un hijo con SĆ­ndrome de Down llamado Samuelito, al cual Jodorowsky por su pasión por lo diferente habĆ­a contratado como asistente de dirección en una de sus obras de teatro. Desgraciadamente, Samuelito fallecerĆ­a poco tiempo despuĆ©s de haber colaborado con el chileno, en un incendio provocado por una colilla de cigarro mal apagada. A modo de reconocimiento por el lazo afectivo que se formó entre Samuelito y Jodorowsky, Rosemberg le ofreció al director $100.000 dólares para financiar su siguiente obra de teatro. Fue entonces cuando Jodorowsky tomó esta generosa oferta para llevar a cabo su primer largometraje, el cual finalmente serĆ­a una adaptación de la fallida ā€œFando y Lisā€. En aquel entonces, al chileno poco le importaba no tener mayor conocimiento de las posibilidades que le brindaba el formato cinematogrĆ”fico, ya que en gran medida el proyecto era una aventura fundamentalmente mĆ­stica. De todas formas se hizo asesorar por algunos profesionales del medio, como por ejemplo el fotógrafo Rafael Corkidi, con quien desarrolló una inusual tĆ©cnica de filmación. SegĆŗn el propio Jodorowsky, ā€œPara filmar me atĆ© a Ć©l por la cintura. Ɖl, delante; yo, detrĆ”s. Ɖl fotografiaba mientras yo lo movĆ­a, como quien mueve una mĆ”quina. Y asĆ­ hice todos los movimientos de cĆ”mara; moviendo al fotógrafo.ā€ El director tambiĆ©n reclutarĆ­a a Carlos Savage, quien habĆ­a trabajado como editor junto al cineasta espaƱol Luis BuƱuel. SerĆ­a Ć©l quien estructurarĆ­a la pelĆ­cula en cuatro episodios, cada uno de los cuales serĆ­a anunciado por un intertĆ­tulo. Finalmente, para interpretar a la dupla protagónica Jodorowsky contratarĆ­a a Sergio Kleiner y Diana Mariscal, con quienes ya habĆ­a trabajado en la mentada obra teatral que habĆ­a decidido adaptar. 


En ā€œFando y Lisā€ (1968), una mujer paralitica llamada Lis (Diana Mariscal) y su disfuncional pareja Fando (Sergio Kleiner), son dos sobrevivientes de una gran catĆ”strofe ocurrida a nivel mundial, quienes se han impuesto como objetivo encontrar la mĆ­tica ciudad de Tar, la cual es reconocida por ser un lugar donde reina la paz y la felicidad. Sin embargo, durante su travesĆ­a se verĆ”n enfrentados a diversos personajes y situaciones peligrosas, que dificultaran su llegada a un destino que parece inalcanzable. La pelĆ­cula mĆ”s que presentar una estructura lógica, exhibe una caótica indeterminación que se convertirĆ­a en uno de los sellos del cine de Jodorowsky. ā€œFando y Lis puede ser el infierno de Dante y la Odisea, puede ser la historia de un crimen y un anĆ”lisis del inconsciente, puede ser un filme de aventuras, una crĆ­tica a los vicios de nuestra sociedad, una visión del mundo despuĆ©s de la guerra atómica, un tratado de alquimia o un largo sueƱo,ā€ asegurarĆ­a el director cada vez que le preguntaban acerca del contenido de su obra. Y es que se trata de una pelĆ­cula inclasificable, la cual estĆ” atravesada por un clima de obsesión sexual y un marcado sadismo infantil, careciendo por completo de una estructura definida o un sentido global, porque la coherencia no es precisamente una de sus necesidades vitales. Al mismo tiempo, es una obra cuyos excesos adquieren la forma de metĆ”foras, o al menos eso asegura Jodorowsky, como sucede por ejemplo en escenas como aquella en la que un hombre intenta meter un puƱado de culebras dentro de la entrepierna de una muƱeca, o aquella en la que unas ancianas burguesas se deleitan comiendo duraznos en almĆ­bar mientras castran a un resignado sirviente/semental, o aquella en la que un hombre con tendencias edĆ­picas persigue a una figura materna ataviada con unas vistosas plumas hasta una orgĆ­a de tintes fellinescos que se lleva a cabo en un sótano.

Gran parte de estas metĆ”foras no solo hacen alusión a la homosexualidad latente de Fando (quien dicho sea de paso es presentado como impotente), sino que ademĆ”s a la relación sadomasoquista que este mantiene con Lis, donde los roles de vĆ­ctima y victimario son absolutamente intercambiables. Otras en cambio hacen referencia a la bĆŗsqueda de la libertad, del autoconocimiento, y del descubrimiento de un ideal inalcanzable. Si se analizan desde un punto de vista freudiano, muchas de estas metĆ”foras dejan en evidencia las inhibiciones y las deformaciones patológicas de gran parte de los personajes que participan en la historia. Aun cuando es posible otorgarle un significado a cada una de las situaciones surrealistas y caóticas que componen a la trama, estas tambiĆ©n pueden ser interpretadas como los delirios de un director que se levantaba todos los dĆ­as a las cuatro de la madrugada, con el objetivo de encontrar la inspiración necesaria para desarrollar con Ć©xito cada una de las escenas improvisadas que debĆ­a filmar en cada jornada de trabajo, dinĆ”mica que estuvo a punto de arrastrar a todos los involucrados en la producción a un brote psicótico colectivo. Como conjunto, ā€œFando y Lisā€ suele ser reconocida como una metĆ”fora cruda y poĆ©tica de la crueldad, la soledad y la incomunicación humana, y como una historia carente de esperanza marcada por la muerte, la cual se alza como el fruto de la violencia o como la evidencia mĆ”s palpable del fracaso de sus protagonistas. De forma paralela, la cinta expone a la violencia como el germen responsable de la incomunicación, la frustración y la indiferencia presente en la sociedad. La soledad por otro lado, es reconocida como la Ćŗnica compaƱera fiel de los protagonistas, en especial de Fando, quien expresa a travĆ©s de sus monólogos la angustia y el aislamiento que lo ha llevado a buscar con desesperación la ciudad de Tar, lugar/concepto imaginario que reconoce como su Ćŗltima oportunidad para ser feliz. 

 
Cuando ā€œFando y Lisā€ se estrenó en 1968 en el Festival de Cine de Acapulco, provocó un gran escĆ”ndalo. Se dice que Jodorowsky tuvo que huir por las puertas traseras del teatro donde se exhibió la pelĆ­cula, para asĆ­ evitar los intentos de linchamiento por parte del pĆŗblico asistente. La fuerte carga erótica de la cinta y la inclusión de numerosas imĆ”genes que no solo atacaban los sentidos del espectador, sino que tambiĆ©n a los sectores mĆ”s conservadores de la sociedad mexicana, incluyendo a la Iglesia, serĆ­an los causantes de la violenta reacción de la audiencia. Esta anĆ©cdota, que con el paso de los aƱos se irĆ­a transformando en una suerte de mito urbano, es responsable de gran parte de la reputación inicial de la cinta. Luego de estar en cartelera solo una semana en Ciudad de MĆ©xico, fue retirada y su exhibición fue prohibida debido a una fuerte campaƱa mediĆ”tica en su contra. Decidido a exhibir su obra, Jodorowsky lograrĆ­a cerrar un contrato de distribución con la empresa Cannon Films, la cual para pesar del director, le realizarĆ­a algunas modificaciones a la pelĆ­cula antes de exhibirla en los Estados Unidos. No solo doblarĆ­an las voces al inglĆ©s, sino que ademĆ”s editaron aproximadamente 13 minutos de metraje con el objetivo de convertir a ā€œFando y Lisā€ en una peculiar historia romĆ”ntica. Como sucede con otras pelĆ­culas de Jodorowsky, ā€œFando y Lisā€ es una obra controversial, provocadora y difĆ­cil de digerir, la cual por momentos es extremadamente desorientadora, y que en muchas oportunidades ofrece mĆ”s preguntas que respuestas. Su desarrollo en algunos pasajes se torna algo tedioso, en especial para aquellos que ven en el cine de Jodorowsky los delirios de un charlatĆ”n glorificado. De todas formas es una cinta interesante, que invita al espectador a participar en la melancólica y destructiva travesĆ­a de una pareja que decide arriesgar su vida buscando una utopĆ­a que probablemente solo existe en su imaginación.

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