Tras el término de la Segunda Guerra
Mundial, la industria cinematográfica hollywoodense perdería el interés por
producir cintas bélicas para volcarse de lleno a la realización de westerns.
Sin embargo, cuando a fines de la década del cuarenta se encendió la mecha del
conflicto que se transformaría en la Guerra de Corea, fueron muchos los
productores que quisieron revitalizar el cine bélico. Mientras que los estudios
Warner Brothers se centrarían en la producción de películas que destacarían el
patriotismo norteamericano durante los tiempos de guerra, los estudios 20th
Century Fox comandados por Darryl F. Zanuck, prefirieron desarrollar una mirada
más reflexiva y respetuosa de los conflictos armados, donde el sacrificio de
todos los involucrados en ellos adquirió una especial importancia en las
historias que llevaron a la pantalla grande. Fue en ese contexto que el
director Anatole Litvak filmó “Decision Before Dawn” (1951), cinta basada en la
novela “Call It Treason” del escritor George Howe, la cual bajo la estructura
de un complejo relato de espionaje inspirado en un hecho real, cuestionaba el verdadero
significado de los términos “traidor” y “héroe”. Si bien por un lado Litvak
tuvo acceso a recursos que fueron utilizados en la Segunda Guerra Mundial, como
por ejemplo camiones de transporte y tanques alemanes, y tuvo la oportunidad de
rodar en varias ciudades germanas, lo que en conjunto le otorgó a la producción
un nivel de realismo pocas veces visto, el proceso de rodaje del film se vería
marcado por una serie de dificultades y lamentables eventualidades. Luego de
una seguidilla de retrasos en el calendario de filmación provocados por el mal
clima, Litvak estuvo involucrado en un accidente automovilístico que lo tuvo un
buen tiempo alejado de su trabajo. Para colmo, su estado de salud empeoraría
aún más cuando eventualmente contrajo neumonía. Adicionalmente, el director
tuvo que arreglárselas para obtener los permisos de la Alta Comisión Aliada, el
gobierno Federal Alemán, y el gobierno Estatal Bávaro, para poder filmar en
ciudades como Wurzburg, Núremberg y Mannheim, lo cual fue todo un desafío para
Litvak y sus colaboradores.
“Decision Before Dawn” se ambienta a
fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando la incursión de las fuerzas aliadas en
territorio nazi parecía ser inminente. A raíz de esto, quienes pertenecen al
departamento de inteligencia militar del ejército norteamericano,
específicamente el Teniente Dick Rennick (Richard Basehart), se lanzan a la
tarea de reclutar soldados enemigos que puedan entregarles información
estratégica que les permita llevar a cabo su objetivo con la menor cantidad de
bajas posibles. Para poner en marcha dicho plan, Rennick recurre a campos de
prisioneros de guerra con la esperanza de encontrar voluntarios que acepten
espiar a sus viejos camaradas. Es ahí donde conoce al Sargento Rudolf “Tiger”
Barth (Hans Christian Blech), un cínico ladrón y ex trabajador circense dispuesto
a todo por obtener algún tipo de beneficio por parte del bando que está pronto
a ser el ganador, y al Cabo Karl “Happy” Maurer (Oskar Werner), un joven
idealista que acepta la propuesta de Rennick luego de ser testigo del asesinato
de un amigo a manos de un grupo de prisioneros fanáticos que no toleraron que
este expresara sus dudas con respecto al resultado de la guerra. Tras ser
entrenado por una mujer llamada Monique (Dominique Blanchar), quien se encariña
con Maurer pese al odio que siente por los alemanes, el Cabo y los otros soldados
reclutados se infiltran tras líneas enemigas donde tendrán un plazo de cinco
días para llevar a cabo su misión, lo que no solo los llevará a poner sus vidas
en riesgo, sino que además los obligará a ver el conflicto bélico desde un
prisma totalmente distinto al que estaban empleando hasta aquel entonces.
Si algo distingue a “Decision Before
Dawn” de otras cintas bélicas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, es que
cuestiona los conceptos de patriotismo, lealtad y moral, demostrando que estos
no siempre presentan una estructura tan rígida como se suele creer. Esta noción
es explorada a través de las vivencias de Maurer, quien tan pronto como logra
infiltrarse en suelo alemán, no puede evitar sentirse sorprendido cuando se da
cuenta que si bien los bombardeos realizados por los aliados son funcionales,
estos distan de ser eficientes. Y es que las bajas civiles son inevitables así
como también lo son las consecuencias físicas, emocionales y económicas para
los sobrevivientes. Debido a los horrores de la guerra, en el transcurso de su
búsqueda del paradero del Onceavo Cuerpo de Panzers, el protagonista se
encuentra con un variopinto grupo de personajes con distintas posturas hacia el
conflicto, algunos con una actitud desafiante como por ejemplo un miembro del
cuerpo de combate de élite de las Schutzstaffel llamado Scholz (Wilfried Seyferth), y otros
que se han sumergido en la resignación tras perder a sus seres queridos, como
sucede con una joven viuda llamada Hilde (Hildegard Knef). Su empatía hacia sus
compatriotas, sin importar la postura que estos adopten, lleva a Maurer a
cuestionar en varias oportunidades su misión. Sus dudas aumentan
exponencialmente cuando este se entera que uno de los puntos estratégicos que
los aliados planean bombardear, está ubicado peligrosamente cerca del hospital
donde trabaja su padre. El conflicto personal del protagonista y la exposición
de su punto de vista con respecto a la guerra, alza a “Decision Before Dawn”
como un curioso producto hollywoodense que en vez de retratar a los alemanes
simplemente como victimarios, intenta reflejar que muchos de ellos también
fueron víctimas de una época violenta y tumultuosa. Considerando que el deseo más
grande de Maurer es evitarte un mayor sufrimiento a un cada vez más alicaído
pueblo alemán, facilitando que la guerra termine lo antes posible, este
personaje difícilmente podría ser tildado de traidor o anti patriota aun cuando
sus actos en apariencia parecieran decir lo contrario.
Además de explorar diversos
cuestionamientos morales y el dramatismo propio de la guerra, “Decision Before
Dawn” presenta altas dosis de suspenso en especial desde el momento en el que
el protagonista conoce al ya mencionado Scholz, quien se caracteriza por ser
alguien sumamente corrupto y poco confiable, lo que desencadena una serie de
eventos entre los que se incluye la incursión de Maurer en un castillo nazi
haciéndose pasar por un médico, que en conjunto terminan agregando su nombre a
la lista de los hombres más buscados por el ejército nazi, obligándolo a
ocultarse entre las sombras mientras planea su huida de regreso a los territorios
dominados por los aliados. Por otro lado, la cinta se ve beneficiada por las
buenas actuaciones de la totalidad del elenco participante. Mientras que Oskar
Werner logra con éxito construir un personaje querible que cumple con
transmitirle sus contradicciones, sus cuestionamientos y su temor al
espectador, Hans Christian Blech no solo cumple con ser la contraparte del
protagonista, sino que además es el encargado de sumarle algunas dosis de
tensión al relato al presentarse como un hombre voluble que en cualquier
momento puede traicionar a Maurer. Es tan bueno el trabajo de estos dos actores
alemanes, que la estupenda interpretación de Richard Basehart termina pasando a
un segundo plano. Otro de los puntos altos del film es la magnífica dirección
de fotografía de Franz Planer, quien le saca el máximo provecho posible a las
ciudades alemanas en las cuales se ambientó la cinta, en especial al momento de
retratar el daño que estas sufrieron durante la guerra, destacando el
dramatismo que se esconde tras la trama de espionaje que protagoniza el joven
soldado alemán.
“Decision Before Dawn” en general
sería bien recibida por la crítica, quien no solo destacaría el retrato
realista de una nación en decadencia, sino que además el mensaje anti bélico de
la producción, las actuaciones del trío protagónico, y su cuidado apartado
técnico. Es por esto que no resulta extraño que fuese nominada a dos premios
Oscar, en las categorías de mejor película y mejor edición. Como dato curioso,
el film de Anatole Litvak marcaría la segunda participación cinematográfica del
actor Klaus Kinski, quien aparece 15 segundos en pantalla interpretando a uno
de los soldados que se ofrece para trabajar como espía para las fuerzas
aliadas. Además de funcionar como un producto que establece un puente entre las películas
bélicas clásicas y las cintas de espionaje que adquirirían una gran popularidad
durante la década del sesenta, “Decision Before Dawn” enarbola un discurso humanista
exento de cualquier tipo de patriotismo innecesario, el cual resulta ser
sumamente interesante. Y es que pese a las suposiciones erradas del público de
la época, todo sugiere que Litvak realizó el film teniendo plena consciencia de
los sentimientos del pueblo alemán. De hecho, él incluso se aseguró de visitar
a los padres del soldado que inspiró al personaje del Cabo Maurer. En aquel
encuentro, los padres del soldado le aseguraron a Litvak que estaban
desilusionados del trato que habían recibido por parte de los norteamericanos
después de la guerra, considerando la valentía y el sacrificio de su hijo
cuando prestó servicio como espía. Decidido a reparar dicha afrenta, Litvak se
aseguró de retratar de manera digna a Karl Maurer, esperando que aquello les
ayudara a los padres del soldado a mitigar en parte su dolor (y de paso al resto
del pueblo alemán), aunque fuese de manera simbólica.
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