TodavĆ­a deprimido por los fracasos de ā€œMarnieā€ (1964) y ā€œTorn Curtainā€ (1966), Alfred Hitchcock decidió ocupar su tiempo trabajando en un guion que eventualmente se convertirĆ­a en el aclamado thriller ā€œFrenzyā€ (1972). Sin embargo, a fines de la dĆ©cada del sesenta nadie al interior de los Estudios Universal demostró un gran interĆ©s en llevar dicha historia a la pantalla grande. Lew Wasserman, quien habĆ­a sido el agente de Hitchcock y que en aquel entonces era el presidente de la Universal, deseaba que el director escogiera uno de los tantos relatos que estaban en posesión del Estudio y que a partir de ahĆ­ desarrollara su próximo proyecto.  A raĆ­z de esto Hitchcock terminó escogiendo la novela ā€œTopazā€ del escritor Leon Uris, debido a que segĆŗn el director presentaba una descripción bastante realista del mundo del espionaje moderno. El protagonista de dicha novela era un espĆ­a francĆ©s que trabaja para la CIA, el cual debe recopilar cierta información relacionada a la existencia de unos misiles soviĆ©ticos escondidos en Cuba, todo esto durante la Ć©poca previa a la Crisis de los Misiles. Para Hitchcock, la adaptación de la obra de Uris era la mejor manera de demostrarle al pĆŗblico que Ć©l podĆ­a adaptarse a los tiempos modernos y a las nuevas tendencias cinematogrĆ”ficas. Lamentablemente para el director, la producción de ā€œTopazā€ (1969) estarĆ­a plagada de problemas. Si bien inicialmente el Estudio habĆ­a contratado a Uris para adaptar su propia novela, el escritor no tardarĆ­a en entrar en conflicto con Hitchcock. Y es que a Uris no solo le importaba poco el excĆ©ntrico sentido del humor del cineasta, sino que ademĆ”s le molestaba que este intentara monopolizar su tiempo de forma constante. El escritor tampoco lograrĆ­a comprender las indicaciones de Hitchcock, quien querĆ­a realizar una pelĆ­cula de espionaje moderno y al mismo tiempo que esta estuviese inspirada en el film ā€œNotoriousā€ (1946), el cual Ć©l habĆ­a dirigido dos dĆ©cadas atrĆ”s. Cansado de los problemas que le estaba generando la confección del guion, Uris eventualmente optó por abandonar la producción.

Debido a que el proceso de rodaje estaba a punto de comenzar cuando Uris renunció, Hitchcock y sus colaboradores se lanzaron de forma frenĆ©tica a la bĆŗsqueda de un nuevo guionista. Tras la negativa de John Michael Hayes y Arthur Laurents, quienes ya habĆ­an trabajado previamente con el director, este terminarĆ­a contratando a Samuel Taylor, a quien conocĆ­a de su colaboración en ā€œVertigoā€ (1958). Esta particular situación marcarĆ­a todo un hito dentro de la carrera del realizador britĆ”nico, ya que serĆ­a la primera vez que se embarcó en el proceso de rodaje sin tener el guion terminado, lo que obligó a Taylor a trabajar sin descanso, llegando incluso a escribir algunas escenas el mismo dĆ­a que fueron filmadas. Por otro lado, la elección del elenco serĆ­a otro dolor de cabeza para Hitchcock. A raĆ­z de los problemas que tuvo con Paul Newman durante el rodaje de ā€œTorn Curtainā€, el director optó por seleccionar a un reparto sin grandes estrellas. Luego que Yves Montand y Sean Connery rechazaran el rol protagónico, el britĆ”nico contrató al actor Frederick Stafford con la intención de convertirlo en el nuevo Cary Grant. Sin embargo, a poco de comenzado el rodaje se dio cuenta que su rango interpretativo era bastante limitado. En cuando a su contraparte femenina, Hitchcock optó por contar con la alemana Karin Dor, quien recientemente habĆ­a participado en la cinta de James Bond ā€œYou Only Live Twiceā€ (1967). Aunque ella no respondĆ­a al prototipo de mujer que tanto le gustaba, el director estaba empecinado en convertirla en una gran estrella. No obstante, cuando la actriz se rehusó a adoptar una pose sensual durante una sesión fotogrĆ”fica, y posteriormente no quiso filmar una escena en topless debido a unas cicatrices quirĆŗrgicas que tenĆ­a en su cuerpo, Hitchcock perdió todo el interĆ©s en ella. 

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ā€œTopazā€ comienza en el aƱo 1962 en Copenhague, donde un importante oficial de la inteligencia soviĆ©tica llamado Boris Kusenov (Per-Axel Arosenius) decide desertar junto a su familia. Durante su entrevista con el agente de la CIA Mike Nordstrom (John Forsythe), este Ćŗltimo no solo se entera que el gobierno soviĆ©tico planea situar misiles con ojivas nucleares en algĆŗn lugar de Cuba, sino que ademĆ”s es advertido de la existencia de un agente doble que le ha estado entregando información confidencial a los soviĆ©ticos proveniente de la OTAN. Debido a la necesidad de encontrar evidencia fĆ­sica que respalde los dichos de Kusenov, Nordstrom se contacta con su viejo amigo, el agente francĆ©s AndrĆ© Devereaux (Frederick Stafford), con la intención que este viaje a Nueva York y soborne a Luis Uribe (Donald Randolph), un miembro de la delegación cubana que participa en las Naciones Unidas, para que este Ćŗltimo le entregue fotografĆ­as y documentos que confirmen la existencia de las bases militares que albergan los misiles en Cuba. Tras sobreponerse a algunos problemas, Devereaux eventualmente viaja personalmente a Cuba donde se reĆŗne con Juanita de Córdoba (Karin Dor), la viuda de un guerrillero que lidera una red de espĆ­as anticastristas, ya que es la Ćŗnica que puede ayudarlo a acercarse al sitio donde se encuentran los misiles. Con el tiempo en contra y atrapado en una compleja red de contraespionaje, Devereaux tendrĆ” que hacer lo posible por llevar su misión a cabo y descubrir quiĆ©n es el agente doble antes de que sea demasiado tarde.

ā€œTopazā€ es una cinta atĆ­pica dentro de la filmografĆ­a de Hitchcock ya que no solo carece por completo de un personaje capaz de despertar la simpatĆ­a del espectador o ser el portador de sus sospechas, sino que ademĆ”s estĆ” casi por completo desprovista del clĆ”sico humor negro del director. TambiĆ©n es su pelĆ­cula mĆ”s internacional y la mĆ”s extensa de su carrera, pero curiosamente es mucho menos extravagante que otras de sus obras de corte similar. Y es que el deseo por parte del director de filmar una historia de espionaje que fuese lo mĆ”s realista posible, lo llevó a incluir imĆ”genes de archivo de una manifestación soviĆ©tica y de un discurso de Fidel Castro donde es posible identificar al Che Guevara entre los asistentes. Aun cuando son varias las peculiaridades que convierten a ā€œTopazā€ en una obra singular, esto no significa que la habilidad de Hitchcock para generar suspenso se haya diluido en su intento por adaptarse a los tiempos modernos. Por ejemplo, durante la secuencia inicial en la que Boris Kusenov junto a su esposa e hija intentan por todos los medios llegar sanos y salvos a una casa segura ubicada en pleno centro de Copenhague, para ser asistidos por un grupo de agentes de la CIA que los ayudarĆ”n a cruzar la Cortina de Hierro, el britĆ”nico se las arregla para generar altas dosis de suspenso sin la necesidad de incluir diĆ”logo alguno. De la misma forma, Hitchcock expresa una especial preocupación por otorgarle una estĆ©tica distintiva al film, una que deja en evidencia la dualidad de una historia que funciona como un thriller de espĆ­as y como un drama romĆ”ntico, todo esto a travĆ©s de la utilización de colores fuertes y mĆŗltiples referencias a las flores, tarea en la cual es asistido por el director de fotografĆ­a Jack Hildyard, destacĆ”ndose la escena que define el destino de Juanita de Córdoba, la que sin duda es una de las mĆ”s memorables de la producción. 

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Como se menciona previamente, ā€œTopazā€ tambiĆ©n puede ser interpretada como una gran historia de amor, una marcada por la tragedia, la infidelidad, la mentira y la melancolĆ­a. Y es que eventualmente se revela que Juanita de Córdoba no solo es el contacto que Devereaux posee en Cuba, sino que ademĆ”s es su amante. Para complicar aĆŗn mĆ”s las cosas, la esposa del agente francĆ©s, Nicole Devereaux (Dany Robin), quien sospecha de la relación extramarital de su marido, tambiĆ©n mantiene un amorĆ­o con un agente de inteligencia llamado Jacques Granville (Michel Piccoli), a quien conoció durante el periodo en que los tres participaron en la Resistencia Francesa, y el cual parece tener alguna relación con la red de contraespionaje que estĆ” intentando desmantelar el protagonista. Por otro lado, quizĆ”s el mayor problema que presenta ā€œTopazā€ es el nulo carisma de Frederick Stafford, cuyo limitado espectro emocional es heredado por prĆ”cticamente la totalidad de los personajes que participan en el relato, con la sola excepción de John Vernon quien interpreta a Rico Parra, un apasionado oficial del ejĆ©rcito cubano el cual estĆ” estrechamente ligado con la trama de los misiles soviĆ©ticos. De la misma forma, mucho se ha hablado con respecto a los tres finales que Hitchcock rodó para la cinta. El final original que el director habĆ­a planeado, se desarrollaba en medio de un estadio de fĆŗtbol donde el protagonista se veĆ­a enfrentado en un duelo de pistolas al agente doble cuya identidad habĆ­a estado tratando de descubrir. Mientras estaba rodando dicha escena, el britĆ”nico tuvo que viajar de emergencia a Los Ɓngeles debido a que su esposa cayó sorpresivamente enferma. Por este motivo, el productor asociado Herbert Coleman quedarĆ­a a cargo de terminar la escena. Lo que Hitchcock jamĆ”s anticipó, fue que durante un par de exhibiciones de prueba los espectadores se burlaron del anticuado duelo ya que sintieron que diluĆ­a por completo la seriedad y el realismo que el director habĆ­a estado tratando de imprimirle a la cinta. Debido a las presiones del estudio, Hitchcock se vio obligado a filmar otro final, el cual se desarrolla en medio de un aeropuerto donde Devereaux ve con resignación como el agente doble escapa eludiendo a la justicia. Finalmente, el director rodó un tercer final que se centraba en el suicido del agente doble.    

Al momento de su estreno, ā€œTopazā€ dividirĆ­a al pĆŗblico y la crĆ­tica lo que se reflejarĆ­a en su magro desempeƱo comercial. Mientras que algunas personas consideraron que la pelĆ­cula era demasiado larga, algo predecible, y que el suspenso solo aparecĆ­a de manera intermitente, crĆ­ticos como Vincent Canby y Kevin Thomas la incluyeron en sus listas de las mejores pelĆ­culas de 1969. La disconformidad que despertó la pelĆ­cula, incluso alcanzarĆ­a al propio Hitchcock quien en una ocasión declararĆ­a: ā€œTopaz ha sido una de las pelĆ­culas mĆ”s desgraciadas que he realizado. Todos esos franceses, cubanos y rusos hablando en inglĆ©s… era imposible que funcionara a cualquier nivel.ā€ Como suele suceder con muchas obras, con el paso de los aƱos ā€œTopazā€ ha adquirido un mayor reconocimiento, ya que se trata de un film tĆ©cnicamente impecable, poseedor de una trama robusta y compleja, el cual no estĆ” exento de interesantes vueltas de tuerca y momentos de verdadero suspenso. Y es que aun cuando estĆ” lejos de ser una de las mejores pelĆ­culas del cineasta britĆ”nico, es sin lugar a dudas una buena entrada dentro de su filmografĆ­a. Todo depende del prisma con el cual se analice, y en ese sentido no solo adquieren mayor resonancia las palabras del escritor Enrique Alberich, quien en su libro sobre Hitchcock aseguró que ā€œTopaz no es ningĆŗn panfleto, sino mĆ”s bien un lamento, un lamento por los amores imposibles, por la felicidad nunca lograda y por el penoso sufrimiento que todo aquello lleva consigo,ā€ sino que tambiĆ©n las declaraciones del director espaƱol Alex de la Iglesia, quien en una entrevista mencionó lo siguiente: ā€œYo veo Topaz, por ejemplo, que es una pelĆ­cula ā€œmalaā€ de Hitchcock, de la que nadie habla, y solo veo fascinación. Alucino con cada momento. Dos personajes se meten en una floristerĆ­a, hablan, y no se escucha lo que dicen. Una mujer muere y se convierte en una rosa. Es todo como un sueƱo, como la abstracción demencial de una pelĆ­cula de espĆ­as. Eso es atmósfera.ā€

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