Tras la invasión Nazi a la Unión Soviética en 1942, algunos jugadores del entonces disuelto equipo de fútbol Dinamo de Kiev formaron una pequeña liga con el objetivo de intentar olvidar las penurias que estaba experimentando el pueblo soviético bajo el dominio de los alemanes. Fue tal el interés que provocó la improvisada liga, que los nazis eventualmente formaron equipos compuestos por los soldados apostados en la ciudad de Kiev para enfrentarse a los equipos locales. Tras ganar varios partidos, en Agosto de 1942 los ex jugadores del Dinamo se enfrentaron a un plantel de pilotos de la Lutfwaffe. Pese a las amenazas de las autoridades alemanas de tomar represalias si no se dejaban ganar, el combinado del Dinamo venció por cinco goles a tres al equipo germano, sin jamás imaginar las consecuencias que dicho acto traería. Debido a la humillación sufrida a manos de los locales, los nazis no solo se limitaron a prohibir la liga, sino que además detuvieron a nueve jugadores de los cuales cuatro serían fusilados por las tropas alemanas, mientras que los demás serían enviados a campos de concentración. Este hecho de la vida real sería llevado al cine por primera vez en el film “Két félidő a pokolban / Two Half-Time In Hell” (1962), del director húngaro Zoltán Fábri, el cual triunfó en algunos festivales internacionales. Casi dos décadas más tarde, John Huston estaba en búsqueda de un proyecto que pudiese ayudarlo a superar los fracasos obtenidos con las cintas “Wise Blood” (1979) y “Phobia” (1980). Fue entonces cuando el productor Freddie Fields le hizo llegar un guion titulado “Escape to Victory”, el cual era una adaptación bastante libre de los escritores Evan Jones y Yabo Yablonsky de los hechos vividos por los jugadores del Dinamo de Kiev. “Tuve un buen presentimiento acerca de esta película desde el día que Freddie Fields me habló de ella y me entregó el guion para que lo leyera,” aseguraría Huston. “No era una película de deportes y tampoco era una cinta bélica. Tenía parte del discurso moral presente en ´The Bridge on the River Kwai´, y bastante más acción. En ella un simple balón café tomaba el lugar de las bombas y las armas en medio de la batalla entre dos facciones poseedoras de filosofías opuestas. Era un convencido que el público estaba cansado de las películas bélicas donde la gente se disparaba entre sí.”

“Escape to Victory” (1981) se ambienta en 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial, donde durante una visita a un campo de prisioneros de guerra ubicado al sur de Alemania llamado Gensdorf, el Mayor Karl von Steiner (Max von Sydow) es testigo de un partido de fútbol en el que participa un grupo de soldados aliados de distintas nacionalidades capturados por los nazis. Debido a eso el Mayor, quien se siente sumamente atraído por dicho deporte, decide arreglar un partido de exhibición con fines propagandísticos entre un grupo de prisioneros liderados por el Capitán inglés John Colby (Michael Caine), quien jugó profesionalmente en el West Ham United antes del estallido del conflicto bélico, y una selección de jugadores alemanes. Aunque inicialmente Colby y compañía se niegan a participar en un evento diseñado para demostrar la superioridad nazi, eventualmente acceden a la petición de Von Steiner cuando un soldado norteamericano llamado Robert Hatch (Sylvester Stallone), quien lleva algún tiempo planeando su escape del lugar, los convence de utilizar el partido de fútbol para facilitar la fuga de todo el equipo con la ayuda de la Resistencia Francesa. Una vez que el riesgoso plan se pone en marcha, será responsabilidad de Colby y sus dirigidos decidir si van a seguirlo al pie de la letra, o van a arriesgar sus vidas en un intento por darle una lección de coraje y fortaleza a los nazis que difícilmente olvidarán. 


En el guion original de Jones y Yablonsky, si bien los alemanes con tal de asegurar un resultado favorable en el partido le proponen al equipo de prisioneros un pacto difícil de rechazar, el cual consiste en que si se dejan ganar serán liberados en la frontera con Suiza, o en caso contrario serán inmediatamente fusilados, estos de todas formas ganan el encuentro lo que desencadenaba un final trágico acorde con la historia real en la que está basada el guion. Sin embargo, los ejecutivos de la productora Lorimar consideraron que era más conveniente que la película tuviese un final feliz, lo que obligó a la dupla de guionistas a reescribir el relato y a incluir entre otras cosas el intento de fuga orquestado por la Resistencia Francesa. El exceso de recelo con respecto al guion de la película también estaba estrictamente relacionado al hecho que el fútbol no era precisamente un deporte popular en Norteamérica. Con la intención de acercar este deporte al público estadounidense, se optó por contratar a Sylvester Stallone, cuyo personaje estaría fuertemente inspirado en aquel interpretado por Steve McQueen en la cinta “The Great Escape” (1963) del director John Sturges. Por otro lado, más allá de Max von Sydow y Michael Caine, una buena parte del resto del elenco estaría conformado por jugadores de fútbol profesionales, como por ejemplo Bobby Moore, Osvaldo Ardiles y Pelé, todo esto con la intención de otorgarle un mayor realismo a la producción. De hecho, debido a que John Huston admitiría abiertamente que no tener mayores conocimientos acerca del fútbol y su dinámica, este dejó en manos de Pelé y el director de la segunda unidad Robert Riger, el diseño y la coreografía de las escenas que se centraban en el peculiar enfrentamiento deportivo entre aliados y nazis.

En su afán por acercar la trama de “Escape to Victory” a la fórmula utilizada en otras películas de fugas carcelarias ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, Jones y Yablonsky replicarían uno de los giros dramáticos presentes en “The Great Escape”, aunque con algunas pequeñas diferencias. Robert Hatch, a quien poco le importa el fútbol o el controversial encuentro que están por disputar sus compañeros de prisión, lleva ya algún tiempo preparando su escape del lugar, objetivo en el que eventualmente tiene éxito. Al igual que el personaje interpretado por Steve McQueen en la cinta de Sturges, es convencido a regañadientes de abandonar su libertad temporal para regresar al campo de prisioneros y comunicarles el plan de la Resistencia Francesa, para así ayudarlos a escapar durante la celebración del espectáculo deportivo. Esto también sirve como excusa para integrarlo al equipo de fútbol como arquero y otorgarle un mayor protagonismo al personaje, movimiento que termina afectando el realismo y el dramatismo de la historia de manera negativa. Y es que una de las escenas más recordadas de la película está relacionada con un tiro penal que ataja el personaje de Stallone en el último minuto del encuentro, desatando la euforia de sus compañeros y el público presente. El problema con esa escena es que no solo resulta ser muy poco convincente, sino que además la reacción de Hatch es involuntariamente cómica. Algo similar ocurre con la otra escena icónica que presenta el film, la cual tiene como protagonista a Pelé. En dicha escena, el Cabo Luis Fernández (quien supuestamente proviene de Trinidad y Tobago) anota un gol mediante la ejecución de una chilena, lo que desata el estallido del público asistente, incluyendo al Mayor Von Steiner quien no puede evitar pararse de su asiento para aplaudir la espectacular jugada. Lamentablemente esta escena no ha envejecido de la mejor manera, y al igual que aquella protagonizada por Stallone, termina siendo involuntariamente irrisoria.


Como es de esperar, el enfrentamiento deportivo entre los aliados y los nazis es la atracción principal de la película. Más allá de algunos detalles ligados a la dificultad de crear la ilusión que se está jugando un partido de fútbol, este se encuentra bien filmado y en términos generales su desarrollo resulta ser bastante entretenido. Por supuesto que no está exento de algunos clichés propios de relatos deportivos donde un determinado grupo desafía a otro que abusa del poder que poseen, como sucede por ejemplo en “The Longest Yard” (1974) del director Robert Aldrich, lo que en este caso se traduce en dudosos cobros arbitrales y juego sucio no sancionado. Por otro lado, en el ámbito de las actuaciones los únicos que se destacan son Michael Caine y Max von Sydow, quienes hacen todo lo posible por otorgarle un cierto grado de realismo y dramatismo al relato, aun cuando el Mayor Von Steiner es probablemente el oficial nazi más carismático que haya aparecido en una película de la Segunda Guerra Mundial. Sylvester Stallone por su parte, no solo realiza un trabajo mediocre, sino que además su personaje resulta ser sumamente irritante ya que no es más que la encarnación del ego del actor, el cual dicho sea de paso causó una serie de problemas durante el transcurso del rodaje. Sin embargo, el punto más bajo a nivel interpretativo por lejos es la actuación de Pelé, quien aun cuando es uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia como actor es un completo desastre. “Escape to Victory” en su momento obtuvo una tibia recepción por parte del público y la crítica, y en general es considerado como un trabajo poco inspirado por parte de John Huston, uno que requiere de demasiadas concesiones por parte de la audiencia para funcionar. Y es que la verdad carece del dramatismo propio de las películas bélicas clásicas, mientras que como cinta deportiva es demasiado inverosímil, por lo que solo puede ser vista como una curiosidad dentro de la filmografía del director y del cine ambientado en la Segunda Guerra Mundial.

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