Antes que la productora American
International Pictures siquiera supiese el resultado comercial de la cinta “The
Masque of the Red Death” (1964), la cual era la séptima entrada en la saga de
adaptaciones que Roger Corman realizó de la obra de Edgar Allan Poe, el
director se embarcó en una nueva adaptación de la obra del escritor, la cual
inicialmente iba a ser financiada por la compañía británica Anglo-Amalgamated
Film Distribution. Pese a que Corman ya estaba cansado de este tipo de
adaptaciones, ante la posibilidad de contar con Richard Chamberlain como
protagonista, el director mostró un renovado entusiasmo a la hora de
desarrollar junto al guionista Robert Towne la historia de la película “The
Tomb of Ligeia” (1964), la cual estaría inspirada en el relato corto del mismo
nombre escrito por Poe. Debido a la escasa longitud del material original,
Towne decidió tomar algunos de los temas recurrentes de la obra de Poe,
específicamente el hipnotismo y la necrofilia, a la hora de desarrollar el
guion. Según el propio Towne, el protagonista “literalmente es controlado por
alguien que está muerto, lo que pese a ser una noción bastante macabra es
perfectamente consistente con la obra de Poe.” Cuando eventualmente Samuel Z.
Arkoff, uno de los mandamases de la AIP, decidió financiar la producción, este
insistió en que el protagonista debía ser Vincent Price, lo que no les hizo
mucha gracia a Corman y Towne, ya que ambos consideraban que Price era
demasiado viejo como para interpretar a un hombre de treinta años. Pese a su
molestia inicial, Corman supo sacar lo mejor de Price, quien con tal de verse
más joven se afeitó su distintivo bigote y se entregó a las manos del veterano
artista de maquillaje George Blackler.
En medio de la campiña inglesa en
pleno siglo XIX, el aristócrata Verden Fell (Vincent Price) está participando
del funeral de su esposa Ligeia. Acongojado por la pérdida, Fell se aferra a la
idea que su esposa no está realmente muerta, ya que está convencido que la
muerte es un estado que está fuertemente ligado a la voluntad de las personas.
Es a raíz de esto que cuando un gato negro súbitamente comienza a caminar sobre
la tumba de Ligeia, él lo interpreta como una señal que el espíritu de su amada
aun vive encarnado en el felino. Varios meses después de dicho acontecimiento,
en una de las tantas visitas a la tumba de amada, Verden conoce a la hermosa
Lady Rowena Trevanion (Elizabeth Sheperd) cuando esta sufre un accidente a
caballo cerca de la abadía donde reside el aristócrata. Verden, quien ahora es
un hombre solitario que padece una enfermedad a la vista que le impide ver
directamente la luz del sol, se enamora de Rowena con quien eventualmente
termina contrayendo matrimonio pese a la oposición del padre de la muchacha,
Lord Trevanion (Derek Francis), y de su antiguo pretendiente Christopher Gough
(John Westbrook). Tras irse de luna de miel con su flamante nueva esposa en un
intento por dejar atrás el pasado y sanar sus viejas heridas, la pareja de
recién casados regresa a la propiedad de Fell solo para darse cuenta que el
espíritu de Ligeia hará algo más que atormentar los sueños del protagonista. Y
es que sumado a la sensación que existe una presencia que quiere dañarla,
Rowena ve con impotencia como Verden comienza a volverse distante y a
comportarse de manera errática, lo que lo lleva a desaparecer a diario durante
horas sin que necesariamente recuerde que es lo que hizo durante todo ese
tiempo. Cuando su cada vez más frágil relación matrimonial y su vida se ven en
peligro, Rowena hará lo posible por descubrir que es lo que sucede al interior
de la abadía antes de que sea demasiado tarde.
Aun cuando “The Tomb of Ligeia”
contiene muchos de los elementos característicos de la obra de Poe, en especial
su distintiva mezcla entre lo melancólico y lo francamente escalofriante, de
todas formas asoma como un relato inusual dentro de su bibliografía ya que gran
parte de la acción ocurre durante el día. Esto le otorgaría a Corman la
oportunidad de experimentar algo diferente a lo que venía haciendo en su ciclo
de adaptaciones de la obra del autor. Con respecto a esto, el director
declararía en una entrevista, “Yo nunca quise rodar las adaptaciones de Poe en
el contexto del mundo real. Sentía que estábamos lidiando con un mundo que
estaba más allá de la consciencia, un mundo que en gran medida era artificial,
por lo que siempre quise filmar todo dentro de los confines de un estudio. Sin
embargo, con ´The Tomb of Ligeia´ me dije: ´Está bien, voy a rodar dentro del
contexto de la realidad.´ Por ese motivo viajamos a la zona rural de Inglaterra
y fotografiamos una cacería de zorros, una boda celebrada en una preciosa
iglesia, y un monasterio en ruinas del siglo XVI, el cual eventualmente
utilizaríamos como el exterior de la casa del protagonista. Debido a esto
´Ligeia´ presentaría una apariencia bastante diferente al resto de las
películas de Poe, ya que fue la única vez que la historia se desarrollaba bajo
la luz del sol.” El otro elemento distintivo de “The Tomb of Ligeia”, es que la
historia original durante años ha sido interpretada como el demencial sueño de
un narrador poco confiable. Si bien este aspecto del relato no es explorado de
manera explícita en el film de Corman, resulta fascinante la ambigüedad que el
director le imprime a parte de las respuestas que entrega con respecto a lo que
sucede alrededor de Verden y Rowena, lo que no solo contribuye a que la película
no se torne tan predecible, sino que además sienta las bases del demencial
último acto de la misma.
Uno de los elementos más importantes
de “The Tomb of Ligeia”, son las motivaciones del protagonista y su estado
mental tras el fallecimiento de su amada primera esposa. A poco de comenzada la
película, Verden interpreta la remoción de la fecha de defunción de la lápida
de Ligeia como un hecho que profetiza su eventual regreso. Es en este momento
que su afinidad por la arqueología y las civilizaciones antiguas cobra especial
importancia. La gran cantidad de reliquias egipcias que tiene en exhibición en
varios rincones de su hogar, dan cuenta de sus conocimientos en el tema y
explican la razón por el cual le otorga una significancia especial al gato
negro que aparece en varios pasajes del film. Serán sus creencias y su amor
incondicional por Ligeia los motivos que lo llevan a considerar que ella está
por sobre la muerte, razón por la cual está dispuesto a esperar su regreso de
la misma forma que un granjero espera que llueva. Impulsado por su particular
obsesión, Verden eventualmente encuentra a quien él considera como la
reencarnación de Ligeia, la joven y hermosa Rowena. La transformación de Rowena
en Ligeia, la cual comienza con una especie de ceremonia hipnótica y culmina
con una secuencia onírica que parece haber sido inducida por el consumo de opio,
es claramente un proceso involuntario al cual la muchacha es sometida desde el
momento que conoce a Verden. “Todos perseguimos distintas cosas durante
nuestras vidas, Barón,” le comenta el protagonista a un amigo en un determinado
momento del film. El precio que cada uno está dispuesto a pagar por aquello que
desea es uno de los temas principales de “The Tomb of Ligeia”, donde Verden es
retratado como un personaje trágico básicamente porque es incapaz de controlar
su mayor deseo, al punto que termina padeciendo una total ceguera tanto
intelectual como espiritual que está representada por su particular problema a
la vista.
Pese a que durante el clímax del film
Vincent Price no puede evitar caer en la sobreactuación, el actor realiza un
gran trabajo interpretando al atormentado Verden Fell, quien oficia como instigador
y víctima de su trágica historia. Elizabeth Shepherd por su parte, además de
exhibir una gran química con Price pese a su diferencia de edad, personifica de
manera creíble a una mujer que lentamente es arrastrada a los confines de la
locura. Por otro lado, la efectividad de
“The Tomb of Ligeia” se ve beneficiada por la estupenda dirección de fotografía
de Arthur Grant, la atractiva dirección de arte de Colin Southcott, y la atmosférica banda sonora del compositor Kenneth V. Jones. Cuando “The Tomb of
Ligeia” fue estrenada, gran parte de la crítica solo le dedicó elogios a la
cinta de Corman. Sin embargo, el propio director se encargaría de expresar su
insatisfacción con la película cuando en una entrevista declaró: “Todos los
filmes de Poe ganaron dinero, pero ´Tomb of Ligeia´ fue la que obtuvo una menor
cantidad. Creo que fue porque la serie había perdido su encanto y también
porque la cinta era demasiado complicada.” Aun cuando es cierto que el último
tercio del relato se complica más de la cuenta debido a la ambigüedad empleada
por Corman, esto en ningún momento arruina la efectividad del conjunto. Donde
la película si pierde parte de su atmósfera es durante el segundo acto, ya que
la historia se centra en el romance que se genera entre Verden y Rowena. “The
Tomb of Ligeia” se convertiría en la última adaptación de Poe realizada por
Corman, pero en ningún momento la producción se percibe como el cierre de un
ciclo, más si se considera la estrecha relación que esta mantiene con la
naturaleza cíclica de la muerte y la resurrección. Y es que para Poe la muerte
rara vez marcaba el fin de sus relatos, sino que era interpretada como el
comienzo de algo nuevo, tal y como “The Tomb of Ligeia” vino a marcar el inicio
de una nueva etapa en la filmografía del versátil Roger Corman.
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