Tras el éxito de las comedias
“National Lampoon´s Vacation” (1983) y “National Lampoon´s European Vacation”
(1985), los ejecutivos de los Estudios Warner Brothers se acercaron al director
y guionista John Hughes, quien había estado a cargo del desarrollo de los
guiones de ambas producciones, para pedirle que trabajara en una nueva entrada
de la saga. Para Hughes su participación en “National Lampoon´s Christmas
Vacation” (1989) se convertiría en una rara excepción dentro de su carrera,
hecho que él mismo se encargaría de señalar en una entrevista: “En la única
secuela que estuve involucrado por obligación fue en la tercera película de
´Vacaciones´. El estudio me rogó que escribiera un nuevo guion, y yo solo
accedí debido a que tenía una buena historia en la cual basarme. Pero la verdad
es que esas películas se habían convertido en meros vehículos para el
lucimiento de Chevy Chase.” La historia a la que hacía referencia Hughes era un
relato corto de su autoría titulado “Christmas ´59”, el cual sería publicado en
Diciembre de 1980 en la revista National Lampoon. Si bien inicialmente Hughes
había elegido al guionista y director Chris Columbus para hacerse cargo del
film, debido a la gran cantidad de problemas que este tuvo con Chevy Chase,
quien no lo respetaba en lo absoluto como director lo que se tradujo en la
negativa por parte del actor de seguir las indicaciones que se le entregaban, Columbus
eventualmente abandonó la producción para ser reemplazado por Jeremiah S.
Chechik, quien hasta ese entonces solo había trabajado en la realización de
videos musicales.
Clark Griswold (Chevy Chase) es el
típico padre de familia norteamericano quien a falta de nuevos destinos para
visitar con su esposa Ellen (Beverly D´Angelo) y sus hijos Audrey (Juliette
Lewis) y Russ (Johnny Galecki), se obsesiona con la idea de convertir la
presente Navidad en la mejor de toda su historia familiar. Para lograr dicho
cometido, Clark no escatima en esfuerzos y hace todo lo posible por conseguir
un verdadero pino navideño, adornar su casa con miles de luces, y realizar
actividades propias de la festividad. Sin embargo, hay un pequeño
inconveniente: todos sus emprendimientos salen horriblemente mal, obligando a
su familia y a sus molestos vecinos (Julia Louis-Dreyfus y Nicholas Guest) a
sufrir las consecuencias. Pese a esto, Clark prefiere mostrarse indiferente
ante los problemas debido a que está determinado a lograr que todo salga como
él espera, sin importar las dificultades que puedan presentarse en el camino. Para
empeorar aun más la situación, su entusiasmo se pondrá a prueba con la
inesperada llegada de su irritante e invasivo primo Eddie (Randy Quaid) y su
familia, quienes al parecer planean pasar todo el periodo de festividades en
casa de los Griswold con todo el caos que aquella decisión supone. Además de
todo esto, de manera similar a lo que sucede en la cinta “A Christmas Story”
(1983), en “Christmas Vacation” existe una subtrama relacionada con un supuesto
bono monetario que Clark va a recibir para la Navidad por parte de la empresa
para la cual trabaja, la cual es explorada a través de una serie de viñetas en las
que el protagonista visualiza la piscina que planea construir con la ayuda de
ese dinero.
Tal y como sucedía en las dos entradas
previas de la saga, Clark Griswold es la viva encarnación del optimismo y en
este caso, también es la encarnación del espíritu navideño. Su entusiasmo por
la Navidad es contagioso, aunque más para el espectador que para los propios
miembros de su familia quienes ven con algo de lástima los numerosos intentos fallidos
por parte de Clark de celebrar una Navidad inolvidable. A diferencia del
protagonista, casi la totalidad de los personajes que lo rodean no pueden
evitar actuar guiados por sus resentimientos o por su propia amargura, lo que
genera una serie de discusiones que contribuyen con el caos que se genera al interior
del hogar de los Griswold. A las críticas incesantes de los padres de Clark
(John Randolph y Diane Ladd) y los padres de Ellen (E. G. Marshall y Doris
Roberts), se suman los problemas que genera la senilidad de los tíos del
protagonista (William Hickey y Mae
Questel), la vulgaridad y la locura aportada por el primo Eddie y su clan, y la
actitud remilgada y prejuiciosa de una pareja de vecinos que sencillamente odia
la Navidad. Es precisamente la relación altamente disfuncional de la familia
Griswold, sumada a la mala fortuna crónica que padece el protagonista, lo que
se alza como el mayor generador de comedia que posee el film. El fuerte
contraste que se produce entre las expectativas de Clark y la cruda realidad, aun
cuando permite que el espectador empatice con él, inevitablemente también lo
convierte en una figura tragicómica que cuesta tomar demasiado en serio. Sus
fantasías con su “futura” piscina y con una dependiente bastante exuberante,
que le hacen perder toda noción de tiempo y espacio, son pruebas del tono
caricaturesco que por momentos adquiere el personaje.
Gran parte de las escenas más
memorables de “National Lampoon´s Christmas Vacation” se encuentran
concentradas en la primera mitad de la película. Entre las más recordadas está
aquella en la que Clark y compañía ante la imposibilidad de comprar un pino
navideño, deciden ir a talar uno por su cuenta sin considerar que el árbol
elegido es demasiado grande para ser transportado en el auto familiar, o aquella
en la que el protagonista intenta en múltiples oportunidades encender las más
de 25.000 bombillas con las que ha adornado su casa, hasta que eventualmente provoca
el asombro de su familia y una serie de inconvenientes para sus vecinos. Aun
cuando es innegable que la película posee momentos hilarantes, también es
cierto que no toda la comedia funciona de la manera esperada. Además de
desaprovechar la oportunidad de utilizar mejor a algunos de los parientes de
Clark, el humor vulgar que caracteriza al primo Eddie y su clan resulta algo
cansino, salvo algunas excepciones bastante puntuales. Es sabido que John
Hughes detestaba reescribir guiones, tarea que de todas formas se vio obligado
a llevar a cabo en determinadas oportunidades de muy mala gana. En el caso de “Christmas
Vacation”, da la impresión que si el guion hubiese sido sometido a pequeños
cambios, este hubiese terminado siendo realmente brillante. Un detalle que llama
la atención de la historia desarrollada por Hughes, son los guiños que presenta
en relación al clásico navideño “It´s a Wonderful Life” (1946) del director
Frank Capra. Por ejemplo, al igual que
el personaje interpretado por James Stewart, llega un momento en que Clark
pierde por completo tanto la esperanza en el espíritu navideño como en sí
mismo, la cual es restituida tras experimentar lo que él concibe como un verdadero
milagro de Navidad. Además de esto, en una de las escenas es posible ver un
televisor donde están transmitiendo el clásico de Capra. Finalmente, existe
otro nexo entre ambas producciones, aunque este no fue precisamente
intencional: el asistente del director sería Frank Capra III, nieto del alabado
y galardonado realizador italoamericano.
Chevy Chase realiza un gran trabajo
interpretando a Clark Griswold, quien tras sus numerosos traspiés termina
perdiendo por completo la cabeza durante el último tramo del film. Beverly
D´Angelo por su parte, realiza el mejor trabajo posible interpretando a la
comprensiva mujer del protagonista, considerado que su papel carece por
completo de profundidad. Tan destacable como su actuación es la química que
mantiene con Chase, ya que el matrimonio es el corazón de las películas de la
saga. Si bien el resto del elenco también realiza una labor encomiable, quien más
se destaca es Randy Quaid quien interpreta al primo Eddie como un idiota y un
lunático con un corazón de oro. En cuanto al aspecto técnico de la producción,
no solo sobresale la banda sonora del compositor Angelo Badalamenti, sino que
además la secuencia animada de créditos iniciales la cual estuvo a cargo de
Bill Kroyer. En consideración al escenario donde transcurre la historia, Hughes
y Chechik no pudieron evitar incluir algunas dosis de sentimentalismo a lo
largo del film, las cuales están concentradas mayormente en su tramo final. Si
bien algunas funcionan de manera increíble, como cuando Clark tras quedar
encerrado en el ático de su casa empieza a ver grabaciones familiares antiguas,
las cuales le demuestran que a veces las cosas sencillas son las que generan
más felicidad, otras como el giro final en relación al esperado bono se sienten
algo forzadas y no terminan de convencer. Pese a que con el paso de los años “National
Lampoon´s Christmas Vacation” se ha convertido en un verdadero clásico
navideño, a diferencia de otras producciones similares no es una cinta dirigida
a toda la familia, sino que más bien a un público adulto, tanto por el tipo de
humor empleado por Hughes, como por el hecho que es ese el segmento de la
audiencia que más fácil puede empatizar e identificarse con el drama y la
locura experimentada por Clark, quien al final de su caótica aventura navideña
aprende que en la vida los mejores “bonos” no están necesariamente relacionados
con la llegada de dinero.
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