Las películas de Constantin Costa-Gavras a menudo han sido descritas como thrillers políticos, que se han caracterizado por otorgarle más importancia al factor humano que al contexto político en los cuales se desarrollan. Las víctimas y los montajes, ya sea en Europa o en América Latina, se alzan como detalles íntimos de un determinado contexto histórico, y no como hechos ficticios insertados en un contexto político. Desde luego, los filmes de Costa-Gavras continúan siendo obras de ficción, aunque estos estén basados en hechos reales. “El país donde ocurre la historia no es identificado en la película. Los incidentes y los hechos han sido documentados. Algunos de los nombres han sido cambiados para proteger a los inocentes y también para proteger a la película,” especifica el director al comienzo de “Missing” (1982), cinta basada en la novela “The Execution of Charlie Horman” del escritor Thomas Hauser, la cual relata los hechos que rodearon a la desaparición del periodista norteamericano Charles Horman tras el golpe de estado ocurrido en Chile en 1973. El punto de ocultar el escenario donde ocurre el relato también responde al deseo del director de evitar que el alcance de su obra se vea limitado a un determinado territorio, ya que según su punto de vista los hechos que narra perfectamente podrían ocurrir en cualquier lugar del mundo. Ahora para ser honestos, en “Missing” si existen algunos detalles que permiten identificar el lugar donde transcurre la historia, lo que de todas formas no diluye la intención original del director. Sumado al hecho que se nombra la ciudad de Viña del Mar, el embajador de los Estados Unidos (Richard Venture) utiliza la palabra “chileno”, y el ataúd que es enviado con destino a Norteamérica tiene escrito “Desde Santiago” en uno de sus costados.

En “Missing”, Charlie Horman (John Shea) es un joven norteamericano que junto a su esposa Beth (Sissy Spacek) han decidido irse a vivir a Chile con la finalidad de conocer una realidad distinta a la de su país de origen. En medio de su estadía en el país, se ven obligados a atestiguar el golpe de estado ocurrido el 11 de Septiembre de 1973, el cual tuvo por objetivo derrocar el gobierno socialista del presidente Salvador Allende. Pocos días después del golpe, con el ejército ya desplegado por las diversas calles de la nación, Charlie y su amiga Terry Simon (Melanie Mayron) viajan escoltados por un oficial norteamericano desde Viña del Mar a Santiago, con el objetivo de regresar a sus respectivos hogares. Tan pronto comienzan a interiorizarse con lo sucedido, Charlie y sus cercanos se enteran que miles de personas que han sido detenidas, torturadas y/o asesinadas por el ejército en la capital del país, solo por profesar una tendencia política diferente. Lamentablemente para Charlie, su curiosidad y sus tendencias políticas liberales lo llevarán a engrosar la lista de personas desaparecidas, lo que motiva que su padre, Edmund Horman (Jack Lemmon), un hombre conservador y un férreo partidario del gobierno de su país, a viajar a Chile para intentar averiguar que ha sucedido con él. Atrapados entre su desesperación, la compleja situación del país, y el cinismo de la embajada norteamericana y los agentes de la dictadura, Edmund junto a su nuera Beth harán lo posible por descubrir la verdad mientras se enfrentan a la triste y peligrosa realidad de las políticas reinantes en Latinoamérica en aquel entonces. 


El golpe de estado ocurrido en Chile fue liderado por el General en Jefe Augusto Pinochet, quien en los años posteriores a dicho acontecimiento para algunos pasó a ser el salvador de la nación, mientras que para muchos otros terminaría convirtiéndose en uno de los dictadores más nefastos, corruptos y sanguinarios del siglo veinte. Algo similar sucede con Allende, cuyo gobierno sigue siendo duramente criticado por un sector de la sociedad chilena, mientras que otro grupo de personas asegura que su caída fue provocada por un boicot orquestado por ciertos actores sociales, los cuales veían con malos ojos la implementación de una serie de políticas de izquierda que atentaban contra sus bienes materiales. Lo que no resiste análisis alguno y es un hecho absolutamente comprobado, es que 31.686 personas fueron detenidas y torturadas en diversos establecimientos tanto civiles como militares por agentes de las distintas ramas del ejército. De esos miles de personas, 3.227 fueron ejecutadas sin ninguna clase de juicio, y de ese grupo 1.102 desaparecieron sin dejar rastro. Lo interesante del film de Costa-Gavras es que analiza toda esta violencia desde el punto de vista de individuos atemorizados y desconcertados que se encuentran atrapados en medio del conflicto, los cuales de un momento a otro ven como sus espacios cotidianos se convierten en verdaderas zonas de guerra. En una de las primeras escenas del film, mientras Charlie Horman se encuentra sentado en el asiento trasero de un vehículo, aprovecha de mirar por una de las ventanas el escenario que lo rodea. En el reflejo de dicha ventana es posible distinguir a un grupo de niños que están jugando fútbol en un generoso y polvoriento espacio abierto. Súbitamente, los niños comienzan a correr despavoridos a medida que un camión lleno de soldados se acerca al lugar, dejando en evidencia que el golpe de estado ya está en desarrollo. La angustiante sensación que la pacífica vida civil ha sido violentada y transformada por el levantamiento militar, ejerce su dominio durante los primeros diez minutos de “Missing”. En este sentido, es especialmente revelador el momento cuando Beth no alcanza a llegar a su casa antes del inicio del toque de queda, lo que la obliga a buscar refugio en el portal de una casa donde no tiene más remedio que pasar toda la noche escuchando disparos esporádicos, para luego ser testigo de los cadáveres regados en las calles de aquellas personas que se atrevían a desafiar las ordenanzas impuestas por los militares.

Si bien la información que Costa-Gavras entrega acerca de Charlie previo a su desaparición es bastante limitada, lo poco que revela no solo contribuye a retratar su pensamiento político y su visión acerca del golpe, sino que además sugiere cuales fueron los motivos por los que finalmente termina siendo asesinado. Durante su estadía en Viña de Mar, Charlie y Terry mantienen una conversación con un compatriota el cual asegura haber cumplido su trabajo en el país, razón por la cual ahora está listo para viajar a Bolivia a realizar una labor similar. De forma muy similar a lo que había hecho previamente en “État de siege/Estado de Sitio” (1973), Costa-Gavras señala a la CIA como el arquitecto de la ascensión de diversas dictaduras de extrema derecha en distintos puntos de Latinoamérica. Pese a que todo apunta a que Charlie fue asesinado por estar en conocimiento del papel que jugó el gobierno de los Estados Unidos en el golpe ocurrido en Chile, la embajada norteamericana mantiene hasta el final su discurso de supuesta neutralidad con respecto a lo ocurrido, lo que inevitablemente corroe las entrañas de un dolido y decepcionado Edmund Horman, quien no puede creer el cinismo de su propio gobierno y los horrores que se están cometiendo en Chile con total impunidad. Desde el momento que Charlie desaparece, su padre se convierte en el gran protagonista de la cinta, ya que es a través de sus ojos que se explora gran parte de drama personal y social que le toca experimentar. A poco de su llegada al país, Edmund es presentado como un hombre conservador que está seguro que su gobierno está haciendo todo lo posible por crear un mundo mejor. Su fuerte convicción política lo ha llevado a distanciarse de su hijo, a quien critica por sus ideas de izquierda y su incapacidad para mantener un trabajo estable. Esto también provoca que al menos inicialmente, identifique la desconfianza que Beth tiene en las autoridades como el producto de un radicalismo sin fundamentos. “No quiero escuchar nada acerca de tu paranoia anti-americana,” le recalca Edmund a su nuera en un determinado momento del film. El eventual abandono de sus prejuicios y sus viejas presunciones políticas, el cual es provocado por sus ansias de justicia y su confrontación con la cruel verdad, no solo convierten a Edmund en el héroe de “Missing”, sino que además establece una cierta neutralidad en el relato que le otorga una mayor riqueza y verosimilitud al conjunto.


Sin lugar a dudas uno de los puntos altos del film son las actuaciones de Jack Lemmon y Sissy Spacek, quienes cada uno desde su propia trinchera logran transmitirle al espectador la angustia y la impotencia que sienten no solo ante la desaparición de Charlie, sino que además ante las respuestas que reciben de las autoridades y el horror que se desarrolla a su alrededor. En una de las escenas más memorables de la película, Beth y Edmund visitan una morgue, lugar donde encuentran el cuerpo de uno de los amigos de Charlie llamado Frank Teruggi (Joe Regalbuto), quien según las autoridades norteamericanas había dejado el país sano y salvo. Horrorizados y desanimados, ambos miran a su alrededor solo para percatarse que están rodeados de cadáveres ensangrentados y mutilados, lo que los lleva a apartar rápidamente su mirada en un acto de impotencia. De inmediato, la cámara se traslada al piso superior del edificio donde se encuentran, el cual también está repleto de cadáveres sin identificar. Es en este preciso momento, cuando la muerte rodea a los protagonistas, que Costa-Gravas provoca que a través del sufrimiento de Beth y Edmund se individualice cada uno de los miembros que conforma ese enorme grupo de víctimas sin identidad, dando a entender en el proceso que “Missing” a través de la historia de Charlie Horman busca honrar a cada uno de los caídos y los desaparecidos durante la dictadura chilena. Con respecto a esto, el director aseguraría en una entrevista que otorgó poco antes de terminar el film, “A menudo pensaba cuando leía… acerca de las 2000 personas que habían muerto o desaparecido, ¿Quiénes eran esas personas? ¿Quién estaba preocupado de ellas? ¿A quien le importaría si nosotros desapareciéramos?”

Tan destacable como las interpretaciones de la dupla protagónica, es la dirección de fotografía de Ricardo Aronovich y la emotiva banda sonora del compositor Evangelos Odysseas Papathanassiou, más conocido como Vangelis. Como era de esperarse, el estreno de “Missing” no dejaría a nadie indiferente. La primera película hollywoodense del director la cual sería filmada en México en el más estricto secreto, fue duramente criticada por ciertos organismos de extrema derecha de los Estados Unidos, los cuales exigieron que ese “comunista europeo” llamado Costa-Gavras no volviera a trabajar en el país. Sumado al hecho que su exhibición en Chile sería prohibida, el director además tendría que enfrentar una demanda impuesta por Nathaniel Davis, quien ejerció como embajador de Norteamérica en Chile desde 1971 hasta 1973, ya que este consideró que aun cuando aparecía con otro nombre en la película, había sido víctima de difamación por parte de Costa-Gavras. Más allá de los problemas que tuvo que enfrentar a causa de su obra, “Missing” sería aplaudida por la crítica quien le otorgaría al director la Palma de Oro en el Festival de Cannes. A esto se sumaría el Oscar al mejor guion adaptado, el cual recaería en manos del propio Costa-Gavras y del guionista Donald Stewart. “Missing” es un drama desgarrador, un tenso thriller político, una emocionante historia de perseverancia, un crudo retrato de parte de las violaciones a los derechos humanos ocurridos en Chile y en distintos puntos de Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo veinte, y una aguda crítica a la política internacional de los Estados Unidos en aquel periodo. A raíz de la serie de documentos que han aparecido en los últimos años corroborando muchos de los hechos retratados en el film, “Missing” también es un pedazo de historia, un violento recordatorio de ciertos hechos que nadie desea que se repitan pero que lamentablemente siguen ocurriendo. De hecho, en este preciso momento en el mismo Chile, bajo el disfraz de una falsa democracia, a diario las fuerzas del orden siguen cometiendo atrocidades en medio del reciente estallido social, demostrando lo frágil que es a veces la memoria, y lo importante que son aquellos elementos que invitan a no olvidar el pasado porque es la única forma de construir un futuro mejor.  

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