¿Qué tienen en común el supuesto accidente de un atleta, un asesino serial, un ejército de pseudo-nazis, y un científico que aparentemente está trabajando en una cura para el cáncer? En teoría absolutamente nada, pero todos estos elementos confluyen en el guion de Christopher Wicking, el cual está inspirado en la novela “The Disorientated Man” del escritor Peter Saxon. “Scream and Scream Again” (1970) sería producida por los norteamericanos Louis M. Heyward, Max Rosenberg, y Milton Subotsky (los dos últimos eran los fundadores la productora británica Amicus Productions), quienes posteriormente se asociaron con la American International Pictures, quien se encargaría de su distribución internacional. Según el director Gordon Hessler, originalmente Subotsky había escrito un guion que era un completo desastre. Hessler además añadiría, “En realidad era una novela pulp (la obra de Saxon), un libro desechable que puedes leer en un tren. No contenía nada concreto, solo piezas aisladas de acción. Pero fue Chris quien la llevó a un nuevo nivel al explorar un proceso político que podía suceder en un futuro. Esa fue la base de la película, él fue quien aportó con una serie de ideas, sin que eso necesariamente borrara el hecho que se trataba de una historia de ficción pulp.” “Scream and Scream Again” comienza con la súbita pérdida de consciencia de un hombre que está trotando en la calle. Poco tiempo después, él despierta completamente desorientado en una habitación de hospital, donde descubre con horror que le han amputado las piernas sin razón aparente. Tras dejar de lado a este hombre y su particular drama, la historia se traslada a un país cuyo nombre no se especifica, el cual se encuentra gobernado por un régimen totalitarista cuya mayor preocupación en la actualidad es que todo indica que está siendo espiado por una entidad desconocida. Para complicar aun más las cosas, la historia eventualmente se traslada a Inglaterra, específicamente a Londres, donde la policía se encuentra en medio de la investigación del asesinato de una joven, la cual además fue abusada sexualmente por su victimario.

Básicamente estas son las tres subtramas principales de la cinta, las cuales en un determinado momento de la historia confluyen para darle forma a su extraño y esquizofrénico clímax. De estas tres subtramas, probablemente la que tiene más relevancia es aquella que tiene relación con un asesino serial (Michael Gothard) que está aterrorizando a Londres. El desquiciado criminal que es perseguido de cerca por el Inspector Bellaver (Alfred Marks) y por el médico forense David Sorel (Christopher Matthews), tiene la costumbre de abordar a sus víctimas en diversos clubes nocturnos, para luego llevarlas a lugares solitarios donde abusa sexualmente de ellas, las asesina, y finalmente drena toda la sangre de sus cuerpos. Eventualmente serán los asesinatos cometidos por este psicópata los que integrarán a la trama al Doctor Browning (Vincent Price), un peculiar científico cuyos experimentos guardan estrecha relación con aquellos realizados por Víctor Frankenstein en la novela de Mary Shelley. En cuanto al resto de las subtramas, estas no solo carecen de coherencia sino que además su importancia para el desarrollo de la película es bastante subjetiva. Por ejemplo, aun cuando Hessler se toma el tiempo para retratar las brutales condiciones en las que viven los ciudadanos del país controlado por el General Konratz (Marshall Jones), opta por no explicar cual es el motivo que se esconde tras la captura y posterior tortura que sufre un grupo de civiles a manos del ejército del cruel dictador. Del propio Konratz es muy poca la información que se entrega, más allá del hecho que se trata de un implacable dictador cuyas ansias de poder lo han llevado a asesinar a varios miembros de su gobierno, con la ayuda de algo llamado “el toque de la muerte”. Según Hessler, aun cuando el ejército de Konratz evoca al infame ejército Nazi, la verdad es que su intención era retratar la entonces latente amenaza comunista.


Aun cuando se podría suponer que la idea de fusionar tres líneas argumentales que no tienen nada en común, responde al deseo de Hessler y Wicking de imprimirle algo más de profundidad a la subtrama principal, la verdad es que el producto final termina siendo algo decepcionante. Por ejemplo, pese a lo interesante que resulta ser inicialmente la misteriosa figura del Dr. Browning, su encanto se diluye rápidamente cuando se revela que tan solo es otro científico demente cuyo plan es dominar el mundo, mediante la construcción de seres humanos artificiales extremadamente poderosos y letales, con los cuales pretende reemplazar a un sinnúmero de personas que ocupan puestos importantes dentro de las principales potencias mundiales. Por otro lado, la intrincada red de subtramas que conforman “Scream and Scream Again”, también tiene como consecuencia que no exista un claro protagonista del relato. Quizás quien tiene un mayor protagonismo a lo largo del film es el Inspector Bellaver. Lamentablemente, el personaje interpretado por Alfred Mark resulta bastante molesto no solo por su torpe accionar, sino que también por lo mediocre e inapropiado de sus diálogos, los cuales se dice que fueron escritos por el propio actor. Otra cosa que llama la atención, es que Hessler no tarda demasiado en relevar la identidad del asesino, quien es identificado por la policía durante el primer tercio de la cinta, lo que desencadena una extensa persecución automovilística a toda velocidad que culmina en una descomunal lucha entre el peligroso criminal y un grupo de incompetentes policías.

“Scream and Scream Again” no solo es recordada por su complicada trama, sino porque además contó con la participación de tres de los actores más importantes del género del horror de la época: Vincent Price, Christopher Lee, y Peter Cushing. Mientras que el personaje de Price solo cobra relevancia durante los últimos veinte minutos de la película, Lee interpreta al líder de la inteligencia británica quien solo tiene una escena importante, la cual comparte con Price. Por último, Peter Cushing solo aparece en una escena de tres minutos de duración interpretando al Mayor Benedek, uno de los oficiales del ejército de Konratz que termina siendo asesinado por el brutal dictador. Si bien es evidente que la inclusión de estos tres actores en la producción era una clara maniobra publicitaria, la cual fue ideada por Heyward a sabiendas que su sola presencia por muy breve que fuese, atraería a un número mucho mayor de espectadores, la verdad es que es lamentable que su talento fuese desaprovechado por Hessler y compañía. De hecho, terminó siendo tan anecdótica la participación de Cushing en el film, que en 1992 cuando le preguntaron en una entrevista que recuerdos tenía del rodaje de “Scream and Scream Again”, el actor respondió, “Sabes, no puedo recordar muchas cosas de esa película. ¿Tú la recuerdas? ¿Qué papel interpreté en ella?” Por otro lado, como sucedió con varias cintas que se realizaron en aquella época, existe una escena que se incluyó con el único objetivo de promocionar a la banda Amen Corner, en la cual sus integrantes interpretan la canción principal del film. Finalmente cabe destacar la dirección de fotografía de John Coquillon y el diseño de producción de Bill Constable, quienes son parte fundamental de la atmósfera excéntrica y cargada a la paranoia que caracteriza a la película. 


Pese al pesimismo con el que fue lanzada la cinta, en especial por parte de los ejecutivos de la American International Pictures, esta obtuvo buenos resultados de taquilla. Según el propio Hessler, cuando el presidente de la AIP, Samuel Z. Arkoff, viajó a Londres en compañía de algunos de sus subordinados para ver una proyección temprana de la cinta, “Nadie pareció entenderla. Ellos sencillamente pensaron que nosotros estábamos locos o algo así. Debido a que habían quedado conformes con mi película anterior (The Oblong Box, 1969), ellos eventualmente decidieron estrenar `Scream and Scream Again´ sin realizarle un solo cambio.” El gran mérito de Hessler es que más allá de lo absurdo del guion, decidió dirigir el film utilizando una mirada más bien documentalista, creando de esta forma un escenario salido de una pesadilla que resulta difícil de olvidar. Quizás esto entre otras cosas fue lo que motivó al afamado director Fritz Lang a mencionar su admiración por “Scream and Scream Again”, producción que si se analiza con mayor detenimiento presenta una serie de imágenes y temas relacionadas con el cine del realizador austriaco, como por ejemplo la existencia de una conspiración siniestra, la búsqueda de un asesino serial, la inclusión de habitaciones elegantes que conducen a laboratorios subterráneos, una marcada sensación de paranoia, y una crítica a los gobiernos totalitaristas, entre otras cosas. Por todo esto y mucho más, de entre todas las críticas que se hicieron en su momento, quizás la publicada por el semanario Variety sea la que mejor describe al film de Hessler: “El guion de Christopher Wicking… tiene casi tantos agujeros como las víctimas que aparecen a lo largo del film. Sin embargo, esa crítica no tiene mayor relevancia si se analiza el horror que genera la película. El director Gordon Hessler es una versión barata y sadomasoquista de Hitchcock. Y es que mucho después de emitido el último alarido estridente de `Scream and Scream Again´, sus imágenes inquietantes y escalofriantes continúan acompañando al espectador.”

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