Bill Plympton, el autodenominado Rey de los Animadores Independientes, nació el 30 de Abril de 1946 en Portland, Oregon. Criado en una granja junto a sus cinco hermanos, Bill pasó gran parte de su infancia encerrado en su casa ya que el clima lluvioso de Oregon no le permitía salir a jugar al aire libre muy a menudo. Esto lo llevaría a desarrollar su imaginación y su habilidad como dibujante. Tras egresar en 1964 de la Oregon City High School, donde participó activamente en el club de arte, Plympton comenzó a estudiar diseño gráfico en la Universidad Estatal de Portland, donde además de estar a cargo del diseño del anuario, creó una serie de afiches para la Sociedad de Cine de la cual era miembro. Fue en ese lugar que comenzaría a mostrar su obsesión por el cine y donde daría sus primeros pasos como animador, cuando se embarcó en la tarea de realizar un corto animado para promocionar el anuario, el cual lamentablemente filmó por accidente boca abajo por lo que tuvo que desecharlo. Para evitar ser reclutado para la Guerra de Vietnam, en 1967 Plympton se enlistó en la Guardia Nacional donde permanecería hasta 1972. En 1968, se inscribió en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, donde se especializaría en la realización de dibujos animados. Tras terminar sus estudios, Plympton intentó pagar sus deudas vendiendo cinturones en la calle sin demasiado éxito. Poco tiempo después, comenzaría a ganarse la vida como ilustrador y caricaturista en la Gran Manzana. Mientras que sus ilustraciones serían publicadas en las páginas de diversas revistas y periódicos como por ejemplo el New York Times, Vogue, House Beautiful, Screw, y Vanity Fair, entre otras, sus caricaturas aparecerían en revistas como Penthouse, Rolling Stone, National Lampoon, y Glamour. En 1975, Plympton crearía una caricatura política a la cual bautizaría como “Plympton”, la que inicialmente sería publicada por el semanario SoHo Weekly News, hasta que eventualmente comenzó a aparecer en más de veinte periódicos a lo largo de los Estados Unidos.

La falta de experiencia y el desconocimiento del funcionamiento de la industria de la animación fueron en gran medida responsables de que durante muchos años Plympton se mantuviera alejado de su verdadera pasión. De hecho, el propio Plympton declararía en una entrevista, “Cometí un montón de errores. El primero sería no haberme introducido en el mundo de la animación con anterioridad. Después de graduarme de la escuela de arte, debería haber escuchado a mi corazón, el cual desde los tres o cuatro años de edad me empujaba a convertirme en un animador. Yo tenía la impresión que para ser un animador, tenías que trabajar en Disney o en la Warner Brothers, además de tener un conocimiento de la industria, por lo que sentía que solo iba a perder el tiempo. Por eso comencé con las ilustraciones y las caricaturas, las cuales me encantaba realizar. Aunque no estaba completamente desilusionado con mis decisiones, siempre albergué el deseo de convertirme en un animador.” Era tal la fascinación que Plympton sentía por la animación, que cuando tenía catorce años envió a los Estudios Disney algunas de sus caricaturas con la esperanza que lo contrataran como animador. Aun cuando rechazaron sus servicios por su corta edad, los encargados del departamento de animación de Disney valoraron el talento de la joven promesa. Recién en 1983 Plympton cumpliría su sueño de trabajar como animador cuando Valeria Wasilewski, quien pertenecía a la banda musical “The Android Sisters”, le pidió que trabajara en la realización de un cortometraje basado en la canción de Jules Feiffer, “Boomtown”. El corto de siete minutos de duración, el cual funcionaba como una parábola musical acerca de la Guerra Fría, fue estrenado en 1985 en diversos festivales con algo de éxito, lo que le permitió a Plympton utilizar $2.000 dólares de su propio bolsillo para financiar su siguiente proyecto. Si bien inicialmente comenzó a trabajar en un proyecto titulado “Drawing Lesson #2” (1988), el cual incluía algunas escenas con actores reales, cuando el mal clima provocó un retraso considerable del rodaje de la cinta, Plympton prefirió enfocarse en un nuevo proyecto titulado “Your Face” (1987), cuya banda sonora estuvo a cargo de Maureen McElheron y su banda Country Western Band. El cortometraje que tenía como protagonista a un sórdido cantante cuyo rostro cambia de manera surrealista mientras canta, no solo ganó más de una docena de premios, sino que además recibió una nominación al Oscar al mejor corto animado, lo que impulsó de manera considerable la carrera de Plympton. 

Caricatura publicada en SoHo Weekly News
“Your Face” (1987)
“25 Ways to Quit Smoking” (1989)

“De un momento a otro la gente comenzó a devolverme las llamadas,” recordaría Plympton en una oportunidad. Su nombre rápidamente comenzaría a convertirse en sinónimo de éxito en el mundo de la publicidad, donde se asoció a empresas tales como Trivial Pursuit, Taco Bell, AT&T, Nike, United Airlines, y Mercedes Benz. Sin embargo, lo que le otorgaría un reconocimiento mucho mayor a nivel mundial fueron los trabajos que realizó para la cadena de televisión MTV, en especial aquellos enmarcados dentro de la serie “Liquid Television” (1991-1995). Todo esto combinado con el éxito que estaba teniendo en diversos festivales de animación, los cuales convirtieron a “Your Face” en uno de los cortos animados más rentables de la historia, le permitieron a Plympton realizar una seguidilla de cortos animados como por ejemplo “One of Those Days” (1988), “How to Kiss” (1989), “25 Ways to Quit Smoking” (1989), “Plymptoons” (1990), “Tango Schmango” (1990), y “Dig Me Do” (1990). Según Plympton, el éxito de sus cortos animados se debía a tres simples reglas: “Regla número uno, haz que tu film sea breve. Cinco minutos de duración es más que suficiente. Regla número dos, disminuye los costos al máximo, ya que si gastas demasiado en efectos especiales, música orquestada, o tecnología digital, va a ser difícil que recuperes tu dinero. Yo recomiendo gastar alrededor de mil a dos mil dólares por minuto de metraje. Y regla número tres, preocupate que sean entretenidos. Si estás intentando vender una cinta a una cadena de televisión o un compilado de estas a una sala de cine, el hecho que sean entretenidas facilita bastante la venta. El problema principal de todo esto radica en la manera como comienzas en el negocio. Es recomendable trabajar en una empresa primero para así juntar fondos suficientes que te permitan sostenerte los dos primeros años. Si logras sobrevivir esos dos años y tus obras son divertidas, la verdad es que es bastante sencillo continuar en el negocio.”

Tras haberse establecido como un artista respetado dentro de la industria, al punto Disney le ofreció un contrato por un millón de dólares para trabajar con ellos, a lo cual Plympton se negó porque sabía que cualquier cosa que realizara terminaría siendo propiedad del Estudio, el animador consideró que era hora de cumplir uno de sus sueños de niñez, realizar un largometraje animado. “The Tune” (1992) tiene como protagonista a un compositor llamado Del que está intentando escribir una canción perfecta para su jefe, el despreciable Sr. Mega, para así poder conservar su trabajo y a su novia. Mientras conduce camino a la oficina, Del se pierde en la carretera y termina llegando a un pueblo llamado Flooby Nooby, donde conoce a un alcalde aficionado al canto y al baile, a un perro que imita a Elvis, a un chofer de taxi sin nariz, y a un botones psicótico, todo esto mientras hace todo lo posible por llegar a la oficina de su jefe a tiempo. Debido a que el proyecto fue completamente financiado por él, Plympton se vio en la obligación de lanzar algunos segmentos del film como cortos animados, para así poder conseguir los fondos suficientes para terminar la película. Estos segmentos conformarían los cortos “The Wise Man” (1990) y “Push Come to Shove” (1991), el cual ganaría el Premio del Jurado del Festival de Cannes. “The Tune” sería exhibida en numerosos festivales donde consiguió varios galardones, incluyendo el prestigioso Houston World-Fest Gold Jury Special Award. A esto se sumaría una nominación a los Premios Independent Spirit a la mejor banda sonora, la cual nuevamente estuvo a cargo de su amiga Maureen McElheron.

“How to Make Love to a Woman” (1995)
“Push Come to Shove” (1991)
“The Tune” (1992)

Después de trabajar dos años en la realización de “The Tune”, Plympton decidió desarrollar una cinta de acción real ya que era algo muchísimo más rápido de producir que un film animado. “J. Lyle” (1994) es una comedia surrealista acerca de un detestable abogado que conoce a un perro mágico que la cambiará la vida. La idea de este nuevo proyecto surgiría mientras Plympton trabajaba en su primer largometraje. Según el artista, “Mientras realizaba ´The Tune´ tuve un montón de ideas que no podía plasmar a través de la animación, pero que sabía que sería divertido desarrollarlas con gente real. Tomé algunas de esas ideas y filmé ´J. Lyle´. Además, mi mano necesitaba un descanso tras dibujar ´The Tune´.” Tras lograr que la cinta se estrenara en varias salas de cine de los Estados Unidos, Plympton se embarcó en la realización de una nueva cinta de acción real titulada “Guns on the Clakamas: A Documentary” (1995), la cual relataba el accidentado proceso de rodaje de un western ficticio. En esta oportunidad, Plympton se inspiraría en la historia tras las cámaras del film “Saratoga” (1937), donde el director Jack Conway se vio en la obligación de reemplazar a Jean Harlow cuando la actriz falleció poco antes de finalizar el rodaje de la película. “Se suponía que la cinta debía ser un drama pero terminó siendo casi una comedia. Cada vez que Harlow entraba a escena, una caja u otro elemento era utilizado para bloquear la vista,” recordaría Plympton en una entrevista. Mientras trabajaba en sus largometrajes, Plympton también se dio el tiempo para realizar diversos cortometrajes animados como “Draw” (1993), “Faded Roads” (1994), “Nosehair” (1994), “How to Make Love to a Woman” (1995), “Smell the Flowers” (1995), “Boney D” (1995), y “Plympmania” (1996). En 1996, el animador contactaría al escritor Walt Curtis, a quien luego visitaría en su casa en Portland para leer poesía y grabar algunas conversaciones. Del encuentro nacería el documental “Wal Curtis, Peckerneck Poet” (1997), el cual tuvo una buena acogida en los festivales de cine donde fue exhibido.

En 1998 Plympton regresaría de lleno al mundo de la animación con “I Married a Strange Person!”, un largometraje cuyo protagonista es un hombre recién casado que desarrolla una serie de poderes sobrenaturales que le permiten transformar a las personas y a los objetos a voluntad, cosa que su esposa no  puede comprender. Cuando el presidente de un gigantesco conglomerado se entera de las habilidades del protagonista, de inmediato intenta utilizarlas para su propio beneficio en su afán por conquistar el mundo. El film que costó aproximadamente $250.000 dólares y fue financiado en su totalidad por Plympton, logró una recaudación cercana a los $500.000 dólares, lo que le permitió seguir embarcándose en nuevos proyectos. Tras realizar un par de cortometrajes tales como “Surprise Cinema” (1999), “Life” (1999), y “Can´t Drag Race with Jesus” (2000), Plympton lanzó un nuevo largometraje animado titulado “Mutant Aliens” (2001), cuyo protagonista es un astronauta que regresa a la Tierra junto a un grupo de alienígenas mutantes tras estar varado por veinte años en un asteroide, con la intención de saldar cuentas con los responsables de su tragedia espacial. “Hair High” (2004) en cambio, era una comedia gótica acerca de un triángulo amoroso que termina terriblemente mal, lo que tiene como resultado que dos adolescentes se levanten de sus tumbas para vengarse del responsable de su muerte durante su fiesta de graduación. El mismo año que estrenó “Hair High”, Plympton lanzó el corto “Guard Dog” (2004), el cual tras triunfar en varios festivales de cine recibió una nominación al Oscar al mejor cortometraje animado. Algunos años más tarde, Plympton lanzaría una serie de secuelas tituladas “Guide Dog” (2006), “Hot Dog” (2008), “Horn Dog” (2009), y “Cop Dog” (2017). Todo esto respondía a parte del plan comercial de Plympton, el cual consistía en realizar al menos dos cortometrajes al año, para así obtener los ingresos necesarios para llevar a cabo sus diferentes proyectos. 

“I Married a Strange Person!” (1998)
“Mutant Aliens” (2001)
“Hair High” (2004)

El siguiente largometraje animado de Plympton sería “Idiots and Angels” (2008), una comedia negra acerca de un tipo detestable que una mañana despierta con alas de ángel en su espalda. Lamentablemente para él, las alas lo obligan a realizar buenas acciones en contra de su voluntad. “Debido a que el film no tiene diálogos,” declararía Plympton en una entrevista, “quería que tuviera música en todo momento, como si fuese una ópera o una seguidilla de videos musicales. El estilo visual de la película es muy propio de Europa de Este, ya que se parece a algo que Jan Svankmayer podría haber hecho, o David Lynch si él trabajara en animación. Es muy oscura y surreal.” Antes de volver a trabajar en una película, Plympton aprovechó de realizar algunos cortometrajes tales como “The Cow Who Wanted to Be a Hamburger” (2010), “Summer Bummer” (2011) y “Drunker Than a Skunk” (2013). Su sexto largometraje animado se titularía “Cheatin´” (2014), el cual sería descrito por el propio Plympton como “un cuento animado para adultos sobre el amor, los celos, la venganza y un asesinato, lleno de desnudos y violencia. Una típica comedia de Bill Plympton.” Parcialmente inspirada en los trabajos del escritor James M. Cain y en una relación amorosa de su pasado, “Cheatin´” se convirtió en una de las primeras películas animadas en utilizar Kickstarter para recaudar parte de su financiamiento.

Dos años después del estreno de “Cheatin´”, Plympton volvería a incursionar en el cine de acción real con “Hitler´s Folly” (2016), un falso documental satírico que describe al líder Nazi como un amante de las animaciones de Disney, al punto de considerar el Holocausto como algo de segunda importancia. Plympton describiría esta producción como “una visión muy, muy provocativa y un tanto desquiciada de la industria del cine y también de los intentos fallidos por parte de Hitler de convertirse en un animador.” Ese mismo año Plympton también estrenaría un nuevo largometraje animado titulado “Revengeance” (2016), el cual realizaría en compañía de su colega Jim Lujan, a quien conocería durante una de las ediciones de la Comic-Con de San Diego. En dicha oportunidad, Lujan le dio una muestra de su trabajo al veterano animador con la intención de convencerlo de realizar un proyecto en conjunto. Según Plympton, “Me sorprendió muchísimo descubrir que su humor y los personajes de sus historias eran como los míos, ¡era como si estuviera en mi cabeza!” “Revengeance” tiene como protagonista a un extraño cazarrecompensas llamado Rob, quien junto a su madre se dedica a capturar criminales en la Costa Oeste de los Estados Unidos. La vida de Rob se complica exponencialmente cuando acepta un trabajo que le es ofrecido por un Senador corrupto, quien busca a una joven que le ha robado algo de gran importancia. 

“Guard Dog” (2004)
“Cheatin´” (2014)
“Hitler´s Folly” (2016)

El siguiente proyecto de Plympton estaría muy ligado a su trabajo como realizador de videos musicales para artistas como Kanye West o Weird Al Yankovic. “The Modern Lives” (2018) es básicamente un psicodélico video musical de treinta minutos de duración, compuesto por seis segmentos y una historia de fondo que conecta todo, el cual se gestó cuando Plympton conoció al cantante Jackie Greene. Tomando como base un par de canciones de Greene, Plympton trabajó durante seis meses en los dibujos de cada uno de los segmentos y en aquellos que conformaban el hilo conductor, el cual consistía en la travesía de Greene y su banda a través del territorio norteamericano. “Trump Bites” (2018) en cambio, es una serie de cortos animados creada por Billy Shebar y David Roberts, que utiliza clips de audio reales de Donald Trump como base de sus episodios surrealistas que buscan exhibir la paranoia, el narcisismo, y la xenofobia que caracteriza al Presidente de los Estados Unidos. “El cerebro de este presidente no conoce la censura,” aseguraría Plympton quien estaría a cargo de la animación de los episodios. “Él suele decir mentiras o exageraciones para su propio beneficio, y por lo general lo hace ante las cámaras. Por esto creo que nunca nos faltará material.” Como el artista incansable que es, Plympton sigue trabajando en nuevos proyectos que se espera que vean la luz dentro de los próximos meses. Durante toda su carrera, Bill Plympton se ha caracterizado por crear personajes animados cuyos rasgos exagerados y sus peculiaridades idiosincráticas, le han permitido tener un estilo propio que es absolutamente distinguible. Su tratamiento de la cotidianidad, la violencia, y la sexualidad, no solo es fascinante, sino que además está lejos de ser convencional. Y es que para Plympton la animación es una forma de arte que le otorga la oportunidad de estar experimentando de manera constante, que es precisamente lo que más le fascina de su trabajo. Como declararía en una oportunidad, “Si cometo un error, puedo borrarlo y volver a dibujarlo. Entre más trabajo en la idea, más oscura e interesante se torna. Así que por lo general todo este proceso me motiva a cometer más errores, porque de esa forma puedo conseguir que mis obras se vuelvan más crudas, provocativas y complejas.”

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