Durante los años posteriores al exitoso estreno de la cinta “L´uccello dalle piume di cristallo” (1970) del director Dario Argento, la cual sería responsable del estallido de popularidad del subgénero del giallo, fueron muchos los cineastas que probaron suerte en el llamado “thriller a la italiana”, ya sea replicando la fórmula utilizada por Argento o experimentando con algunas ideas que pudiesen aportar una brisa de aire fresco al subgénero. Basándose en el curioso caso de un juez italiano que fue enterrado vivo en Sicilia y en la invasión soviética a la Praga, el entonces debutante Aldo Lado desarrollaría el guion de su ópera prima, la cual se titularía “La corta notte delle bambole di vetro” (1971), junto al prolífico guionista Ernesto Gastaldi. Curiosamente, la elección del título de la cinta se convertiría en todo un problema para Lado. Si bien en un principio había pensado en el título “Malastrana”, en referencia al famoso distrito de la ciudad de Praga donde se desarrolla la historia, eventualmente terminó desechándolo por considerarlo demasiado esotérico. Posteriormente pensó en el título “Short Night of the Butterflies”, el cual servía como guiño a uno de los temas que son explorados a lo largo del film. Sin embargo, con el fin de evitar cualquier confusión con el giallo “Una farfalla con le ali insanguinate / The Bloodstained Butterfly” (1971) del director Duccio Tessari, Lado terminaría inclinándose por el título “La corta notte delle bambole di vetro / Short Night of Glass Dolls”, el cual es bastante engañoso porque poco tiene que ver con la trama central.

La historia de “La corta notte delle bambole di vetro” se desarrolla en las calles de Praga, donde un periodista norteamericano llamado Gregory Moore (Jean Sorel) es encontrado supuestamente muerto en una plaza, tras lo cual es trasladado a la morgue local. Sin embargo, lo que las autoridades desconocen, es que Moore realmente se encuentra paralizado sin razón aparente, lo que no le impide estar plenamente consciente de lo que está sucediendo a su alrededor. Confundido e inhabilitado de comunicarse con quienes lo rodean, Moore intentará recordar cada uno de sus movimientos durante los últimos días, con el fin de descubrir que fue lo que lo llevó a su situación actual. Es a través de flashbacks que tanto él como el espectador se enteran que algunos días atrás, luego de asistir con su novia, la modelo checoslovaca Mira Svoboda (Barbara Bach), a una fiesta plagada de las figuras políticas y sociales más importantes de Praga, esta termina desapareciendo de la faz de la Tierra sin una explicación lógica. Desesperado por la desidia con la que la policía se toma la desaparición de su novia, Moore en compañía de su colega y amigo Jacques Versain (Mario Adorf), y de su también colega y ex novia Jessica (Ingrid Thulin), se embarca en una peligrosa investigación que lo llevará a sumergirse en un sórdido submundo en el cual los fisgones no son bienvenidos. De manera paralela a los flashbacks del protagonista, la cinta explora su drama actual y los intentos por parte de uno de sus amigos, un cardiólogo llamado Ivan (Relja Basic), por determinar que Moore en realidad es víctima de un estado cataléptico, pese a que todo parece indicar que está muerto. ¿Podrá Moore descifrar el misterio de la desaparición de su novia y librarse de su repentina parálisis antes de perder la vida en la mesa de autopsias del hospital local?


Aun cuando “La corta notte delle bambole di vetro” no está exenta de algunas de las convenciones típicas del giallo, la cinta de Aldo Lado se presenta como una obra mayormente subversiva dentro de dicho subgénero. Entre otras cosas, el film no contiene escenas de asesinatos importantes, ni tampoco se apoya en la inclusión de violencia gráfica para generar terror. De hecho, tiene un tono bastante minimalista que facilita que este particular relato de suspenso se desarrolle de mejor manera. Lo que es aun más interesante, es que el misterio que expone el protagonista está claramente fragmentado, ya que depende exclusivamente de sus propios recuerdos, lo que provoca que su narración de los hechos no sea del todo fiable. Es sobre este hecho y la inminente posibilidad que a Moore le practiquen una autopsia, que recae gran parte de la tensión que presenta la historia, la cual no decae hasta el momento de su inolvidable y perturbador clímax. Si bien es evidente que “La corta notte delle bambole di vetro” goza de una cierta originalidad en comparación con otros giallos, también es innegable que la cinta bebe de la influencia de otras historias. Probablemente el mejor ejemplo de esto sea uno de los primeros episodios de la serie de televisión “Alfred Hitchcock Presents” (1955-1962) titulado “Breakdown”. En dicho episodio, el protagonista interpretado por Joseph Cotten sufre un grave accidente automovilístico en un sitio completamente aislado. A causa de esto, su cuerpo termina absolutamente paralizado, lo que no impide que el espectador escuche la narración de aquello que está pasando por su cabeza. Eventualmente el episodio se torna mucho más estresante cuando encuentran al protagonista, pero este es dado por muerto, tal y como sucede con Gregory Moore en el film de Lado.

Otra cosa que resulta interesante con respecto a “La corta notte delle bambole di vetro”, es que a diferencia de otros giallos desliza una potente crítica a los regímenes totalitarios y a una generación cuya sed de poder parece ser incontrolable. Ambientada pocos años después de la Primavera de Praga y la invasión comunista a Checoslovaquia, la cinta critica el dominio que ciertas élites compuestas por hombres de avanzada edad, entre los que se encuentran políticos retirados, médicos, actores y músicos, tienen sobre algunos estamentos gubernamentales, los cuales utilizan a su antojo con el objetivo de abusar de sus compatriotas más jóvenes. Por ejemplo, uno de los instrumentos utilizados por este grupo de personajes que se esconden tras la sombras es el Comisario Kierkoff (Piero Vida), quien una vez que es informado de la desaparición de Mira Svoboda, se empecina por detener la investigación emprendida por Gregory Moore, a quien amenaza con inculparlo si no abandona la ciudad y se olvida de lo sucedido. Aunque no ataca de manera directa al comunismo, Lado si hace hincapié en la atmósfera opresiva que genera dicha doctrina política, la cual al menos en el caso de la entonces Checoslovaquia emergió con un totalitarismo brutal que estranguló cualquier atisbo de libertad de un pueblo atrapado al otro lado de la Cortina de Hierro. En estricta relación con esto último se encuentra la mención por parte de Mira de una especie de mariposa que pese a sus alas es incapaz de despegar del piso y volar, dato que funciona a modo de metáfora de su propia situación, ya que debido a su súbita desaparición le ha sido imposible desplegar sus alas y escapar junto a su amado de una convulsionada Praga. Al mismo tiempo, las mariposas y su conocida fragilidad, son un elemento que se presenta en varias oportunidades a lo largo del film, ya que su simbolismo esotérico tiene estricta relación con la solución del misterio que desencadena la verdadera pesadilla que está viviendo Moore. 


Ya durante su último tramo, el debut cinematográfico de Aldo Lado entra en el campo del esoterismo, dejando en evidencia la influencia que obras como “Rosemary`s Baby” (1968) de Roman Polanski tuvieron en el director a la hora de escribir el guion. En sus momentos finales, el film presenta una serie de escenas alucinógenas entre las que se incluye una orgía en la que participan mayormente ancianos, la cual resulta ser increíblemente sórdida. Dicha escena es sorprendente no solo por lo impactantes que terminan siendo las imágenes, sino porque además su contenido es una suerte de anomalía si se considera que la sociedad usualmente tiene una fijación con el erotismo emanado por la juventud, lo cual resulta ser uno de los tópicos que repasa la película. Y es que gran parte de la critica social y política expuesta por Lado, queda reflejada en la frase que un hombre ciego le dice al protagonista en medio de su investigación; “Toda nuestra juventud eventualmente debe ser sacrificada, con el fin de preservar a aquellos que están en el poder.” Por otro lado, en “La corta notte delle bambole di vetro”, Jean Sorel probablemente entrega una de las mejores actuaciones de su carrera, ya que logra transmitirle con éxito al espectador la desesperación que le provoca tanto la desaparición de su novia, como el hecho de encontrarse completamente paralizado e imposibilitado de comunicarle a la gente que entra en contacto con él que está vivo. La actriz sueca Ingrid Thulin por su parte, mayormente conocida por sus colaboraciones con el director Ingmar Bergman, también realiza un buen trabajo interpretando a la celosa y posesiva Jessica, con quien el protagonista tiene una constante tensión sexual. Por último, Mario Adorf se destaca por darle vida a un personaje poseedor de una llamativa personalidad, quien termina siendo el principal aliado del protagonista. Además del buen trabajo del elenco, resulta destacable la dirección de fotografía de Giuseppe Ruzzolini, quien le saca el máximo provecho a varios de los escenarios donde se desarrolla la historia, dotándolos de un halo de misterio, y la inquietante banda sonora de Ennio Morricone, que se alza como uno de los puntos altos del film. “La corta notte delle bambole di vetro” es un giallo claramente interesante y diferente que presenta buenas dosis de suspenso, el cual se alza como un ejemplo perfecto que el a veces denostado “thriller a la italiana” podía ser utilizado como un vehículo válido para expresar un discurso con contenido, sin que eso significara dejar de lado los elementos que lo hicieron tan popular.

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