En muy raras ocasiones las producciones surgidas del
Hollywood Clásico presentaban dos directores, y si lo hacían, el resultado era
el reflejo de las imposiciones de un determinado Estudio y no la visión de los
autores a cargo del proyecto. Una de las excepciones a esta regla implícita es
“Singin´ in the Rain” (1952), la cual fue codirigida por Gene Kelly y Stanley
Donen, quienes se encargaron que convertirla en una obra que logró distinguirse
del resto de los frívolos musicales que se solían realizar en aquella época. El
gran responsable de la gestación de “Singin´ in the Rain” fue Arthur Freed, quien
lideraba la unidad encargada de realizar los glamorosos musicales de los
Estudios Metro Goldwyn Mayer. Originalmente, Freed sugirió realizar una
película basada en el catálogo de canciones que había escrito en compañía de
Nacio Herb Brown. Con la intención que dichas canciones le dieran vida a una
historia, Freed contrató a los guionistas Betty Comden y Adolph Green, quienes
de inmediato pensaron en la posibilidad de crear un relato que se desarrollara
en el periodo de transición comprendido entre el fin del cine mudo y el
nacimiento del cine sonoro en Hollywood. Una vez que terminaron de escribir el
guion, Freed le entregó una copia a Gene Kelly, quien recientemente había
terminado de rodar el musical “An American in Paris” (1951) junto a Stanley
Donen, con la esperanza que la dupla se interesara en participar en el
proyecto. Fue tal el impacto que provocó el guion en Kelly, que de inmediato
comenzó a realizarle algunos ajustes a la historia en compañía de Donen. Freed
por su parte, aseguró la participación de algunos talentos del Estudio con los
cuales Kelly deseaba participar, entre los que se encontraban Donald O´ Connor,
una ex estrella del vaudeville; Cyd Charisse, una famosa bailarina de ballet; y
Debbie Reynolds, quien en ese entonces era una actriz de 19 años que el Estudio
quería convertir en una estrella. Aunque inicialmente Freed había concebido
“Singin´ in the Rain” como otro musical más de la MGM que cumpliría la función
de exhibir las canciones que había coescrito con Brown, la trayectoria del film
cambiaría drásticamente cuando Kelly y Donen fueron contratados.
La historia de “Singin´ in the Rain” se desarrolla en el
año 1927, y sigue el proceso de adaptación de dos estrellas del cine mudo, Don
Lockwood (Gene Kelly) y Lina Lamont (Jean Hagen), al surgimiento del cine
sonoro el cual amenaza con destruir sus carreras. Mientras que Lockwood ostenta
el atractivo físico de un galán clásico y fue entrenado para cantar y bailar
como una estrella del vaudeville, Lina no es tan afortunada ya que aun cuando
es físicamente atractiva, no posee la voz, la dicción o el talento necesario
para participar en una producción sonora. Cuando los ejecutivos del Estudio
para el cual ambos trabajan intentan convertir su más reciente colaboración,
una cinta romántica titulada “The Duelling Cavalier”, en un film sonoro, de
inmediato se percatan que la voz de Lina solo logrará irritar a la audiencia.
Lo que es peor, el equipo técnico tampoco está preparado para implementar el
uso de audio, por lo que todo el proceso resulta ser un desastre. Después de
una desastrosa exhibición de la versión sonora de “The Duelling Cavalier”,
Lockwood no puede evitar pensar que su carrera ha llegado a su fin. Es entonces
cuando a su colega y amigo Cosmo Brown (Donald O´Connor), se le ocurre la
brillante idea de convertir “The Duelling Cavalier” en un musical titulado “The
Dancing Cavalier”, aunque para lograrlo van a necesitar a alguien que doble la
voz de Lina. Es entonces cuando entra en escena una joven actriz emergente
llamada Kathy Selden (Debbie Reynolds), de la cual Don Lockwood no tardará en
enamorarse.
La dinámica de trabajo entre Kelly y Donen siempre se
mantuvo en un estricto misterio, ya que ninguno de los dos nunca reveló
demasiados detalles de su relación laboral. De ciertas declaraciones otorgadas
por ambos en diferentes medios, se puede desprender que Kelly era el visionario
mientras que Donen era “el tercer ojo tras de la cámara”, o sea el encargado de
implementar soluciones técnicas que facilitaran el traslado de las ideas de
Kelly a la pantalla. En el caso particular de “Singin´ in the Rain”, Kelly fue
el que insistió en la utilización de un tema estético que pudiese representar
la integración de la narrativa dentro del canto y la danza, formando lo que se
conoce como “cine-dance”. La importancia de la narrativa dentro del género
musical comenzó a tomar fuerza en los musicales de Broadway que se realizaron a
principios de los cuarenta, específicamente tras el estreno de “Oklahoma!”
(1943), donde el drama era reflejado y complementado por la música y el baile,
los cuales funcionaban como elementos dramáticos y expresionistas. En los
musicales del Hollywood Clásico en cambio, la narrativa era tan solo un
pretexto para introducir números de canto y baile, sin que estos necesariamente
tuvieran algún nexo significativo con la trama central. A raíz de esto, Kelly
insistió en la idea que el espectador debía ser capaz de involucrarse en los
números musicales, sin que esto significara que la narrativa pasara a un
segundo plano. Esto permitió que las secuencias musicales presentes en “Singin´
in the Rain” no solo fueran visualmente atractivas, sino que además reflejaran
perfectamente el drama y el humor presente en el film.
De las quince canciones que son utilizadas a lo largo del
film, muchas de las cuales son acompañadas por números de danza, la que probablemente
representa de mejor manera la visión de Kelly es “Singin´ in the Rain”. Fiel representante de la integración entre la
música, la letra, la danza, y la narrativa, la ahora clásica secuencia musical
es mucho más compleja de lo que aparenta. A primera vista, el baile de Kelly
bajo la lluvia parece ser solo un número musical que existe con la mera
intención de entretener al espectador. Sin embargo, la secuencia es incluida en
el momento preciso de la historia cuando la felicidad del personaje de Kelly es
absoluta, por lo que cantar bajo la lluvia parece ser una acción apropiada
considerando las circunstancias. Y es que algunos minutos antes de que esto
suceda, Don, Kathy, y Cosmo han resuelto convertir a “The Duelling Cavalier” en
un musical, y posteriormente tras acompañar a Kathy hasta su casa bajo la
lluvia, el protagonista se percata que sus problemas románticos han terminado.
Más allá del trasfondo narrativo que poseen las secuencias musicales, estas
resultan particularmente impresionantes por la puesta en escena, la rapidez, el
control, y la destreza de quienes participan en ellas. Además de lo visualmente
atractiva que resulta ser toda la secuencia de la ya mencionada “Singin´ in the
Rain”, la cual dicho sea de paso fue rodada con un Gene Kelly en estado febril,
la rutina de O´Connor durante el número musical correspondiente a la canción
“Make´em Laught”, el cual está fuertemente influenciado por el vaudeville y el
humor slapstick, es sencillamente espectacular al punto que incluye un par de
saltos acrobáticos por parte del actor tras caminar por una pared. Por último, la surrealista rutina
correspondiente a las canciones “Broadway Melody” y “Broadway Rhythm”, la cual
no es otra cosa que una colorida representación de una de las ideas que Don
Lockwood quiere implementar en “The Dancing Cavalier”, durante aproximadamente
ocho minutos presenta una serie de estilos de baile que se entrelazan con una
galería de postales absolutamente memorables.
Por otro lado, el escritor Ray Bradbury, ampliamente
conocido por su trabajo dentro del género fantástico, en una oportunidad
mencionó que “Singin´ in the Rain” perfectamente podría ser considerada como
una película de ciencia ficción. Esto es totalmente cierto si se considera como
un relato de ciencia ficción aquel que situá un determinado avance científico
como pieza central de la trama. Si bien en esta oportunidad el avance
científico no es una máquina que permite viajar en el tiempo o un sofisticado
robot poseedor de una inteligencia similar a la humana, la irrupción del cine
sonoro se presenta como un elemento rupturista que cambia por completo la vida
de todos los personajes involucrados en el film. Ante la inminente amenaza de
perder todo aquello por lo que han trabajado durante años en un abrir y cerrar
de ojos, Don y compañía no tendrán más remedio que ingeniárselas para
sobrevivir al surgimiento de un evento totalmente revolucionario. Dentro de
esta misma dinámica, la cinta explora las dificultades que muchos de los
trabajadores de la industria cinematográfica hollywoodense experimentaron
durante el periodo de transición del cine mudo al sonoro. Entre otras cosas,
los grandes Estudios se vieron obligados a contratar a profesores de dicción
para no perder a sus estrellas más importantes en el proceso, los profesionales
tras las cámaras tuvieron que rediseñar la logística de su trabajo para evitar
accidentes relacionados con el uso de micrófonos y todo aquello que eso
conllevaba, y a los creativos no les quedó más remedio que abrazar la explosiva
popularidad del cine sonoro desatada tras el estreno de “The Jazz Singer” (1927).
En gran medida, “Singin´ in the Rain” es una peculiar sátira del terremoto
vivido en Hollywood durante aquella histórica transición, lo que sin lugar a
dudas es parte importante de su especial encanto.
Aunque “Singin´ in the Rain” eventualmente sería reconocido>
como uno de los mejores musicales de la historia del cine, al momento de su
estreno la reacción general no fue demasiado entusiasta. Mientras que a nivel
de taquilla fue medianamente exitosa, muchos de los críticos de la época solo
se fijaron en las cualidades musicales del film, ignorando por completo el
trasfondo temático del mismo. A raíz de esto, la película solo recibiría dos
nominaciones al Oscar, una a la mejor actriz secundaria por el trabajo de Jean
Hagen, y otra a la mejor banda sonora cuyo responsable fue Lennie Hayton. Los
numerosos estudios y ensayos que se han realizado acerca de “Singin´ in the
Rain” con el paso de los años, han recalcado que el objetivo principal de Kelly
a la hora de embarcarse en este proyecto, era crear una película que resultara
atractiva para un gran número de espectadores, y que al mismo tiempo
incorporara distintos estilos de baile dentro de una narrativa accesible. En
esencia, quería que todo el mundo amara el ballet y el tap tanto como él lo
hacía, cosa que en gran medida logra al menos durante la duración del film,
gracias al entusiasmo contagioso de todos aquellos que participaron en esta
producción tanto frente como tras las cámaras. A raíz de todo lo antes
mencionado, es válido concluir que “Singin´ in the Rain” no solo es una cinta
sumamente entretenida que incluso puede resultar atractiva para aquellos
espectadores que no acostumbran ver este tipo de producciones, sino que además
es una obra increíblemente compleja que logra fusionar con éxito la danza, una
forma de arte generalmente elitista, con el cine, una forma de arte de consumo
popular.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario