Conscientes de la importancia de estar pendientes de las tendencias que iban surgiendo en la cultura popular, a mediados de la década del sesenta William Hanna y Joseph Barbera se percataron que gran parte del público que veía dibujos animados, también estaba interesado en las aventuras de espías como James Bond, o en aquellas protagonizadas por superhéroes salidos de los cómics, como por ejemplo Spider-Man, Los Cuatro Fantásticos, y La Liga de la Justicia. Debido a eso, tomaron la decisión de crear una serie de productos que estuvieran ligados al género de aventuras/acción. Este giro en el estilo de los productos de la compañía, también estaba ligado al hecho que en 1965, Hanna y Barbera decidieron vender el Estudio que habían fundado hace casi una década a la empresa Taft Broadcasting. La creación de personajes más realistas terminó convirtiéndose en todo un desafío para muchos de los artistas que estaban acostumbrados a dibujar osos parlantes y equinos pistoleros. Como la consigna era acercase al diseño de los personajes que aparecían en los cómics, Joe Barbera reclutó al dibujante de historietas Doug Wildey para que se hiciera cargo del diseño de los personajes de los shows que estaban prontos a estrenar. La primera creación de esta nueva generación de personajes sería Jonny Quest, el cual estaba inspirado en el protagonista de la tira cómica creada por Milt Caniff, “Terry and the Pirates”. Jonny Quest era un niño norteamericano de 11 años de edad que acompañaba a su padre, el Dr. Benton Quest, en una serie de aventuras alrededor del mundo que solían involucrar a peligrosos villanos. Ellos además son acompañados por el tutor y guardaespaldas de Jonny, Race Bannon, por su hermano adoptivo Hadji, y por su mascota, un perro llamado Bandido. Pese a la popularidad alcanzada por la primera temporada de “Jonny Quest” (1964-1965), la cual sería transmitida en horario prime, la serie terminó siendo cancelada al término de dicha temporada por lo costosa que resultó ser su producción.
En
1966 Fred Silverman, quien estaba a cargo de la programación diurna de la
cadena CBS, se reunió con Hanna y Barbera para discutir la posibilidad de
convertir la franja infantil de los sábados en “una mañana de superhéroes”. Además
de Wildey, Barbera contrató a los artistas Alex Toth, Mel Keefer, y Warren
Tufts para que se encargaran de crear, diseñar, y animar una nueva serie de
acción. Toth, quien a fines de los cuarenta trabajó como artista de la
editorial DC cómics, fue responsable del desarrollo de “Space Ghost and Dino
Boy” (1966-1968), una serie que seguía las aventuras interplanetarias de un
superhéroe llamado Space Ghost, sus compañeros adolescentes, Jan y Jace, y su
mascota, un mono llamado Blip. Durante el año 1966, dicha serie sería
transmitida en conjunto con “Frankenstein, Jr. and the Impossibles” (1966-1967),
convirtiéndose en todo un éxito que incentivaría la creación de más dibujos
animados de características similares. En 1967, la parrilla programática de los
sábados en la mañana sumaría otras series de superhéroes creadas por
Hanna-Barbera, como por ejemplo “Birdman and the Galaxy Trio” (1967-1968),
“Shazzan!” (1967-1969), “Moby Dick and the Mighty Mightor” (1967-1969), “Young
Samson and Goliath” (1967-1968), “The Fantastic Four” (1967-1968), y “The
Herculoids” (1967-1969). Durante este periodo, Hanna-Barbera logró situar sus
productos en las tres grandes cadenas de la televisión norteamericana,
dominando por completo la programación matutina de los días sábado.
Aunque
estos dibujos animados eran bien recibidos por el público, algunos grupos
comenzaron a expresar su preocupación con respecto a los efectos negativos que
podía tener la presencia de violencia en los programas para niños. Uno de estos
grupos sería Action for Children´s Television (ACT), quienes denunciarían el
contenido presente en shows como “Space Ghost and Dino Boy”, “Frankenstein, Jr.
and the Impossibles”, y “The Herculoids”. Debido a la presión publica, todas
las series orientadas a la aventura de Hanna-Barbera fueron sacadas del aire en
Septiembre de 1969. En su lugar serían transmitidas series como “The Banana
Splits Adventure Hour” (1968-1970), que mezclaba dibujos animados con segmentos
protagonizados por humanos disfrazados de animales que conformaban una banda de
rock, y “Wacky Races” (1968-1970), show que narraba las alocadas carreras
automovilísticas de once competidores que buscaban ganar el título del “piloto
más loco del mundo”. Sería tal la popularidad alcanzada por los villanos de la
serie, Pierre Nodoyuna (Dick Dastardly) y su perro Patán (Muttley), y por la
eterna damisela en apuros llamada Penélope Glamour (Penelope Pitstop), que
terminarían protagonizando los shows “Dastardly and Muttley in Their Flying
Machines” (1969-1971) y “The Perils of Penelope Pitstop” (1969-1971)
respectivamente.
En su
búsqueda constante de series que pudiesen capturar la atención de la audiencia,
en 1968 Fred Silverman sugirió la creación de un dibujo animado que capturara
el estilo del radio drama “I Love a Mystery”, el cual estaba protagonizado por
tres detectives que viajaban alrededor del globo resolviendo misterios tanto
terrenales como sobrenaturales. Debido a que era un verdadero fanático de la
animación, Silverman trabajó codo a codo con Hanna y Barbera en el desarrollo
de su idea. Inspirados en las series “The Many Loves of Dobie Gillis”
(1959-1963) y “The Mod Squad” (1968-1973), los creativos de Hanna-Barbera originalmente
diseñaron un grupo compuesto por cinco adolescentes y su perro, el cual sería
conocido como “Mystery`s Five”. Preocupados por la reciente polémica
relacionada a la violencia en los programas infantiles, los ejecutivos de la
CBS le pidieron a Hanna-Barbera que incluyeran un alivio cómico que suavizara
el tono de su nuevo proyecto. Según el diseñador de personajes Bob Singer,
Barbera sugirió que dicho alivio cómico podía ser encarnado por la mascota del
grupo. A Silverman le gustó tanto la idea, que propuso que el perro debía
convertirse en la estrella del show. El animador Iwao Takamoto sería el
encargado de diseñar al animal y de conformar a un nuevo grupo de adolescentes
llamados Fred, Daphne, Velma, y Shaggy, quienes junto a un perro Gran Danés
llamado Scooby-Doo, terminarían protagonizando la serie “Scooby-Doo, Where Are
You!” (1969-1970). Dicha serie tendría tanto éxito durante sus primeras dos
temporadas, que sus protagonistas eventualmente participarían en un nuevo show,
esta vez acompañados por celebridades, titulado “The New Scooby-Doo Movies”
(1972-1973). Además de esto, Shaggy y Scooby-Doo, quienes eran los personajes
más populares de la serie original, entre las décadas del setenta y el ochenta
participarían en numerosos shows como por ejemplo “Scooby´s All Star
Laff-A-Lympics” (1977-1979), “The Scooby-Doo/Dynomutt Hour” (1976-1978),
“Scooby-Doo and Scrappy-Doo” (1979-1982), “The Richie Rich/Scooby-Doo Show”
(1980-1982), “The New Scooby and Scrappy-Doo Show” (1983-1984), “The Scooby-Doo
and Scrappy-Doo Hour” (1982), “The New Scooby-Doo Mysteries” (1984-1985), “The
13 Ghosts of Scooby-Doo” (1985-1986), y “A Pup Named Scooby-Doo” (1988-1991).
El
enorme éxito de “Scooby-Doo, Where Are You!” inspiró a Hanna y Barbera a
reciclar el concepto de los adolescentes entrometidos que resuelven misterios.
Utilizando un perro o un personaje de características similares como alivio
cómico para suavizar el tono de historias que eran potencialmente aterradoras,
Hanna-Barbera aplicó la fórmula utilizada en “Scooby-Doo” en repetidas
oportunidades durante los años venideros, en series animadas tales como “Clue
Club” (1976), “The Funky Phantom” (1971-1972), “Butch Cassidy and the Sundance
Kids” (1973), “Speed Buggy” (1973), “Jabberjaw” (1976), “Captain Caverman and
the Teen Angels” (1977-1980), “Josie and the Pussycats” (1970-1971), “Goober
and the Ghost Chasers” (1973), “Hong Kong Phooey” (1974-1976), “Harlem
Globetrotters” (1970-1972), “The Buford Files” (1978), y “The Amazing Chan and
the Chan Clan” (1972). Después de un breve intervalo ocurrido entre 1970 y
1971, Hanna-Barbera se adueñaría de las mañanas de los sábados durante varios
años. Para 1973, Hanna-Barbera era responsable de la producción del 65% de los
dibujos animados que se emitían los sábados. Parte de este éxito se basó en la
producción de spin-offs y variaciones de sus series más exitosas, como por
ejemplo “The Pebbles and Bamm-Bamm Show” (1971-1973), “The Flintstone Comedy
Hour” (1972-1973), “Yogi`s Gang” (1973), y “Yogi`s Space Race” (1978-1979). Además
de esto, Hanna-Barbera se inspiraría en series y personajes que gozaban de
cierta popularidad en otros medios, y que cuya transición al mundo de los
dibujos animados no significaba un desafío demasiado grande. De esta forma
nacieron series como “Godzilla” (1978-1979), “The Fonz and the Happy Days Gang”
(1980-1981), “Laverne & Shirley” (1981-1982), “The All New Popeye Hour”
(1978-1983), “Pac-Man” (1982-1984), y “Super Friends” (1973-1985), la cual
estaba basada en la serie de historietas “Liga de la Justicia de América”
publicada por la editorial DC Cómics.
En
1973, a Alex Toth se le asignó la tarea de diseñar la serie “Super Friends”, la
cual estaría protagonizada por personajes como Superman, Batman, Robin, la
Mujer Maravilla, y Aquaman. El modelo empleado en este show sería tan exitoso,
que eventualmente daría pie a la creación de siete series diferentes que serían
transmitidas en un lapso de trece años. Cada una de estas series presentaría al
grupo central de los Súper Amigos interactuando con otros superhéroes salidos
de las páginas de la DC Cómics, y con un puñado de personajes creados por la
propia Hanna-Barbera, como por ejemplo Volcán Negro, los Gemelos Fantásticos,
Jefe Apache, y Samurái. Probablemente la más popular de estas series fue
“Challenge of the Superfriends” (1978), la cual enfrentaba a los Súper Amigos
con un grupo de villanos conocidos como La Legión del Mal, el cual estaba
conformado por Lex Luthor, El Acertijo, Solomon Grundy, y Bizarro, entre otros.
Además de continuar incursionando en el campo de los sábados por la mañana,
Hanna-Barbera volvió a probar suerte en el mercado del horario prime. “Where´s
Huddles?” (1970), serie que solo se extendería por once episodios, se centraba
en la amistad existente entre dos jugadores de fútbol americano y sus problemas
tanto dentro como fuera del campo de juego. Probablemente uno de los productos
más destacables que realizó Hanna-Barbera en aquella época, fue la adaptación
del libro “Charlotte`s Web” del escritor E. B. White. La idea de convertir
dicho relato en un largometraje fue del animador Iwao Takamoto, quien junto a
Charles A. Nichols se encargó de la dirección del film. Debido a que
Hanna-Barbera no se especializaba en la producción de largometrajes animados,
Takamoto esperaba que la crítica fuese extremadamente dura con la película. Sin
embargo, la cinta terminó siendo alabada, al punto que el propio William Hanna
se encargó de mencionar que “Charlotte`s Web” (1973) básicamente representaba
la capacidad de quienes trabajaban al interior del Estudio en aquel entonces,
razón por la cual guardaba un cariño especial por dicha película.
A
fines de la década del sesenta y durante la década del setenta, Hanna-Barbera
produjo una serie de especiales y películas para la televisión. En 1967, Hanna
y Barbera nuevamente se asociarían con Gene Kelly para la realización del
telefilme “Jack and the Beanstalk”, el cual mezclaba animación con acción real,
y que terminaría siendo merecedor de un premio Emmy. Hanna-Barbera también
obtendría Emmys por “The Last of the Curlews” (1973), “The Runaways” (1974), y
“The Gathering” (1978). Este último era un drama live action acerca de un
hombre que años después de abandonar a su familia, se entera que está muriendo
de cáncer. Debido a esto, hace todo lo posible por reconciliarse con su esposa
y sus hijos para así poder pasar una última Navidad junto a ellos. La
producción de “The Gathering” fue especialmente conmovedora para Barbera, quien
en una ocasión mencionó, “Lo que provocaba (y provoca) que esa película fuese
tan buena es que los temas y las emociones que toca son universales, pero
además, en mi tocó una fibra particularmente agridulce. Mi padre nos abandonó.
Yo me identifiqué inmediatamente con eso. Pero el padre de nuestra historia
busca reunirse y reconciliarse, mientras que mi viejo simplemente…
desapareció.” Pese a la buena racha que Hanna-Barbera estaba teniendo en el
campo de los telefilmes, no todos fueron éxitos. Uno de sus mayores fracasos durante
aquella época sería “Kiss Meets the Phantom of the Park” (1978), cinta protagonizada
por la banda de rock Kiss, quienes asumían la misión de salvar un parque de
diversiones de las garras de un genio criminal. Además de producir telefilmes,
Hanna-Barbera también probó suerte en el horario prime con programas de
variedades. “The Hanna-Barbera Happy Hour” (1978) era un programa conducido por
Honey y Sis, dos marionetas que interactuaban con diversas celebridades. Este
show fue otro de los fracasos del Estudio, ya que solo se extendió durante
cinco episodios emitidos en la primavera de 1978.
En
1977, la International Animated Film Society honró a William Hanna y Joseph
Barbera con el Premio Winsor McCay por su contribución al mundo de la animación.
Ya para fines de los setenta, según el propio Bill Hanna, “El Estudio
Hanna-Barbera se había ganado la distinción de ser el productor más grande de
dibujos animados de la industria.” A principios de los ochenta, la NBC
consideró eliminar la franja infantil de los sábados para reemplazarla con un programa
de noticias. Sin embargo, cierto día Fred Silverman vio a su hija con un
juguete de “Los Pitufos”, tras lo cual le sugirió a Hanna y Barbera que
hicieran una serie protagonizada por las criaturas azules creadas por el
dibujante belga Pierre Culliford, más conocido como Peyo. Aunque “The Smurfs”
(1981-1990) se convirtió en todo un éxito, al punto que pasó a ser la serie más
longeva de Hanna-Barbera, en un principio no fue precisamente un producto fácil
de vender. No solo hubo discusiones en torno a la duración de la serie, sino
que además uno de los ejecutivos de la NBC sugirió que los Pitufos debían ser
de todos colores, idea que fue rápidamente desechada. Sin embargo, el mayor
problema al que se vio enfrentada la serie estaba ligado a uno de los
ejecutivos de la NBC que odiaba tanto a “The Smurfs”, que Barbara tenía que
viajar todos los años a Nueva York para convencer al jefe de programación,
Brandon Tartikoff, que mantuviera el show al aire por una nueva temporada. En
un lapso de casi una década, Hanna-Barbera produjo 256 episodios de “The
Smurfs”, serie que ganó dos Premios Emmy y que fue emitida hasta el momento en
el que la NBC decidió ponerle fin a los dibujos animados de los días sábado.
A
mediados de los ochenta, la tendencia de convertir a personajes famosos en
versiones más jóvenes de ellos mismos, se volvió altamente popular dentro del
mundo de la animación. Este escenario fue posible debido a la combinación de
presiones externas ejercidas por grupos políticos, que querían un tipo de
dibujos animados menos violentos, y por los auspiciadores que querían apuntar a
una audiencia más joven. El debut en 1981 del programa de Jim Henson, “Muppet
Babies” (1984-1991), iniciaría una pequeña revolución que no tardaría en
afectar a otros Estudios de animación, entre los que se encontraba
Hanna-Barbera. En otoño de 1986 se estrenó “The Flintstone Kids” (1986-1990),
show que presentaba a Pedro, Pablo, Vilma, y Betty como infantes. Este sería el
primer intento por parte de Hanna-Barbera de capturar algo de la popularidad
alcanzada por “Muppet Babies”. Dos años más tarde, se estrenaría “A Pup Named
Scooby-Doo”, serie la cual ostenta la distinción de ser la última en la cual
Don Messick se haría cargo de la voz de Scooby-Doo. “Tom and Jerry Kids Show”
(1990-1993) nuevamente repetiría la fórmula, mientras que “Yo Yogi!”
(1991-1992) presentaba a Yogui, Huckleberry Hound y Snagglepuss (El León
Melquíades) como adolescentes que tienen por costumbre juntarse en el Centro
Comercial Jellystone.
En 1984,
contrario a los deseos de entidades como Action for Children´s Television que
buscaban un mayor control por parte del gobierno de los contenidos emitidos por
televisión, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) reguló el contenido
permitido en los programas para niños, otorgándole libertad a las cadenas de
televisión para que emitieran shows relacionados con las compañías de juguetes
y con los productores de cereales, quienes desde un principio habían financiado
gran parte de los dibujos animados que eran transmitidos en la franja de los
sábados. Lo que en un principio parecía ir en beneficio de la industria de la
animación, pronto se convirtió en una pesadilla cuando la Comisión Federal de
Comercio (FTC) le otorgó permiso a las cadenas de televisión para transmitir
infomerciales, los cuales pronto probarían ser mucho más lucrativos que los
dibujos animados. Lo que empeoró aun más la situación de la franja infantil de
los sábados, fue la demanda impuesta por la Action for Children´s Television en
contra de la FCC y de las cadenas de televisión, cuyo objetivo era anular la
decisión tomada previamente por la Comisión Federal de Comunicaciones. Todo
esto dio como resultado la proclamación de la Ley de Televisión Infantil de
1990. Dicha ley obligaba a las cadenas a transmitir al menos tres horas de
programación educacional a la semana, entre las 7 am y las 10 pm. La Comisión
Federal de Comunicaciones también ordenó que se emitieran menos comerciales
durante la franja infantil, y además prohibió la emisión de cualquier comercial
que promocionara productos relacionados a los dibujos animados. Dado que estas
normas afectaban directamente a los principales auspiciadores de los dibujos
animados, las cadenas sufrieron una baja sustancial de sus ingresos, lo que a
su vez afectó a los Estudios de animación. Dado que la televisión por cable
estaba excluida de estas regulaciones, y sumado al hecho que muchas cadenas
tenían señales de cable, pareció una buena idea comenzar a programar más
dibujos animados en el cable, y menos en las cadenas tradicionales. Cuando las
normas se endurecieron aun más en la Ley proclamada en 1996, los dibujos
animados comenzaron a desaparecer de la grilla programática de las cadenas, marcando
el principio del fin de la franja infantil de los días sábado.
El
último capítulo de la historia de Hanna-Barbera comienza con la venta de la
compañía de los dueños del Estudio, Taft Broadcasting, a Great American
Broadcasting en 1987. Según Iwao Takamoto, cuando Great American Broadcasting
adquirió Taft, ellos ya tenían pensando vender Hanna-Barbera. Su plan para
lograrlo era producir una gran cantidad de shows en poco tiempo, para así
aumentar el interés que los posibles compradores pudiesen tener en el Estudio.
Esto provocó que durante este periodo, la cantidad de los productos fuese mucho
más importante que la calidad de los mismos. Pese a que Hanna y Barbera aun
mantenían el control creativo de la empresa, ahora estaban obligados a
responderle a un nuevo grupo de accionistas con los cuales no tenían mayor
relación. Para poder aumentar la producción de dibujos animados en un corto
periodo de tiempo, Hanna-Barbera recurrió a sus éxitos del pasado y a personajes
populares, relegando a un segundo plano la creación de productos originales. Por
ejemplo, en el periodo comprendido entre 1987 y 1993, Hanna-Barbera lanzó shows
como “Popeye and Son” (1987), “Tom and Jerry Kids Show”, “The Completely Mental
Misadventures of Ed Grimley” (1988-1989), “Paddington Bear” (1989-1990), “Bill
& Ted´s Excellent Adventures” (1990-1991), “Yo Yogi!”, “The Addams Familiy”
(1992-1993), y “Droppy: Master Detective” (1993-1994). También estrenó una
serie de telefilmes con sus personajes más celebrados, como por ejemplo “The
Jetsons Meet the Flintstones” (1987), “Scooby-Doo Meets the Boo Brothers”
(1987), “The Good, The Bad, and the Huckleberry Hound” (1988), y “Yogi`s Great
Escape” (1987), entre otros. Si bien al utilizar personajes preexistentes
Hanna-Barbera contribuyó a los deseos de Great American Broadcasting de
promocionar el Estudio, el simple hecho de dejar la creatividad de lado afectó
la calidad de los productos de la respetada institución. Sin embargo, hubo un
dibujo animado que fue producido durante este periodo que se destacó por su
originalidad, la fortaleza de su guion, y su bien labrada animación. “The
Pirates of Dark Water” (1991-1993) sería emitida por la cadena ABC y tendría
como protagonista a un pirata llamado Ren y a sus dos aliados, Ioz y Tula,
quienes debían reunir los Trece Tesoros de la Regla para impedir que una
sustancia maligna conocida como “Agua Negra”, consumiera el mundo de Mer.
Lamentablemente, debido a los altos costos de su producción la serie fue
cancelada cuando solo se habían emitido 21 episodios, por lo que su historia
terminó inconclusa.
Tras
el reflote de la popularidad de “The Jetsons” a mediados de los ochenta, debido
a su retransmisión que provocó la confección de una nueva temporada, en 1990
Hanna-Barbera lanzó un largometraje titulado “Jetsons: The Movie”. Lamentablemente
para los involucrados, la película resultó un fracaso a nivel crítico y
comercial. Cuatro años más tarde, se estrenaría la cinta live action de “The
Flintstones” (1994), la cual estaría protagonizada por John Goodman y Rick
Moranis, y que contaría con cameos de William Hanna y Joseph Barbera. Aun
cuando la película fue todo un éxito de taquilla, llegando a recaudar más de
$340 millones de dólares, fue duramente criticada por presentar un guion bastante
deficiente. Varios años más tarde se filmaría una secuela titulada “The
Flintstones in Viva Rock Vegas” (2000), la cual sería un completo desastre. En 1990,
la NBC tomaría la decisión de cambiar el formato de su franja infantil de los
sábados. Además de cancelar “The Smurfs”, la cadena empezó a introducir series
live action y programas de noticias en esa franja horaria. Ya para 1992, la NBC
se convirtió en la primera cadena de televisión en treinta años que no transmitía
dibujos animados los días sábado. Motivados por el reciente éxito de “The
Simpsons” (1989-) en el horario prime, Hanna y Barbera comenzaron a trabajar en
dos series animadas que serían estrenadas a principios de 1992. “Capitol
Critters” (1992) estaba centrada en un grupo de roedores que vivían al interior
de la Casa Blanca. “Fish Police” (1992) en cambio, tenía como protagonista a un
pez detective que resolvía crímenes en Fish City. Mientras que la primera fue
cancelada tras siete episodios, la segunda fue sacada del aire tras la emisión
del tercer episodio.
En
Octubre de 1991, el billonario Ted Turner compró Hanna-Barbera y la totalidad
de su librería por una suma de $320 millones de dólares. Gracias a esto y a que
poco tiempo antes había comprado el Estudio de animación Ruby-Spears y la
librería de dibujos animados producidos por los Estudios MGM, en Octubre de
1992 Turner pudo lanzar el canal de televisión “Cartoon Network”, cuya
programación estaba conformada en su totalidad por dibujos animados. Para
impulsar esta nueva señal televisiva, Turner contrató a un joven genio creativo
que tenía experiencia en el manejo de señales de cable. Fred Seibert había sido
el primer director creativo del canal MTV, y es reconocido como el responsable
de diseñar el formato de dicha señal televisiva. Posteriormente a mediados de
los ochenta, comenzó a trabajar en el canal Nickelodeon con el objetivo de
mejorar sus resultados, cosa que logró en poco tiempo. Por lo tanto, para
Turner era evidente que Seibert era el hombre indicado para dirigir Cartoon
Network, razón por la cual lo nombró Presidente de Hanna-Barbera Productions. Probablemente
el mayor triunfo de Seibert al interior de Hanna-Barbera fue la creación de la
revolucionaria serie “What a Cartoon!” (1995-2002), la cual introdujo algunas
de las últimas producciones destacables del Estudio como por ejemplo “Dexter´s
Laboratory” (1996-2003), “Johnny Bravo” (1997-2004), “Cow & Chicken”
(1995-1995), y “The Powerpuff Girls” (1998-2005), entre otras. Con respecto al
proceso que le daría vida al concepto de “What a Cartoon!”, Seibert señalaría
en una entrevista, “El equipo de desarrollo de Hanna-Barbera, liderado por Jeff
Holder y Ellen Cockrill, con una importante contribución del jefe de producción
Buzz Potamkin, se involucraron de lleno en el proyecto. Ellos se encargaron de
correr la voz en todo el mundo, que el Estudio había entrado en una fase sin
precedentes, y que estábamos buscando ideas en todos lados. Ya no sería
responsabilidad nuestra ser un gran Estudio; los animadores tenían una idea más
clara de como debían ser los dibujos animados que los ejecutivos, y nosotros estábamos
dispuestos a apoyarlos tanto como pudiéramos. Eventualmente, recibimos
storyboards de todas partes del mundo, cientos de ellos. Muchos del propio
Estudio y de la industria concentrada en Los Ángeles, pero también muchos provenientes
de escuelas y centros internacionales de animación. En total, el grupo de
desarrollo estimó que recibió más de 5000 ideas para 48 proyectos que deseábamos
llevar a cabo.”
En la
misma entrevista, Seiberg agregaría, “Estaba esperando de manera idealista que existiese
una diversidad tal entre los creativos, que pudiera solucionar las iniquidades
de nuestra industria de la noche a la mañana. Tampoco se trataba de algo
utópico; ya había visto los beneficios de aquello en otros negocios creativos
como el cine, la televisión, y la música. Entre más grande era la paleta de
influencias creativas, más grande y diversa era la audiencia. Era hora que los
dibujos animados fuesen en la misma dirección. Pese a que recibimos ideas de
gente de color, mujeres, y creativos internacionales, pasarían 15 años antes de
que comenzáramos a ver una clara progresión. Pero, de la manera que ocurrió,
pudimos trabajar con creativos de Europa y Canadá (como Bruno Bozetta), Asia
(como Swamp y Tad), del corazón de los Estados Unidos (Jerry Reynolds), y con
colegas (como Seth MacFarlane). Además trabajamos con muchos debutantes (como
Genndy Tartakovsky, Craig McCracken, Rob Renzetti, Butch Hartman, y John Dilworth),
y también con veteranos (como Don Jurwich, Jerry Eisenberg, y Ralph Bakshi)”. En
1996, Time Warner compró la compañía Turner Broadcasting System, la cual entre
sus propiedades incluía a Hanna-Barbera. A raíz de esto, Hanna-Barbera se
convirtió en parte de Warner Bros. Animation, lo que los llevó a fusionar sus
oficinas en 1998. Tras la venta, Hanna y Barbera continuaron trabajando en el
Estudio en roles que eran más bien simbólicos. Tras el fallecimiento de William
Hanna el 2001, Hanna-Barbera fue completamente absorbida por la Warner Bros.
Joseph Barbera por su parte, continuaría trabajando en la Warner hasta su
muerte en el año 2006.
El 4 de
Octubre del 2014, cuando el canal CW tomó la decisión de comenzar a emitir
programas educacionales durante la franja de los sábados en la mañana, fue la
primera vez en más cincuenta años que no se transmitieron dibujos animados en
dicho bloque horario. Ese día, el periódico “St. Louis Post-Dispatch” publicó, “El
Canal CW, el cual era el último bastión de los dibujos animados de los sábados,
hoy comenzó con un paquete de cinco horas de shows educacionales e
informativos. Los niños que quieran ver dibujos animados todavía pueden encontrarlos
en estaciones de cable, o en DVDs, o en videos por streaming. Si tú les cuentas
a los niños de hoy en día que las mañanas de los sábados eran la única
oportunidad que tenías para ver ese tipo de shows, ellos solo se quedan
mirándote. Eso era cuando los dinosaurios gobernaban la Tierra, y la Tierra era
en blanco y negro.” A través de la producción de más de 1.200 horas de
programación distribuidas en 249 series originales, Hanna-Barbera provocó las
risas de varias generaciones de niños y adultos. Aunque la franja infantil de
los sábados sería la gran responsable de elevar su popularidad, el legado de la
compañía fundada por William Hanna y Joseph Barbera hace más de sesenta años
sigue viva a través de la realización de largometrajes, series de televisión, e
historietas que involucran a personajes como Tom y Jerry, Scooby-Doo, Jonny
Quest, y los Picapiedra, entre muchos otros. Lo que es aun más importante, es
que su trabajo continúa teniendo un impacto significativo en las nuevas
generaciones de animadores e ilustradores, cuyos trabajos inevitablemente son
influenciados por los arquetipos creados por Hanna-Barbera. El secreto del enorme
éxito de Hanna-Barbera probablemente tiene relación con algo que en una ocasión
William Hanna se encargó de señalar, “Los personajes eran queribles, eran
divertidos, y tu podías darte cuenta que se preocupaban los unos por los otros.”
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