Muchos años antes que el fracaso estrepitoso de la cinta “RoboCop 3” (1992) hundiera su carrera en la más completa oscuridad, relegándolo durante casi una década a la elaboración de guiones no acreditados, en el año 1986 Fred Dekker debutó como director con una cinta enmarcada dentro de uno de los géneros cinematográficos más complejos de manejar de manera eficiente, la comedia de horror. Aunque en la actualidad la elaboración de una buena comedia de horror parece ser un arte perdido, en la década del ochenta muchos directores demostraron tener la fórmula perfecta para sacar la tarea adelante. Tras contribuir con la idea que le daría vida al guion de la película “House” (1986) del director Steve Miner, con tan solo 26 años de edad Dekker escribió el guion de “Night of The Creeps” (1986) en un lapso de dos semanas, incorporando y fusionando muchos de los elementos que más le gustaban de los géneros del horror y la ciencia ficción, y de las producciones Serie B que se realizaron en los Estados Unidos durante la década del cincuenta, para darle vida a un particular híbrido que pese a recaudar solo cerca de $600.000 dólares al momento de su estreno (su presupuesto era de aproximadamente cinco millones de dólares), con el paso de los años comenzó a ser valorada al punto de convertirse en una cinta de culto, que influenciaría a otros directores como por ejemplo James Gunn, cuyo film “Slither” (2006) bien puede considerarse como una suerte de remake bastante libre de la película de Dekker.

La historia de “Night of The Creeps” comienza a bordo de una nave alienígena. En su interior, se está llevando a cabo una batalla entre un par de extraterrestres y un enemigo misterioso, cuyo objetivo parece ser apoderarse de un peligroso experimento biológico que está contenido dentro de una cápsula, la cual termina eyectando hacia el espacio exterior una vez que se ve acorralado por sus perseguidores. De manera paralela en la Tierra, en el año 1959 una muchacha que acaba de terminar con su novio, un policía novato (Dave Alan Johnson) que está tras la pista de un psicópata que se ha escapado del hospital psiquiátrico local, está alistándose para tener una cita con un chico que pertenece a una de las fraternidades de la universidad a la cual ambos asisten. Una vez que están instalados en un lugar frecuentado por parejas jóvenes, ellos ven pasar lo que aparentemente es una estrella fugaz que va bajando en dirección a un bosque cercano. Mientras el chico va a investigar que fue lo que realmente vieron, el psicópata aparece en el lugar armado con un hacha y asesina brutalmente a la muchacha. Para empeorar las cosas, cuando el chico llega al sitio del impacto se encuentra con la cápsula alienígena, de la cual sale una extraña criatura similar a una babosa que se introduce en su boca quitándole aparentemente la vida. Veintisiete años más tarde, la acción se traslada al campus de la prestigiosa Universidad Corman, para centrarse en Chris Romero (Jason Lively) y James Carpenter Hooper (Steve Marshall), una pareja de amigos quienes intentan surcar sus primeros días como universitarios sin mayores preocupaciones. 


Aun deprimido por la reciente ruptura con su novia, Chris centrará su atención en la atractiva Cynthia Cronenberg (Jill Whitlow), quien lamentablemente está de novia con un tipo engreído llamado Brad (Allan J. Kayser), quien además preside la fraternidad más popular de la universidad. Cuando eventualmente Chris y J. C. son enviados a conseguir un cadáver para utilizarlo en una broma pesada, es cuando “Night of The Creeps” finalmente amalgama las distintas subtramas y las canaliza en una comedia de horror de zombies absolutamente delirante. Tras acceder a un laboratorio ubicado en uno de los pisos subterráneos de la universidad, la dupla de protagonistas descongela el cuerpo del muchacho fallecido en la década del cincuenta, liberando involuntariamente a la criatura que residía en su interior, dando inicio a la invasión zombie que terminará sembrando el caos y el terror en todo el campus. Aunque estéticamente los muertos vivientes que aparecen en “Night of The Creeps” no guardan mayor diferencia con aquellos que aparecen en otras cintas del género del horror, la forma en como estos se originan y las consecuencias de sus andanzas en el campus vienen a revitalizar la mitología de los zombies. Para comenzar, los cadáveres no son animados por efectos de la radiación o por la influencia del vudú, sino que por babosas espaciales. Como bien explica Chris en un momento del film: “Ellas se meten por tu boca. Implantan huevos en tu cerebro. Tú sigues caminando mientras estos se incuban. Sigues caminando sin importar que estés muerto.” De esto se sustrae que la única razón por la cual estas criaturas buscan colonizar cerebros humanos, es para perpetuar su especie. Por lo tanto los zombies de esta película son, narrativamente hablando, un mero efecto colateral de un mal mucho mayor.  

El desarrollo de la historia de “Night of The Creeps” no solo se ve favorecido por la aparición de las babosas zombificantes, sino que además por la interacción de una colorida galería de personajes que dotan a la película de un entusiasmo contagioso. Desde la dupla conformada por el romántico Chris y su locuaz amigo J. C., pasando por la adorable Cynthia, e incluso el detestable Brad y su leal séquito de hermanos de fraternidad, los personajes del film de Dekker tienen un claro tono caricaturesco que desafía los estereotipos habituales del género del horror. Por ejemplo, Cynthia lejos de interpretar el rol de la muchacha preocupada por ser reconocida como una figura popular por sus pares, no tiene problema alguno en abandonar a Brad y comenzar a coquetear con un tímido Chris, cuando el primero se comporta como un idiota con J. C., quien para caminar debe utilizar muletas. Sin embargo, el que sin duda es el personaje más memorable de toda la cinta es el Detective Ray Cameron (Tom Atkins), ataviado con su gabardina, su cinismo y su frase característica, “Sorpréndeme”, en un inicio parece ser un personaje sacado directamente de una novela negra de Raymond Chandler. Eventualmente Cameron revela que tiene un lado mucho más oscuro de lo que aparenta, lo que le otorga un nivel adicional de intensidad que es completamente acorde a los episodios más delirantes de la cinta, los cuales están dominados por la aparición de mascotas zombie, universitarias desnudas, un autobús repleto de hermanos de fraternidad zombificados, y una secuencia de exterminación que incluye armas de fuego, un lanzallamas e incluso una podadora de pasto.


Pese a tratarse de una cinta de bajo presupuesto, las actuaciones del elenco de “Night of The Creeps” son bastante buenas. Más allá de lo alocado del guion, el film posee un par de escenas que les otorgan cierta profundidad a algunos de los protagonistas, impidiendo que la historia se torne insípida o demasiado plana dramáticamente hablando. De manera inteligente, Dekker utiliza una serie de recursos técnicos para otorgarle un mayor dinamismo a la película y elevarla varios niveles por sobre la típica producción de bajo presupuesto, labor en la cual es correctamente asistido por el director de fotografía Robert C. New y el editor Michael N. Knue. Tan importante como la labor de Dekker resulta ser el trabajo de efectos especiales encabezado por David B. Miller y Ted Ray, en especial durante el último tramo de la cinta que es donde la mayor parte de la acción y el gore se hacen presentes. La mejor forma de describir “Night of The Creeps” es como un sentido homenaje por parte de Dekker a las películas y los directores que lo llevaron a trabajar en la industria del cine. Con esto en consideración, no resulta extraño que muchos de los personajes compartan apellidos con cineastas icónicos del cine de horror, como por ejemplo Carpenter, Romero, Hooper, Cronenberg, Raimi y Landis. Más allá del espíritu del film, el gran mérito de Dekker consiste en haberle dado vida a una historia poseedora de un humor que aun resulta efectivo, la cual además está repleta de diálogos geniales, personajes llamativos, y dosis generosas de gore, lo que en conjunto respalda el hecho que hoy en día “Night of The Creeps” sea considerada como todo un clásico de culto.

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