Tras el Ć©xito de “L´uccello dalle piume di cristallo” (1970), el director italiano Dario Argento se dio cuenta que era poseedor de una particular habilidad a la hora de crear escenas de suspenso y terror, lo que lo motivĆ³ a intentar desarrollar un proyecto que fuese capaz de desafiar las expectativas de los espectadores. Sin embargo, los ejecutivos de los Estudios Titanus esperaban que Argento repitiera la exitosa fĆ³rmula que aplicĆ³ en su primer largometraje, lo que puso al director en una situaciĆ³n complicada. Atrapado entre sus pretensiones y los designios del Estudio, Argento se puso a trabajar en un guion junto a Luigi Cozzi y Dardano Sacchetti el cual estarĆ­a fuertemente influenciado por dos producciones anglosajonas; los thrillers “The Spiral Staircase” (1945) de Robert Siodmak, y “Twisted Nerve” (1968) del director Roy Boulting. A Argento le llamĆ³ la atenciĆ³n la manera como ambas producciones postulaban que los impulsos criminales estĆ”n determinados por una suerte de predisposiciĆ³n genĆ©tica. Esto sumado a una serie de publicaciones cientĆ­ficas que sugerĆ­an una idea similar, provocĆ³ que Argento utilizara esta hipĆ³tesis como base de la trama que darĆ­a vida a “Il gatto a nove code” (1971). SegĆŗn Dardano Sacchetti, “La historia tiene un Ć”ngulo cientĆ­fico. En la revista Scientific American publicaron un artĆ­culo acerca de los hombres con cromosomas XYY. Al parecer un estudio americano arrojĆ³ que de un grupo de presidiarios, un alto porcentaje presentĆ³ un cromosoma adicional. Aparentemente ese cromosoma extra era un indicador de su naturaleza violenta.” Por otro lado, ademĆ”s de las exigencias temĆ”ticas impuestas por los ejecutivos de la Titanus, debido al Ć©xito obtenido por su Ć³pera prima en los Estados Unidos, el Estudio obligĆ³ a Argento a contratar al actor norteamericano James Franciscus, quien en ese entonces estaba gozando de una gran popularidad gracias a su participaciĆ³n en la cinta “Beneath the Planet of the Apes” (1970). A Ć©l se sumarĆ­a el ganador del Oscar, Karl Malden, cuya sola presencia ayudarĆ­a enormemente a elevar el interĆ©s por la producciĆ³n a nivel internacional.

Franco Arno (Karl Malden) es un hombre no vidente que trabaja diseƱando crucigramas, quien cierta noche mientras se encuentra caminando por la calle en compaƱƭa de su pequeƱa sobrina Lori (Cinzia De Carolis), escucha accidentalmente a dos hombres que estĆ”n teniendo una discusiĆ³n arriba de un automĆ³vil. Al parecer uno de estos hombres sabe un secreto que el otro no quiere que se haga pĆŗblico. Cuando Franco le pide a su sobrina que describa a los hombres, ella le explica que solo fue capaz de ver a uno de los dos con claridad. Al dĆ­a siguiente, mientras Lori lee el periĆ³dico para su tĆ­o, reconoce la foto del hombre que vio la noche anterior, quien resulta ser un cientĆ­fico de apellido Calabresi (Carlo Alighiero) el cual ha fallecido en un supuesto accidente ocurrido en la estaciĆ³n de trenes de la ciudad. Intrigado por lo que parece ser una conveniente coincidencia, Franco Arno eventualmente une fuerzas con el periodista Carlo Giordani (James Franciscus), quien sospecha que la muerte de Calabresi estĆ” relacionada con un incidente ocurrido recientemente en el Instituto Terzi, donde se estĆ”n realizando una serie de investigaciones que giran en torno a la predicciĆ³n de las tendencias psicopĆ”ticas de las personas mediante la aplicaciĆ³n de estudios genĆ©ticos.



En tĆ©rminos generales, “Il gatto a nove code” sigue la estructura bĆ”sica de cualquier historia de misterio; se revelan pistas de manera gradual, es presentado un grupo de sospechosos, algunas lealtades son puestas a prueba, existe un nĆŗmero considerable de distractores que alejan al espectador del verdadero culpable, y la identidad del asesino es cuidadosamente resguardada hasta la llegada del clĆ­max del film. En cuanto a los protagonistas, como suele suceder en el subgĆ©nero del giallo, son personas ajenas a las fuerzas policiales las encargadas de resolver una serie de crĆ­menes cuya conexiĆ³n no estĆ” del todo clara. En este caso el equipo investigativo amateur conformado por el personaje de Karl Malden y el periodista interpretado por James Franciscus no solo exhibe una gran quĆ­mica, sino que ademĆ”s invita al espectador a participar de manera activa en la investigaciĆ³n que ambos emprenden, aun cuando por momentos sus interacciones no siempre aportan demasiado al progreso de la trama. Lo que resulta especialmente interesante es la relaciĆ³n que se establece entre Arno y su inocente sobrina Lori, cuya dinĆ”mica no solo los convierte en la brĆŗjula moral de una historia que no estĆ” ajena a temas como el adulterio, el incesto y la violencia infantil, sino que ademĆ”s se contrasta con la violencia estilizada que aparece en el film. Lo que inicialmente se desarrolla como un juego algo mĆ”s complejo que los crucigramas que Arno resuelve a diario, eventualmente se convierte en una peligrosa experiencia que arrastra tanto al protagonista como a su sobrina a una red de intrigas y sordidez, que amenaza con acabar con sus vidas.

Con “Il gatto a nove code” Argento nuevamente retoma el tema del voyerismo, el cual habĆ­a explorado en profundidad en “L´uccello dalle piume di cristallo”, aunque en esta oportunidad lo examina desde un prisma diferente. Durante el transcurso del film el director inserta numerosas imĆ”genes y referencias del ojo humano, partiendo por los mĆŗltiples acercamientos que le realiza al ojo del asesino cada vez que este acecha a una de sus potenciales vĆ­ctimas, quienes irĆ³nicamente deben morir porque han visto demasiado, como por ejemplo un fotĆ³grafo que accidentalmente captura su rostro con el lente de su cĆ”mara. Lo que sin lugar a dudas es un giro interesante dentro de esta exploraciĆ³n del tema de voyerismo, es la inclusiĆ³n de un personaje no vidente que mediante el uso de su curiosidad natural y sus sentidos remanentes, es capaz de percibir todo lo que los demĆ”s han ignorado voluntaria o accidentalmente. Es asĆ­ como Arno entre otras cosas, es quien deduce que la muerte de Calabresi ha sido un asesinato y no un accidente, y que una pista importante relacionada a la identidad del asesino se encuentra en un casillero propiedad de Bianca Merusi (Rada Rassimov), quien era la prometida del cientĆ­fico fallecido. 


Tanto Karl Malden como James Franciscus realizan un estupendo trabajo interpretando sus respectivos roles, dotando de carisma a sus personajes y facilitando que el espectador muestre un real interĆ©s por el resultado de su investigaciĆ³n, la cual con cada segundo que pasa ser torna mĆ”s peligrosa para los involucrados. En la vereda contraria se encuentra gran parte del elenco encargado de interpretar los roles secundarios, en especial Catherine Spaak quien personifica a la hija del profesor Fulvio Terzi (Tino Carraro), con quien tiene una relaciĆ³n bastante cuestionable. El problema con Spaak y compaƱƭa es que ademĆ”s de realizar una labor bastante irregular, el impacto de sus interpretaciones se ve mermado por la escasa profundidad que poseen sus personajes. Lo que si resulta destacable es la estupenda direcciĆ³n de fotografĆ­a de Erico Menczer y la jazzĆ­stica banda sonora de Ennio Morricone, quienes en conjunto son en gran medida responsables de la atmĆ³sfera inquietante que domina a algunos pasajes del film. La historia no ha sido muy amable con el segundo largometraje de Dario Argento. Tampoco ayudĆ³ demasiado que el mismo director se encargara de tildar a “Il gatto a nove code” como su obra menos querida, principalmente porque asegura que es una producciĆ³n demasiado americanizada. En parte tiene razĆ³n; ademĆ”s de la nacionalidad de sus dos protagonistas, la cinta presenta una persecuciĆ³n automovilĆ­stica que no aporta demasiado a la trama, y aun cuando hay un nĆŗmero respetable de vĆ­ctimas, los asesinatos en su mayorĆ­a son menos elaborados y explĆ­citos que los que aparecen en gran parte de su filmografĆ­a. Y es que en esta oportunidad existe una mayor preocupaciĆ³n por explorar el proceso investigativo de los protagonistas, que por retratar el horror que rodea a los crĆ­menes. Independiente de la injustificada mala fama que posee “Il gatto a nove code”, Argento se las arregla para convertir lo rutinario en algo cautivante, y matizar lo macabro y lo sĆ³rdido de la trama con dosis de humor negro que dotan a la cinta de una personalidad distintiva. Aun cuando “Il gatto a nove code” palidece en comparaciĆ³n a las mejores obras del director, es una pelĆ­cula entretenida cuyo final abierto termina resonando tanto en la cabeza del personaje de Malden, como en la del propio espectador.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

| Designed by Colorlib