A fines de la década del treinta, Val Lewton estaba
trabajando como consultor de guiones del productor David O. Selznick, cuando el
jefe de producción de los Estudios RKO, Charles Koerner, le pidió trabajar en
la unidad B del Estudio. La intención de Koerner era realizar una serie de
cintas de horror y ciencia ficción que aprovecharan la popularidad alcanzada
por las películas de monstruos filmadas por los Estudios Universal, para así
poder pagar las deudas generadas por los films de Orson Welles, “Citizen Kane”
(1941) y “The Magnificent Ambersons” (1942). Cuando Lewton se enteró que su
primera película como productor llevaría por título “Cat People” (1942), se
sintió tan avergonzado que le preguntó al guionista DeWitt Bodeen si quería
abandonar el proyecto. Sin embargo, una vez que Lewton junto a Bodeen lograron
configurar un perturbador y ambiguo thriller psicológico acerca de una mujer
que teme entregarse a sus pulsiones más primarias porque eso la convertiría en
una pantera asesina, el productor decidió seguir adelante con el proyecto. “Cat
People” contaría con un presupuesto de $150.000 dólares y sería rodada con
bastante celeridad. Con el fin de crear la ilusión que la producción contaba
con un mayor presupuesto, Lewton contrató a los directores de arte Albert S.
D´Agostino y Walter E. Keller para que refaccionaran algunos sets que habían
sido utilizados en otras cintas más costosas de la RKO, como por ejemplo “Shall
We Dance” (1937) y “The Magnificent Ambersons”. Cuando los sets no estaban
disponibles, el director de fotografía Nicholas Musuraca intentaba cubrir con
sombras el hecho que estaban trabajando con el mínimo de decorados.
Los problemas derivados del escaso presupuesto de la
producción no serían las únicas complicaciones que tendría que enfrentar Lewton
durante el rodaje de “Cat People”. Durante la primera etapa del proceso de
filmación, el productor en jefe de la unidad B del Estudio, Lew Ostrow, intentó
despedir al director Jacques Tourneur. Para evitar un desastre mayor, Lewton no
tuvo más opción que hablar con Koerner para retener a un ofendido Tourneur,
quien finalmente accedería a terminar la película. Una vez que esta estuvo
terminada, Koerner y el resto de los ejecutivos de la RKO asistieron a una
proyección de prueba. Lamentablemente para los involucrados, los ejecutivos
quedaron tan horrorizados con el trabajo de Tourneur y compañía que de
inmediato asumieron que la cinta se convertiría en un fracaso estrepitoso. Para
su sorpresa, “Cat People” gozaría de un éxito tal, que se mantuvo durante trece
semanas en cartelera, logrando una recaudación cercana a los cuatro millones de
dólares a nivel mundial, lo que permitió que la RKO se salvara de la
bancarrota. A modo de agradecimiento, el Estudio renovó el contrato de Bodeen
con una considerable alza de sueldo; a Tourneur, el director que habían
intentado despedir, le entregaron un bono de $5.000 dólares y le prometieron que
se haría cargo de proyectos más importantes una vez que terminara sus
obligaciones con Lewton; y finalmente al productor le aseguraron que gozaría de
una mayor libertad creativa en sus próximos proyectos. Con todo esto en mente
resulta lógico preguntarse, ¿Qué tiene de especial “Cat People” que horrorizó a
los ejecutivos de la RKO y conquistó al público en general por partes iguales?
“Cat People” se centra en Irena Dubrovna (Simone Simon),
una artista serbia que tuvo que migrar a Nueva York tras la invasión nazi a su
tierra natal. Ella vive atormentada por las leyendas de su supuesta ascendencia
sobrenatural. Como la propia Irena explica, ella desciende de un culto adorador
del demonio que vivía en las montañas de Serbia, el cual originalmente estaba
conformado por cristianos que comenzaron a practicar la brujería luego de ser
esclavizados por los mamelucos. Cuando el Rey John de Serbia logró liberar la
región, asesinó a los aldeanos corrompidos por los mamelucos, pudiendo escapar
de la masacre solo los más “sabios y malvados” de ellos. Según la leyenda de Irena,
cuando su gente es dominada por la pasión, los celos, o la ira, ellos se
transforman en feroces panteras negras capaces de arrasar con todo aquello que
los rodea. Cierto día, mientras ella se encuentra realizando algunos bocetos en
el zoológico de Central Park, conoce a al ingeniero Oliver Reed (Kent Smith),
con quién rápidamente entabla una relación amorosa que termina en matrimonio. Sin
embargo, su temor a ser controlada por fuerzas sobrenaturales impide que Irena
se entregue a sus pulsiones más primarias, lo que no solo la convierte en una
mujer reprimida tanto a nivel emocional como sexual, sino que también sentencia
su relación con Oliver al fracaso. Por ejemplo, durante su noche de bodas, ella
rechaza a su flamante nuevo marido diciendo, “Se amable, se paciente. Dame un
poco de tiempo, tiempo para superar esta sensación que hay algo malvado dentro
de mi.” Mientras Oliver acepta dormir en un sofá, Irena araña la puerta de su
habitación, dominada por el deseo pero aterrada de lo que aquello puede
desencadenar. Al mismo tiempo que “Cat People” repasa el tema de la represión
sexual, la cinta también retrata las dificultades de un matrimonio edificado sobre
la mera superficialidad. Y es que en gran medida el afecto que Oliver siente
por Irena parece estar basado en la curiosidad erótica que le despierta su
encanto exótico, y en su deseo de conquistar los inusuales temores que controlan
la vida de la mujer.
En más de un sentido, “Cat People” es la respuesta
femenina o alternativa a la historia relatada en “The Wolf Man” (1941). Y es
que Lewton y Bodeen básicamente invirtieron una serie de elementos presentes en
“The Wolf Man”, entre los que se incluyen personajes, ambientación y narrativa,
a la hora de conformar su propio relato. Por ejemplo en “The Wolf Man”, Larry
Talbot (Lon Chaney Jr.) regresa a su antigua villa europea natal desde los
Estados Unidos, donde tras ser atacado por un lobo, termina convirtiéndose en
un licántropo cuya única cura para su mal está basada en un viejo misticismo. Irena
en cambio, es una mujer europea que se desenvuelve en una Norteamérica moderna,
la cual está intentando desligarse sin demasiado éxito de una vieja leyenda de
su pueblo originario que amenaza su propia existencia. Si bien ella se resiste
a convertirse en una pantera, dicha transformación la acerca a su verdadera
naturaleza, aquella que ella lucha tanto por reprimir. Muy por el contrario, la
licantropía de Talbot actúa como si fuese una enfermedad, la cual cada vez lo
aleja más de su estado natural. Por último, el lobo por mucho tiempo ha
simbolizado al comportamiento adultero y la sexualidad desinhibida, mientras
que en “Cat People” la pantera negra es utilizada para simbolizar la sexualidad
enjaulada de la protagonista. Con la idea de plasmar que el animal es una
extensión de Irena, cuando ella visita a la pantera en el zoológico, un
cuidador (Alex Craig) le comenta, “Nadie viene a verla cuando están felices. La
casa del mono y el aviario atraen a todos los clientes felices.” Por lo tanto, es
justo asegurar que la pantera que se encuentra encerrada tras las rejas en el zoológico,
también representa los sentimientos de tristeza, desesperanza y encarcelamiento
cultural de una protagonista flagelada por sus propios miedos e inseguridades.
Las cosas se complican mucho más para Irena cuando Oliver
intenta buscar consuelo con Alice Moore (Jane Randolph), entablándose un
complejo triángulo amoroso. Alice a diferencia de la protagonista, es una mujer
moderna, centrada e independiente, que refleja perfectamente el movimiento
feminista que reinaba en la Norteamérica de los cuarenta. Aun cuando Alice
figura como “la otra mujer”, según su punto de vista Irena fue quien le quitó a
Oliver debido a su propia incapacidad para articular sus sentimientos hacia el
ingeniero, cuyo afecto ahora desea recuperar. Tan pronto como Alice le declara
su amor a Oliver, y este confiesa que no está seguro de amar a su mujer, Irena ve aumentada su fijación con la pantera
encerrada en el zoológico, y por ende con la concreción de la maldición que se
cierne sobre su persona. Desde este momento en adelante, los celos y la ira de
Irena se convierten en algo absolutamente aterrador. Tanto “Cat People” como gran
parte del resto de las cintas que Lewton produjo durante su permanencia en la
unidad B de la RKO, se caracterizaron por desarrollarse en escenarios
cotidianos los cuales súbitamente pasan a ser dominados por una sensación de terror
y peligro inminentes. Para lograr dicho efecto, en esta ocasión Lewton y
Tourneur insertaron una serie de escenas que jugaban con la sugestión, las
cuales finalmente desembocaban en un intenso e inesperado clímax que marcaba el
retorno a la normalidad. Por ejemplo, en una de las escenas de “Cat People”, una
cada vez más neurótica Irena comienza a perseguir a su rival por Central Park.
Justo cuando la figura de un felino emerge para atacar a Alice, un bus se
detiene bruscamente provocando un sonido que busca sobresaltar al espectador. A
raíz de dicha escena, Lewton bautizaría como “buses” aquellos momentos
cinematográficos cuyo único fin es sorprender al espectador mediante la
inclusión de una acción inesperada, recurso que hasta el día de hoy es
ampliamente utilizado en el cine de terror.
“Cat People” se ve favorecida por las buenas actuaciones
de la totalidad del elenco, en especial de Simone Simon y Tom Conway, quien
interpreta a un lascivo y maquiavélico psiquiatra que consulta la protagonista
con la intención de superar su neurosis, sin saber que el terapeuta intentará
manipularla para que se sienta atraída por él. La producción también se destaca por la
efectiva banda sonora de Roy Webb, la pragmática y atractiva dirección de arte
de Albert S. D´Agostino y Walter E. Keller, y el espléndido trabajo de
fotografía de Nicholas Musuraca, quien es el gran responsable de la atmósfera
inquietante y misteriosa que por momentos presenta el film. En una entrevista
publicada por el periódico Los Angeles Times, Lewton mencionó que su enfoque a
la hora de producir “Cat People” consistió en mezclar una historia de amor,
tres escenas que sugirieran que algo sobrenatural está ocurriendo, y una escena
de violencia explícita, todo esto en un lapso no superior a los setenta
minutos, minimizando de alguna manera lo meritorio de su trabajo. La razón por
la cual la cinta terminó siendo considerada una obra excepcional, cuya
importancia fue reconocida incluso por el Registro Nacional de Cine de los
Estados Unidos, tiene relación con la intención de Lewton de realizar una
película que se alejara lo más posible de las convenciones habituales del
género. Esto lo llevó de manera casi accidental a realizar la primera cinta de
horror sobrenatural ambientada en tiempos modernos, la cual además de presentar
una especial preocupación por el desarrollo de personajes, invita al espectador
a imaginar el horror que es sugerido en la pantalla, sin perder de vista el
drama humano que experimenta su singular protagonista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario