A fines de la
dƩcada del sesenta la popularidad del actor Vincent Price y de las producciones
realizadas por la modesta compaƱĆa norteamericana American International
Pictures, se encontraban en su punto mĆ”s bajo. Sumado al fracaso de su pelĆcula
mĆ”s reciente, āThe Oblong Boxā (1969), Price se encontraba enfrascado en una
disputa contractual con los mandamases de la AIP, Samuel Z. Arkoff y James H.
Nicholson. A raĆz de todos estos problemas, uno de los proyectos mĆ”s ambiciosos
de la productora, la cinta de horror āThe Abominable Dr. Phibesā (1971), estuvo
a punto de ser cancelado. Afortunadamente para ambas partes, el actor llegó a
un acuerdo salarial con Arkoff y Nicholson, lo que permitió que el proyecto
siguiera adelante. SegĆŗn el productor ejecutivo Louis M. Heyward, āEl proyecto se
gestó cuando un jugador de tenis llamado Ron Dunas se acercó a Jim Nicholson
con un guion que posteriormente serĆa titulado Ā“The Curse of Dr. PibeĀ“ por los
escritores James Whiton y William Goldstein, el cual era ambicioso pero muy
extraƱo.ā Heyward no solo aceptarĆa producir el proyecto junto a Dunas, sino
que ademĆ”s asegura que reescribió el guion original en tono de parodia: āYo trabajĆ©
en el guion. Cuando era guionista en jefe de Ernie Kovaks (un comediante y
actor norteamericano que influenció a figuras como Chevy Chase, Jim Henson y
Conan OĀ“Brien, entre otros), Ć©l solĆa hacer una imitación de Vincent Price. Es
por eso que reescribĆ el guion pensando que Vincent interpretarĆa a Ernie
Kovaks imitĆ”ndolo a Ć©l, lo que dio maravillosos resultados.ā
Aparentemente
Heyward no fue el único escritor que participó en la confección del guion final
de la cinta. Brian Clemens, creador de la serie de televisión britÔnica de
espionaje āThe Avengersā (1961-1969), tambiĆ©n suele ser mencionado como uno de
los creativos involucrados en el proyecto. Sin embargo, a quien se le suele
acreditar la confección del guion definitivo es al director Robert Fuest, quien
previamente habĆa trabajado mayormente en televisión, donde entre otras cosas
ofició como director de arte en la ya mencionada āThe Avengersā. El gran mĆ©rito
de Fuest consistió en incluir ciertos toques de comedia en una historia que no
tenĆa nada de cómico. Y es que el humor que posee āThe Abominable Dr. Phibesā
no es producto de su contenido, sino que del estilo narrativo empleado por
Fuest. Fue el propio director el que incentivó a Vincent Price a burlarse de sĆ
mismo, con estupendos resultados. SerĆa tal la conexión laboral y creativa que
se estableció entre el director y el actor, que durante una entrevista
realizada varios aƱos despuĆ©s del estreno del film, Price no dudó en declarar: āCreo
que Bob Fuest fue uno de los mejores directores con los que trabajƩ en mi vida,
porque Ć©l bĆ”sicamente era un hombre demente realizando pelĆculas completamente
demenciales.ā
Ambientada en el
aƱo 1925, āThe Abominable Dr. Phibesā sigue los pasos de Anton Phibes (Vincent
Price), un renombrado teólogo y concertista de órgano que tras ser dado por
muerto luego de sufrir un accidente automovilĆstico que lo dejó seriamente
desfigurado, resurge con el objetivo de vengarse de nueve mƩdicos a quienes culpa
por la muerte de su amada esposa (Caroline Munro), quien falleció durante una
cirugĆa. Inspirado en las diez plagas bĆblicas que azotaron a Egipto, Phibes en
compaƱĆa de su hermosa asistente muda Vulnavia (Virginia North), comienza a asesinar
de manera metódica a cada uno de los responsables del deceso prematuro de su
esposa, utilizando murciƩlagos, ratas, langostas y otros creativos artilugios,
sembrando de esta forma el terror en Londres. Una vez que los cuerpos comienzan
a apilarse, el Inspector de Scotland Yard Harry Trout (Peter Jeffrey) es llamado
a descubrir el secreto que esconden los crĆmenes, con la esperanza que pueda
identificar la conexión que existe entre las vĆctimas antes de que sea
demasiado tarde.
Es posible
identificar algunos elementos presentes en āThe Abominable Dr. Phibesā como
cómicos, dado el nivel de situaciones absurdas que contiene la historia. Esto
tiene lógica considerando que un hombre es sofocado por una mÔscara de rana, y
otro muere empalado tras ser catapultado hacia un unicornio. Sin embargo, las
únicas escenas que tienen un tono claramente cómico son aquellas que tienen
relación con la investigación del Inspector Trout. Las acciones de Phibes en
cambio, fueron pensadas para ser vistas con seriedad sin importar lo ilógicas
que parezcan. La peculiaridad de sus crĆmenes pareciera indicar que por
momentos Phibes estƔ mƔs preocupado de desplegar su virtuosismo en el arte del
asesinato que de concretar su venganza. De hecho, todo lo que Ʃl hace estƔ
imbuido por su marcada veta artĆstica, lo que provoca que considere sus crĆmenes
como verdaderas obras de arte. Lo que resulta aún mÔs importante con respecto
al accionar de Phibes, es que logra con Ʃxito que el espectador suspenda su
incredulidad, lo que es esencial para el buen funcionamiento de una cinta de
terror de estas caracterĆsticas. Gracias a esto, la idea que Phibes haya
construido lo que parece ser un rayo capaz de congelar a sus objetivos, una laringe
mecĆ”nica, o una banda de muƱecos autómatas llamados āDr. PhibesĀ“ Clockwork
Wizardsā, ni siquiera es cuestionada por el espectador quien no puede evitar
sentirse atraĆdo por el espeluznante mundo mĆ”gico creado por Fuest.
Algo que sin duda es
interesante con respecto a āThe Abominable Dr. Phibesā, son los paralelos que
se pueden trazar entre Anton Phibes y Anton Szandor LaVey, el denominado
fundador de la Iglesia de SatÔn. Según el propio LaVey, se reunió en un par de
oportunidades con Robert Fuest en categorĆa de asesor previo al rodaje de la
cinta, aunque dicha labor que no serĆa acreditada en la producción. AdemĆ”s de
compartir el nombre con Phibes, LaVey tambiƩn era un eximio organista y era
poseedor de una particular colección de muñecos mecÔnicos. Por otro lado, según
la filosofĆa de LaVey, la mĆŗsica catalogada como heavy metal que en ese
entonces era constantemente criticada por ciertos grupos religiosos
fundamentalistas, estaba lejos de ser la mĆŗsica del Diablo como se solĆa
señalar, sino que muy por el contrario los mensajes verdaderamente diabólicos
se escondĆan en canciones cuyo contenido era en apariencia inocuo. Esto podrĆa
explicar los motivos por los cuales dentro de la banda sonora del film se incluyeron
canciones como āElmerĀ“s Tuneā de Glenn Miller & The Modernaires, āOver the
Rainbowā de Harold Arlen y Yip Harburg, y āClose Your Eyesā de Bernice Petkere, cuyas letras
estĆ”n relacionadas con mundos idĆlicos o fantasĆas infantiles. O quizĆ”s la
inclusión de estas canciones pretendĆa envolver a la cinta y a su protagonista
bajo un manto de fantasĆa, provocando que la historia se viera marcada por un
realismo mĆ”gico que se contrasta con los horrendos crĆmenes que comete el
sƔdico y meticuloso Dr. Phibes.
MƔs allƔ de los
vistosos mecanismos utilizados por Phibes a lo largo del film, el gran motor de
la historia claramente es el protagonista. Gracias a Vincent Price, quien evita
que el villano se convierta en una mera caricatura, Phibes termina alzƔndose como
un personaje memorable, poseedor de una dualidad que le permite ser un villano diabólico
y un héroe trÔgico por partes iguales. La labor de Price es aún mÔs destacable,
si se considera que el actor utilizaba un maquillaje que le impedĆa mover sus
labios (el personaje solo habla mediante la utilización de un gramófono que va
conectado a su garganta), lo que se convirtió en un problema tanto para él como
para el artista de maquillaje Trevor Crole-Rees. SegĆŗn el propio Price, āPhibes
fue una verdadera agonĆa para mi debido a que mi cara estaba cubierta con
plĆ”stico, y yo me reĆa todo el tiempo, dĆa y noche, por lo que el maquillador y
yo prƔcticamente funcionƔbamos como un matrimonio, porque el maquillaje se
vivĆa disolviendo y Ć©l tenĆa que arreglarlo cada cinco minutos.ā AdemĆ”s de la
interpretación de Price, resulta sumamente destacable la dirección de arte de Bernard
Reeves y la dirección de fotografĆa de Norman Warwick, quienes en gran medida
son responsables del innegable atractivo visual que exuda la pelĆcula. āThe
Abominable Dr. Phibesā resultó ser todo un Ć©xito comercial, llegando a recaudar
alrededor de $1.5 millones de dólares, lo que motivó la realización de una
secuela titulada āDr. Phibes Rises Againā (1972). Recordado como uno de los
mejores trabajos tanto de Vincent Price como de Robert Fuest, el primer film de
Phibes es una obra grotescamente hermosa, que mezcla de manera brillante
horror, humor negro, escenarios exóticos, muertes barrocas y una pomposidad
shakesperiana que convirtió a Anton Phibes en uno de los personajes mÔs destacados
de la historia del cine de terror.
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