Tras rodar un puñado de películas protagonizadas por peligrosos pero carismáticos criminales, el director John Woo comenzó a albergar el deseo de embarcarse en un proyecto que glorificara a la policía, muy en el estilo de cintas como “Dirty Harry” (1971) y “Bullit” (1968). Si bien la historia original de lo que pronto se convertiría en el film “Hard Boiled” (1992), presentaba como villano a un psicópata cuyo plan era envenenar comida para bebé, cuando el productor Terence Chang viajó a los Estados Unidos con el objetivo de pavimentar la internacionalización de la carrera de Woo, notó que dicha trama provocó cierto rechazo en algunos de los potenciales distribuidores del proyecto. Esto hizo que Woo suspendiera el proceso de producción durante un mes para desarrollar una nueva historia. Barry Wong sería seleccionado por el director para escribir un nuevo guion, el cual pasaría a centrarse en la figura de un policía que debe trabajar encubierto para desbaratar a una peligrosa triada. Lamentablemente, luego de escribir la primera parte de la historia, Wong se fue de vacaciones donde falleció antes de poder terminar el guion. Esto sumado a ciertas inquietudes de Woo tanto personales como profesionales, tuvo como consecuencia que durante el rodaje de la cinta el guion sufriera una serie de cambios, entre los que se encuentra la eliminación de algunas escenas relacionadas a la subtrama romántica en la que participa uno de los protagonistas, y la adición de un personaje conocido como Mad Dog (Philip Chung-Fung Kwok), quien es un peligroso asesino que trabaja para el gran villano del film.

“Hard Boiled” se desarrolla en la ciudad de Hong Kong, la cual está sumida en una oleada de violencia causada por el creciente tráfico de armas llevado a cabo por las triadas locales, quienes ansían iniciar una guerra sin cuartel con la policía, y por la lucha territorial protagonizada por dos peligrosas bandas rivales. En medio de este caos, se encuentra un duro inspector de policía apodado Tequila (Chow Yun-Fat), quien tras perder a su compañero durante una masacre ocurrida al interior de una casa de té, se ha prometido atrapar a los responsables sin importar que para lograrlo tenga que romper las reglas impuestas por la institución a la que representa. Esto lo lleva a enfrentarse a una banda liderada por un criminal llamado Johnny Wong (Anthony Wong), quien entre sus filas tiene a un implacable asesino llamado Alan (Tony Leung), el cual se convertirá en un aliado inesperado para Tequila en su lucha contra Wong y el crimen organizado. 



Una de las cosas más fascinantes acerca de “Hard Boiled” es la obsesión de los protagonistas con el tema del sentido de pertenencia, como si se tratara de una extensión de las inquietudes que John Woo tenía en aquella época. Durante el transcurso del film, el director deliberadamente resalta algunos momentos donde ciertas transiciones sociales o profesionales son sometidas a debate, con la intención de ahondar en los conflictos de los protagonistas y para otorgarle tanto a ellos como al espectador la oportunidad de abstraerse momentáneamente de la violencia que domina al mundo descrito por Woo. Dentro de esta dinámica, el director examina el sentimiento de fragmentación experimentado por el personaje interpretado por Tony Leung, quien es un policía encubierto que se ha convertido en un letal asesino para infiltrarse en las altas esferas de la triada manejada por Johnny Wong. Divido entre la presión que significa cumplir su rol dentro de la organización criminal en la cual se ha infiltrado, y sus deseos de huir de Hong Kong para encontrar algo de paz en el extranjero (él cita a la Antártica como un potencial destino), Alan es la representación perfecta del héroe clásico de Woo, ya que es un hombre en constante conflicto debido a la influencia de fuerzas tanto externas como internas, que canaliza sus sentimientos a través de la confección de grullas de papel, las cuales utiliza cada vez que asesina a alguien. Esta idea es reforzada por el propio Alan, quien en un momento de la historia le confiesa al oficial con quien debe reportarse que él “está tan ocupado siendo un gánster, que ya no sabe quién es realmente.”

Mientras que Alan es un fiel representante de la incertidumbre nacionalista que enfrentó la sociedad hongkonesa en los años previos al proceso de transferencia de soberanía por parte del Reino Unido en 1997, el patriotismo con el que Tequila se lanza a cumplir su particular venganza provoca que exista un choque de fuerzas que forma parte del sello personal que John Woo le imprime a gran parte de sus trabajos. Durante la secuencia que abre el film y que sucede al interior de una casa de té, el compañero de Tequila, quien también es dominado por un marcado patriotismo, declara, “Si voy a morir, quiero ser enterrado aquí.” Algunos segundos más tarde, cuando en el lugar se detona un estallido de violencia en el que las balas vuelan sin control de un lugar a otro, y los cuerpos de numerosos inocentes comienzan a apilarse de manera alarmante, Woo establece el alto costo que tiene vivir y morir bajo un credo de esas características. A raíz de este evento claramente devastador, Tequila se ve empujado a volverse una figura más vigilante y reaccionaria hacia las fuerzas del crimen organizado que están destruyendo la sociedad que él ha jurado proteger, sin importar el costo personal que esto pueda tener. Todo esto provoca que durante gran parte del primer acto de “Hard Boiled”, Tequila y Alan intenten asesinarse mutuamente pese a tener metas similares, cosa que eventualmente descubrirán y que los ayudará a encaminar su frustración hacia un enemigo común.    



Eventualmente, ambos hombres se ven involucrados en un adrenalínico clímax al interior de un hospital, el cual es utilizado por Johnny Wong para ocultar su arsenal. Es así como en los múltiples niveles de dicho edificio, la pareja de policías se ven enfrentados a oleadas de implacables criminales armados hasta los dientes, quienes no tienen mayores reparos en utilizar a pacientes inocentes como escudos humanos. La urgencia de la situación y la posibilidad que suceda una masacre a gran escala, provoca que Tequila y Alan se olviden de sus problemas y frustraciones y se lancen de lleno a la acción sin pensarlo demasiado. Es en este momento del film que John Woo inserta un plano secuencia de tres minutos de duración que es sencillamente brillante, en la que ambos protagonistas se abren paso a punta de pistola a través de un pasillo repleto de criminales, hasta llegar a un ascensor que los llevará a otro piso donde la acción continúa de manera explosiva. Dentro del caos vivido al interior del hospital es posible encontrar algunas escenas que resultan sorprendentes por los lugares poco comunes que visitan, como por ejemplo una sala de maternidad repleta de bebés recién nacidos cuyas vidas también se ponen en riesgo por la batalla sin cuartel en la que se ven envueltos los criminales y la policía. La violencia presente en “Hard Boiled” es cruda pero está coreografiada de manera tal que se convierte en un espectáculo atractivo, lo que sin lugar a dudas es parte del sello distintivo del cine de John Woo.

Tanto Chow Yun-Fat como Tony Leung hacen un estupendo trabajo interpretando sus respectivos roles, logrando que ambos se conviertan en personajes carismáticos que pese a ser tipos duros, no están exentos de diversos dramas personales. La banda sonora que Woo escogió para el film, la cual estuvo a cargo del músico de jazz Michael Gibbs, también llama la atención ya que el director no solo la ocupa para otorgarle un cierto tono determinadas escenas, sino que además establece una relación entre la música y Tequila, quien en el film toca el saxofón para evadir los problemas que debe enfrentar a diario en su trabajo. “Entrégale un arma a un hombre, y creerá que es Superman. Entrégale dos y creerá que es Dios,” afirma el Superintendente Pang (Philip Chan) en una escena, enfadado por la actitud temeraria de Tequila. Dicha frase, que es la más recordada de la cinta, resume perfectamente el espíritu de las películas que John Woo venía realizando desde mediados de los ochenta. “Hard Boiled” es una inyección de adrenalina a la vena del espectador, la cual es aplicada en la forma de estilizadas escenas de acción en las que los protagonistas desafían a la muerte, sumergiéndose en un espiral de violencia que parece no tener fin. Durante un festival que se realizó en 1996 en el que se repasaba su obra, Woo comentó que muchas de las escenas de acción presentes en “Hard Boiled” fueron realizadas cuando él estaba “en un estado de locura”. Según el director, mientras filmaba una escena en la que Tequila debía escapar de una serie de explosiones sosteniendo a un bebé en sus brazos, no pudo evitar sentir un cierto grado de insatisfacción al percatarse que las explosiones no eran lo suficientemente aterradoras. A raíz de esto, Woo le pidió al encargado de los efectos especiales que revisara los explosivos y que además le cediera el detonador. Cuando Chow Yun-Fat comenzó a correr, Woo de inmediato activó los explosivos, sin preocuparse demasiado del bienestar físico del actor. Poco después de esto, Woo escuchó que Chow Yun-Fat le decía al productor, “¡John está tratando de matarme!” Cuando el director se acercó para disculparse con él, pudo percatarse que tanto la nuca como el abrigo del actor estaban chamuscados. Asustado por toda la situación, Chow tiró sus armas al piso y poco después le preguntó a Woo, “¿Estás contento ahora, hijo de puta?”, a lo que luego agregó, “¿Al menos se vio bien?”

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