A la hora de nombrar cuales han sido las figuras más importantes de la historia de la animación norteamericana, probablemente uno de los primeros nombres que se vienen a la mente es el de Bob Clampett, cuyas mayores contribuciones al género están enmarcadas dentro de la década del cuarenta, periodo recordado como la Era Dorada de la Animación liderada por los Estudios Warner Bros. Robert Emerson Clampett nació el 8 de Mayo de 1913 en San Diego, California. Desde muy temprana edad demostró tener un particular interés por las marionetas y un talento innato para el dibujo, el que eventualmente plasmó en una tira cómica acerca de las aventuras nocturnas de un felino, la cual fue publicada por el periódico Los Angeles Times. A raíz de esta publicación, un adolescente Clampett fue contactado por la agencia de prensa King Features, para ofrecerle un contrato como caricaturista por un sueldo de $75 dólares a la semana. Poco después de graduarse del colegio, Clampett encontró trabajo en la fábrica de muñecos de su tía Charlotte Clark. En ese entonces, ella estaba en pleno proceso de búsqueda de un nuevo producto que mejorara sus ventas. A sabiendas de la creciente popularidad de Mickey Mouse, Clampett realizó varios bosquejos del famoso ratón con el fin de crear un muñeco que fuese atractivo para los niños. Preocupados por los derechos de autor del personaje, Clampett y su tía visitaron los Estudios Disney para conversar directamente con Walt y Roy Disney, quienes no tardaron en demostrar interés en la propuesta comercial. Pese al éxito que tuvieron los muñecos, eventualmente Clampett decidió probar suerte en el mundo de la animación que es lo que realmente le fascinaba. Tras supuestamente rechazar un ofrecimiento del mismísimo Walt Disney para trabajar en las humildes instalaciones del Estudio Hyperion, en 1931 Clampett le presentó algunos de sus trabajos al productor Leon Schlesinger, quien lo contrató como asistente de animación al interior de los Estudios Harman-Ising.

La primera contribución de Clampett como animador vendría de la mano del corto “Lady, Play Your Mandolin!” (1931), el cual a su vez inauguró la serie titulada “Merrie Melodies” de los Estudios Warner Bros. Bajo el alero de Friz Freleng, Clampett comenzó a trabajar como animador de forma más frecuente, permaneciendo en los Estudios Warner incluso después de que Hugh Harman y Rudolph Ising decidieran marcharse tras tener una disputa económica con el tacaño de Schlesinger. Para el año 1934, Schlesinger y su equipo estaban en medio de una crisis creativa que consistía en la búsqueda de un personaje animado cuya popularidad pudiese ser ampliamente explotada. Utilizando como inspiración la serie cómica de cortometrajes “Our Gang / Little Rascals” (1922-1944), Schlesinger le pidió a sus empleados algunas ideas para realizar una serie de corte similar donde los protagonistas no fueran niños sino que animales animados. Fue entonces cuando supuestamente Clampett presentó el dibujo de un cerdo y un gato negro, los cuales eventualmente se convertirían en Porky y Beans. Esto ha sido desmentido por varios colaboradores de Clampett, quienes aseguran que el crédito por el diseño de Porky le pertenece a Friz Freleng, quien además estuvo a cargo de dirigir el debut animado del popular cerdo titulado “I Haven´t Got a Hat” (1935).

Durante un lapso de alrededor de cinco años, Clampett trabajó con animadores de la talla de Chuck Jones, Virgil Ross y Tex Avery, entre otros, quienes en conjunto desarrollaron un estilo propio que no tardó en convertirse en parte del sello del Departamento de Animación de los Estudios Warner Bros. Cabe mencionar que esto se generó en gran medida debido a la necesidad por parte de Schlesinger de crear una nueva unidad de animadores, la cual estaría encabezada por Clampett y Avery. La dupla y sus ahora colaboradores, serían trasladados a un edificio en malas condiciones utilizado como bodega por los jardineros de los Estudios Warner. Mientras trabajaban apartados del resto de sus colegas en esta pequeña construcción de madera, Avery y Clampett se percataron que no eran los únicos residentes del lugar, sino que además el edificio estaba infestado por cientos de pequeñas termitas. A raíz de esto bautizarían el lugar como “Termite Terrace”, nombre que eventualmente sería utilizado por muchos historiadores al momento de referirse a la totalidad del Departamento de Animación de la Warner Bros. que existía en aquel entonces. A fines de 1936, Clampett estaba planeando abandonar a Leon Schlesinger en busca de mejores ofertas laborales. Sin embargo, el productor rápidamente le ofreció ascenderlo a director para llenar el vacío dejado por Frank Tashlin, puesto que además incluía una mejora salarial, a lo cual Clampett no pudo negarse. Clampett debutaría como director con las secuencias animadas presentes en el largometraje “When´s Your Birthday?” (1937), del director Harry Beaumont, para luego trabajar junto a Chuck Jones en una serie de cortos protagonizados por Porky, los cuales fueron producidos por Ub Iwerks quien además se llevó todo el crédito por la realización de los mismos. Tras dirigir su primer corto animado en solitario el cual llevaría por título “Porky´s Badtime Story” (1937), Clampett empezó a lidiar con las complicaciones de su nuevo cargo. Si bien gozaba de una generosa libertad creativa, estaba restringido por estrictas limitaciones presupuestarias y de tiempo, que lo obligaban a maximizar sus recursos con el objetivo de terminar cada uno de sus cortos en un plazo de cuatro semanas. 
“Porky´s Badtime Story” (1937)
“Porky in Wackyland” (1938)
“A Tale of Two Kitties” (1942)
Durante la producción de “Porky´s Duck Hunt” (1937), Tex Avery creó un personaje que eventualmente se convertiría en Daffy Duck, convirtiendo a Clampett en el primer director en animar al icónico personaje. El onceavo trabajo como director de Clampett titulado “Porky in Wackyland” (1938), en el cual el popular cerdito trataba de capturar a un pájaro Do-Do en un escenario de tintes surrealistas, se destacó por estar fuertemente influenciado por la obra de Lewis Carroll, Salvador Dalí y Pablo Picasso, lo que le valió que varios años más tarde la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos reconociera a este corto como una obra “culturalmente significativa”. “Porky in Wackyland” junto con “Polar Pals” (1939) y “The Film Fan” (1939), son probablemente las mejores obras de Clampett durante sus tres primeros años como director. Si bien es cierto que Clampett llevó a cabo otras obras durante este periodo que resultan ser meritorias, al punto que supuestamente Leon Schlesinger solía pedirle al resto de los directores que imitaran el énfasis que Clampett le otorgaba a la acción y a la comedia en sus cortometrajes, la verdad es que terminaron siendo opacadas por el trabajo de otros directores como el propio Tex Avery. Cuando Avery emigró en 1941, Clampett se hizo cargo de su unidad mientras que Norman McCabe se hizo cargo de la vieja unidad de Clampett. Durante la primera mitad de la década del cuarenta, las condiciones laborales comenzaron a acomodarse a la sensibilidad artística del director; la libertad creativa existente al interior del Estudio provocada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la constante rotación de personal, sumado a la posibilidad de trabajar junto a animadores de la talla de Robert McKimson y Rob Scribner, le permitieron a Clampett explorar una de sus mayores preocupaciones; su deseo casi trascendental de escapar a las limitaciones humanas a través de la transformación física animada. 

El estreno del cortometraje “The Hep Cat” (1942), marcaría el inicio del periodo más experimental de Clampett al interior de los Estudios Warner Bros. Sus cortos comenzaron a caracterizarse por mezclar diferentes géneros, por incluir referencias a otros cortos animados y a elementos presentes en la cultura popular, y por utilizar diversos estilos de animación. A diferencia de su colega y a veces “adversario”, Chuck Jones, Clampett no era demasiado estricto a la hora de integrar los requerimientos clásicos de la narrativa y el estilo a su trabajo, ya que él buscaba alejarse de la animación “semi-realista” que reinaba en aquel entonces para sumergirse de lleno en la sátira, la exageración, la irreverencia y la locura, pero siempre cuidando la calidad del producto final. Ejemplos de esto son los cortos “A Tale of Two Kitties” (1942), que no solo presenta por primera vez a Tweety/Piolín cuya autoría le pertenece a Clampett, sino que además incluye a una pareja de gatos inspirados en Abbott y Costello; “Coal Black and de Sebben Dwarfs” (1943), donde el director integra una serie de maliciosos guiños a las cintas “Citizen Kane” (1941) y “Snow White and the Seven Dwarfs” (1937); “Tin Pan Alley Cats” (1943), donde Clampett expresó su fascinación por la cultura afroamericana de la época mediante la incorporación de modismos y estereotipos llevados a los extremos de la comedia absurda; “What´s Cookin´ Doc” (1944), que sitúa a Bugs Bunny en medio de los Premios Oscar; y “Kitty Kornered” (1946), que se caracteriza por incluir una extensa referencia a la famosa emisión radial de “The War of the Worlds”, llevada a cabo por Orson Welles en 1938. Otros cortos animados de Clampett que se destacaron durante este periodo fueron “Tortoise Wins by a Hare” (1943), “A Corny Concerto” (1943), “Russian Rhapsody” (1944), “Draftee Daffy” (1945), “Book Revue” (1946), “Baby Bottleneck” (1946), y “The Great Piggy Bank Robbery” (1946). 

Clampett continuó trabajando como director al interior de los Estudios Warner Bros. hasta 1946. La que hasta entonces era su unidad le fue entregada a Arthur Davis y su último cortometraje para el Estudio titulado “The Big Snooze” (1946), finalmente no le sería acreditado. Si bien el consenso general indica que Clampett, quien estaba en la cima creativa de su carrera, se fue del Estudio en busca de una mayor libertad artística, existe otra versión que asegura que fue despedido por el ejecutivo Eddie Selzer, quien era mucho menos tolerante que Leon Schlesinger en relación al ego desmedido de Clampett y a su alocado estilo narrativo. La compra de los derechos de todo el catálogo de cortos animados de las series “Looney Tunes” y “Merrie Melodies” por parte de los Estudios Warner Bros., también significó la salida de los ejecutivos Henry Binder y Ray Katz, quienes luego de irse al recientemente formado Departamento de Animación de los Estudios Columbia Pictures llamado Screen Gems, decidieron llevarse a Clampett a trabajar junto a ellos. Fue así como Clampett trabajó durante un tiempo como guionista al interior de Screen Gems, antes de intentar lanzar una serie de cortos animados a través de la productora Republic Pictures. De este proyecto solo vería la luz el corto “It´s a Grand Old Nag” (1947), el cual estaba protagonizado por un personaje llamado Charlie Horse, el cual no convenció demasiado a los ejecutivos de la Republic Pictures quienes cancelaron la realización de la serie planeada inicialmente por Clampett.
“A Corny Concerto” (1943)
“What´s Cookin´ Doc” (1944)
“Baby Bottleneck” (1946)
Luego de este pequeño traspié, Clampett se lanzó de lleno a trabajar en un proyecto que tenía en mente hace años; la realización de un show de marionetas. En 1949, Clampett creó “Time for Beany” (1949-1955), un show diario de 15 minutos de duración emitido por la cadena KTTV de Los Ángeles. Protagonizado por un pequeño niño llamado Beany, quien era capaz de volar gracias a la ayuda de la hélice presente en su gorro, y por su devoto amigo Cecil la Serpiente Marina, el show rápidamente adquirió una gran popularidad que provocó que fuera adquirido por la improvisada Paramount Television Network. Durante los años que fue emitido el programa, no solo ganó tres premios Emmy al mejor show infantil, sino que además logró que entre sus adeptos se encontraran figuras como Groucho Marx, Albert Einstein y Lionel Barrymore, entre otros. Este éxito no solo le permitió al ambicioso Clampett incursionar en la televisión con otros programas de corte similar, como por ejemplo “Thunderbolt the Wondercolt” (KTTV, 1954) y “Buffalo Billy” (KTTV, 1954), sino que además le otorgó la oportunidad de promocionar su nombre y su obra como nunca antes, lo que provocó la molestia de algunos de sus viejos colaboradores.

Pese a que la contribución de Clampett al mundo de la animación realizado bajo el alero de los Estudios Warner Brothers es considerable e indiscutible, muchos de sus colegas no han dudado en señalar que él era “un desvergonzado auto promotor que provocó la ira de sus antiguos pares de la Warner durante un buen número de años, debido a que se atribuyó el crédito de ideas que no eran suyas.” Por ejemplo, poco después de su salida de la Warner, Clampett en repetidas ocasiones se refirió a sí mismo como “el creador” de Bugs Bunny, añadiendo que su inspiración provino de la escena de la película “It Happened One Night” (1934) en la que Clark Gable aparece comiendo una zanahoria. Sin embargo, los expertos han señalado que es cosa de revisar los cortos protagonizados por Bugs Bunny entre fines de la década del treinta y principios de la década del cuarenta, para comprobar que el personaje conocido por todos no fue creado de la noche a la mañana, sino que más bien su personalidad, su voz y su apariencia, fue evolucionando con el tiempo gracias a los esfuerzos de profesionales como Tex Avery, Chuck Jones, Friz Freleng, Cal Dalton, Ben Hardaway, Robert McKimson, Bob Givens, Mel Blanc, y el mismísimo Clampett. Fue tal la molestia que generaron sus constantes dichos, que en la cinta recopilatoria “The Bugs Bunny/Road Runner Movie” (1979), Clampett no es mencionado por Bugs Bunny cuando este se refiere a sus “muchos padres”. También se comenta que parte de la animosidad generada por Clampett provenía de su estatus de “niño dorado” al interior del Estudio, ya que solía ignorar las reglas que todo el mundo esperaba que siguiese debido a la supuesta cercanía que tenía con Schlesinger.

Para 1961, “Time for Beany” pasó de ser un show de marionetas a ser una serie animada titulada “Beany and Cecil” (ABC, 1962), la cual sería dirigida y producida por Clampett bajo el alero de su propia productora llamada Bob Clampett Productions. Al igual que el show original, la serie animada seguía las aventuras de Beany y Cecil a bordo del barco Leakin´ Lena, el cual estaba bajo el mando del amable Capitán Horacio K. Huffenpuff. Otro personaje que regresaba del show original era el malvado Dishonest John, que constantemente buscaba arruinar las aventuras de Beany y compañía. Aunque solo se extendió por una temporada, “Beany and Cecil” se siguió transmitiendo hasta 1966 en el horario infantil de la cadena. Mientras que su posterior venta a más de cuarenta países y la gran cantidad de mercancía que se comercializó basada en los personajes del show, convirtieron a Clampett en un hombre bastante acaudalado, la canción con la que terminaba la serie, la cual contenía la frase “¡Es una caricatura de Bob Clampett!”, le aseguró que su nombre fuese reconocido a nivel mundial.
“The Great Piggy Bank Robbery” (1946)
“Kitty Kornered” (1946)
“Beany and Cecil” (ABC, 1962)
Poco después de terminada la producción de “Beany and Cecil”, una serie de problemas de salud llevaron a Clampett a una suerte de semi retiro. En los años venideros él realizó una serie de giras a través de los Estados Unidos, donde visitó diversas universidades con el fin de dar charlas acerca de su histórica carrera en el mundo de la animación. Eventualmente también participaría del documental “Bugs Bunny: Superstar” (1975), donde se le otorgaba una especial importancia a su figura lo que nuevamente irritó a algunos de sus viejos compañeros. Después de varios años donde su salud comenzó a ir en franco declive, Clampett falleció a raíz de un infarto cardíaco en Detroit, el 2 de Mayo de 1984. Pese a tener un buen número de detractores, Clampett de todas formas sigue siendo recordado como una de las figuras más respetadas dentro del mundo de la animación. El estilo frenético, paródico, exagerado y a ratos anárquico de Clampett, marcó una época y sirvió de influencia para un sinnúmero de artistas, como por ejemplo John Kricfalusi, quien luego de producir y dirigir la serie “The New Adventures of Beany and Cecil” (ABC, 1988), se embarcó en su propia y particular aventura animada titulada “The Ren & Stimpy Show” (Nickelodeon, 1991-1996).

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