Tras incursionar con gran Ʃxito en el gƩnero
de la ciencia ficción con las cintas āPlanet of the Apesā (1968) y āThe Omega
Manā (1971), el actor Charlton Heston estaba buscando un proyecto lo
suficientemente atractivo como para aprovechar la popularidad que estaba
obteniendo con sus participaciones en este tipo de producciones. Junto al
productor Walter Seltzer, Heston habĆa estado presionando por aƱos a los
ejecutivos de los Estudios MGM para que aprobaran la realización de un film que
tratara el tema de la sobrepoblación mundial, expuesto en la novela āMake Room!
Make Room!ā del escritor Harry Harrison. Lamentablemente para el
actor y el productor, los ejecutivos del Estudio pensaban que el tema no era lo
suficientemente importante como para realizar una pelĆcula al respecto. ReciĆ©n
cuando a principios de los setenta el tema empezó a adquirir relevancia, la MGM
decidió darle luz verde al proyecto. Para conseguir los derechos de la novela,
la MGM utilizó una de las artimaƱas mĆ”s comunes de la industria; creó una compaƱĆa
ficticia para ocultar que el Estudio estaba interesado en adaptar la novela, y
posteriormente confeccionaron un contrato que le impedĆa al autor obtener
ganancias con el lanzamiento del film o involucrarse en la confección del
guion. Esto finalmente provocarĆa que el guion escrito por Stanley R. Greenberg
presentara marcadas diferencias con la historia descrita en la novela de
Harrison, como por ejemplo la solución que las autoridades ponen en prÔctica
para acabar con la hambruna que aqueja a gran parte de la población mundial, y
que conforma el gran misterio cuya solución es entregada al final de la cinta. El
cambio mĆ”s evidente que sufrirĆa la adaptación de la novela serĆa su tĆtulo, ya
que pasarĆa a llamarse āSoylent Greenā (1973) para evitar cualquier tipo de asociación con la serie de televisión
cómica āMake a Room For Daddyā (1953-1964), la cual era protagonizada por Danny
Thomas y Marjorie Lord.
āSoylent Greenā se desarrolla en una Ć©poca en
la cual la industrialización indiscriminada ha provocado un crecimiento
descontrolado de la población mundial, un aumento significativo de la polución
y del calentamiento global, la destrucción de gran parte de los recursos
naturales, y un empobrecimiento desmedido de la mayor parte de la población. En
el aƱo 2022, la ciudad de Nueva York estƔ poblada por cuarenta millones de
personas, muchas de las cuales viven hacinadas o en la calle, y cuya
alimentación ha tenido que ser racionada por una empresa llamada Soylent
Corportation. Su producto estrella es el Soylent Verde, una oblea promocionada
por su alto contenido de plancton proveniente del OcƩano Mundial, el cual es
mĆ”s nutritivo y sabroso que sus predecesores āRojoā y āAmarilloā, pero que
lamentablemente ha sido distribuido en cantidades limitadas. Cuando el
millonario y miembro de la Ʃlite neoyorquina William R. Simonson (Joseph
Cotten) es asesinado en su departamento, la policĆa le asigna el caso al
detective Frank Thorn (Charlton Heston), quien vive junto a su viejo amigo y ex
analista de la policĆa, Solomon āSolā Roth (Edward G. Robinson). A medida que
avanza la investigación, Thorn no puede evitar pensar que en la muerte del
magnate estĆ”n involucrados altos ejecutivos de la compaƱĆa Soylent. Lo que el
detective desconoce es el oscuro secreto que esconde la empresa, el cual fƔcilmente
puede llevarlo a la locura.
En el futuro distópico descrito en āSoylent
Greenā, la clase media ha desaparecido por completo dividendo a la sociedad en
dos grupos claramente marcados; uno es la masa mayoritaria de la población la
cual se encuentra sumida en la mƔs absoluta pobreza, y el otro es la Ʃlite
oligƔrquica que disfruta de todas las comodidades que el dinero puede comprarles,
incluyendo a bellas chicas que forman parte del mobiliario de sus lujosos
departamentos. Lo que es aĆŗn peor, es que productos de primera necesidad como
por ejemplo el agua, la electricidad y la comida no procesada, entre otras
cosas, se han convertido en bienes de lujo, provocando que las granjas de
alimentos sintƩticos sean custodiadas como si se tratara de bancos. Si bien el
director Richard Fleischer a lo largo de la pelĆcula se encarga de establecer
en mĆŗltiples oportunidades la realidad sombrĆa que experimenta la humanidad,
probablemente la escena mƔs efectiva a la hora de explicar los alcances del
caos y la escasez reinante alrededor del globo, es aquella en la que Thorn
regresa a su casa luego de haber estado en el departamento de Simonson
investigando su asesinato, con una serie de elementos sustraĆdos ilegalmente que
con evidente entusiasmo le enseƱa a Sol. AdemƔs de robarse cosas tales como
lÔpices y hojas de papel, lo que mÔs llama la atención del anciano compañero de
Thorn es la lechuga, la manzana, el tomate, el pedazo de carne congelada, y la botella de whisky
que el detective ha traĆdo consigo, alimentos que cuestan una verdadera fortuna
y que no pueden evitar recordarle con sentida emoción como eran las cosas muchos
aƱos atrƔs.
Solomon āSolā Roth adquiere especial
importancia en el film debido a mĆŗltiples motivos. Por un lado es un vestigio
viviente de aquello que Ć©l llama ālos buenos dĆasā, Ć©poca en la cual la contaminación
ambiental aĆŗn no habĆa causado un daƱo irreparable y la gente no tenĆa la
necesidad de enfrascarse en una lucha constante por los escasos recursos
disponibles, situación que se vive a diario en el mundo entero y que es
retratada por Fleischer en una escena que se desarrolla en un mercado al aire
libre, durante la cual una turba de personas reacciona de forma iracunda cuando
se percatan que ya no queda alimento disponible, siendo controlada de manera violenta
por la policĆa. El personaje de Robinson tambiĆ©n adquiere relevancia por los
extensos conocimientos que posee gracias a su afición por los libros, bienes
que colecciona con especial cuidado considerando que hace ya mucho tiempo que
no se publica ningĆŗn material de lectura de forma masiva, y que las bases de
datos electrónicas que alguna vez existieron han desaparecido por completo. Por
Ćŗltimo, la eventual desesperanza en la que se ve envuelto Solomon Roth pone
sobre la mesa el controversial tema de la eutanasia, ya que el anciano termina
ingresando de manera voluntaria a un lugar conocido como āEl Hogarā, que no es otra
cosa mĆ”s que una clĆnica de exterminio voluntario manejada por el gobierno. La
secuencia que grafica los últimos momentos de Sol lo sitúa en un cuarto donde acompañado
de música clÔsica, se ve rodeado de diversas pantallas que exhiben imÔgenes de
bosques, rĆos, animales y majestuosas montaƱas, dejando patente la idea de que
por fin podrƔ reunirse con el mundo que tanto amaba y que jamƔs volverƔ a
existir.
MƔs allƔ de su mensaje medio-ambientalista y el
contraste constante que el director Richard Fleischer realiza entre la riqueza
y la pobreza existente en este futuro distópico, la trama central de āSoylent
Greenā deambula por los terrenos de los relatos policiales, siendo en este caso
el detective Frank Thorn el encargado de descubrir quién asesinó a Simonson y
los motivos que desencadenaron su violento deceso. Tras descartar la tesis
inicial que postulaba que la muerte del empresario estaba ligada a un robo que
salió mal, Thorn comienza a sospechar del guardaespaldas de Simonson, un tipo
llamado Tab Fielding (Chuck Connors), quien parece tener su propia agenda. El
detective tambiĆ©n sospecha de la concubina que vivĆa con Simonson en su
departamento, una atractiva muchacha llamada Shirl (Leigh Taylor-Young). La
subtrama que se centra en la relación que se establece entre Thorn y Shirl,
sirve para explorar el rol de la mujer en el mundo descrito en āSoylent Greenā,
el cual estĆ” limitado a solo dos alternativas; o las mujeres se pierden dentro
de la multitud de personas desesperadas por optar a una mejor calidad de vida, o
bien venden su cuerpo a un hombre acaudalado que pueda asegurarle alimento y un
techo bajo el cual vivir. Considerando que el film fue estrenado en una Ʃpoca
en la que la sociedad norteamericana estaba experimentado una segunda oleada
del movimiento feminista, este aspecto de la narrativa pudo revestir una mayor
importancia de la que finalmente tuvo. Esto se debió en gran medida a la insulsa
actuación de Taylor-Young, y a que dicha subtrama es tratada de manera bastante
superficial por Fleischer.
Si bien Charlton Heston realiza un buen
trabajo interpretando a un policĆa corrupto y misógino que momentĆ”neamente hace
a un lado su machismo y egoĆsmo para mostrarse como un hombre sensible cada vez
que se relaciona con Sol, con quien claramente mantiene una relación
significativa, la verdadera estrella del film es Edward G. Robinson. El
veterano actor no solo logra que su personaje encarne el mensaje central de la
historia, sino que ademƔs es por lejos el mƔs carismƔtico de la cinta y es
quien protagoniza los momentos mĆ”s emotivos del relato. Lo que nadie sabĆa, era
que en aquel entonces Robinson padecĆa cĆ”ncer de vejiga, enfermedad que provocó
su muerte solo doce dĆas despuĆ©s del tĆ©rmino del rodaje. En el libro āThe
ActorĀ“s Life: Journal 1956-1976ā, Heston escribirĆa āDurante el rodaje Ć©l sabĆa
que padecĆa una enfermedad terminal, cosa que nosotros no sabĆamos. Nunca perdió
una hora de trabajo, ni tampoco llegaba tarde cuando lo llamaban. Ćl nunca fue
menos que el profesional consumado que habĆa sido durante toda su vida. Sin
embargo, aĆŗn me atormenta saber que la Ćŗltima escena de la pelĆcula en la cual
Ć©l participó, la que ademĆ”s se convirtió en la Ćŗltima vez que ejercerĆa como
actor, fue la escena de su muerte. Ahora sé porque me conmovió tanto trabajar
con Ć©l.ā
Por otro lado, mƔs allƔ de la correcta
dirección de fotografĆa de Richard H. Kline, no hay mucho que destacar. La
banda sonora del compositor Fred Myrow mezcla elementos propios del folk y del
funk de forma disonante y algo esquizofrƩnica, por lo que no resulta mayormente
efectiva. Por último, la dirección de arte y la decoración de los escenarios no
han envejecido de buena manera, al punto que por ejemplo el interior del
departamento de William R. Simonson, mƔs que un aire futurista goza de una
estĆ©tica kitsch. Pese a poseer una temĆ”tica relevante en el mundo moderno, āSoylent
Greenā solo logra ser interesante de manera intermitente, las escenas de acción
que presenta la pelĆcula no son demasiado llamativas, y su revelación final si
bien resulta ser impactante no alcanza los niveles del sorpresivo clĆmax de āPlanet
of the Apesā. El gran pecado del director Richard Fleischer es que algunas de
las decisiones que toma a lo largo de la producción, terminan perjudicando el
ritmo narrativo y el desarrollo de los personajes. MƔs allƔ de sus falencias, es
innegable que āSoylent Greenā funciona como una parĆ”bola cuyo mensaje resuena
con mĆ”s fuerza en la actualidad que en la Ć©poca en la que la pelĆcula fue
estrenada, lo que resulta paradójico considerando lo mal que han envejecido
algunos elementos del film.
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