El productor y director de los Estudios
Columbia Pictures William Castle y el guionista Robb White trabajaron juntos en
una serie de pelĆculas de horror a fines de la dĆ©cada del cincuenta, las cuales
obtuvieron cierta relevancia tanto por los ingeniosos trucos publicitarios
creados por Castle, como por los conceptos y los diƔlogos subversivos empleados
por White los cuales usualmente terminaban diluyéndose bajo la dirección de
Castle. Tras los estrenos de “Macabre” (1958), “House on Haunted Hill” (1959) y
“The Tingler” (1959), la dupla se embarcó en un nuevo proyecto que tenĆa por
objetivo encantar a un público mÔs joven, para lo cual posicionaron a los
miembros de una familia americana promedio como los protagonistas de una
historia ligada al mundo de lo sobrenatural. Lamentablemente para White, su
experiencia trabajando en el guion de “13 Ghosts” (1960) serĆa
mƔs bien amarga. De hecho, cuando aƱos mƔs tarde fue entrevistado por el
escritor Tom Weaver, White le dedicó palabras muy poco amables a Castle, a
quien tildó como “el estafador mĆ”s frĆo e implacable que conoció en su vida”, cuando
opinó acerca de la relación que ambos entablaron durante las cinco producciones
que realizaron juntos. Cuando se le preguntó por “13 Ghosts” sus dichos fueron
aĆŗn mĆ”s incendiarios: “No me importó una mierda ese asunto; fue la peor de las
cinco pelĆculas que hice con Bill. ´13 Ghosts´ fue su idea y no me llamó la
atención en absoluto. Creo que no tenĆa ningĆŗn sentido.”
En “13 Ghosts”, Cyrus Zorba (Donald Woods) es un paleontólogo que
trabaja en el Museo del Condado de Los Ćngeles, el cual estĆ” teniendo una serie
de dificultades para mantener a su familia debido al bajo salario que recibe,
al punto que recientemente todos sus muebles han sido embargados para cubrir
sus deudas. Es a raĆz de esto que durante la celebración del cumpleaƱos de su
hijo Buck (Charles Herbert) en compaƱĆa de su esposa Hilda (Rosemary DeCamp) y
su hija Medea (Jo Morrow), el pequeƱo pide como deseo que su familia pueda vivir
en una casa que posea todas las comodidades necesarias. Por arte de magia,
segundos mÔs tarde Cyrus recibe una citación a la oficina del abogado Ben Rush
(Martin Milner), quien le comunica que su tĆo, el Doctor Plato Zorba, ha
fallecido y le ha heredado una mansión completamente amoblada. Sin embargo, el
abogado tambiƩn le comenta que la casa aparentemente estƔ habitada por 12
horrendos fantasmas que fueron capturados por el Dr. Zorba con la ayuda de unos
anteojos especiales que él mismo construyó, como parte de sus experimentos
relacionados con el mundo sobrenatural. Aunque en un principio los Zorba no le
dan demasiada importancia a este supuesto detalle, todo cambiarĆ” cuando los
fantasmas deciden materializarse y comenzar a atormentar a la atribulada
familia, que ahora deberĆ” decidir entre quedarse sin hogar o convivir con las
peligrosas entidades sobrenaturales.
Como sucedió con gran parte de las
pelĆculas realizadas por Castle, con el fin de promocionar “13 Ghosts” el
director creó un particular truco publicitario el cual bautizarĆa como
Illusion-O. Con la ayuda de una versión artesanal del visor de fantasmas creado
por el Dr. Zorba en el film, el cual estaba compuesto por dos tiras de celofƔn
de colores azul y rojo, al espectador se le ofrecĆan dos alternativas: los mĆ”s
valientes podĆan utilizar el visor y ver a los fantasmas en determinados
momentos de la pelĆcula, mientras que los mĆ”s temerosos podĆan evitarse el estrĆ©s
de ver a los espectros y dejarse llevar solo por su imaginación. A diferencia del
resto de las escenas de la pelĆcula, aquellas que involucraban a los fantasmas fueron
rodadas utilizando un filtro azul. Posteriormente, Castle y compaƱĆa superponĆan
las imĆ”genes de los espectros las cuales habĆan sido filmadas utilizando un
filtro rojo, permitiendo de esta forma que estos fueran visibles con la ayuda
del visor. Curiosamente, Castle ideó el concepto del Illusion-O durante una
visita al oculista. SegĆŗn el propio Castle, “Cuando me puse los pesados marcos
y miré a través de los lentes personalizados, sentà que estaba en un mundo
extraño y distorsionado. Con cada nuevo lente que el doctor probaba, mi visión
se volvĆa mĆ”s borrosa. Finalmente cuando insertó los lentes adecuados todo se
aclaró de repente. Fueron muchos los meses y los dólares que gasté intentando
que los fantasmas aparecieran y desaparecieran. Se realizaron cuarenta pruebas,
cada una de las cuales falló. Empecé a lamentar haber perdido el tiempo y quise
archivar la idea cuando finalmente tuvimos Ʃxito; un simple par de lentes plƔsticos
verdes y azules con la densidad adecuada provocaban que los fantasmas milagrosamente
aparecieran.”
En lo que se convertirĆa en una constante
en la filmografĆa de Castle, “13 Ghosts” combina una atmósfera carnavalesca, con
algunos momentos que buscan horrorizar y sorprender al espectador, los ya
mencionados trucos publicitarios, y una historia que resulta interesante,
fórmula que no siempre funcionaba de la manera esperada por el director. Luego
de un primer acto interesante donde es explorada la dinƔmica de la familia
Zorba y se plantea el conflicto que deben enfrentar, en el segundo acto la pelĆcula
tiende a decaer cuando Castle se ve obligado a exponer a los supuestamente escalofriantes
fantasmas, quienes interactúan con los Zorba de manera extraña y en ocasiones
algo amenazante. MƔs allƔ de las apariciones espectrales de un cocinero que
asesinó a su esposa y a su amante, y de un domador de leones cuya cabeza fue
devorada por la bestia, las cuales dicho sea de paso son las mƔs atractivas
visualmente hablando ya que el resto deja bastante que desear, Castle no se
detiene demasiado en ahondar en el pasado de los fantasmas, ni en los motivos
que han impedido que abandonen el mundo terrenal. Tampoco explica la razón por
la cual Plato Zorba deseaba reunir trece fantasmas, aun cuando en un
determinado momento del film los protagonistas encuentran un libro escrito en
latĆn que supuestamente detalla el peculiar plan del cientĆfico. Lo Ćŗnico que
eventualmente termina revelando el libro, es que al interior de la mansión Zorba
aparentemente se encuentra escondida una cuantiosa suma de dinero, lo que da
pie a una subtrama que deja en evidencia al verdadero villano del film.
Como se menciona previamente, mƔs allƔ de la
relevancia que tienen los fantasmas en el film, el guion de Robb White le
otorga una especial importancia a la dinƔmica familiar de los Zorba. Ellos
bƔsicamente son fieles representantes de la familia promedio norteamericana existente
en la dƩcada del sesenta. Es por esto que la familia Zorba estƔ conformada por
el padre trabajador que actúa como proveedor, la madre quien se desempeña como dueña
de casa y que estĆ” al cuidado de sus hijos, la hija mayor que aĆŗn vive con sus
padres hasta encontrar a un hombre adecuado para casarse, y el perceptivo,
curioso e inocente hijo menor que solo busca divertirse. Durante el transcurso del
film, el espectador es testigo de la transición que ellos experimentan, ya que
pasan de ser una familia feliz pese a estar experimentando una serie de
dificultades económicas, a ser una familia abrumada por su nueva realidad llena
de lujos que jamƔs esperaron tener, para finalmente convertirse en una familia
aterrorizada por los inexplicables eventos que suceden en la mansión, con la
excepción de Buck quien parece disfrutar su cercanĆa con el mundo de lo
sobrenatural, al punto que incluso se toma el tiempo de investigar acerca del
pasado de los fantasmas con la ayuda de Elaine (Margaret Hamilton), quien era
la siniestra ama de llaves y asistente de lo oculto del Dr. Zorba, la cual ha
decidido quedarse en la mansión hasta encontrar un nuevo trabajo, aunque por
momentos todo parece indicar que tiene otros motivos para mantenerse cerca de
los Zorba.
Pese a lo irrisorio de algunas situaciones
que tienen relación directa con la insistencia por parte de Cyrus Zorba que
nada grave sucede al interior de la mansión, aun cuando son varios los objetos que
vuelan sĆŗbitamente por los aires, uno de los fantasmas lanza un cuchillo de
carnicero en su dirección, y es testigo directo de la materialización del
fantasma de un león y su desafortunado domador, el elenco en su totalidad
realiza un estupendo trabajo. Mientras que Donald Woods y Rosemary De Camp
interpretan de manera creĆble a un matrimonio cuya principal preocupación son
sus hijos, Jo Morrow y Charles Herbert no solo logran crear la ilusión que realmente
son hermanos, sino que ademÔs se complementan a la perfección con sus padres
cinematogrÔficos, quienes en conjunto transmiten de manera efectiva la sensación
que estÔn enfrentando algo que va mÔs allÔ de su comprensión. El pequeño rol de
Margaret Hamilton por su parte, tiene una doble función ya que no solo se
señala que puede tener relación directa con los sucesos paranormales que
suceden en la mansión, noción que se establece principalmente por las múltiples
ocasiones que Buck sugiere que ella es una bruja, sino que ademĆ”s a raĆz de su
actitud sospechosa Castle busca conectarla con la misteriosa desaparición de la
supuesta fortuna del Dr. Plato Zorba. Por otro lado, aun cuando la gran mayorĆa
de los efectos especiales utilizados en el film han envejecido mal o evidencian
el escaso presupuesto con el que contaba la producción, de todas formas poseen un
cierto encanto aun cuando estƔn lejos de producir el efecto deseado.
Afortunadamente, los decorados y la efectiva banda sonora del compositor Von
Dexter terminan compensando las falencias de los efectos especiales, logrando
que la mansión Zorba en verdad parezca un lugar escalofriante y misterioso.
Probablemente inspirado en las apariciones
de Alfred Hitchcock en su programa de televisión “Alfred Hitchcock Presents”
(1955-1962), Castle participa en “13 Ghosts” en dos secuencias insertadas al
inicio y al final del film, primero explicƔndole el funcionamiento de los
visores sobrenaturales a los espectadores, para posteriormente incentivarlos a
llevarse el artilugio a sus casas con el fin de comprobar si los fantasmas
realmente existen, si es que son lo suficientemente valientes para hacerlo, lo
que le agrega un encanto adicional a la producción. Incluso sin el famoso truco publicitario empleado por Castle, el cual estÔ lejos de provocar el
efecto deseado, “13 Ghosts” se sostiene bastante bien como una peculiar
pelĆcula de horror con toques de comedia, cuyo encanto se basa principalmente
en su capacidad para abrazar su propia cursilerĆa. Contrario a lo que Castle
pensó en su momento, es bastante probable que la cinta hubiese funcionado mucho
mejor sin la inclusión grÔfica de los fantasmas, manteniendo el foco en los
terrenos del horror psicológico. Aun cuando no es precisamente un clÔsico del
gĆ©nero, “13 Ghosts” es una pelĆcula simpĆ”tica que cumple con entretener al
espectador y que quizƔs en manos de otro director mƔs hƔbil hubiese terminado
siendo un producto mucho mƔs memorable. QuizƔs motivado por el deseo de
comprobar esta teorĆa, el aƱo 2001 el director Steve Beck filmó un remake
titulado “Thir13en Ghosts”, el cual terminó siendo vapuleado de manera transversal
tanto por el pĆŗblico como por la crĆtica especializada.
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