Pese a que en su momento los críticos no supieron valorar el trabajo del director británico Terence Fisher, hoy en día su excepcional y vasta filmografía es reconocida prácticamente de manera transversal tanto por entendidos como por aficionados del séptimo arte, quienes no dudan en señalarlo como uno de los mejores directores de cine fantástico de la historia. Fisher nació el 23 de Febrero de 1904 en Maida Vale, Londres. Tras la muerte de su padre cuando él solo tenía cuatro años, su educación recayó sobre los hombros de su madre y sus abuelos quienes lo criaron bajo los preceptos de sus arraigadas tradiciones victorianas. A los dieciséis años Fisher abandonó sus estudios para enrolarse en un carguero de la Marina, a bordo del cual recorrió el mundo durante cinco años antes de regresar a Londres. Luego de contraer tifus, Fisher se ve obligado a llevar una vida más sedentaria, lo que lo lleva a frecuentar diversas salas de cine con el fin de escapar de su monótona vida londinense. Fue tal el gusto que desarrolló por el mundo del cine, que Fisher se lanzó a la tarea de buscar trabajo en la industria cinematográfica británica, convirtiéndose en el “muchacho de la claqueta más viejo de la industria” cuando a sus 28 años de edad consiguió trabajo en los Estudios Lime Grove. Tras ostentar ese cargo en el musical “Falling For You” (1933) y en otras dos producciones de corte similar,  Fisher ofició como tercer asistente del director Tim Whelan en el film “Aunt Sally” (1933).

En el verano de 1934, Fisher trabajaría por primera vez como asistente del editor y tan solo dos años más tarde asume el puesto de editor en diversas producciones realizadas por las compañías Gainsborough Pictures, Warner Bros y British Aviation Films, entre las que se encuentran “Tudor Rose” (1936), “Jack of All Trades” (1936), “Tomorrow We Live” (1943), “Candlelight in Algeria” (1944), “One Exciting Night” (1944) y “The Wicked Lady” (1945), entre otras. En 1946 Fisher es contratado como editor por la compañía cinematográfica Rank Organization, la cual en ese entonces estaba organizando una escuela especial para futuros directores de los Estudios Highbury, cuyo objetivo era formar nuevos cineastas que pudieran realizar un aporte significativo a la industria cinematográfica británica. Según el mismo Fisher, “La Rank nos entregó la dirección de tres películas. Algunos de nosotros sobrevivimos, otros sencillamente no lo lograron.” Luego de debutar como director con el drama “A Song For Tomorrow” (1948), Fisher filmaría la comedia sobrenatural “Colonel Bogey” (1948) y el drama “To The Public Danger” (1948), antes de regresar a los Estudios Gainsborough donde rodaría cintas más prestigiosas tanto en solitario como sucedió en “Portrait From Life” (1948) y “Marry Me!” (1949), como en conjunto con el director Anthony Darnborough, como es el caso de “The Astonished Heart” (1950) y “So Long at the Fair” (1950). La película de misterio “Home to Danger” (1951) de la modesta compañía Eros Films, sería la última que Fisher rodaría antes de entablar una fructífera sociedad laboral con la productora Hammer Film, la cual comenzaría con el thriller “The Last Page” (1952) y se extendería por más de 20 años con gran éxito.

Ya para ese entonces, Fisher era considerado como uno de los mejores directores de cine de bajo presupuesto de la industria cinematográfica británica. Contentos con su desempeño en “The Last Page”, los ejecutivos de la Hammer le asignaron la dirección de los thrillers “Wings of Danger” (1952) y “Stolen Face” (1952), tras lo cual el director se tomó un breve receso para filmar el drama “Distant Trumpet” (1952) para la modesta productora Meridian Films. Durante los siguientes cinco años Fisher trabajó en diecinueve producciones, once de las cuales fueron producidas por la Hammer, destacándose los thrillers “Mantrap” (1953), “Blood Orange” (1953), “Murder by Proxy” (1954), “A Stranger Came Home” (1954), y las cintas de ciencia ficción “Four Sided Triangle” (1953) y “Spaceways” (1953). Cuando a mediados de los cincuenta los ejecutivos de la Hammer pensaron que sería una buena idea convertir a la productora en una factoría de películas de horror, Fisher fue seleccionado para dirigir el proyecto que marcaría un hito en la industria cinematográfica británica. Aun cuando el mismo Fisher mencionó que le ofrecieron la dirección de “The Curse of Frankenstein” (1957) solo porque su contrato indicaba que tenía que filmar una cinta más para la Hammer, los ejecutivos de la compañía no tardaron en darse cuenta que el director era la persona idónea para sacar adelante el proyecto. Pese a que algunas personas le ceden el crédito del increíble éxito comercial obtenido por el film al guionista Jimmy Sangster, quien cambió el foco de la historia de Mary Shelley centrándose más en el creador que en su creación, la verdad es que Fisher al desobedecer a los jefes de la Hammer, en especial a Sir James Carreras, quien quería que la película se pareciera lo más posible al clásico filmado por James Whale en 1931, desarrolló un estilo visual y temático radical y novedoso que terminaría sentando las bases del sello particular que ostentaron las míticas producciones de la Hammer.   

“Horror of Dracula” (1958)

Tras trabajar en un par de episodios de las series de televisión “Sword of Freedom” (1958) y “The Adventures of Robin Hood” (1955-1959), Fisher comenzaría a trabajar en su nuevo proyecto al interior de la Hammer. Para “Horror of Dracula” (1958) Fisher volvería a contar con Peter Cushing y Christopher Lee, quienes habían interpretado al Barón Victor Frankenstein y a su criatura respectivamente en “The Curse of Frankenstein”, y a gran parte del equipo técnico que trabajó en esa producción. Para su sorpresa, “Horror of Dracula” obtendría un éxito comercial aun mayor que su primera incursión en el género del horror. Nuevamente Fisher fue fiel a sus instintos y a su sensibilidad artística, lo que permitió que la Hammer se convirtiera en una de las productoras más importantes de Inglaterra durante gran parte de la década del sesenta. Según Fisher, “Todo acerca de ese film era sencillamente perfecto; el guion, el elenco, todo funcionó a pedir de boca. En la Hammer me sugirieron que viera las cintas realizadas por los Estudios Universal pero yo no lo hice. Sentía que debía plasmar una idea novedosa en el guion que no estuviera influenciada por algo que ya se había hecho anteriormente.” El impacto que causaron las primeras dos incursiones de la Casa del Martillo en el género del horror gótico desató una serie de rumores con respecto a su realización, como por ejemplo que Fisher había filmado tres versiones de cada película; una versión más recatada para el mercado británico, una un poco más explícita para el mercado norteamericano, y una bastante más violenta para el mercado japonés. El mismo Fisher sería el encargado de desmentir ese rumor, “Es una verdadera estupidez. Este rumor es completamente falso, pero nos otorgó una gran cantidad de publicidad en su momento.”

La próxima cinta de Fisher al interior de la Hammer sería “The Revenge of Frankenstein” (1958), la cual sería la primera de una serie de secuelas de centradas en la figura de Victor Frankenstein. En esta oportunidad, Fisher se preocupó de retratar los matices existentes en la personalidad del científico, repasando de esta forma una de sus temáticas preferidas que consistía en la exploración de la dualidad del ser humano. “Siempre enfaticé este aspecto fundamental del relato y lo convertí en el factor principal de mi trabajo,” recordaría Fisher años más tarde durante una entrevista. Esto se repetiría principalmente en “The Two Faces of Dr. Jekyll” (1960), “Curse of the Werewolf” (1961), donde la naturaleza animal del protagonista coexiste con el amor que siente por el personaje interpretado por Catherine Feller, y en “Frankenstein Created Woman” (1967), película en la que el cuerpo de una mujer interpretada por Susan Denberg es invadido por un espíritu que la incita a llevar a cabo una cruenta venganza en contra de los hombres responsables por su ejecución. Entre 1959 y 1961, Fisher filmó nada menos que ocho películas para la Hammer, las que en su mayoría estaban encasilladas dentro del género del horror gótico. La primera cinta de este ciclo sería “The Hound of the Baskervilles” (1959), la cual pese a estar protagonizada por Peter Cushing y Christopher Lee y a utilizar la fórmula ya probada con éxito por Fisher, obtuvo pésimos resultados de taquilla lo que provocó que el proyecto que pretendía adaptar parte de la obra de Sir Arthur Conan Doyle fuera cancelado. Lejos de desanimarse con el resultado de “The Hound of the Baskervilles”, Fisher rápidamente se embarcó en el rodaje de “The Mummy” (1959), la cual si bien en un principio pretendía ser un remake de la cinta original de 1932 del director Karl Freund, finalmente se basó en el film “The Mummy´s Tomb” (1942) de Harold Young. A esta producción le seguirían las cintas de horror “The Man Who Could Cheat Dead” (1959), “The Two Faces of Dr. Jekyll”, “The Brides of Dracula” (1960) y “Curse of the Werewolf”, y dos películas de aventuras que tuvieron bastante éxito comercial, “The Stranglers of Bombay” (1960) y “Sword of the Sherwood Forest” (1960). 
 
“The Revenge of Frankenstein” (1958)
“The Mummy” (1959)
“The Hound of the Baskervilles” (1959)

“The Phantom of the Opera” (1962) sería el primer traspié importante de Terence Fisher al interior de la Hammer. Pese a ser una de las películas de mayor presupuesto que realizó la Casa de Martillo, el film terminó siendo vapuleado tanto por el público como por la crítica por el exceso de melodrama que presentaba la historia y por la virtual inexistencia de momentos realmente escalofriantes. A raíz de esto, Fisher abandona la Hammer durante dos años en los cuales trabajó en tres películas de escaso presupuesto realizadas por pequeñas productoras británicas. La primera sería la cinta en blanco y negro “Sherlock Holmes and the Deadly Necklace” (1962), donde a diferencia de “The Hound of the Baskervilles” sería Christopher Lee y no Peter Cushing el encargado de interpretar al mejor detective del mundo. Luego rodaría la comedia de horror “The Horror of It All” (1963) y el film de ciencia ficción “The Earth Dies Screaming” (1964), antes de regresar a la Hammer para participar en “The Gorgon” (1964), el primer intento por parte de la Casa del Martillo por llevar a la pantalla grande a un monstruo que nunca hubiese protagonizado otro film. Tras un año de inactividad, Fisher dirigiría la cinta de ciencia ficción “Island of Terror” (1966) para la productora Planet Films con quien firmó un contrato por dos películas, para luego volver a la Hammer para filmar “Dracula: Prince of Darkness” (1966), la cual no obtendría buenos resultados porque según el propio Fisher el guion escrito por Jimmy Sangster era bastante mediocre. Tras rodar la previamente mencionada “Frankenstein Created Woman”, Fisher se embarcó en su segunda película de ciencia ficción para la Planet Films titulada “Night of the Big Heat” (1967), la cual le otorgó la oportunidad de trabajar nuevamente con Peter Cushing y Christopher Lee.

A su regreso a la Hammer, Fisher se embarcaría en la dirección de “The Devil Rides Out” (1968), cinta cuyo guion estuvo a cargo del afamado autor Richard Matheson, quien adaptó la novela del mismo nombre del escritor Dennis Wheatley. En la actualidad dicha producción es considerada como uno de los mejores trabajos de Fisher, quien pudo dar rienda suelta a su deseo de incluir ciertos elementos propios de un relato romántico en una historia de corte sobrenatural que lidiaba con el controversial tema del satanismo. Posteriormente el director trabajaría en “Frankenstein Must Be Destroyed” (1969), película que originalmente había sido concebida como el clímax de la serie de producciones de Frankenstein. Para ese entonces, el reinado de Fisher como el director más importante del llamado “cine de horror moderno”, término que él odiaba, estaba llegando a su fin debido a la irrupción de directores como Roman Polanski y Dario Argento quienes impulsaron el cine de horror hacia nuevas y excitantes direcciones, sepultando la popularidad que ostentó el género del horror gótico durante más de una década. Además de esto, la carrera de Fisher se vería gravemente afectada por dos accidentes automovilísticos que sufrió el director en aquel entonces, quien para colmo estaba intentando controlar su creciente alcoholismo. Tras la insistencia de Peter Cushing, Fisher volvería por última vez a la Hammer para filmar “Frankenstein and the Monster From Hell” (1974), película con la cual cerraría el ciclo de Frankenstein llevado a cabo por la Casa del Martillo y daría término a su carrera tras las cámaras. Recién tras su fallecimiento el 18 de Junio de 1980 debido a un infarto cardíaco, Terence Fisher comenzaría a obtener el reconocimiento que siempre mereció. Y es que la importancia del director no solo se limita al contexto de los géneros cinematográficos del horror y la fantasía, los cuales curiosamente jamás le llamaron demasiado la atención, sino que además sus películas deben ser reconocidas como expresiones de su particular visión de la espiritualidad humana, la religión, la ciencia, los cambios sociales, y la constante lucha entre el bien y el mal, lo que en conjunto con su distintivo estilo visual provocó que sus obras exudaran una identidad propia que intentó ser replicada pero que jamás fue igualada.

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