Después de protagonizar la icónica batalla con el legendario actor y artista marcial Bruce Lee en el film “Way of the Dragon” (1972), y luego de contar con el apoyo de la superestrella Steve McQueen quien también era su estudiante de karate, el campeón mundial invicto de karate Chuck Norris pensó que sería una buena idea tratar de construir una carrera en el mundo del cine. Luego de unos pocos años trabajando en la industria, Norris había logrado protagonizar una serie de cintas de acción y artes marciales de bajo presupuesto como por ejemplo “Slaughter in San Francisco” (1974), “Breaker! Breaker!” (1977), y “Good Guys Wear Black” (1978) que se convertiría en su primer éxito comercial. Sin embargo, no sería hasta el estreno de “A Force of One” (1979) que Norris comenzaría a ser visto como una de las figuras más interesantes del cine de acción de la época, lo que lo llevó a involucrarse en una mayor cantidad de proyectos que tenían como objetivo principal realzar su carisma y su habilidad para darle una paliza a cualquiera que tuviera la mala idea de cruzarse en su camino. Fue así como se involucró en “An Eye for an Eye” (1981), una cinta dirigida por Steve Carver cuyo guion estuvo a cargo de William Gray y James Bruner, la cual fue producida por el mítico Estudio independiente Avco Embassy Pictures, responsable entre otras cosas de los ahora clásicos del cine de horror “The Fog” (1980), “The Howling” (1981) y “Phantasm” (1979), entre otros.  

Sean Kane (Chuck Norris) es un policía encubierto de la unidad de narcóticos de San Francisco, quien queda devastado tras el asesinato de su compañero Dave Pierce (Terry Kiser) luego que un informante llamado Tony Montoya (Mel Novak) les tendiera una trampa. Tras lanzar por la ventana de un edificio a uno de los criminales que causaron la muerte de su compañero y ser reprendido por el Capitán Stevens (Richard Roundtree), Kane decide renunciar a su trabajo para tratar de rehacer su vida. De forma paralela, la reportera de televisión Linda Chan (Rosalind Chao), quien también era la novia del fallecido Pierce, se juramenta desenmascarar a quienes están detrás del tráfico de drogas en la ciudad de San Francisco. Sin embargo, cuando Linda descubre información vital que Kane y Pierce desconocían, ella también es asesinada. Decidido a vengarse por lo ocurrido con sus amigos, Kane se asocia con el padre de Linda, el instructor de artes marciales James Chan (Mako Iwamatsu), junto a quien se sumerge en una investigación que los llevará a enfrentarse con los criminales más peligrosos de la ciudad, involucrando en el camino a Heather Sullivan (Maggie Cooper), una amiga de Linda que terminará jugando un rol importante a la hora de descubrir la identidad del líder del crimen organizado de la ciudad de San Francisco, y a Morgan Canfield (Christopher Lee), el jefe de Linda quien demuestra tener un particular interés en la investigación de Kane.

El protagonista de “An Eye for an Eye” es básicamente un personaje atormentado, incapaz de sacar de su cabeza las muertes de Pierce y Linda, lo que lo impulsa a desatar su furia en contra de aquellos que son capaces de tomar las vidas de personas inocentes sin siquiera pestañear. Desde muy temprano en la película, se establece que Kane no es un hombre que esté dispuesto a ser increpado o intimidado por nadie, incluyendo al Capitán Stevens quien posiblemente es un policía corrupto que puede estar involucrado en la red de tráfico de drogas, por lo que no duda en renunciar a su trabajo apenas se da cuenta que la ley solo limitará el alcance de su venganza. Como menciona en un determinado momento del film el policía y amigo del protagonista, Tom McCoy (Matt Clark), Kane no necesita armas porque “él es un arma”, haciendo referencia al poder físico y a la experticia en el campo de las artes marciales del ex policía que le permiten abrirse camino en el submundo criminal para así seguirle el rastro a las escasas pistas que tiene entre manos. La afirmación de McCoy queda explicitada en varias escenas en las que en solitario o asistido por Chan, Kane sale airoso a punta de patadas de numerosas batallas donde está claramente en inferioridad numérica y absolutamente desarmado. Si bien Chan es lo suficientemente hábil como demostrar que es un aporte y no un estorbo en estas violentas peleas, el espectáculo es dominado completamente por el personaje de Norris. 


Si algo llama fuertemente la atención de “An Eye for an Eye”, es la habilidad de Sean Kane para evadir las incontables municiones que disparan en su dirección. No importa que tan fuertemente armados estén sus enemigos, si le disparan con rifles automáticos, con escopetas o con revólveres, Kane se desliza entre las balas con una destreza tal que tarde o temprano termina noqueando a quienes intentan asesinarlo con una vistosa patada giratoria que por lo general es filmada en cámara lenta por Steve Carver. Si bien durante el transcurso de la película Kane se enfrenta a decenas de delincuentes asesinando a un par de ellos, la verdad es que el momento más violento de la película es el asesinato inicial de Dave Pierce, quien no solo sufre varias heridas de bala sino que además es atropellado por un auto que es conducido por un chófer misterioso, para luego morir calcinado. Consciente de la capacidad de impacto que posee dicha secuencia, Carver se encarga de repetirla en múltiples oportunidades enmarcándola dentro de las pesadillas recurrentes del protagonista. Desde ese punto en adelante, aun cuando “An Eye for an Eye” no escatima en escenas de acción, adolece de secuencias realmente sorprendentes o excitantes que resulten memorables. Lo que es aún peor, es que gran parte de las escenas de acción en las que participa James Chan están teñidas por una serie de momentos cómicos que le quitan seriedad a todo el asunto, por lo que inevitablemente durante el tramo final del film Carver parece esforzarse por no caer de lleno en el plano de la parodia.

Aun cuando la dirección de fotografía de Roger Shearman es bastante mediocre al punto que en algunos pasajes “An Eye for an Eye” parece ser una producción pensada para la televisión, en especial durante aquellos que claramente suceden al interior de un set de filmación, hay que reconocer que Shearman hace lo posible por aprovechar al máximo varias de las vistosas locaciones de la ciudad de San Francisco en las que se desarrolla la historia, en especial el puente Golden Gate, lo que le otorga al film una atractiva personalidad. Aun cuando no es particularmente llamativo visualmente hablando, llama la atención el hogar de Kane el cual además de estar alejado de la ciudad se encuentra custodiado por un sensible sistema de alarma y barrotes de acero en cada una de sus entradas. El hecho de vivir retirado del resto del mundo no solo obliga a Kane a trasladarse en un bote hasta la ciudad donde tiene aparcado un vistoso auto deportivo del cual está sumamente orgulloso, sino que además tiene repercusiones directas en la trama. Cuando Linda Chan es perseguida por un intimidante criminal conocido como el Profesor (Profesor Toru Tanaka) y sus secuaces, Kane no tiene otra alternativa que escuchar impotente a través del teléfono como su amiga es asesinada en su departamento por el implacable y silencioso Profesor. 
 

Pese a que su capacidad interpretativa es más bien limitada, Chuck Norris realiza un gran trabajo exteriorizando el sufrimiento que le provoca a su personaje el violento fallecimiento de sus amigos, al mismo tiempo que demuestra que es un tipo rudo que no le teme a nada y que posee un carisma a prueba de balas. Norris también logra complementarse perfectamente con el personaje interpretado por Mako Iwamatsu, quien no solo participa de forma activa en varias escenas de acción, sino que además es el encargado de otorgarle algunos toques de comedia al film y de reprender constantemente a su antiguo pupilo por lo impulsivo de sus actos. Mako Iwamatsu construye un personaje colorido cuyo único punto en contra es que curiosamente no se muestra particularmente afligido por la muerte de su hija, lo que provoca que su conexión con Linda sea prácticamente irrelevante. Maggie Cooper por su parte, realiza una labor correcta interpretando al interés amoroso de Kane, al igual que Richard Roundtree cuyo personaje mantiene una relación más bien tirante con el protagonista. Por último, Christopher Lee pese a participar en muy pocas escenas, logra que su personaje se presente como un villano despreciable que se jacta de ser tan inteligente como despiadado. El hecho que su hombre de confianza sea un criminal muy en la línea de Oddjob, el icónico secuaz del villano del film “Goldfinger” (1964), le otorga una capa más de interés a un personaje que Lee parece haber interpretado solo con el fin de obtener dinero fácil.  

Hasta cierto punto, “An Eye for an Eye” podría ser vista como una suerte de remake de la cinta protagonizada por Sidney Poitier, “The Organization” (1971), en la cual también se exploraba la idea de un conglomerado internacional de tráfico de drogas el cual es manejado por empresarios aparentemente benevolentes, con la única salvedad que en la cinta de Norris es la acción y no precisamente la trama lo que más importa. Aunque “An Eye for an Eye” no es necesariamente uno de los mejores exponentes del género de acción de los ochenta, ni tampoco es una de las películas más memorables de Chuck Norris, al punto que para que funcione mejor es necesario que el espectador no se cuestione demasiado los giros dramáticos de la trama ni algunas situaciones puntuales, la verdad es que gracias a que posee un ritmo narrativo dinámico, a la inclusión de la efectiva pero reiterativa banda sonora del compositor William Goldstein, y la participación de un elenco que en su totalidad logra construir personajes atractivos y diversos por muy unidimensionales que estos sean, termina siendo una película por sobre todo entretenida que ayuda a entender la razón por la cual Norris se convirtió en una de las estrellas del cine de acción norteamericano más importantes de la década del ochenta.

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