Si bien para la dƩcada del setenta el actor
norteamericano Vincent Price estaba dedicado principalmente al trabajo en
televisión, de todas formas participó en un par de largometrajes que pese a sus
modestos presupuestos, terminarĆan marcando un hito en su carrera. El Ć©xito
inusitado de “The Abominable
Dr. Phibes” (1971) y su secuela, “Dr. Phibes Rises Again” (1972), provocaron
que los productores Stanley Mann y John Kohn gestaran una idea que
eventualmente se convertirĆa en “Theater
of Blood” (1973), cuyo guion serĆa escrito por Anthony Greville-Bell, un
ex oficial del ejército que durante los años setenta trabajó en cinco
producciones como guionista. Una vez que la compaƱĆa cinematogrĆ”fica United
Artists aceptó financiar el proyecto, la pareja de productores contactaron a
Vincent Price para ofrecerle el rol protagónico, marcando de esta forma el
comienzo del alejamiento definitivo del actor de la productora American
International Pictures, responsable de sus pelĆculas mĆ”s memorables. Tal y como
sucede en las pelĆculas de Phibes, Price estaba llamado a interpretar a un
demente vengativo cuyos particulares mƩtodos criminales estƔn teƱidos por un
marcado humor negro. A raĆz de esto, la dirección del proyecto le fue ofrecida
a Robert Fuest, responsable de los filmes de Phibes. Sin embargo, Fuest temĆa
terminar siendo encasillado como director de cine de terror, por lo que rechazó
el puesto. Con respecto a la decisión de Fuest, Price declararĆa en una
oportunidad “Todos ellos temĆan ser encasillados. De todas formas, creo que Bob
nunca hizo nada tan bueno como Dr. Phibes.”
Tras la negativa
de Fuest, serĆa contratado el director britĆ”nico Douglas Hickox. Con respecto a
su participación en el film, el realizador afirmarĆa lo siguiente en una
entrevista: “IntentĆ© mantener un equilibrio entre el humor y el horror. El guion
era tan bueno, que no perdà tiempo pensando en cómo salvarlo, cosa que uno
suele hacer en el trabajo. Afortunadamente tuve la libertad para concentrarme
en los aspectos creativos de la producción.” Lamentablemente para Hickox, los
organismos censores de la Ʃpoca fueron incapaces de ver el supuesto equilibrio
del que hablaba el director, por lo que le otorgaron una calificación R al film
por el exceso de violencia grÔfica que presentaba. Esto no le importó demasiado
a Vincent Price, quien disfrutó mucho su participación en esta producción
debido a que el guion le otorgaba la posibilidad de interpretar a ocho
personajes shakesperianos, algo que segĆŗn Ć©l muy poco actores podĆan lograr
durante el transcurso de su carrera, mÔs aún si eran norteamericanos. Otro
hecho que dejó muy satisfecho a Price, fue la posibilidad de trabajar con
actores dramƔticos bastante respetados en Inglaterra, como por ejemplo Robert
Morley, Jack Hawkins, Harry Andrews y Michael Horden. Lo curioso de todo el
asunto, es que gran parte de estos actores accedieron a trabajar en la cinta
solo para poder compartir escena con Price. En relación a esto, el mismo Hickox
mencionarĆa en una ocasión: “Todo el mundo era un fan y ellos querĆan trabajar
con Ć©l. Todos lo hicieron como un pequeƱo homenaje para Ć©l.”
La trama de
“Theater of Blood” es bastante sencilla; tras ser despreciado constantemente
por el cĆrculo de crĆticos teatrales, el actor shakesperiano Edward Lionheart (Vincent
Price) decide confrontar a sus miembros, en especial a Peregrin Devlin (Ian
Hendry), quien es el presidente de la funesta organización. Tras la negativa de
los crĆticos a reconocer los mĆ©ritos interpretativos de Lionheart, este decide
suicidarse lanzƔndose al rio TƔmesis. Sin embargo, el actor termina siendo
rescatado por un grupo de vagabundos con serios problemas mentales, quienes
eventualmente se convierten en sus mÔs grandes admiradores y en los cómplices
de su grotesco plan, ya que ahora que Lionheart ha sido dado por muerto, se
embarcarĆ” en una sangrienta cruzada de venganza que tendrĆ” como objetivo
demostrarles de una vez y para siempre a los crĆticos que alguna vez
despreciaron su talento, su innegable calidad interpretativa. A medida que se
comienzan a apilar los cadƔveres en un estilo dramƔticamente shakesperiano,
Devlin en conjunto con la policĆa y la hija de Lionheart, Edwina (Diana Rigg),
intentarƔn detener al demencial actor antes de que este acabe con la vida de
todos los crĆticos de Londres y con la suya propia.
Si bien no se
puede describir a Lionheart como un personaje particularmente simpƔtico, ya que
es un demente homicida que no expresa ningĆŗn tipo de remordimiento por sus
actos, el hecho que el grupo de crĆticos que Ć©l desprecia sea una camarilla
narcisista, maliciosa, pretenciosa y despiadada, provoca que el espectador
termine empatizando con el protagonista. El cĆrculo de crĆticos teatrales es
completamente consciente del poder que posee, el cual les permite destrozar una
determinada obra o destruir por completo una carrera actoral, mediante la simple
redacción de una crĆtica despectiva o un comentario mordaz. El propio Peregrine
Devlin, cuyas acciones estƔn motivadas por sus propios intereses mƔs que por el
afecto que les tiene a sus colegas, se preocupa de ratificarle esta idea a uno
de los policĆas que estĆ” investigando los asesinatos; “Los crĆticos son
propensos a hacer enemigos, Inspector. Puede considerarlo como un peligro del
oficio.” Lo que realza aĆŗn mĆ”s la personalidad despreciable de las vĆctimas de
Lionheart, es el sarcƔstico y desdeƱoso comentario que realiza uno de los
crĆticos luego del espantoso asesinato de uno de sus colegas: “Por fin… un
titular, en lugar de una lĆnea de denuncia.”
En cuanto a
Lionheart, la mayor parte del tiempo aparece personificando a algĆŗn personaje
de corte shakesperiano, evitando revelar demasiados aspectos de su vida
personal o de su propia personalidad. El hecho que por momentos se convierta en
una figura fantasmal con una marcada afición por el teatro y la muerte, enmascara
algunos elementos del guion que exhiben una lógica tan alocada como los
acontecimientos que relata el film. Por ejemplo, es inevitable cuestionarse
como Lionheart ha planeado su ostentosa campaƱa de venganza sin tener los
fondos para llevarla a cabo, y como logra anticiparse a lo que va a suceder
existiendo tantos factores en juego. Independiente de estos detalles, gran
parte del encanto de “Theater of Blood” reside en la forma en como el
protagonista asesina a quienes le negaron el reconocimiento que creĆa merecer,
lo que lo lleva a ejecutar por ejemplo un descabezamiento al estilo de Cimbelino,
un apuñalamiento a la manera de Julio César, o una intempestiva extracción de
una libra de carne inspirada en el Mercader de Venecia. Lo imaginativo que
resultan ser los crĆmenes se complementa de manera perfecta con las locaciones seleccionadas
para relatar la historia, las cuales tratan de reflejar el halo de decadencia y
perversión que rodea a Lionheart. Con respecto a esto, Price mencionarĆa en una
ocasión que el lugar escogido para rodar un asesinato inspirado en la obra Ricardo
III, “era una vieja bodega de vinos abandonada, ubicada abajo del TĆ”mesis.
Debido a unas fugas de agua que presentaba el lugar, se habĆan formado estalactitas.
Era un sitio muy oscuro que debió ser iluminado con cientos de velas, lo que
dio como resultado una escena espectacular. Uno no podrĆa construir un set como
ese ni en cien aƱos.”
En “Theater of
Blood” Vincent Price pudo fusionar su habilidad para personificar a personajes
siniestros con su gusto por la comedia, al interpretar a Edward Lionheart quien
pese a ser un villano unidimensional y algo caricaturesco, termina despertando
la simpatĆa del espectador. Con respecto a su rol en el film, el actor menciona
en la biografĆa “The Price of Fear”, “Fue maravilloso ya que pude interpretar
ocho papeles shakesperianos, lo que es un festĆn para cualquier actor. Y pude
asesinar a ocho crĆticos. Era una historia que cualquier actor apreciarĆa. Fue
un sueƱo muy real para mĆ.” Fue tal el impacto que tuvo la actuación de Price,
que incluso algunos crĆticos en un arranque de delirio temporal, aseguraron que
el actor era merecedor de una nominación al Oscar por su participación en la
cinta, cosa que evidentemente no sucedió. El resto del elenco encabezado por
Diana Rigg y Ian Hendry, realiza un estupendo trabajo, otorgƔndole una calidad
interpretativa a la pelĆcula pocas veces vista en este tipo de producciones.
Por otro lado, la dirección de fotografĆa de Wolfgang Suschitzky y el trabajo
de edición de Malcolm Cooke, son responsables en gran medida de la longevidad de
la cinta cuyo apartado visual es sencillamente atractivo. Lamentablemente no se
puede decir lo mismo de la banda sonora del compositor Michael J. Lewis, la
cual es sumamente irregular y por momentos quebranta la atmósfera malsana que
domina al relato.
Pese al escaso
presupuesto, Douglas Hickox se las arregló para que “Theater of Blood” se
convirtiera en una cinta de terror alabada por su cuidado aspecto tƩcnico, las
actuaciones de su elenco, y lo sólido de su guion. Los asesinatos cometidos por
Lionheart son viciosos y grƔficos, acercƔndose incluso a los estƔndares
actuales. El vestuario resulta ser tan elaborado como el plan del protagonista,
y las locaciones exudan un aire particularmente britƔnico, en especial el viejo
teatro utilizado en algunas de las escenas clave del film, asà como también los
elegantes departamentos pertenecientes al cĆrculo de crĆticos londinense. Por
todos estos motivos, no resulta extraƱo que esta fuera la obra preferida de
Price, quien consideraba que esta pelĆcula junto al dĆptico protagonizado por
el Dr. Phibes, eran una peculiar trilogĆa de horror acerca del mundo del
teatro. Como dato curioso, durante el rodaje de esta cinta Price conoció a la
actriz Coral Browne, quien se encargó de interpretar a una de las tantas
vĆctimas de Edward Lionheart. Luego de filmar la grotesca escena en la que
participaban juntos, Price decidió enviarle una botella de champaña a la
actriz, comenzando de esta forma un lindo idilio que terminarĆa en matrimonio. ¡Vaya
manera de conocer a tu futura esposa!
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