Tras dirigir la curiosa comedia “Le Cinque Giornate” (1973), con el cual pretendĆ­a darle un giro a su carrera, el realizador italiano Dario Argento nuevamente probarĆ­a suerte en los terrenos del giallo que es donde se sentĆ­a mĆ”s a gusto. La idea que darĆ­a vida a la historia plasmada en “Profondo rosso” (1975), surgirĆ­a de un sueƱo (o mĆ”s bien una pesadilla) que Argento tuvo mientras se quedaba en la vieja casa que su padre tenĆ­a en el campo. Tras varias noches de insomnio en las que se dedicĆ³ a escribir el guion de su nuevo proyecto, Argento regresarĆ­a a la civilizaciĆ³n para darle los toques finales a la historia en compaƱƭa del guionista Bernardino Zapponi, quien era conocido por ser uno de los colaboradores habituales del tambiĆ©n director italiano Federico Fellini. Una vez conformado el elenco, el cual estarĆ­a encabezado por el actor britĆ”nico David Hemmings, Argento y compaƱƭa se embarcaron hacia TurĆ­n, lugar donde rodarĆ­an la cinta durante 16 largas semanas. SegĆŗn el director, la razĆ³n por la cual habĆ­a seleccionado esa ciudad como escenario de su nueva producciĆ³n, era porque ahĆ­ se encontraba el mayor nĆŗmero de practicantes de satanismo de toda Europa. Probablemente eso lo motivarĆ­a a regresar a esa ciudad varios aƱos mĆ”s tarde para rodar “Non ho somno” (2001) y “Giallo” (2008).

Helga Ulmann (Macha Meril) es una perceptiva telĆ©pata que, mientras estĆ” dictando una cĆ”tedra acerca de sus facultades, sĆŗbitamente predice su propia muerte tras leer accidentalmente los pensamientos de uno de los asistentes, quien presenta claras tendencias homicidas. Algunas horas mĆ”s tarde, su violento asesinato es presenciado a lo lejos por un pianista norteamericano llamado Marcus Daly (David Hemmings), quien corre hacia la escena del crimen solo para descubrir que ha llegado demasiado tarde. Desde ese momento en adelante, Marcus se obsesiona con la idea de identificar al asesino, al mismo tiempo que intenta juntar las piezas de lo que ocurriĆ³ la noche del crimen, ya que no puede evitar sentir que ha pasado algo por alto. Incentivado por su amigo Carlo (Gabriele Lavia), el mĆŗsico decide iniciar su propia investigaciĆ³n, a la que eventualmente se suma la atractiva reportera Gianna Brezzi (Daria Nicolodi), con quien establece una curiosa relaciĆ³n de mutua complicidad. Pronto, la improvisada dupla de detectives descubrirĆ” el costo de su curiosidad, cuando varios de los involucrados en el caso comiencen a ser brutalmente asesinados, cerrando el cerco sobre sus cabezas.

Si bien “Deep Red” es bĆ”sicamente una historia de misterio, tal y como sucede con otros filmes de Argento, la trama presenta una serie de ramificaciones que involucran el actuar de sus personajes, especĆ­ficamente de los villanos de turno, quienes encuentran motivaciĆ³n en eventos de su pasado, los cuales con el paso de los aƱos los han transformado tanto fĆ­sica como psicolĆ³gicamente, convirtiĆ©ndolos en personas capaces de asesinar sin siquiera pestaƱear. Esto de alguna forma influye en los hĆ©roes del relato, quienes no solo se limitan a estar en el lugar equivocado/indicado en el momento equivocado/indicado, sino que se ven impulsados a contrarrestar el mal a toda costa para asĆ­ ver resuelta la situaciĆ³n que desencadenĆ³ la vorĆ”gine de violencia en la que se ven envueltos. Argento de manera inteligente, mantiene en completo misterio la identidad del asesino y sus motivaciones hasta bien avanzada la historia, y lo que es aĆŗn mĆ”s interesante, es que incluso luego de responder ambas interrogantes es capaz de seguir sorprendiendo al espectador, a quien se le incentiva a estar constantemente atento a cada uno de los detalles de la pelĆ­cula, por muy mĆ­nimos que estos sean. 

Si algo llama la atenciĆ³n con respecto a “Deep Red”, es que la pelĆ­cula es altamente dependiente del rol del arte y la cultura a la hora de marcar el tono macabro e inquietante de la historia, el cual es constantemente reforzado por la inclusiĆ³n de pinturas, fotografĆ­as, dibujos, imĆ”genes reflejadas en espejos, perspectivas y locaciones, que son presentadas de manera de tal que resulten perturbadoras, desorientadoras, anormales o irregulares. Al mismo tiempo, esos mismos elementos influyen de manera directa en la investigaciĆ³n de Marcus, ya que a medida que se involucra mĆ”s en el caso, la representaciĆ³n mental que realiza de dichos elementos afecta su percepciĆ³n y su comprensiĆ³n de la realidad. Con esto en mente, es difĆ­cil no trazar paralelos entre el film de Argento y la cinta “Blow-Up” (1966), del director Michelangelo Antonioni. En ambas producciones David Hemmings interpreta a un personaje que pertenece al Ć”mbito artĆ­stico, el cual se convierte en detective luego de presenciar un asesinato. Lo que es aĆŗn mĆ”s importante, es que en ambas pelĆ­culas el protagonista se ve envuelto en un misterio que va mĆ”s allĆ” de la simple resoluciĆ³n de dicho crimen. El misterio en sĆ­ tiene estricta relaciĆ³n con la forma en como los personajes interpretan las pistas que tienen a su disposiciĆ³n, proceso que no siempre les entrega las respuestas que tan desesperadamente esperan encontrar.

Argento se toma su tiempo para desarrollar la trama, usualmente con buenos resultados, especialmente cuando Mark explora una vieja casa abandonada en busca de pistas. Por alrededor de cinco minutos, el director retrata como el protagonista inspecciona cada uno de los rincones de la tenebrosa locaciĆ³n, utilizando Ć”ngulos de cĆ”mara que dan la impresiĆ³n de que alguien lo estĆ” observando de cerca. Uno de los aspectos mĆ”s interesantes de “Deep Red” es la sensaciĆ³n que existe un mundo sobrenatural escondiĆ©ndose en las sombras, el cual traza conexiones invisibles entre todos los involucrados en los crĆ­menes. Por ejemplo, en una escena cuando Gianna le pregunta a Mark la razĆ³n por la cual decidiĆ³ ser pianista, este de manera sarcĆ”stica le explica que su psiquiatra probablemente dirĆ­a que tiene relaciĆ³n con el odio que siente por su padre, ya que tocar el piano le permite imaginarse que estĆ” botĆ”ndole los dientes a golpes a su progenitor. MĆ”s adelante en el film, ocurre un horrendo asesinato en el cual los dientes de la vĆ­ctima son golpeados contra las cuatro esquinas de una mesa. Los asesinatos en “Deep Red” son brutalmente efectivos y estilizados, y estĆ”n diseƱados para que el espectador sienta el impacto fĆ­sico de los crĆ­menes. En su bĆŗsqueda por “cualquier elemento que resulte aterrador”, Argento orquesta escenas como aquella en la que una de las vĆ­ctimas es atacada por un muƱeco mecĆ”nico. Si bien el asesino no tiene necesidad de utilizar dicho artĆ­culo, la imagen del muƱeco tirado en el suelo con su cabeza quebrada y sus piernas aun en movimiento, resulta ser realmente perturbadora. 


Las actuaciones en general son bastante buenas, especialmente la de David Hemmings quien realiza un gran trabajo interpretando a un protagonista que se autodefine como un tipo sexista y enclenque, lo que se comprueba en varias oportunidades mediante la interacciĆ³n que este tiene con Gianna. Y es que en la batalla de los sexos que se establece entre ambos, Marcus por lo general sale perdiendo. Por ejemplo, cuando reta a Gianna a una pulseada con el fin de probar que las mujeres son el sexo dĆ©bil, tras ser derrotado Marcus acusa a su rival de hacer trampa. Lo que es aĆŗn mĆ”s revelador, es que Gianna salva la vida del protagonista en dos ocasiones, rompiendo el paradigma habitual existente en el cine de terror, donde la mujer es quien usualmente debe ser rescatada por el hombre. Por otro lado, en lo que se refiere al aspecto tĆ©cnico de la producciĆ³n resulta destacable la direcciĆ³n de fotografĆ­a de Luigi Kuvellier, el diseƱo de producciĆ³n de Giuseppe Bassan, y la punzante, disonante, y estridente banda sonora de la banda italiana de rock progresivo Goblin, cuyas piezas musicales exacerban la violencia retratada en la pantalla, convirtiĆ©ndose en uno de los elementos mĆ”s distintivos del film de Argento.

“Deep Red” se convirtiĆ³ en una cinta tremendamente popular en Italia, generando que un sinnĆŗmero de directores intentaran replicar lo realizado por Argento en el film. Muy por el contrario, un gran nĆŗmero de crĆ­ticos de habla inglesa desestimaron la pelĆ­cula por lo perverso de su trama, su violencia hĆ­per estilizada, el exceso de sangre, y por lo que ellos consideraban que era una narraciĆ³n toscamente labrada, opiniĆ³n que con el correr de los aƱos ha cambiado de manera drĆ”stica. Si bien “Deep Red” toma elementos previamente examinados por Argento en sus primeras pelĆ­culas, como por ejemplo la inclusiĆ³n de un protagonista frustrado, personajes con ciertas ambigĆ¼edades de gĆ©nero, y algunos conceptos propiamente freudianos, es el primer film del director en exhibir su distintiva visiĆ³n barroca y su madurez como cineasta. Para bien o para mal, “Deep Red” colaborĆ³ en la construcciĆ³n de la reputaciĆ³n internacional de Argento, quien operando bajo el principio de que una cĆ”mara en movimiento es siempre mejor que una que permanece estĆ”tica, e influenciado por ciertos preceptos tĆ©cnicos utilizados por realizadores como Alfred Hitchcock, desarrollĆ³ con Ć©xito un thriller efectivo y memorable que ejemplifica a la perfecciĆ³n la bravata tĆ©cnica y la peculiar fusiĆ³n de elementos perturbadores que caracterizaron su mejor Ć©poca como director.

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