A fines de la década del sesenta, el entonces
guionista Dario Argento estaba cansado de escribir guiones para directores que
él consideraba que eran incapaces de plasmar sus palabras en imágenes que
fuesen a lo menos atractivas. A raíz de esto, comenzó a trabajar en un guion
con el que pudiese debutar como director. En aquel entonces, Argento estaba
sumamente interesado en el tema de la mecánica del miedo, por lo que decidió
explorarlo en el contexto de un thriller de misterio ambientado en Roma. Fue
así como Argento comenzó a escribir una historia inspirada en la novela “The
Screaming Mimi” del escritor norteamericano Fredric Brown, en la cual un
reportero alcohólico intenta resolver una serie de asesinatos. Una vez que
terminó el guion, Argento se lo presentó a Goffredo Lombardo, quien era el
presidente del Estudio Titanus, quien impresionado por sus trabajos previos aceptó
cederle la dirección del proyecto que se convertiría en “L'uccello dalle piume di cristallo” (1970). Sin embargo, cuando Lombardo
se percató de algunos problemas que tuvo Argento durante el proceso de producción
del film, de inmediato quiso reemplazarlo. Cuando el padre de Argento,
Salvatore Argento, fue a la oficina del ejecutivo para hablar acerca del
posible reemplazo de su hijo, notó que su secretaría estaba visiblemente nerviosa.
Cuando él le preguntó a la secretaria que es lo que le pasaba, ella le comentó
que había visto algunas escenas de “L'uccello dalle piume di cristallo” que la
habían aterrorizado. Fue entonces cuando Salvatore Argento le pidió que lo
acompañara a la reunión con Lombardo para contarle acerca de su reacción a la
proyección del film, que fue lo que finalmente convenció al ejecutivo de
mantener a Argento como director.
“L'uccello dalle
piume di cristallo” gira en torno a Sam Dalmas (Tony Musante), un escritor norteamericano
que está de paso por Italia con el fin encontrar la inspiración necesaria para
desarrollar su próxima obra. Poco antes de regresar a Norteamérica, él es
testigo de un intento de asesinato al interior de una galería de arte, el cual
no logra impedir debido a que queda atrapado entre dos pesadas puertas de
vidrio. Cuando la policía llega al lugar, Dalmas se entera que Monica Ranieri
(Eva Renzi), quien no solo es la víctima del ataque sino que también es la
dueña de la galería, afortunadamente logró sobrevivir. La policía también le
comenta que el crimen parece estar conectado a una serie de homicidios
perpetrados por un psicópata que durante las últimas semanas ha estado
aterrorizando a los habitantes de Roma. Tras ser interrogado, Dalmas no puede
evitar pensar que se le ha escapado un detalle importante acerca de lo
sucedido. Ante la aparente ineptitud de la policía liderada por el Inspector
Morosini (Enrico Maria Salerno) y motivado por su propia curiosidad, Dalmas
emprende una investigación por su cuenta sin imaginarse que sus ansias por
encontrar al asesino y revelar sus motivaciones bien podrían costarle la vida y
la de su novia Julia (Suzy Kendall).
“L'uccello dalle
piume di cristallo” fue una de las primeras producciones que amalgamó gran
parte de los elementos que en los años venideros caracterizarían al subgénero del
thriller de misterio a la italiana, también conocido como giallo. Desde la
presencia de violencia gráfica, pasando por el estilizado manejo de cámara, hasta
la utilización del sexo y la sexualidad como elementos importantes dentro de la
trama, el film de Argento más que definir las características del subgénero, lo
que hizo fue acentuar y delinear el formato diseñado previamente por el
director Mario Bava en los filmes “La ragazza che sapeva troppo” (1963) y “Sei
donne per l'assassino” (1964). Básicamente, el mayor aporte de Argento al
subgénero fue cambiar las motivaciones del asesino de turno, ya que mientras
que en las cintas de Bava los criminales cometían actos violentos con el
objetivo de conseguir dinero, poder, o sencillamente a causa de su instinto de
auto-preservación, Argento instauraría la tendencia que postula que la
psicopatía y los traumas infantiles son los grandes motores de los asesinos del
giallo, influenciando de esta forma a gran parte de los directores que posteriormente
se aventuraron en los terrenos del popular subgénero.
Es sabido que el
trabajo del director Alfred Hitchcock ejerció una fuerte influencia a la hora
de definir las características del giallo. De hecho, son varios los elementos
presentes en “L'uccello dalle piume di cristallo” que pueden ser considerados
como una suerte de homenaje por parte de Argento a la obra del director
británico. Por ejemplo, como sucede en gran parte de las cintas de Hitchcock,
la policía resulta ser totalmente inútil a la hora de capturar al asesino,
llegando incluso a incentivar la investigación independiente de Dalmas con la
esperanza que el culpable cometa un error al ver como el escritor amenaza con
revelar su verdadera identidad. Otro guiño al cine de Hitchcock puede
detectarse en la escena en la que el protagonista presencia impotente el
intento de asesinato en la galería de arte mientras se encuentra atrapado entre
las dos placas de vidrios, situación que se asemeja bastante a la vivida por el
personaje interpretado por James Stewart en el film “Rear Window” (1954).
Argento incluso se preocupa de incluir a un sospechoso que se asemeja bastante
al protagonista de “Psycho” (1960), cuya muerte presenta similitudes con el
clímax de “Saboteur” (1942). Por último, una vez que Dalmas es señalado como uno
de los potenciales sospechosos de los crímenes, decide emprender su propia
investigación el objetivo de limpiar su nombre, lo cual es un giro dramático
comúnmente utilizado por Hitchcock en sus thrillers.
La investigación
llevada a cabo por Dalmas también podría ser considerada como el intento de
Argento por describir el arte del asesinato. La policía en el film pese a
poseer máquinas capaces de identificar cualquier sonido, computadoras que les
permiten determinar los atributos de un sospechoso basándose en la marca de
cigarrillos que consumen, e inspectores con la habilidad suficiente para
analizar cualquier tipo de evidencia forense, son incapaces de dar con el
paradero de un criminal que al parecer está completamente loco, y que por lo
tanto presenta un comportamiento errático. Es tal la inoperancia de la policía,
que incluso el asesino se aventura a llamarlos por teléfono con el único fin de
burlarse de ellos. Dalmas en cambio, al ser un escritor está más conectado con
el arte, los conceptos, lo abstracto, las ideas y las inspiraciones. Aun cuando
él utiliza como base de su investigación las mismas pistas que maneja la
policía, es capaz de acercarse mucho más al asesino. De hecho se acerca a tal
punto, que el psicópata atenta contra su vida y posteriormente contra la vida
de su novia. Cuando Dalmas eventualmente logra reunir cierta información con
respecto a una pintura que el asesino compró antes de matar a su primera
víctima, rápidamente se lanza a la búsqueda de su autor para que le explique el
origen de la misma. Y es que el protagonista piensa que identificando la
inspiración del asesino en vez de sus posibles motivaciones, será capaz de descifrar
el misterio que esconden los homicidios.
Gran parte del
encanto de “L'uccello dalle piume di cristallo” y del subgénero del giallo en
general, reside en el hecho que la cinta invita al espectador a intentar
resolver el misterio antes que los protagonistas. Sin embargo, Argento no juega
limpio a la hora de entregarle ciertos datos al espectador, principalmente
porque se basa en el concepto de la poca fiabilidad de los recuerdos. Esto explica
en parte el motivo por el cual algunos de los flashbacks del protagonista no
parecen reflejar lo ocurrido al interior de la galería de arte. Lo que sucede
es que básicamente Dalmas rellena algunos de los espacios en blanco con su
propia interpretación de los hechos, lo que transmuta por completo la percepción
que el espectador tiene sobre el intento de asesinato. El punto de vista del
protagonista se convierte en el punto de vista de la audiencia y por ende sus
conclusiones, por muy erradas que sean, inevitablemente son compartidas por el
espectador. Más allá del aspecto temático del film, cabe destacar la correcta
actuación de Tony Musante, quien interpreta de buena manera a un hombre sin
mayor experiencia investigativa cuya curiosidad lo lleva a obsesionarse con un
caso policial potencialmente peligroso sin mediar ningún tipo de consecuencia.
En cuanto al
aspecto técnico de la producción, resulta destacable el estupendo trabajo de
fotografía de Vittorio Storaro, quien convierte las apacibles calles de la
ciudad de Roma en lugares lúgubres cargados de una atmósfera inquietante, y la
efectiva banda sonora del compositor Ennio Morricone, cuya combinación de
melodías jazzísticas con tonadas infantiles da vida a piezas musicales que
complementan perfectamente las imágenes sombrías y escalofriantes presentes a
lo largo del film. Muchos de los temas que aparecen en “L'uccello dalle piume
di cristallo”, como por ejemplo la afición de la sociedad por el voyerismo, el
papel del arte en la psicosis criminal y la poca fiabilidad de la memoria,
serían retomados por Argento en gran parte de sus obras posteriores ligadas al
subgénero del giallo. Al mismo tiempo, su habilidad para retratar de forma
atractiva diversos tipos de violencia gráfica iría en aumento, mientras que su
cercanía al cine de Hitchcock comenzaría a diluirse a medida que iba ganando
confianza en su propia visión, lo cual le otorgó un sello distintivo a sus
obras. Pese a esto, gran parte de sus trabajos posteriores no lograrían igualar
lo realizado por Argento en “L'uccello dalle piume di cristallo”, en especial
aquellos condensados en la última etapa de un director que hace mucho parece
haber perdido completamente el rumbo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario