De
acuerdo con los documentos existentes en el Registro del Departamento Legal de
los Estudios Twentieth Century-Fox y en la Colección de Guiones Producidos de
la facultad de artes de la UCLA, el proyecto que eventualmente servirĆa de base
para āThe Street With No Nameā (1948), inicialmente fue concebido por el productor Louis
de Rochemont como una secuela del cuasi documental āThe House on 92nd Streetā
(1945), en el cual el actor Lloyd Nolan interpretó por primera vez al inspector
del FBI George A. Briggs. Durante la primera mitad de 1946 y la primavera de
1947, el escritor Eugene Ling escribió un borrador basado en la investigación
que llevó a cabo en los cuarteles generales del FBI ubicados en Washington. Eventualmente
el proyecto caerĆa en manos del productor Samuel G. Engel, quien le pidió al
escritor Harry Kleiner que desarrollara un nuevo guion, el cual conformarĆa con
la ayuda de parte de las anotaciones de Ling, y con la información de
determinados archivos que el FBI le facilitó para otorgarle un mayor realismo a
la historia. De igual forma, al director William Keighley se le permitió
trabajar en dependencias del Departamento de Justicia de Washington, en los
laboratorios de criminalĆstica y en la Academia del FBI situada en QuĆ”ntico, y
en la oficina de agentes de campo ubicada en Los Ćngeles. La razón de tanta
amabilidad por parte del FBI, en ese entonces dirigido por J. Edgar Hoover,
respondĆa al deseo de la agencia de utilizar el film como un instrumento de
propaganda que reflejara el supuesto buen trabajo que estaban realizando sus
agentes.
El
estilo narrativo cuasi documental utilizado por Keighley en conjunción con su función propagandĆstica,
provocaron que los primeros diez minutos de āThe Street With No Nameā sean
utilizados para explicar en detalle parte de los procedimientos realizados en
los laboratorios de criminalĆstica del FBI, asĆ como tambiĆ©n parte del
entrenamiento al que eran sometidos los agentes de la agencia gubernamental. Tras
esta particular introducción, que incluso incluye un mensaje del mismĆsimo J.
Edgar Hoover, la historia se traslada a la ficticia ciudad de Center City,
donde el Inspector George A. Briggs estÔ llevando a cabo una investigación
acerca de un violento asalto que terminó en asesinato. Tras la muerte del único
sospechoso del caso, el cual fue asesinado con la misma arma utilizada en el atraco,
Briggs decide pedirle al agente Gene Cordell (Mark Stevens) que se infiltre en el bajo mundo
de la ciudad para asĆ dar con los culpables de los crĆmenes. Bajo el nombre de
George Manly, el agente prueba suerte como boxeador en un club cuyo propietario
es Alec Stiles (Richard Widmark), quien ademĆ”s es el lĆder de una peligrosa banda de delincuentes.
Tras llamar la atención de Stiles, Cordell es integrado a la banda justo cuando
estƔn planeando dar otro golpe. Desde ese momento en adelante, la vida del
agente pasa a estar en constante peligro, mƔs aun cuando se entera que alguien perteneciente
a las fuerzas del orden le estÔ entregando información al peligroso criminal.
Alec
Stiles se presenta como un villano interesante bastante interesante, ya que es
un tipo siniestro con una marcada paranoia por los gérmenes y la contaminación
ambiental, cuyo descontrolado nivel de violencia lo lleva a golpear brutalmente
a su esposa Judy (Barbara Lawrence) de manera regular. Aun cuando Stiles cree
que cada crimen debe ser abordado de manera casi cientĆfica, para asĆ poder
anticipar cualquier eventualidad que pueda frustrar sus planes, de todas formas
no puede evitar verse dominado por su incontrolable ira, la cual lo lleva a
asesinar a quien sea que se interponga en su camino sin pensar demasiado en las
consecuencias. El criminal ademÔs mantiene un cierto grado de ambigüedad sexual,
que se refleja en la relación que mantiene con uno de sus secuaces apodado
Shivvy (Donald Buka), y en la relación que eventualmente entabla con el
protagonista. Stiles no es la Ćŗnica amenaza que debe enfrentar Cordell a lo
largo de su investigación. Su marcada inexperiencia y la posibilidad de que
entre las filas del FBI exista un agente corrupto, amenazan constantemente con
dejarlo en evidencia, sentenciƔndolo a una muerte segura.
Las
actuaciones en general son bastante buenas, en especial la de Richard Widmark, quien tras recibir
una nominación al Oscar por su interpretación del villano Tommy Udo en el film āKiss
of Deathā (1947), fue contratado en varias oportunidades para personificar a
coloridos criminales en algunas cintas enmarcadas dentro del gƩnero del Cine
Negro norteamericano. Hasta cierto punto, el personaje de Widmark se roba el
protagonismo de la cinta, no solo porque el director dedica una gran cantidad
de minutos a la exploración de la personalidad neurótica e impredecible de
Stiles, sino porque ademƔs el personaje correctamente interpretado por Mark
Stevens resulta ser bastante unidimensional en comparación al villano. Por su
parte, Barbara Lawrence y Lloyd Nolan tambiƩn realizan un buen trabajo con sus
respectivos papeles, los cuales lamentablemente no son lo suficientemente
desarrollados, por lo que su presencia termina siendo casi anecdótica. En
cuanto al aspecto técnico de la producción, se destaca la efectiva banda sonora compuesta por Lionel
Newman, y el estupendo trabajo de fotografĆa Joseph MacDonald, cuyo uso del claroscuro y de
un puƱado de escenarios donde abundan los hoteles de mala muerte y los teatros
de burlesque, es en gran medida responsable del tono sombrĆo y a ratos sórdido
que domina al relato.
Aun cuando la historia no es necesariamente
original y los minutos introductorios se vuelven algo tediosos, āThe Street
With No Nameā es un excelente
ejemplo de los cuasi documentales que gozaron de gran popularidad durante la
segunda mitad de la dƩcada del cuarenta, los cuales en vez de retratar de
manera glamorosa el mundo criminal, se enfocaban en plasmar el duro trabajo de
los agentes del gobierno norteamericano en su lucha contra la delincuencia. El
mayor mérito de William Keighley en uno de sus últimos trabajos como director,
fue haber incluido las exigencias de los ejecutivos de la 20th Century Fox y de
sus contactos en las oficinas del FBI, sin que eso necesariamente significara
sacrificar por completo su visión artĆstica. Y es que el realizador era
poseedor de un estilo y una habilidad Ćŗnica a la hora de retratar el mundo
criminal, que pocos directores de la Ʃpoca pudieron igualar. Varios aƱos mƔs
tarde, el director Samuel Fuller realizarĆa un remake de la pelĆcula titulado
āHouse of Bambooā (1955), el cual pese a contar con la participación del
guionista Harry Kleiner y el director de fotografĆa Joseph MacDonald, presentaba varios cambios en
relación al film original, como por ejemplo el hecho que la historia se
desarrollaba en Japón.
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