Tras filmar varias comedias durante la dƩcada del
cincuenta para la productora britĆ”nica Ealing, siendo “The Lavender Hill Mob”
(1951) la mƔs recordada, en la dƩcada de los sesenta el director Charles
Crichton decidiĆ³ volcarse casi exclusivamente al mundo de la televisiĆ³n,
trabajando en shows como “Danger Man” (1964), “Man In A Suitcase” (1967-1968),
y “The Avengers” (1965-1969), entre otros. Durante ese periodo, tambiĆ©n
asumirĆa la direcciĆ³n de “The Third Secret” (1964), thriller de tintes psicolĆ³gicos
escrito y producido por Robert L. Joseph, que buscaba seguir la senda de cintas
como la infravalorada “Freud” (1962), del director John Huston, y la
maravillosa “The Servant” (1963), de Joseph Losey, cuyo centro de atenciĆ³n era el
estudio de personajes, en desmedro de la inclusiĆ³n de elementos comercialmente
atractivos para las audiencias de la Ć©poca. “The Third Secret” comienza en el
sĆ³tano de un antiguo edificio londinense, en el cual yace agonizante el
eminente psicoanalista Leo Whiset (Peter
Copley), quien es encontrado por su ama de llaves con
un tiro en la cabeza. Poco antes de morir, Whiset alcanza a balbucear la frase “No
culpen a nadie, solo a mĆ”, lo que contribuye a afirmar la tesis de que se ha
tratado de un suicidio. Cuando la noticia de su fallecimiento se hace pĆŗblica,
todos sus pacientes se ven afectados, incluyendo al periodista Alex Stedman (Stephen Boyd),
quien goza de cierta popularidad por sus apariciones en la televisiĆ³n
britƔnica, y quien estuvo en terapia con Whiset para superar las inexplicables
muertes de su esposa e hija.
La Ćŗnica persona que se niega a creer en la tesis
del suicidio es Catherine (Pamela Franklin), la hija de catorce aƱos del fallecido psicoanalista,
quien estĆ” convencida que su padre fue asesinado por uno de sus pacientes, cuyo
desequilibrio mental era mayor del que aparentaba. Con esto en mente, Catherine
decide pedirle a Stedman que la ayude a investigar a los pacientes de su padre,
para asĆ poder descubrir la verdad que se esconde tras su muerte. Tras
mostrarse reacio en un principio a participar en el plan de Catherine, Stedman
accede a ayudarla porque se ve arrastrado por su propia curiosidad, y debido a
que necesita reafirmar que las sesiones que ha tenido con Whiset no han sido en
vano. Es asĆ como el protagonista toma el rol de detective amateur, al
mismo tiempo que termina convirtiƩndose en una suerte de psicoanalista
aficionado, capaz de sacar a la luz los demonios internos del resto de los
personajes con los que tiene contacto, y que forman parte de su particular
investigaciĆ³n.
Aun cuando en un principio Stedman cree en la tesis
del suicidio, a medida que avanza la investigaciĆ³n empieza a cambiar de
opiniĆ³n, ya que son varios los elementos que parecen indicar que uno de los
pacientes de Whiset es el culpable de su muerte. Hasta cierto punto, cada una
de las historias personales de los sospechosos, funciona como un pequeƱo generador
de suspenso que enriquece el misterio central, ya que al espectador solo se le
entregan pistas acerca de los posibles desĆ³rdenes psiquiĆ”tricos que estos
sufren. Richard Attenborough por ejemplo, interpreta al dueƱo de una galerĆa de
arte que ha pintado un cuadro bastante peculiar, cuyos trazos reflejan su
fragmentada psiquis. Jack Hawkins en cambio, personifica a un juez que esconde
un horrible secreto de su pasado. Por Ćŗltimo, Diane Cilento encarna a una
inestable secretaria, con quien Stedman termina entablando una relaciĆ³n
amorosa, aun a sabiendas de que puede ser una asesina. Lo que es aĆŗn mĆ”s
interesante, es la posibilidad de que el culpable sea el mismo Stedman, quien
durante el transcurso del film no solo demuestra ser un hombre violento
dominado por sus propias pesadillas, sino que ademƔs entabla una peculiar
relaciĆ³n con Catherine.
Es precisamente la relaciĆ³n que se establece entre
la dupla protagĆ³nica, uno de los elementos mĆ”s interesantes de “The Third
Secret”. Durante gran parte del film, la relaciĆ³n entre ambos estĆ” marcada por
una complicidad a toda prueba, que en determinados pasajes parece estar teƱida
por una evidente tensiĆ³n sexual. La insistencia por parte de Catherine de
actuar como una mujer adulta en presencia de Stedman, provocan que su
interacciĆ³n no solo resulte ser moralmente cuestionable, sino que tambiĆ©n
peligrosa. La dinƔmica entre ambos personajes funciona en gran medida gracias a
la maravillosa actuaciĆ³n de Pamela Franklin, quien logra proyectar con Ć©xito la
compleja personalidad de Catherine, una adolescente que se encuentra en un
periodo de transiciĆ³n tanto fĆsica como emocional, el cual se ve interrumpido
por un hecho claramente traumƔtico que la empuja a buscar una nueva figura
paterna. Stephen Boyd en cambio, pese a su mayor experiencia actoral, no puede
evitar caer en la sobreactuaciĆ³n, poniendo por momentos en riesgo la
verosimilitud del film. En cuanto al aspecto tĆ©cnico de la producciĆ³n,
probablemente el punto mĆ”s alto sea el trabajo de fotografĆa de Douglas
Slocombe, cuyas composiciones monocromƔticas cumplen una importante labor al
momento de describir ciertas caracterĆsticas de los personajes. Luz y sombra asoman
como indicadores de las atribuladas mentes de los personajes, encontrƔndose en
los cambios de iluminaciĆ³n pequeƱas pistas que contribuyen en la resoluciĆ³n del
misterio central. TambiƩn resulta destacable la escalofriante banda sonora del
compositor Richard Arnell, que ayuda a realzar la atmĆ³sfera malsana que exhiben
algunos pasajes de la cinta.
“The Third Secret” no estĆ” exenta de problemas, que
en su mayorĆa tienen relaciĆ³n con la verosimilitud de su guion, y con el
irregular ritmo narrativo que Crichton le imprime al relato, lo que explicarĆa
que la producciĆ³n no tuviera un gran impacto al momento de su estreno. Sin
embargo, tambiƩn es innegable que presenta un guion ambicioso e interesante, cuyo
misterio central es bastante atractivo, y que toma elementos de la obra de
directores como Alfred Hitchcock, al mismo tiempo que traza ciertos paralelos
con cintas como “Citizen Kane (1941), al menos en lo que a su estructura
narrativa se refiere. Al igual que el clƔsico de Orson Welles, el film de
Crichton comienza con una investigaciĆ³n cuyo centro de atenciĆ³n es el
fallecimiento reciente de un hombre respetado por la comunidad, solo que en
esta oportunidad, la persona encargada de llevar a cabo dicha tarea se ve
involucrado a nivel personal por lo sucedido, embarcƔndose en un camino sin
retorno.
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