Tras el Ć©xito comercial del modesto thriller “Buried” (2010), y el posterior estreno de la interesante “Red Lights” (2012), el director y productor Rodrigo CortĆ©s junto con su productora Nostromo Pictures, llamĆ³ la atenciĆ³n de varias compaƱƭas de distribuciĆ³n tanto norteamericanas como europeas, que estaban buscando financiar proyectos enmarcados en el gĆ©nero del thriller, que les permitieran no solo recuperar rĆ”pidamente su inversiĆ³n, sino que ademĆ”s les generaran ganancias sin correr demasiados riesgos. De manera paralela, antes de obtener el reconocimiento de la crĆ­tica y el pĆŗblico por el drama musical “Whiplash” (2014), Damien Chazelle desarrollĆ³ un par de guiones con la esperanza de poder acceder a la oportunidad de dirigirlos. Uno de esos guiones serĆ­a precisamente el de “Grand Piano” (2013), el cual llamarĆ­a rĆ”pidamente la atenciĆ³n de CortĆ©s y su socio AdriĆ”n Guerra, particularmente por tratarse de una suerte de tributo a los grandes directores del gĆ©nero del suspenso, pero en clave de musical. Ante la imposibilidad de Chazelle de hacerse cargo de la direcciĆ³n del proyecto, los productores contrataron al director espaƱol Eugenio Mira, quien de inmediato se lanzĆ³ a la difĆ­cil tarea de configurar el sistema mediante el cual fusionarĆ­a las piezas musicales con los giros narrativos, para que el conjunto funcionara como un instrumento perfectamente afinado.

El protagonista de “Grand Piano” es Tom Selznick (Elijah Wood), un inquieto prodigio del piano que estĆ” listo para su regreso a los escenarios en compaƱƭa de una gran orquesta, luego de un receso de cinco aƱos provocado por un incidente ocurrido durante su Ćŗltima presentaciĆ³n, en la que intentĆ³ sin Ć©xito tocar “La Cinquette”, obra musical compuesta por su fallecido mentor, la cual es conocida como “la pieza imposible”. Respaldado por su hermosa esposa Emma (Kerry BishĆ©), quien es una reconocida actriz de Hollywood que desea que su marido recupere la confianza que alguna vez tuvo, Selznick debe lidiar con sus propios miedos y con la presiĆ³n del pĆŗblico, la prensa, y sus colegas, quienes estĆ”n esperando que cometa otro error que termine por sepultar su carrera. Si bien el concierto se presenta como un desafĆ­o difĆ­cil de afrontar, todo se pone cuesta arriba cuando Selznick descubre una nota escrita en una de las hojas de su partitura con el mensaje: “Toca una nota de forma errĆ³nea y morirĆ”s”. Pese a su incredulidad inicial, el joven pianista no tarda en percatarse que se encuentra bajo la mira de un misterioso francotirador (John Cusack), quien mediante un auricular comienza a entregarle instrucciones, lo que obliga a Tom a intentar descubrir cuĆ”l es el verdadero objetivo del criminal que lo amenaza desde la sombras, mientras que lucha por dar el concierto mĆ”s perfecto de su vida.


Si bien el film evidencia casi desde su inicio que utiliza el trabajo de directores como Alfred Hitchcock y Brian De Palma como modelo, la verdad es que “Grand Piano” solo se asemeja a los thrillers realizados por esos cineastas de manera superficial. Aun cuando Eugenio Mira cumple en el aspecto tĆ©cnico y estilĆ­stico, ya sea realizando tomas largas, evitando los cortes repentinos y empleando el recurso de la pantalla dividida de forma eficiente, a diferencia de los directores antes mencionados, Mira no entiende del todo la importancia de introducir a la audiencia al mundo donde se desarrolla la historia, ni tampoco cumple con permitir que el espectador se conecte en algĆŗn grado con los personajes. En gran medida, esto se debe a que el guion de Chazelle parece no darle importancia alguna a la inclusiĆ³n de escenas que busquen el desarrollo de los personajes, sino que su principal preocupaciĆ³n es empujarlos rĆ”pidamente a la acciĆ³n, entregĆ”ndole al espectador un poco mĆ”s que una mera sinopsis del pasado y presente del protagonista. La principal consecuencia de esto, es que a la audiencia le resulta complicado creer la frenĆ©tica seguidilla de giros dramĆ”ticos en los que se ve envuelto Tom Selznick, aun cuando la forma en como estos se presentan sea innegablemente atractiva.

La suspensiĆ³n de la incredulidad por parte del espectador es fundamental para que la cinta funcione, y de eso estĆ” consciente el trĆ­o conformado por Mira, Guerra y CortĆ©s, quienes convierten el escenario en el que se desarrolla la trama en un mundo contenido en sĆ­ mismo, donde la lĆ³gica no se aplica. Mientras que por un lado la trama central es difĆ­cil de digerir, por otra parte la forma en como el protagonista se desenvuelve ante la crisis que se le presenta es bastante cuestionable. En un concierto de las caracterĆ­sticas que exhibe la pelĆ­cula, cada mĆŗsico no solo debe intentar tocar cada una de las piezas musicales de manera perfecta, sino que ademĆ”s debe estar atento a las indicaciones del conductor, escuchar a los otros miembros de la orquesta, y debe enfocarse en el arco emocional de la experiencia musical que estĆ” intentando crear. Sin lugar a dudas se trata de una tarea exhaustiva y compleja, pero en “Grand Piano” se le pide al espectador que acepte que Tom Selznick puede hacer todo eso, y al mismo tiempo involucrarse en un intercambio de palabras con el villano de turno, temer por su vida y por la de su esposa, y planear su escapatoria haciendo entre otras cosas, un par de llamados con su telĆ©fono celular en pleno concierto. 


Aun cuando en un inicio resulta complicado tomar en serio al protagonista como el prĆ³ximo Rachmaninoff, una vez que se sienta y comienza a tocar el piano que alguna vez fue de su mentor, logra crear la ilusiĆ³n de que se trata del mejor pianista vivo. Esto es mĆ©rito de Elijah Wood, quien gracias a las lecciones de piano que tomĆ³ previo al inicio de las filmaciones, se desenvuelve como un pianista virtuoso, en especial durante el Ćŗltimo acto de la cinta. Wood tambiĆ©n es quien sin lugar a dudas realiza el mejor trabajo interpretativo del film, imprimiĆ©ndole una energĆ­a a su personaje que logra traspasarse al espectador. John Cusack por su parte, realiza un buen trabajo como la voz en off que controla al protagonista como si fuese una marioneta, mientras que Kerry BishĆ© entrega una interpretaciĆ³n correcta como la flamante esposa del atribulado pianista. En la vereda contraria se encuentran tanto Alex Winter, mĆ”s conocido por su rol en la pelĆ­cula “Bill & Ted´s Excellent Adventure” (1989), como Tamsin Egerton, cuyas interpretaciones resultan ser mediocres y uno de los puntos mĆ”s bajos de la pelĆ­cula. En cuanto al aspecto tĆ©cnico de la producciĆ³n, no solo se destaca el estupendo trabajo de fotografĆ­a de Unax Mendia, sino que ademĆ”s la atmosfĆ©rica y casi hitckoquiana banda sonora del compositor Victor Reyes, la cual funciona en dos niveles; como mĆŗsica diegĆ©tica (como concierto clĆ”sico de piano), y como partitura incidental del film.

En una entrevista, el director Eugenio Mira se describiĆ³ a sĆ­ mismo como alguien capaz de realizar diversas tareas al mismo tiempo, lo cual se refleja en “Grand Piano”, que bĆ”sicamente es un thriller creado para personas que creen que pueden hacer varias cosas a la vez con el mismo grado de eficiencia. Afortunadamente para Ć©l y para el espectador, el despliegue tĆ©cnico, la gran actuaciĆ³n de Elijah Wood, y la perfecta conjunciĆ³n entre las imĆ”genes y la mĆŗsica, logran al menos por un momento, crear la ilusiĆ³n de que eso es posible, configurando de esta forma un film dinĆ”mico y entretenido, aun cuando el nivel de suspenso decae considerablemente en el tercer acto, cuando se revela el verdadero objetivo del criminal interpretado por John Cusack. Pese a que las falencias de “Grand Piano” son innegables, se trata de una producciĆ³n interesante que no alcanza los niveles cinematogrĆ”ficos de las pelĆ­culas realizadas por Hitchcock, pero que de todas formas podrĆ­a ser considerada como un tributo a su forma de hacer cine, cuyo planteamiento invita al espectador a entregarse a la experiencia y disfrutar del paseo, sin cuestionarse demasiado durante todo el proceso.

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