Entre
1978 y 1990, en la UniĆ³n SoviĆ©tica emergiĆ³ la figura del asesino serial
Andrei Romanovich Chikatilo, responsable de la violaciĆ³n, mutilaciĆ³n y
muerte de al menos 52 mujeres y niƱos, lo que le valiĆ³ el apodo del
Carnicero de Rostov. Nacido en 1936 en la actual Ucrania, Chikatilo
creciĆ³ en una pequeƱa aldea en tiempos donde la hambruna provocaba la
muerte de millones de personas, cuyos cadƔveres se amontonaban en las
calles y campos. Marcado por las historias de su madre acerca de cĆ³mo su
hermano mayor Stepan fue raptado y devorado por algunos de sus vecinos,
Chikatilo se convirtiĆ³ en un joven introvertido, incapaz de aceptar sus
defectos fĆsicos, el cual era constantemente humillado por sus
compaƱeros, hecho
que se acrecentĆ³ cuando se corriĆ³ la voz que era impotente y eyaculador
precoz. Como gran parte de los ciudadanos soviƩticos de la Ʃpoca, se
enlistĆ³ en el ejĆ©rcito donde estudiĆ³ Lengua y Literatura Rusa,
IngenierĆa y Marxismo-Leninismo. Esto le permitirĆa en 1971 comenzar a
trabajar como profesor, lo que a su vez detonĆ³ su creciente atracciĆ³n
por las menores de doce aƱos, a quienes espiaba de forma frecuente
mientras estas se cambiaban de ropa en sus dormitorios. Con el objetivo
de dar la impresiĆ³n de que era un ciudadano modelo, Chikatilo se enlistĆ³
en el Partido Comunista, contrajo matrimonio, y se las ingeniĆ³ para
tener dos hijos. Discreto, viviendo con la rigurosa austeridad propia de
un verdadero soviĆ©tico, Chikatilo se las arreglĆ³ para mantener sus
pulsiones mƔs oscuras controladas hasta el 22 de Diciembre de 1978,
momento en el cual cometiĆ³ el primero de una serie de brutales
asesinatos, cuya investigaciĆ³n fue plasmada por Robert Cullen en el
libro “The Killer Department”, en el cual se basĆ³ el director y
guionista Chris Gerolmo para la realizaciĆ³n del telefilme “Citizen X” (1995),
producido por la cadena de televisiĆ³n HBO.
El
protagonista del film es el Teniente Viktor Burakov (Stephen Rea), quien tras el
descubrimiento de una serie de cadƔveres en una granja comunitaria, es
nombrado como el nuevo jefe del recientemente creado “Departamento de
asesinos”. Convencido que el responsable de los crĆmenes es un asesino
serial, Burakov no solo tendrƔ que desarrollar un mƩtodo investigativo
efectivo con la escasez de recursos con los que cuenta, sino que ademƔs
tendrƔ que lidiar con un rƩgimen que no cree en Ʃl ni en sus mƩtodos, y
que por lo tanto, no estĆ” dispuesto a otorgarle ninguna clase de
colaboraciĆ³n. “Necesito mĆ”s hombres. TambiĆ©n necesito computadoras, para
armar una base de datos del caso... Y tambiƩn necesito comunicarme con
el FBI, en Virginia, que tiene el mayor almacĆ©n de informaciĆ³n sobre
asesinos seriales en el mundo. Y para terminar, debemos hacerlo pĆŗblico.
Primero para advertir a la gente del peligro. Segundo para llegar a
identificar mƔs cadƔveres desconocidos. Y tercero para intentar
encontrar algĆŗn testigo de los crĆmenes.”, pedirĆ” con desesperaciĆ³n
Bukarov en un momento del film, recibiendo una negativa como respuesta
por parte de sus superiores, quienes consideran que es imposible que en
la UniĆ³n SoviĆ©tica exista un asesino serial, ya que estos solo son un
producto del sistema capitalista enfermo reinante en Occidente
El
Ćŗnico aliado del protagonista en la tarea de capturar al asesino serĆ”
el Coronel Mikhail Fetisov (Donald Sutherland), jefe de la milicia y
secretario del comitƩ encargado de supervisar la labor de Burakov, quien
terminarƔ convirtiƩndose en una suerte de mentor para el Teniente,
especialmente en lo que se refiere al manejo de la burocracia y de las
relaciones con aquellos hombres que estƔn ligados al poder. Si bien
resulta interesante la evoluciĆ³n que se da en la relaciĆ³n entre Fetisov y
Bukarov a lo largo de la cinta, donde ambos hombres en sus respectivas
trincheras, hacen lo posible por llevar a cabo su trabajo de la mejor
forma posible, guardĆ”ndose un respeto mutuo que la gran mayorĆa de las
veces es demostrado mediante gestos mƔs que por palabras, lo que sin
lugar a dudas llama la atenciĆ³n, es el proceso investigativo que
desarrolla el protagonista durante los aƱos que se dedicĆ³ a perseguir al
Carnicero de Rostov. Una de las piezas claves de la detenciĆ³n de Andrei
Chikatilo (Jeffrey DeMunn), es el convencimiento por parte de
Bukarov de la necesidad de elaborar un perfil psicolĆ³gico del asesino,
idea que en aquel entonces se presentaba como algo absolutamente
inaudito. De hecho, la inclusiĆ³n de un psiquiatra en la investigaciĆ³n
resulta ser tan rupturista, que cuando el doctor Alexandr Bukhanovsky
(Max von Sidow) se une a esta, su Ćŗnico requerimiento es que su participaciĆ³n se mantenga en el mĆ”s absoluto secreto, para asĆ no perjudicar su carrera.
Si
hay algo que “Citizen X” realiza de manera casi perfecta, es situar al
espectador en la posiciĆ³n de Bukarov mientras este lucha contra viento y
marea para poder dar con el cruel asesino. Su impotencia ante la
imposibilidad de capturar al asesino y ante la ignorancia de sus
superiores es palpable, al igual que los efectos negativos que la
investigaciĆ³n provoca en su vida personal, quebrantando por momentos a
un hombre que parece tener una voluntad de hierro. De la misma forma,
resulta destacable la forma en como el director utiliza determinadas
imƔgenes, como por ejemplo el deterioro progresivo de un cartel que
busca enaltecer la ideologĆa comunista, para reflejar el paso inexorable
del tiempo con sus respectivos cambios polĆticos y sociales, o la elecciĆ³n por parte de Gerolmo de secuencias de corte onĆrico para recrear los asesinatos de
Chikatilo, sin necesariamente recurrir a la violencia grƔfica. El
director tambiƩn grafica de excelente manera los errores cometidos por
las autoridades soviĆ©ticas, en su mayorĆa inducidos por sus propios
prejuicios y por su obcecaciĆ³n con la ideologĆa comunista y la defensa
del partido, como por ejemplo la persecuciĆ³n de la que fueron vĆctimas
los miembros homosexuales de la comunidad soviƩtica de aquel entonces,
quienes fueron apuntados como los principales sospechosos de los
crĆmenes sin ninguna clase de fundamento lĆ³gico.
Una
de las grandes fortalezas de “Citizen X” reside en las actuaciones de
los protagonistas. La interpretaciĆ³n de Stephen Rea es magnĆfica, ya que
es capaz de plasmar la evoluciĆ³n contenida de Bukarov, quien inicia la
investigaciĆ³n de los crĆmenes con una cierta cuota de inocencia e
idealismo, para terminar convertido en un hombre sometido a un sistema que aprende a utilizar a su favor. Igualmente magnĆfica es
la interpretaciĆ³n de Donald Sutherland, quien proyecta de manera eficaz
como su cinismo inicial es remplazado por una inquebrantable admiraciĆ³n
por quien es su subalterno. Ambos actores se complementan de manera
perfecta, tanto en el desarrollo de la trama como en la evoluciĆ³n de sus
personajes. En lo que respecta a Jeffrey DeMunn, su interpretaciĆ³n es
sencillamente brillante, ya que se las arregla para inspirar repulsiĆ³n
en el espectador sin caer en la caricatura. Al mismo tiempo, exterioriza de gran manera la dualidad propia de su personaje, quien pese a ser consciente de la gravedad de sus actos, idea que queda plasmada en la atmosfĆ©rica escena del interrogatorio final, no puede evitar cometer las brutalidades que acabarĆan con la vida de
mĆ”s de cincuenta personas. Por Ćŗltimo, resulta necesario destacar la
labor de Joss Ackland, cuyo personaje se presenta como la encarnaciĆ³n de
gran parte de las falencias ideolĆ³gicas del rĆ©gimen soviĆ©tico, y la
actuaciĆ³n de Max von Sydow, cuyo personaje cobrarĆ” vital importancia
durante el clĆmax del film.
Si
bien “Citizen X” es un producto pensado para la televisiĆ³n, a ratos no
lo parece. A las estupendas actuaciones, se suma la efectiva y emotiva
banda sonora del compositor Randy Edelman, el correcto trabajo de
fotografĆa de Robert Fraisse, y una serie de diĆ”logos inteligentes que
logran quedar grabados en la memoria del espectador, debido al contexto
en el cual son mencionados. TambiĆ©n resulta acertada la decisiĆ³n del director Chris Gerolmo de no recurrir al morbo propio de una historia de estas caracterĆsticas, con el fin de configurar una cinta que de todos modos termina siendo tan perturbadora como emotiva. Es necesario recordar que Andrei Chikatilo confesĆ³ 53 asesinatos, durante los cuales no
solo abusaba sexualmente de sus vĆctimas, sino que ademĆ”s las sometiĆ³ a
terribles amputaciones (Ćŗtero, testĆculos, ojos, y pezones, entre otras
cosas) que a veces realizaba con sus propios dientes. Fue uno de los
asesinos mƔs crueles y salvajes de la historia, al punto que Ʃl mismo
llegĆ³ a decir: “Yo soy un error de la naturaleza, una bestia enfadada”. Con
esto en mente, es posible argumentar que la mayor virtud de “Citizen X”,
reside en el hecho de que en vez de caer en la utilizaciĆ³n de la violencia gratuita para llamar la atenciĆ³n de la audiencia, termina siendo un documento audiovisual que afirma que sin importar las dificultades que se le presenten a un hombre, si este logra poner su voluntad, sus principios y su esfuerzo en la realizaciĆ³n de una determinada tarea, es capaz de cumplir cualquier objetivo que se proponga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario