Desde temprana edad, el director
britÔnico Anthony Hickox se mostró interesado en el género del horror. Proveniente
de una familia ligada al cine, su bisabuelo, Lord J. Arthur Rank, fue el
fundador de la industria cinematogrƔfica britƔnica, mientras que su padre,
Douglas Hickox, fue el director responsable de la magnĆfica cinta de horror āTheater
of Bloodā (1973), protagonizada por Vincent Price. Cuando Anthony se encontraba
desarrollando la idea que eventualmente darĆa vida a su primer largometraje, āWaxworkā (1988),
expresó el deseo de crear la escena mÔs sangrienta jamÔs filmada. Con esto en
mente, Hickox desarrolló un guion en tan solo tres dĆas, el cual no solo reunĆa
a un puƱado de los monstruos cinematogrƔficos mƔs populares de la historia del
cine, sino que ademĆ”s incluĆa una caótica secuencia final en la que se
enfrentaban mƔs de 300 personas, incluyendo a los protagonistas y una cantidad
exorbitante de extras. Si bien los ejecutivos de la productora Vestron Pictures
se mostraron nerviosos por el hecho que la recientemente estrenada āThe Monster
Squadā (1987), tambiĆ©n reunĆa a un grupo de monstruos clĆ”sicos que se veĆan
enfrentados a un enemigo común, Hickox les aseguró que el tono de su film era
totalmente diferente. En conjunto con el artista de efectos especiales Bob
Keen, el director diseñó a los monstruos y las respectivas secuencias en las
que interactuaban con los protagonistas, inspirÔndose en la visión de otros
directores como Joe Dante, Dario Argento y George A. Romero, entre otros.
En un pequeƱo pueblo suburbano, un grupo
de estudiantes conformado por Mark (Zach Galligan), China (Michelle Johnson),
Sarah (Deborah Foreman), Gemma (Clare Carey), James (Eric Brown) y Tony (Dana
Ashbrook), se ponen de acuerdo para visitar un modesto museo de cera
recientemente inaugurado, tras ser invitados por un desconocido que asegura ser
el dueño del lugar. Al interior del museo, se encuentran con una exhibición
compuesta por varias escenas macabras, las cuales estƔn protagonizadas por
diversos personajes pertenecientes al gƩnero del horror. MƔs temprano que
tarde, parte del grupo descubre que las viƱetas de cera son en realidad
portales capaces de transportarlos a otras dimensiones. Cuando algunos de ellos
desaparecen, Mark comienza a sospechar que algo extraƱo sucede al interior del
museo, por lo que decide acudir a la policĆa en busca de ayuda. Desde luego la
policĆa, especĆficamente el Inspector Roberts (Charles McCaughan), no se
muestra demasiado convencido con la historia de Mark, pero decide investigar el
caso de todas formas. De manera paralela, Mark y Sarah inician su propia
investigación, la cual termina revelando la verdadera identidad del dueño del
museo y cuƔl es el nefasto plan que tiene en mente, convirtiƩndose en los
Ćŗnicos capaces de detenerlo antes de que sea demasiado tarde.
āWaxworkā presenta una trama bastante
simple, pero gratamente original. Las figuras de cera que posan en el museo de
David Lincoln (David Warner) estĆ”n esperando ansiosas por vĆctimas a quienes asesinar. Pese a
no poder moverse, sus diseƱos resultan ser tan atractivos que sus eventuales
espectadores no tienen mƔs remedio que acercarse lo mƔs posible para disfrutar
por completo la experiencia. El Ćŗnico problema es que al hacer esto, son
transportados al mundo que tan solo unos segundos atrƔs estaban observando. En
el Ćŗltimo tercio del film, Sir Wilfred (Patrick Macnee), un viejo amigo del fallecido
abuelo de Mark, es el encargado de explicar el secreto que se esconde tras el
museo de cera y sus residentes. Por razones que se desconocen, el abuelo de
Mark se dedicaba a coleccionar diversos artefactos de la gente mƔs malvada de
la historia de la humanidad. Su sirviente de aquel entonces, David Lincoln,
tras venderle su alma al Diablo, traiciona al anciano y se roba todos los
artefactos con el fin de resucitar a sus antiguos dueƱos. Para lograr dicho
objetivo, construye una serie de efigies de cera las cuales necesitan un
sacrifico humano para volver a la vida. Tan solo cuando las 18 figuras
expuestas en el museo de cera hayan cobrado una vida humana, serƔn capaces de
convertirse en seres de carne y hueso, desatando el inicio del fin del mundo.
El gran mĆ©rito de la pelĆcula es que
funciona como tributo/sƔtira de determinados elementos presentes en el gƩnero
del horror, los cuales han sido examinados en incontables oportunidades por
diversos directores. Desde el uso de un museo de cera como escenario central de
la acción, hasta la presencia de hombres lobo, vampiros, momias, zombis, y
otros personajes tanto literarios como históricos ligados al género del horror,
todo convive de manera equilibrada en āWaxworkā, cuya fórmula funciona
inesperadamente bien. Dos de las mejores secuencias corresponden a la exhibición
del hombre lobo, cuya estĆ©tica denota una fuerte influencia de la cinta āThe
Howlingā (1981), y aquella en la que el protagonista se ve involucrado en una
situación que sirve de homenaje al film āNight of the Living Deadā (1968). De
manera inteligente, Hickox decide filmar esta Ćŗltima secuencia en blanco y
negro, manteniendo el espĆritu de la cinta original, pero agregĆ”ndole algunas
dosis de gore y humor negro a la mezcla. Tal y como lo prometió Hickox antes de
iniciar el rodaje, āWaxworkā posee varias escenas cargadas al gore, por lo que
no resulta extraƱo que un personaje sea literalmente partido a la mitad por un
licĆ”ntropo, o que la cabeza de un pobre guĆa egipcio sea aplastada por una
espeluznante momia, o que incluso un grupo de vampiros se alimente de un hombre
que yace mutilado sobre un mesón.
Las actuaciones si bien son irregulares,
calzan con el tono que posee la historia. Mientras que David Warner y Patrick
Macnee interpretan sus respectivos personajes con un entusiasmo que traspasa la
pantalla, el personaje de Zach Galligan en un principio resulta algo molesto,
bƔsicamente porque se trata de un joven adinerado y arrogante que constantemente
se estĆ” quejando por el hecho que China no lo toma en serio como hombre. Eventualmente
se convierte en un personaje que genera un mayor grado de empatĆa en el
espectador, especialmente cuando arriesga su vida por salvar a Sarah de una
muerte segura. En el caso de Deborah Foreman, su personaje resulta interesante
porque es la tĆpica joven virgen presente en gran parte de las cintas de terror
de la época, pero que en esta oportunidad oculta una retorcida pasión por el
dolor, razón por la cual cae en la viñeta que tiene como protagonista al
MarquƩs De Sade (J. Kenneth Campbell). Por otro lado, lo mƔs destacable del
aspecto técnico de la cinta, es el diseño de producción de Gianni Quaranta y
los efectos especiales de Bob Keen. Ambos profesionales supieron sacarle el
mÔximo provecho posible al limitado presupuesto de la producción, convirtiendo
al atractivo apartado visual de āWaxworkā es uno de los puntos mĆ”s altos de la
pelĆcula.
El gran mƩrito de Anthony Hickox es que
le otorga un tono tan particular al film, que incluso las situaciones mƔs
absurdas que presenta la historia parecen tener sentido en el universo creado
por el director. Su final caótico y sus pequeñas cÔpsulas temÔticas, forman parte
esencial del encanto de una pelĆcula que al momento de su estreno, pasó
mayormente desapercibida debido a que tuvo que competir con producciones como āFriday
the 13th Part VII: The New Bloodā (1988) y āA Nightmare On Elm Street 4: The
Dream Masterā (1988), entre otras. Pese a eso, cuatro aƱos mĆ”s tarde Anthony
Hickox conseguirĆa rodar una secuela titulada āWaxwork II: Lost In Timeā
(1992), la cual serĆa estrenada directamente en formato domĆ©stico. Gracias a su
interesante premisa y a su particular mezcla de gƩneros, una vez que el
espectador logra pasar la secuencia donde algunas figuras de cera en exceso
realistas no logran quedarse del todo quietas, āWaxworkā se convierte en una
experiencia absolutamente disfrutable.
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