Tras la ascensiĆ³n de los nazis al poder a principios de los aƱos treinta, un buen nĆŗmero de cineastas europeos se vio en la obligaciĆ³n de continuar sus carreras en los Estados Unidos. Uno de ellos fue el director austriaco Fritz Lang, quien tras su llegada a NorteamĆ©rica experimentĆ³ bastantes problemas para encontrar un Estudio dispuesto a respaldar sus ideas. Cuando eventualmente logrĆ³ firmar un contrato con los Estudios 20th Century Fox, Lang demostrĆ³ ser un experimentado artesano capaz de realizar thrillers que reflejaban el clima sombrĆ­o existente en el mundo entero tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Fue asĆ­ como filmĆ³ una trilogĆ­a compuesta por “Man Hunt” (1941), “Hangmen Also Die” (1943), y “Ministry of Fear” (1944), con la cual el director en algĆŗn grado contribuyĆ³ a la lucha contra Hitler y el nazismo. En el caso particular de “Ministry of Fear”, la cinta estĆ” basada en la novela del mismo nombre del escritor Graham Greene. Si bien Lang habĆ­a mostrado interĆ©s en adaptar la novela, cuando intentĆ³ comprar los derechos se encontrĆ³ con la sorpresa que los Estudios Paramount se le habĆ­an adelantado. Eventualmente los ejecutivos de la Paramount le ofrecerĆ­an dirigir la adaptaciĆ³n a Lang, quien aceptĆ³ sin siquiera leer el guion de Seton I. Miller, lo que terminarĆ­a siendo un tremendo error. Cuando el director finalmente tuvo la oportunidad de revisar el guion, de inmediato intentĆ³ renunciar sin demasiado Ć©xito. Lo que era aĆŗn peor, es que Miller tambiĆ©n oficiaba como productor del film, lo que influyĆ³ negativamente en la relaciĆ³n que se estableciĆ³ entre ambos. A raĆ­z de los problemas que Lang enfrentĆ³ durante el rodaje de la cinta, en mĆ”s de una ocasiĆ³n declarĆ³ estar disconforme con el resultado, al punto que revelĆ³ que en una oportunidad se quedĆ³ dormido cuando intentĆ³ ver la pelĆ­cula por la televisiĆ³n.

En "Ministry of Fear” (1944), Stephen Neale (Ray Milland) es un hombre que acaba de ser liberado de un sanatorio mental. Antes de tomar el tren a Londres, pasa a una feria donde sin saberlo, gana una torta que en su interior contiene un microfilme. Esto provocarĆ” que unos misteriosos hombres comiencen a perseguirlo, por lo que dependerĆ” de Ć©l que los secretos que contiene el microfilme no caigan en manos de una peligrosa red de espĆ­as. Cuando Stephen Neale es introducido en el film, Ć©l estĆ” esperando ser liberado de una instituciĆ³n psiquiĆ”trica. Si bien no se especifica el motivo por el cual Neale estĆ” encerrado en dicho lugar, el hecho que se sugiera que se trata de un hombre poseedor de una fragilidad intrigante y una actitud impredecible, lo convierte de inmediato en un personaje con el cual el espectador es capaz de empatizar. Tras obtener su tan ansiada libertad, Ć©l compra un boleto de tren a Londres, pero antes va a visitar una pequeƱa feria donde gana una torta en apariencia inocente. SerĆ” precisamente esa torta la que desencadenarĆ” una intrincada y peligrosa odisea, durante la cual Stephen se convierte en el objetivo de un grupo de misteriosos asaltantes que descubren un oscuro secreto de su pasado y que lo incriminan en un asesinato que Ć©l no cometiĆ³. Con la ayuda de la inmigrante austrĆ­aca Carla Hilfe (Marjorie Reynolds) y su hermano Willi (Carl Esmond), Stephen harĆ” todo lo posible por exponer a la organizaciĆ³n que lo estĆ” persiguiendo, cuyos miembros aparentemente son simpatizantes nazis. Lamentablemente para Ć©l, la inexistencia de pruebas que comprueben sus dichos y su creciente paranoia, provoca que las autoridades crean que Ć©l no estĆ” tan cuerdo como asegura.


“Ministry of Fear” posee una serie de elementos presentes en el cine de Alfred Hitchcock; el protagonismo de un hombre inocente que es injustamente acusado de un crimen, razĆ³n por lo cual se ve obligado a huir; la apariciĆ³n de una atractiva rubia que se ve involucrada en una trama de misterio de forma accidental, que puede no ser lo que aparenta; la inclusiĆ³n de una tensa secuencia a bordo de un tren; y toques de humor negro en su final. Evidentemente, mĆ”s allĆ” de las semejanzas que la cinta posee con los trabajos del director britĆ”nico, Lang se preocupa de imprimirle su propio sello a la producciĆ³n, tanto a nivel temĆ”tico como estĆ©tico. Muy en el estilo de los filmes protagonizados por el genio criminal conocido como el Dr. Mabuse, “Ministry of Fear” contiene una serie de momentos que rayan en lo fantĆ”stico, pero cuyos mecanismos son accionados por figuras completamente humanas. Entre otras cosas, se cometen asesinatos en nombre de un pastel; una mentalista (Hillary Brooke) pasa de ser una bruja marchita a una esbelta femme fatale; una bolsa polvorienta de cuero llena de libros explota, reduciendo un hotel a escombros; el protagonista persigue a un hombre que simula ser ciego por un pantano que estĆ” siendo bombardeado por el ejĆ©rcito alemĆ”n; y un personaje fallece en dos oportunidades. Fritz Lang crea un escenario que perfectamente podrĆ­a pertenecer al mundo de los sueƱos, idea que refuerza mediante un estilizado apartado visual. Mientras que en ocasiones es posible ver los rostros de algunos personajes envueltos por la oscuridad, iluminados tan solo por el fantasmal brillo de una bola de cristal, en otros segmentos Lang exagera las dimensiones de algunos objetos, como un par de tijeras que uno de los personajes utiliza para marcar un nĆŗmero en un telĆ©fono rotatorio. El tono surrealista que posee el film, contribuye en gran medida a aumentar el impacto que posee una historia en la cual es posible identificar algunos clichĆ©s del gĆ©nero, y cuyo guion requiere un cierto grado de suspensiĆ³n de la incredulidad por parte del espectador.

Las actuaciones del elenco participante resultan ser algo irregulares. Aun cuando Ray Milland realiza una interpretaciĆ³n correcta de un hombre confundido que se ve atrapado en una trama casi surrealista, en algunos pasajes del film da la impresiĆ³n que estĆ” actuando casi de manera inercial. Marjorie Reynolds por su parte, aun cuando logra que su personaje resulte interesante, su falso acento austriaco juega en contra de su personaje e incluso afecta la credibilidad de la trama. Quien pese a su breve participaciĆ³n en la pelĆ­cula logra dejar una impresiĆ³n duradera es Hillary Brooke, cuyo personaje, poseedor de una fuerte carga sexual, protagoniza una de las escenas mĆ”s memorables del relato. En cuanto al aspecto tĆ©cnico de la producciĆ³n, resulta destacable la direcciĆ³n de fotografĆ­a de Henry Sharp, la efectiva banda sonora de Victor Young, quien contĆ³ con la colaboraciĆ³n no acreditada del compositor  MiklĆ³s RĆ³zsa, mĆŗsico que durante su carrera fue merecedor de tres premios Oscar, y la magnĆ­fica direcciĆ³n de arte de Hans Dreier y Hal Pereira. 


Se dice que el final dulzĆ³n del film fue lo que mĆ”s disgustĆ³ a Lang. Incluso hay quienes aseguran que el director no es el responsable de la escena final, ya que existe una gran diferencia tĆ©cnica entre dicha escena con el resto de la producciĆ³n. El hecho que el contenido del nudo final de la historia no representara la filosofĆ­a del realizador, quien pensaba que el asesinato de una persona conlleva un peso en la conciencia del ejecutor, por lo que dicha acciĆ³n violenta no puede ser considerada como la soluciĆ³n definitiva de un problema, refuerza la hipĆ³tesis que Lang no estuvo directamente involucrado en la resoluciĆ³n del relato. Curiosamente, el cineasta austriaco no serĆ­a el Ćŗnico insatisfecho con el resultado de la cinta, ya que Graham Greene en mĆ”s de una oportunidad declarĆ³ que “Ministry of Fear” era una de las peores adaptaciones cinematogrĆ”ficas de una de sus novelas, ya que omitĆ­a varios pasajes de la historia original que para Ć©l eran importantes. Aun cuando se trata de una obra menor en la filmografĆ­a de Fritz Lang, cuya ejecuciĆ³n no estĆ” exenta de ciertas falencias, como ejercicio de suspenso y como ejemplo de ciertas caracterĆ­sticas del gĆ©nero del Cine Negro, “Ministry of Fear” cumple a cabalidad su cometido.

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