En 1977 el escritor Gary Brandner publicĆ³ la novela de horror “The Howling”, la cual gozĆ³ de un gran Ć©xito comercial. Esto provocĆ³ que el director Joe Dante en compaƱƭa del guionista Terence H. Winkless, buscaran adaptar la historia. Sin embargo, Dante pronto se mostrĆ³ insatisfecho con la direcciĆ³n que estaba tomando el proyecto. SegĆŗn el mismo director, “Nuestro primer gran error en la etapa de adaptaciĆ³n fue intentar apegarnos a la novela. Asumimos que cuando la gente paga dinero por un libro, ellos compran un todo no solo un tĆ­tulo. Pero cuando adaptamos fielmente el libro nada tenĆ­a sentido. Es uno de esos libros que parecen haber sido escritos a la rĆ”pida; la gente expresa asombro y terror en la pĆ”gina cinco, mĆ”s asombro y mĆ”s terror en la pĆ”gina diez, pĆ”gina treinta, mĆ”s asombro y mĆ”s terror… Antes de seguir encontrĆ”ndote con lo mismo, te verĆ”s saltĆ”ndote varias secciones para ver quĆ© es lo que finalmente sucede.” Con la intenciĆ³n de cambiar el rumbo del proyecto, Dante contratĆ³ al guionista John Sayles, con quien ya habĆ­a trabajado en “Piranha” (1978). Sayles mantuvo un par de ideas del guion de Winkless y trasladĆ³ la historia al presente, escogiendo como escenario el seno de una colonia de hombres lobo. Al mismo tiempo, Sayles a modo de homenaje decidiĆ³ nombrar a algunos de los personajes presentes en el relato con los nombres de diversos realizadores ligados al cine de licĆ”ntropos, como por ejemplo George Waggner, Terence Fisher y Freddie Francis. Dante por su parte, se vio en la obligaciĆ³n de solucionar algunos problemas que se gestaron debido al escaso presupuesto con el que contaba la producciĆ³n. Inicialmente el encargado de los efectos de maquillaje de “The Howling” (1981), serĆ­a el experimentado y galardonado artista Rick Baker, quien ese mismo aƱo trabajarĆ­a en la exitosa “An American Werewolf in London” (1981), del director John Landis. Sin embargo, finalmente tuvo que ser reemplazado por Rob Bottin, quien era uno de los tantos profesionales que Baker apadrinĆ³ durante su carrera.

Luego vivir una experiencia traumĆ”tica junto al infame asesino serial Eddie Quist (Roberto Picardo) en un cine porno como parte de un operativo policial, la conductora de noticias Karen White (Dee Wallace) comienza a experimentar amnesia y horrendas pesadillas, lo que la lleva a distanciarse de su esposo, Bill Neill (Christopher Stone), y le impide realizar su trabajo con normalidad. Siguiendo los consejos de su psiquiatra, el doctor George Waggner (Patrick Macnee), Karen y Bill deciden asentarse en una comunidad ecolĆ³gica llamada la Colonia, lugar en el cual Karen tiene la posibilidad de hablar acerca de sus miedos con otras personas que tienen problemas similares. Mientras Bill sale de cacerĆ­a con el resto de los hombres del lugar durante el dĆ­a y es seducido por una mujer llamada Marsha (Elisabeth Brooks) durante la noche, las pesadillas de Karen se intensifican asĆ­ como tambiĆ©n su sorpresa con el extraƱo comportamiento de los integrantes de la Colonia, quienes tras demostrar su verdadera naturaleza, pondrĆ”n en peligro la vida de la desafortunada reportera.

Bajo la confianza que busca tener la gente con los profesionales mĆ©dicos a los cuales consultan, se esconde un sentimiento de sospecha inherente hacia una persona que es capaz de asegurar que sabe lo que pasa al interior de un paciente, incluso en ocasiones que aquello que seƱala va en directa contradicciĆ³n con lo que el paciente estĆ” experimentando. Esta desconfianza comprensible es incluso mĆ”s pronunciada cuando la afecciĆ³n por lo que se consulta tiene relaciĆ³n con la mente. Mientras que los problemas fĆ­sicos pueden ser detectados mediante el uso de una gran gama de herramientas, los psicĆ³logos y los psiquiatras tienen que lidiar con un territorio mucho mĆ”s inhĆ³spito y del cual aĆŗn existen misterios sin resolver. Este tema que se plantea en “The Howling” a travĆ©s de la relaciĆ³n mĆ©dico/paciente que se establece entre Karen y George Waggner, dividiĆ³ a la crĆ­tica cuando la cinta fue estrenada. Mientras que existĆ­a un grupo que consideraba ridĆ­cula la idea de un terapeuta inescrupuloso que busca aprovecharse de sus pacientes de manera solapada, aquellos que eran conscientes del sentimiento de desconfianza que en ocasiones tiƱe la relaciĆ³n mĆ©dico/paciente, vieron en “The Howling” una interesante vuelta de tuerca al cine de licĆ”ntropos, cuyos nexos con la psiquiatrĆ­a la convertĆ­an en una experiencia extraƱamente interesante.


“The Howling” es muchos aspectos puede ser considerado como un peculiar ensayo sobre el comportamiento humano. En varios pasajes del film, Joe Dante se encarga de establecer la idea que el ser humano vive en constante conflicto interno a causa de su dualidad, sus deseos, y sus pulsiones mĆ”s primarias. Sin embargo, es su necesidad por encajar en la sociedad lo que lo obliga a reprimir gran parte de sus inclinaciones y obsesiones, con tal de lograr el tan ansiado sentido de pertenencia. Por esta razĆ³n no resulta extraƱo que Dante ligue la sexualidad con la licantropĆ­a. De las dos mujeres lobo que aparecen en la pelĆ­cula, aquella que presenta un comportamiento mĆ”s animal es tambiĆ©n la que estĆ” mĆ”s conectada con su sexualidad. Cuando Karen no logra conectarse fĆ­sicamente con su esposo, este termina siendo dominado por sus deseos sexuales luego de ser mordido. De hecho, la primera secuencia que muestra una transformaciĆ³n sucede en medio de un encuentro sexual, el cual se torna mĆ”s salvaje y apasionado cuando los participantes se dejan llevar por sus cambios fĆ­sicos. Por lo tanto, el director presenta la licantropĆ­a como un sĆ­mbolo de liberaciĆ³n y rebeldĆ­a contra las normas sociales y morales que oprimen a diario a miles de personas. Es precisamente esta bĆŗsqueda de libertad sin lĆ­mites, lo que finalmente lleva a un grupo de personas a recluirse en una comunidad alejada de la civilizaciĆ³n, donde pueden dar rienda suelta a sus instintos mĆ”s bĆ”sicos y a su lado mĆ”s salvaje.

Hasta cierto punto, Dante y Sayles cambian ciertas convenciones habituales sobre el mito de la licantropĆ­a. Por ejemplo, los hombres lobo tienen la capacidad de transformarse cuando ellos deseen, sin la necesidad de esperar hasta que haya luna llena. Al mismo tiempo, ellos pueden regenerarse y solo pueden ser asesinados con fuego o balas de plata (“Son peor que cucarachas,” dice el dueƱo de una librerĆ­a interpretado por Dick Miller). Por otro lado, ser un hombre lobo no es visto como una maldiciĆ³n, sino que dicha condiciĆ³n es presentada como un don reservado para unos pocos, los cuales estĆ”n llamados a exhibir con orgullo el inmenso poder que les fue otorgado. Por este mismo motivo, no resulta extraƱo que los licĆ”ntropos de Dante se desarrollen en el contexto de una comunidad regida por sus propias reglas, aunque no todos compartan los mismos propĆ³sitos. Mientras que existe un grupo que espera con ansias el dĆ­a en el que puedan integrarse al resto de la sociedad, otros desean asesinar a quienes consideran inferiores, para asĆ­ poder dominar por completo a la humanidad.


Si bien Dee Wallace realiza una labor mĆ”s bien irregular, ya que en ocasiones no logra proyectar las emociones que supuestamente estĆ” experimentando su personaje, en general “The Howling” cuenta con las buenas actuaciones de un elenco sumamente variado. Por ejemplo, resulta destacable el trabajo de Elisabeth Brooks, responsable de interpretar el complejo rol de Marsha, la rebelde y libidinosa matriarca del clan. Igualmente destacable es la actuaciĆ³n de Christopher Stone, Patrick Macnee y Belinda Balaski, asĆ­ como tambiĆ©n la participaciĆ³n de intĆ©rpretes habituales del gĆ©nero del horror como Kevin McCarthy, Slim Pickens, John Carradine y Robert Picardo. Por otro lado, el film cuenta con la interesante direcciĆ³n de fotografĆ­a de John Hora, la atmosfĆ©rica banda sonora del compositor Pino Donaggio, y los magnĆ­ficos efectos especial de Rob Bottin, quien mediante el uso lĆ”tex, burbujas de aire y prĆ³tesis, creĆ³ algunos de los efectos mĆ”s impresionantes hasta la fecha del llamado cine de hombres lobo. El gran mĆ©rito de Joe Dante es que impide que los efectos especiales opaquen la historia, cosa que en muchas ocasiones sucede en este tipo de producciones.

Gran parte del encanto de “The Howling” proviene del hecho que es una pelĆ­cula realizada para fanĆ”ticos del cine de horror. AdemĆ”s de los ya mencionados guiƱos a determinados directores ligados al cine de licĆ”ntropos, el film cuenta con los cameos del director Roger Corman y el publicista Forrest J. Ackerman, quien fue el responsable de la venerada revista “Famous Monsters of Filmland”. Al momento de su estreno la cinta fue bien recibida tanto por el pĆŗblico como por la crĆ­tica, al punto que con el paso de los aƱos generĆ³ siete secuelas, ninguna de las cuales fue capaz de replicar la fĆ³rmula utilizada por Joe Dante. La mezcla de una historia interesante, buenas actuaciones, memorables efectos especiales, violencia grĆ”fica y humor negro, permitieron que “The Howling” soportara de buena manera el paso del tiempo. En su momento, John Sayles intentarĆ­a explicar el Ć©xito del film: “Si un conocido te dijera que en verdad existen los hombres lobo, al principio te parecerĆ­a muy cĆ³mico. Uno de los problemas de las cintas de terror es que se toman todo muy en serio; pero si algo asĆ­ sucediera, las personas que tienen sentido del humor lo seguirĆ­an conservando, sin importar lo peligroso o lo extraƱo de la situaciĆ³n en la que se vean involucradas. Yo quise reflejar eso, sin caer en lo mismo que el film `Love at First Bite´, que parodiaba el mito del vampirismo.”

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